Oración a la Bandera Rota

Por: Francisco Parada Walsh*

Dios te salve, Patria Sagrada, en tu seno hemos nacido y amado; eres el aire que respiramos, la tierra que nos sustenta, la familia que amamos, la libertad que nos defiende, la religión que nos consuela. (Patria Sagrada, parece que Dios se ha olvidado de ti pues ya no debemos recitar la Oración a la Bandera Salvadoreña sino declamaremos  la Oración a la Bandera Rota, tal como está nuestra sociedad; tu, Bandera Rota, eres el fiel reflejo de lo despedazado que tengo mi corazón, mis valores, mis principios; Patria sagrada, pareciera que no hemos nacido en tu seno y no eres el aire que respiramos sino la droga que aspiramos, la tierra que de a poco decidió no sustentarnos, todo se trae, lo nuestro no vale, la familia es disfuncional, algo perdidos, sin tata y nana pero familia al fin; la libertad que nos dio la espalda por culpa de una pacotilla de micos matones (Ser gorila significa evolución) y una religión que se importa más ella que los fieles e infieles).

Tú tienes nuestros hogares queridos, fértiles campiñas, ríos majestuosos, soberbios volcanes, apacibles lagos, cielos de púrpura y oro. (Bandera Rota, como tú están la mayoría de hogares, pocos hogares queridos van quedando, quizá son hogares heridos; de las fértiles campiñas quedan unas cuantas matas pues la ambición del hombre prima sobre el bien común, qué importa que no llegue agua a los hogares y si a los campos de golf, ¡Si es El Salvador de los Ladrones! Bandera Rota, así están nuestros ríos, rotos y apestosos, nuestros volcanes se los devora  el hambre del hombre; vigila Bandera Rota que no te dañen los pocos lagos que quedan y que ese cielo se arme de valor y deje de teñirse de rojo).

En tus campos ondulan doradas espigas, en tus talleres vibran los motores, chisporrotean los yunques, surgen las bellezas del arte. (Bandera Rota, en tus campos ondulan vegetales transgénicos; en tus talleres se desarman los carros robados, desaparecen las bellezas del arte).

Patria, en tu lengua armoniosa pedimos a la Providencia que abra nuestra alma al resplandor del Cielo y grabe en ella dulce afecto al Maestro y a la Escuela y nos infunda tu santo amor. (Bandera Rota, rogamos a la Indolencia que abra nuestra alma al fulgor del Cielo rojo y no cincele en ella el desprecio que se tiene hacia los profesionales, y que la Escuela nos enseñe la realidad histórica y no esa educación mentirosa para seguir ignorantes, pobres, marginados, migrados).

Patria, blasón de héroes y mártires, reseña de virtudes y anhelos; tu reverencia el Acta que consagró la soberanía nacional y marcas la senda florida en que la Justicia y la Libertad nos llevan hacia Dios. ¡Bandera de la Patria, símbolo sagrado de El Salvador, te saludan reverentes las nuevas generaciones! (Bandera Rota, blasón de auto héroes que se tachonan baratas medallas en un famélico pecho  y cuna de mártires con nombres hermosísimos como Feliciano Ama ¡Que apellido! reseña de defectos y derrotas, nuestra irreverencia al Acta que nunca consagró nuestra soberanía nacional y marcas las rutas de los coyotes que se llevan al hermano en que la injusticia y la represión nos llevan hacia el Diablo).

Para ti el sol vivificante de nuestras glorias, los himnos del patriotismo, los laureles de los héroes. (Bandera Rota, para ti, nuestro sol triste que poco tiene que contar y cantar apenas el pájaro picón, héroes militares inventados por el fotoshop y las luces del poder).

Para ti el respeto de los pueblos y la corona de amor que hoy ceñimos a tus inmortales sienes. (Bandera Rota, ¿Cómo podemos decir que te respetamos si día a día te insultamos, te ultrajamos y representas a una nación rota, despenicada, hecha chirajos y te lloramos desde lejos al ver que una pandilla de delincuentes te usan a su antojo, y te pegan un balazo en tus inmortales sienes). Perdóname Bandera Rota, también te he irrespetado, apenas recuerdo tu letra, y veo con estupor como juegan contigo, no eres la primer bandera salvadoreña Rota, hay como tres que te anteceden, al final nadie sabe quién eres, si ni tú tienes identidad, ¿Qué puedes esperar de nosotros?, con tu hermanastro  el escudo han jugado como han querido, hoy es un garabato grisáceo sin masa gris, solo un parche garabateado cual si la dignidad de ustedes fuera cosa de niños. En un momento de profunda crisis decides romperte en siete millones de pedacitos para que cada hijo tuyo tenga siquiera un retazo de tu dolor, de nuestro olvido para ti. Tu mensaje es claro, somos una sociedad rota, una familia rota y un gobierno roto totalmente. Lloro Bandera Rota por tu decisión, te inmolaste en el corazón del poder económico y aun no entendemos, la fiesta debe seguir.

*Médico salvadoreño

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