Planteamientos sociales y económicos

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

La demanda político-laboral más clave en toda esta coyuntura definitivamente es la garantía de ingresos, la protección a los ingresos—estamos hablando de la conservación de los puestos de trabajo claves en cada actividad económica que vaya reactivándose. Cuántos puestos de trabajo se han perdido, como meter racionalidad y recuperarlos al más breve plazo; el asunto de los comerciantes fuertes dentro de la informalidad como apoyarlos para que generen empleo estable, en tanto sus niveles de endeudamiento pudieron haberse mayormente afectado.

El elemento fiscal es de naturaleza trascendental para proteger los empleos en el sector público que depende de los ingresos al Estado. Definitivamente mantener la plantilla durante este tiempo, ha dado elementos para ver como los presupuestos están debilitados y muchas partidas han servido y utilizadas para apoyar la liquidez del Estado para cumplir con el trabajo en esta coyuntura sanitaria, y ya no con el fin que fueron presupuestados.

El endeudamiento es sustancial para seguir viviendo—la austeridad—será importante sin atropellar los derechos sociales y laborales. Todavía hay recorrido para llegar a septiembre y presentar el nuevo planteamiento de política presupuestaria de nación, lo que dará pauta de cómo vamos enfrentar la recuperación de un PIB negativo—el gobierno de Funes encontró situaciones similares hasta de más de un 2%. Los impuestos progresivos y nuevos al consumo de bienes suntuarios, predial son clave en este análisis.

Mesas sectoriales son fundamentales para equilibrar los intereses de quienes tienen el poder con los que representan intereses más sociales—el gobierno ya negoció con los sectores empresariales (no con todos los que requieren del apoyo) y hay delineado una acción para ir apoyando en lo económico que está siendo lo de mayor peso para estos sectores—el asunto es que debe darse un equilibrio, y la representación es fundamental para evitar los abusos y las arbitrariedades, sabemos de la historia de corrupción y decisiones de poder que no alcanzaron los niveles de democratización política, económica y social que se han necesitado y hoy más que nunca en estos momentos.

Hay necesidad de dialogar y alcanzar acuerdos básicos: el hambre, la miseria han proliferado, el desempleo ha aumentado y las condiciones para producir no son las mejores, las personas trabajadoras se encuentran en situaciones calamitosas y mucha de esta población laboral no tiene un futuro asegurado en tanto fue despedido, su contrato laboral suspendido, lo que implica una falta de ingresos para vivir—el gobierno ha apoyado con los 300usd, pero muchos no lo obtuvieron, y los empresarios han comenzado a suspender los pagos de salario o lo han hecho parcialmente o no han cumplido con el decreto de la emergencia que manda a suplir los salarios; no obstante las demandas y quejas ante la cartera de trabajo han seguido aumentando y lo único que se tiene es la certificación de la inspección de trabajo, además de las denuncias hacia empresarios que no han atendido esta directriz del gobierno mientras dure la emergencia.

Los plazos judiciales están suspendidos y las demandas laborales por las violaciones patronales están esperando la justicia, una multa no resuelve el problema, es el trabajo lo que se necesita y el gobierno se muestra débil en hacer cumplir esa parte. Las mesas sectoriales y demás espacios tripartitos deben pronunciarse y retomar este punto. Hasta ahora el planteamiento es de no pagar los impuestos, afectando los servicios públicos y presupuestos institucionales; y el endeudamiento está crecido provocando mayores cuotas de pago de la deuda, lo que ya son más de 1200 millones en el presupuesto y se elevará a más en el próximo período. El pueblo empobrecido va exigiendo más y más, y la situación no da para cumplir satisfactoriamente las necesidades de la gente, el gobierno hace lo que puede, pero hay prepotencia, hay liderazgo tóxico que no ayuda, la inexperiencia en una coyuntura jamás vivida está dando sus resultados y la incertidumbre pesa, los intereses mezquinos van proliferando y esto va siendo por momentos inmanejable, se necesita un concurso pleno e integrado de toda la sociedad.

El trabajo es la situación que hay que trabajar con tesón, los recursos económicos bien dirigidos pueden cumplir con la reactivación y necesitamos de un Estado fuerte que vaya rescatando la normalidad productiva y laboral que necesitamos. Es de importancia incorporar lo sindical en todo esto y empezar a construir futuro, ponernos de acuerdo en lo medular y empezar a caminar, sabiendo que no hay camino, se hace camino al andar.

*Sindicalista salvadoreño

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