Lucha contra la hepatitis, logros en peligro

La eliminación de la hepatitis viral como una amenaza para la salud pública es uno de los objetivos claves de desarrollo sostenible a nivel mundial; un progreso que hoy se ve obstaculizado debido a la pandemia por la Covid-19.

Muchos países están haciendo progresos increíbles (en la lucha contra la hepatitis); sin embargo, en algunas regiones se ve obstaculizado por la baja cobertura de la vacuna, alertó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Datos del organismo sanitario internacional advierten que más de 250 millones de personas de todo el orbe viven con infección crónica por hepatitis B, virus que ataca el hígado y cobra la vida de casi 900 mil enfermos cada año.

Los bebés son especialmente vulnerables, pues alrededor del 90 por ciento de los infectados en su primer año de vida se convierten en portadores crónicos.

Entre los avances, la OMS destaca por ejemplo la alta cobertura de vacunación infantil contra la hepatitis B en Asia; mientras en Egipto se ha examinado a más de 60 millones de personas para detectar hepatitis C y aquellos que dieron positivo se les vincula al tratamiento de forma gratuita.

Sin embargo, no en todos los territorios se logra la adecuada prevención y tratamiento; particularmente en África subsahariana muchos niños aún se pierden la dosis de vacuna al nacer, indica un informe de la OMS.

La estrategia global busca la eliminación de la hepatitis viral como una amenaza a la salud pública para 2030, lo cual exige reducir las nuevas infecciones en un 90 por ciento y la mortalidad en un 65.

En ese sentido, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus señala que este año muchos servicios para la prevención, las pruebas y el tratamiento de la hepatitis se han interrumpido, así como las cadenas de suministro.

Los recursos financieros y humanos limitados se están desviando, junto al enfoque político, para contener la pandemia por la Covid-19 y la recuperación económica, añadió.

Si bien es cierto que el virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, afecta a 185 países, con más de 16 millones de casos confirmados y casi 645 mil fallecidos en lo que va de año, especialistas coinciden en la importancia de no descuidar la atención de otras enfermedades.

‘Las vacunas son una de las herramientas más poderosas en la historia de la salud pública (…) pero la pandemia ha puesto en riesgo esas ganancias’, lamentó el directivo de la OMS recientemente.

Se trata de sufrimientos y muertes evitables causadas a niños que se pierden las vacunas de rutina, las cuales se pueden entregar de manera segura incluso durante la pandemia, agregó en referencia a la necesaria inmunización infantil.

En 2019, la proporción de niños menores de cinco años con infección crónica por hepatitis B se redujo a poco menos del uno por ciento en comparación con alrededor del cinco por ciento en la etapa previa a la vacuna (el período comprendido entre las décadas de 1980 y principios de 2000).

Los expertos advierten que los altos niveles de interrupciones de la dosis de inmunización infantil, así como el retraso y recuperación lenta en la expansión del programa de vacunación, tendrán un efecto duradero e impactante.

Según prevén, se reportarían más de cinco millones de infecciones crónicas adicionales por el virus de hepatitis B en los niños nacidos entre 2020 y 2030; además de un millón de muertes adicionales relacionadas con esa enfermedad.

VIRUS DE LA HEPATITIS

Las hepatitis víricas (A, B, C, D y E) son un grupo de enfermedades infecciosas que afectan a millones de personas en el mundo, causeándoles hepatopatías (enfermedad del hígado) agudas y crónicas, provocando incluso la muerte.

De esos cinco tipos de cepas del virus, las hepatitis más comunes son la B y C, causantes de más del 95 por ciento de las muertes.

Las hepatitis A y E raramente causan enfermedades que pongan en peligro la vida; mientras la D es una infección adicional que solo ocurre en personas infectadas previamente con la hepatitis B.

Datos de la OMS indican que la hepatitis es la segunda enfermedad infecciosa más mortífera después de la tuberculosis; aunque se puede prevenir, tratar y, en el caso de la hepatitis C, curar.

Por desgracia, más del 80 por ciento de las personas con hepatitis a nivel mundial carecen de servicios de prevención, detección y tratamiento.

ENFRENTAR LA ENFERMEDAD

Cada 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis, una oportunidad para insistir en el necesario conocimiento sobre la enfermedad e impulsar acciones para su prevención, detección, tratamiento y eliminación.

La OMS aprovecha la ocasión para exigirles a los Gobiernos que aumenten los compromisos políticos y financieros frente a este problema de salud, e informar a la población.

Este año, la OMS insiste en la acción unida e intensificada para prevenir la transmisión de madre a hijo.

En ese sentido, resalta la necesidad de las pruebas a mujeres embarazadas y la provisión de profilaxis antiviral a quienes lo necesitan; además reitera el llamado a ampliar el acceso a la vacunación contra la hepatitis B y la vacuna de dosis de nacimiento.

‘Ningún bebé debería crecer solo para morir de hepatitis B porque no fueron vacunados. El hito de hoy significa que hemos reducido drásticamente el número de casos de daño hepático y cáncer de hígado en las generaciones futuras’, enfatizó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Las vacunas seguras proporcionan más del 95 por ciento de protección contra la infección a los bebés, por lo cual se recomienda que todos reciban una primera dosis tan pronto como sea posible después del nacimiento.

‘Por un futuro sin hepatitis’, es el lema de este año; un deseo colectivo que llama a mantener los progresos en la lucha contra esa enfermedad, aun en el contexto de una alarmante situación epidemiológica mundial.

(Prensa Latina)

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