Una clase trabajadora pensando a futuro

Róger Hernán Gutiérrez*

Haremos un análisis de las razones siempre valederas, el país va hacia una diferente ruta quizás económica, social, política y ello conlleva elementos de nuevos retos para la clase trabajadora—si nos atenemos al discurso se quiere llevar hacia las bases productivas para la industria 4.0-es decir llevar el proceso de trabajo al futuro. Eso requerirá una mano de obra con la formación profesional necesaria para dar pie a un cambio generacional y en la dirigencia empresarial en la manera de hacer el trabajo; así como del grupo de políticos y funcionarios a cargo de ciencia y tecnología, y de otras carteras de Estado que deben funcionar acordes al proceso que va caminando.

Eso significa para una mano de obra poco o nada calificada el desplazamiento brutal y la reconversión prácticamente nula para ese tipo de persona trabajadora, que sabemos es la mayoría que transita en una existencia que no logra superarse por el modelo económico que ha prevalecido a lo largo de la historia de este país; y la generación x; milleniun y generación z, no son una fuerza organizada en conjunto para hacerlo de manera planificada.

Hay aún atrasos considerables en nuestro país, y la mano de obra tiene esa característica, además que al estar dominados por una oligarquía, los procesos productivos continúan siendo faltos de incorporar una visión de desarrollo económico en las áreas productivas de mayor valor agregado agricultura, industria y agroindustria; por ello se habla de impulsar una burguesía en el país que trabaje la evolución productiva en diferentes campos de la actividad económica.

La aprehensión, como capacidad para absorber lo que viene es una realidad en la clase trabajadora y ello percibe algunos nubarrones que se van poniendo como es el caso de hacer eficiente los servicios públicos, la digitalización en mucho parece ser la apuesta del nuevo gobierno y esto implicará una serie de cambios que pretenderían mejorar los servicios, y vendrían a favorecer a la ciudadanía que se ve desprotegida y reclamando sus derechos afectados en la manera de atención ciudadana y la forma como ejercer los servicios públicos.

El mundo electrónico que se estudiaba en el ante proyecto de ley de la función pública en 2013, que luego no prosperó, sino después de un retoque desde lo interno con algunos funcionarios y consultores—después de ser un proyecto con un proceso participativo desde su primer borrador en 2012, donde prevalecía en su contenido el derecho administrativo; se corrigió incorporando la consulta por la vía digital, sumada a un proceso que duró más de un año hasta finalmente quedar “engavetado” en las oficinas de la Secretaría Técnica y de Planificación. Y en forma sorpresiva se introdujo en dic2017 al seno legislativo donde se esperaba que el movimiento sindical lo apoyara.

En cuanto a las amenazas a una desestabilización del empleo público—parece aún confusa la acción que se comenta, si hay procesos viciados en una institución pública se hará lo necesario para depurar la corrupción, y se habla de que está llegando información al seno de la Comisión del nuevo gobierno, donde personas y sindicatos han dirigido denuncias sobre anomalías relacionados con cambios de plazas, prebendas y otras acciones oscuras que no se han comprobado, pero que dan pauta que va a ser difícil la transición en unas entidades más que en otras.

Aquellas acciones de llevar a un pariente y/o paisano de lugar ha fomentado el clientelismo político, y lo han afinado para evadir el nepotismo haciendo un intercambio institucional; así como muchas de las jefaturas no han seguido los procesos de forma transparente, lo que ha atrofiado el ejercicio público y por ende los servicios a la ciudadanía; los efectos de falta de idoneidad, de la competencia, así como la variable de conocer el trabajo público, ha hecho un debilitamiento de la institucionalidad pública—deformada por el ejercicio de Arena que confundió lo privado por lo público; en el nuevo ejercicio se pretende incorporar lo técnico y en ambas visiones desechar lo político.

En mucho de las acciones a futuro como desarrollo económico y la parte política, tendrán su cambio, la profesionalización y digitalización; y las bases para pasar a la industria 4.0; hay aspectos que van a ser promovidos en la denominada nuevas tecnologías—app; software; robotización; nanotecnología—e irá quedando atrás realidades que hoy prevalecen y son fuertes a la idiosincrasia de lo que somos.

*Sindicalista salvadoreño

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