Mediocre sistema educativo salvadoreño

El sistema educativo salvadoreño, es mediocre y reproduce mediocridad por los medios a su disposición, lo que puede calcular con el siguiente ejercicio: ¿hasta dónde tiene valor su título profesional?

Por: Miguel A. Saavedra

La respuesta es hasta la frontera y no por casualidad pues cualquier profesional de cualquier país puede ejercer en el nuestro prácticamente sin dificultad mientras que nosotros no. Lo que tampoco es casual.

Las razones tras ello se sustentan en la necesidad imperiosa de perpetuar en el poder al modelo neoliberal, en la persona de cualquiera de sus acólitos, ahora el actual ejecutivo, antes los anteriores; lo importante es asegurar a que el poder se concentre como la riqueza en apenas el 1% de la población, lo que sabemos sucede.

El sistema educativo salvadoreño mediocre cuenta con 5,179 escuelas, 1,276,010 estudiantes de los niveles básicos, 189,117 estudiantes del nivel superior, 46,277 docentes en servicio, 41 instituciones de educación superior, 8,842 docentes universitarios, según datos oficiales.

Un diputado actual haciendo gala de su ignorancia dijo que construirían 200 centros escolares en esta gestión, son puras mentiras y cuantas alegres, de acuerdo a expertos: “construir una escuela se tarda unos 3 meses, la promesa implicaría unos 600 meses, que dividido entre 12 proyectaría un tiempo de 50 años…; quizá si todo el personal del Ministerio de Obras Públicas deja de hacer lo que está haciendo y se licitan unos 30 contratos podría mejorar la estimación”.

“Aumentar US$ 100 a los maestros son 60 millones de dólares; equipar a todos los centros educativos con un laboratorio básico de Ciencias de unos US$ 25,000 implica US$ 19 millones; darle una laptop a cada estudiante son US$ 380 millones. Pero al final esto no garantiza una educación de calidad, es simplemente la plataforma o base para luego pensar el sistema educativo. Hay otros temas más complejos que paralelamente deben resolverse y también son números: Cumplir el calendario escolar (pasar de 100 a 200 días efectivos de aprendizaje), capacitar, actualizar y dignificar a los docentes, etcétera”, sostiene el especialista en educación Oscar Picardo.

En este punto la educación es capital, pues al no proveer de una educación de calidad, las personas desconocen cuestiones tan elementales como lo son sus derechos, o sus deberes constitucionales, o el papel de la institucionalidad, etcétera.

Así las cosas no es difícil estimar por qué las personas en la calle no pueden asociar sus condiciones de vida al modelo, siendo este el que las limita.

Esto no lo encontrará en ningún libro, pero cualquier historiador, sociólogo, economista y educador lo confirmará.

Se lee en el Artículo 2 de la Ley General de Educación que: “La Educación Nacional deberá alcanzar los fines que al respecto señala la Constitución de la República: a) Lograr el desarrollo integral de la personalidad en su dimensión espiritual, moral y social; b) Contribuir a la construcción de una sociedad democrática más prospera, justa y humana; c) Inculcar el respeto a los derechos humanos y la observancia de los correspondientes deberes; d) Combatir todo espíritu de intolerancia y de odio; e) Conocer la realidad nacional e identificarse con los valores de la nacionalidad salvadoreña; y f) Propiciar la unidad del pueblo centroamericano”.

Nada de eso se cumple y esto que en el artículo anterior no se contemplan asuntos sociales educativos como el entorno, las realidades de alumnos educadores y padres de familia por esto y otras razones es que consideramos que el actual sistema educativo salvadoreño aparte de mediocre es un desastre.

Razón tiene Nelson Mandela cuando dice que la educación es el arma más poderosa para la transformación de los pueblos. Ojalá alguien lo entienda.

 

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