El médico y el chivo

Cuando era niño, conocí a un joven sencillo que siempre debía ir a ordenar las cabras, esos chivos bandidos que aparentemente no entienden nada, que ignoramos que son bellísimos e inteligentes  cuando puedo testificar ante el Reino del Chivo que son unos animales amigos, buenos, afables y mi joven amigo antes de ir a la escuela debía dejar a toda la pandilla de chivos con agua suficiente y en un lugar donde abundara el pasto.

Por: Francisco Parada Walsh*

No supe de mi amigo. Llego a la universidad y me sorprendo ver aquel sencillo joven convertido en un gran médico. El, nunca me olvidó. El tiempo pasó, me hice viejo y pícaro y esas son mis sendas y un tratado conmigo mismo, entre más viejo más pícaro debo ser, el tiempo apremia y no hay vuelta atrás.

Recientemente leí en las redes sociales que al personal de salud, específicamente al gremio médico le pagarán no en dólares sino en Bitcoin, y como todo salvadoreño viviendo al límite no tiene márgenes de movimientos y ese chivazo es un antes y un después en este país. Que médicos que han estudiado diez a veinte años se les someta a usar las “chivo” Wallets no lo puedo entender.

Lumbreras opacadas por un ignorante, sin sangre en las venas más que aceptar ser degollados por el mal, solo dice que estudiar no es sinónimo de sentido común. Nunca en la historia de El Pinochini de América el gremio médico, talentos que por antonomasia son la élite del pensamiento se les somete a tal humillación; esto apenas empieza y debo revisar la historia reciente y quizá debo preguntar a los nuevos “Médicos Chivos”: ¿Dónde está la dignidad ante la masacre llevada a cabo a todo el personal de salud? Solo ustedes lo sabrán.

¿Cómo pudieron ser engañados en dos ocasiones?  La primera cuando votaron por el actual presidente pero pareciera que el sado -masoquismo cobra vida, ¡Hay que sufrir! Y en las elecciones para elegir diputados y alcaldes ¡Vuelven a votar por “Los peores mismos de siempre” ¿Cómo se puede estudiar de ocho a veinte años para ser tan inocentes, sencillos, cachorros para no ver las señales? Debe saber  ese médico si no es un fanático perdido sin embargo creyó en la sopa de pitos  más que  en sus conocimientos médicos y su marco de referencia al parecer muy amplio, que  de nada ¡le sirvieron!  Nunca imaginé a un médico chiveando; tal vez en Las Vegas se pierdan unos cientos de dólares pero que hombres y mujeres que estudiaron más de una década y creyeron en el mesías  y ahora se dan golpes de pecho ¡No tiene sentido! Muchas personas desconocen mi amistad con el Doctor Ricardo Lara Herrera, pionero junto al Dr. Rodríguez del seguro de vida para todo el personal de salud, estoy claro, la mayoría del personal de salud su mundo llega, a tanto saldo tenga el táctil pero el grueso del gremio médico  ni tienen la remota idea de quiénes fueron los precursores de esa iniciativa  y que  ni siquiera  cada familia de los miembros del personal de salud  ha  recibido la poca cantidad de quince mil pesos,  pero ¿Quién los ha recibido? ¡Apenas unos cuantos! Y debo ser objetivo, aun, con su pariente fallecido fueron sus deudos a votar por la mentira ¿Qué obtuvieron? Respóndase ustedes.

Mi amigo Ricardo Lara  debió haber ganado la diputación por solo el hecho de haber logrado la aprobación de ese seguro de vida, por ser un hombre y profesional intachable, por ser un hombre brillante, y a la vez un hombre que su camisa esta bordada de sencillez.

¿Cuántos diputados médicos que defienden al gremio están en la Asamblea? ¡Ni uno! Fue tanto el odio y la ignorancia de mi gremio, si lo puedo llamar así quienes dieron el aplastante triunfo al ejecutivo; entonces ¿Por qué llorar cuando su futuro no es futuro?  Es que no encuentro palabras para ese “médico brillante” que pasa horas en sala de operaciones pero fue incapaz de realizar una operación matemática como entender que su salario oscilará según los caprichos de la Tierra de Galilei, esa eminencia que  le gana la batalla a la muerte pero no a sus hijos; los condena a ser pobres de pobres y, merecido lo tienen, por cobardes, por ambiguos, por no conocer nuestra historia.

Alguna vez habré chiveado, siempre estoy en otra galaxia pero estudiar tanto para terminar chiveando el futuro, la comida, el estudio de mis hijos; solo demuestra la ignorancia supina del que fuera, el culmen de las profesiones, historia. Muy buenos médicos podrán ser pero les falló encender el televisor de la vida y ver tantos canales como fuera posible, no, prefirieron ser acomodados, como un flan, o como una gelatina que va, donde el molde la lleva. Que un médico vaya cada mes a “Chivear” el futuro de su prole solo dice que ser médico, no es sinónimo ni por cerca de ser inteligentes.

Se estudia porque es un requisito, se aguanta hambre, ¡Por sencillos en grado Cum Laude! Quisiera enviar un mensaje a los jóvenes que se vuelven locos por estudiar medicina, y deben saber  que servir y curar a un paciente es un éxtasis, un poco menos que un orgasmo  y que no se metan en busca de la excelencia médica, que no pierdan su tiempo sino que, hay un juego que se llama “La Lotería de Atiquizaya” y sin joderse la vida, agarren su pucho de granos de maíz Y qué tal les va bien en la apuesta. Estudiar diez a veinte años para escoger el hambre, el desempleo, el desprecio creo que no vale la pena. Un médico chiveando, apostando su vida, la de su gente por indolentes, no hay nada que decir.

Nunca imaginé que la profesión élite daría las nalgas a los juegos de azar; esto apenas comienza, apenas; y no veo en esos médicos chiveadores la estirpe de un luchador, sino un simple oportunista, un proletario que hoy gana cien, mañana gana menos cien. ¡Que viva el proletariado médico!  ¡Que viva el médico chiveador!

*Médico salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: