Deja entrar el sol. (Lets the sun shine in)

Recuerdo cuando fui al ex cine Presidente a ver el musical “Hair”, jamás olvidaré dos canciones y la bellísima trama de tan linda película, esas canciones son  Acuarius y Let´s The Sun Shine in.

Por: Francisco Parada Walsh*

Fue con mi amigo Salvador Salazar, quienes fuimos sacudidos por tan hermoso musical. Después de más de 40 años, nada ha cambiado y así como muchísimos ansiamos ver el sol, la luz y la paz cuando al parecer, también hay millones que marchan “Un, dos, tres; la vida al revés y; solo suenan tambores de guerra.

Hambrientos nos miramos, casi sin respirar, caminando  orgullosos con nuestros abrigos de invierno, perfumados con olores artificiales, frente a una nación moribunda, una movediza fantasía  de papel, escuchando las mentiras de siempre, con una visión suprema de canciones solitarias”. (Nuevamente el supra poder mundial desea la guerra, la muerte y en el video de tal musical se observa a “los mismos de siempre”, ex presidentes, elegantes damas que portan carísimos abrigos y  a los que poco les parece la tragedia que ya se vive en Ucrania, personas elegantes diciendo que se lucha para defender la libertad, estribillo absurdo donde no quieren que veamos el brillo del sol, se desea que miremos lo que ellos quieren que se vea y en ese tergiversar de la verdad, volvemos a ser tirados a un circo romano donde nadie saldrá vivo de tal tragedia).

En algún lugar dentro de algo hay una avalancha de grandeza ¿Quién sabe lo que está delante de nuestras vidas? Proyecto mi futuro en películas del espacio, el silencio, secretamente me lo dice todo, todo”. (Nadie sabe lo que está delante de nuestras vidas, así parece, pero sí los hay, aquellos que tienen las armas, nosotros no tenemos la dignidad de salir a las calles como fue en otros tiempos, aun, me parece que todo es un guión de película donde la pandemia fue un brutal experimento ¿Quién se acuerda del virus? Muy pocos, mientras el mundo está a punto de desaparecer cual las películas del espacio, eso era sano entretenimiento y entiendo a los hippies que creyeron en la paz, creyeron en el amor y se hizo aquella inolvidable frase: Haz el amor y no la guerra” y ahora no hay cabida para el amor, solo para la guerra”.

“Manchester Inglaterra, Inglaterra, Manchester Inglaterra, Inglaterra, al otro lado del Atlántico (Los brazos toman su último abrazo) y yo soy un genio, un genio, Creo en Dios, y creo que Dios cree en Claude que soy yo, ese soy yo, ese soy yo”. (Manchester, Inglaterra, España, Alemania, Polonia y todos los países que de una u otra forma fueron   engañados por los Estados Unidos están a punto de convertirse en un polvorín; en esto de las guerras no hay genios, hay asesinos que se hacen llamar presidentes que, en nombre de la paz y la libertad destruyen a un mundo que sufre, que gime de dolor. No, porque entonces debemos cantar We don´t need NO EDUCATION).

“Hambrientos nos miramos, casi sin respirar, caminando  orgullosos con  nuestros abrigos de invierno, perfumados con olores artificiales, frente a una nación moribunda una movediza fantasía de papel, escuchando  las mismas mentiras de siempre con una visión suprema de canciones solitarias”. (Mientras el hambre golpea al civil, los jefes de las tribus enloquecidos por el poder, preparan misiles que, matarán a los inocentes y ojalá el reino animal tome el poder, y sean ellos los nuevos líderes mundiales).

“Cantando nuestras canciones espaciales con un sitar hecho de tela de araña, la vida está a tu alrededor y dentro de vosotros, en respuesta del querido Timothy Leary. Deja que el sol, deja que entre el sol”. (No necesitamos más oscuridad sino que dejemos entrar al sol en nuestra vidas, que reine la luz y que las tinieblas sean cosas del pasado pero eso es mi utopía, así ha caminado este planeta Tierra Roja, donde como se lee, son los desconocidos soldados matando a otro soldado desconocido en aras de la justicia cuando el negocio más lucrativo del planeta Tierra radioactiva como es el mundo de las armas se afila los dientes para entrarle a esa riqueza a costa de la muerte. No quiero este mundo, quiero ser hippie, volver a los setenta, era un niño y quisiera viajar en una maquina al pasado y que mi padre Nuestro sea la marihuana y el rosario, sea el LSD, para por lo menos implorar a tantas drogas sicodélicas que los únicos líderes mundiales que deben existir sea El Amor y la Paz).

*Médico salvadoreño

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