¿Crisis de Médicos especialistas? ¡ Incentivos faltan !

(Por: Francisco Parada Walsh)

Leímos y vimos en televisión recientemente, las declaraciones de la Ministra de Salud, argumentando que en el país hay una crisis de médicos especialistas, problema acarreado por décadas, según planteaba, y que esto mismo afecta la calidad de la atención a los pacientes. Que si bien se puede dotar de medicamentos e insumos al sistema, debido a esta crisis, no habría quien recete los medicamentos ni quien realice las cirugías.

No hemos escuchado un argumento, o tan superficial o tan calculado para manejar a la opinión pública. De hecho y por todo lo contrario, en nuestro país del total de médicos, especialistas o no, que podrían pasar los 15,000, apenas una quinta parte de todos ellos tienen un trabajo formal en el sector público. La tasa de desempleo entre los médicos ha sido, y continúa siendo alarmante. Este fenómeno obedece a muchas situaciones que trataremos de desglosar dentro de los límites del presente artículo.

En primer lugar, lo que no ha existido es un sistema de estímulos. Y vemos, que esta situación se continúa con la presente gestión. Un médico termina su carrera en ocho años, como médico general. Luego, para formarse como especialista tendrá que estudiar entre 3 y 6 años más (dependiendo de los requisitos de cada especialidad o sub especialidad). Esto condiciona que, al terminar su formación tenga más de treinta años de edad y se enfrente a un mercado laboral EN EL QUE NO HAY PLAZAS. Es decir, este es un primer e importante obstáculo con que se encuentran los jóvenes médicos al terminar su formación como médicos generales o especialistas. El ofrecimiento hace muy poco de 1000 plazas para el sector público, no solo fue exiguo e insuficiente, sino que además, carente de incentivos.

Debemos aclarar: No todas eran plazas para médicos, si acaso la tercera parte. Además la forma de contratación era y continúa siendo, exclusivamente para trabajar en rol de turnos nocturnos bajo la figura de compra de servicios; es decir, sin prestaciones laborales como seguridad social, fondo de pensiones, etc. Sabemos de médicos que declinaron esta oferta porque no ofrece estabilidad laboral. Esto no resolvió nada, dado que la virtualidad total de los servicios médicos, se prestan diurnamente. Otra situación estrechamente relacionada con lo anterior, son los pésimos e infames salarios. Un ejemplo: Un médico especialista, luego de 11 o más años de formación, si es contratado por 8 horas diarias (si muy acaso el afortunado halla trabajo) ganará poco más de mil dólares al mes, que en términos líquidos le significan alrededor de 900 dólares al mes.

Un sub especialista, por ejemplo en radiología u urología, ganará 400 dólares al mes por medio tiempo de trabajo. ¡Pero incluso esta forma de contratación y estos tristes salarios ya no se ofrecen! Por el contrario, se han abolido las contrataciones por ley de salarios, y este tipo de plazas, las más necesitadas en el sistema de salud, o no existen o son escasas. Comprendemos la carga fiscal que representan los empleados públicos para el gobierno, pero en este caso, se trata de médicos que son quienes atienden a nuestro pueblo. No es posible escatimar en forma mezquina sobre los problemas más sentidos del pueblo. Sería como contratar policías bajo pésimos salarios para que trabajen solamente de noche, ocurriendo el crimen de día.

Un último aspecto de entre muchos otros, es el número de médicos especialistas que se forman en nuestro país. En primer lugar, el ejercicio de las especialidades médicas no se encuentra regulado en nuestro país. La cantidad de médicos residentes que son aceptados en los hospitales escuelas, es celosamente vigilada por los médicos que los forman, por las sociedades de especialistas, entre cuyos miembros también hay los que acaparan el ejercicio privado, grupo reducido a un 2 % de todos los galenos.

Pensamos que es el MINSAL quien debería ser el ente contralor. Si ofrecen salarios dignos y acorde a la alta responsabilidad del médico, con prestaciones laborales, horarios extendidos pero que cubran horarios diurnos en donde se acumulan la virtual totalidad de consultas y cirugías; si además, se implanta por ley el número de especialistas que los hospitales deben formar, el problema estará resuelto. Si el Pinochini de América existiera Sra. Ministra de Salud, usted sería ¡Digna Representante!

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