64, el número mágico para cambios en el régimen político del país

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

La olla se destapó este uno de mayo pasado, y el caldo parece ser la medicina amarga augurada en el discurso de toma de posesión del Presidente Bukele, será así o se está sintiendo en el fondo un mínimo gozo, por cuanto todos aquellos personajes diputadiles que se han rasgado las vestiduras por largo tiempo, las vestiduras del poder y la democracia representativa a favor de los grupos fácticos dominantes, ahora esgrimen como minoría su impotencia en su incapacidad de no poder penetrar y, mucho menos modificar la narrativa que hoy se impone con los nuevos diputados y diputadas, que arrolladoramente suman 64.

Son los 64, una mayoría abrumadora que no da paso a que una oposición legislativa insignificante tome alguna razón para revertir las decisiones que se van e irán tomando. 1er momento se ha roto con la modorra, históricamente desarrollada en cada toma de posesión—en tanto que los intereses personales y abusos para el poder direccional de la Asamblea se resolvieron fácilmente—los cargos de presidente y vice presidentes para nuevas ideas, los secretarios para representantes de los partidos satélites de nuevas ideas—y una vice presidencia (4ª) para el personaje de GANA más ambicioso y oportunista conocido.

En un 2° momento un dictamen conmovedor, que daba paso a romper con los shows acostumbrados, de sólo instalarse, definir la JD e irse a la casa a celebrar o hacerlo usando los fondos públicos, derrocharlos en una celebración que no trae beneficios a la población, que empezara a generar negociaciones—cuántas veces se cambió el reglamento interno para adecuar a conveniencia la nueva correlación de fuerzas legislativas. Eso hoy no tuvo mayor espacio para hacerlo—directamente a trabajar la plenaria—no importaba que se agarrasen el día internacional de la clase trabajadora, y por tanto doble por ser sábado (día de descanso) y día de asueto.

Otro elemento que había de preguntarnos es si el pueblo común entendió el debate legislativo y la medida de la destitución de los magistrados y del fiscal, acá el por qué estaba claro, era una acción legislativa apoyada por las razones de un ejercicio legislativo que afectó y afecta la gestión del Presidente. Esto dio su directriz desde que se montó la acción del 9f,2020, y se fue agravando por el asunto de la pandemia. Además, que se ha vendido a la población como un obstáculo que no ha permitido una lógica de trabajo al Presidente.

El debate legislativo fue muy bueno en tanto se esgrimieron muchos artículos de la misma Constitución, que ni los propios diputados seguro no conocen o han leído a profundidad, sustentar con los artículos constitucionales la base legal para la destitución estuvo clara, la oposición con su leguleyo mayor Portillo Cuadra, también dejó claro que se abusaba de los principios básicos de la democracia como el derecho a defensa y a ser enterado de las acusaciones para con todas las de la ley vencerlo en juicio.

No obstante, el debate de esa forma en que se desarrolló, fuera bueno que así se hiciera en todos los procesos de toma de decisiones, con esa vehemencia en pro y en contra, y se permitiera conocer la prevalencia de la verdad, el derecho y la justicia en todos los procesos judiciales—donde ha predominado el prevaricato, el juicio amañado, la defensa venal, los cargos poco sustentados por la fiscalía, sin la prueba testimonial, documental y pericial suficiente. Saca puede que salga de la cárcel, testigos criteriados que son un fraude, dilaciones dolosas y convenientes para alargar fallos, incumplimientos de plazos, selección de personajes a cargos públicos de 2° grado negociados y en contra de la ley. Una Fiscalía que de lo laboral desconoce plenamente y, jamás se ha pronunciado contra funcionarios y empresarios que violentan la ley laboral por despidos, retención de cuotas previsionales y sindicales—que es claramente un delito.

El Fiscal que de un principio fue nombrado con toda clase de incumplimientos en los requisitos de ley, sólo porque una pequeña mayoría así lo decidió, le gustara o no, al que estaba en contra. Pareciera que lo que recientemente pasó en la Asamblea Legislativa, ha estado sucediendo y a todos nos han pretendido convencer que así es la democracia—todos sabemos que el ejercicio de un demos (pueblo) que tiene el poder (cratos), resuelve para una mayoría en detrimento de una minoría que no tiene el poder; y así hemos venido existiendo, siempre y cuando me beneficie; y a los que perjudica, que pueden hacer aceptarlo, rebelarse, resistirse y esperar la nueva correlación donde la democracia pueda invertirse.

*Sindicalista salvadoreño

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