Sepultan a muralista en comunidad donde gestó su arte

Como una de sus emblemáticas semillas de paz, el creador Fernando Llort fue enterrado en La Palma, cuna del movimiento que lo convirtió en un referente mundial del arte salvadoreño.

Hasta la pintoresca comunidad rural de Chalatenango donde nació el estilo ‘palmeño’, fue trasladado el cuerpo de Llort, quien siempre pidió descansar en el lugar donde sembró su semilla de amor, arte y convivencia.

El pueblo lo recibió con globos blancos, flores, las coloridas imágenes que identifican a esa localidad de Chalatenango y reproducciones de sus obras más conocidas, como ‘La armonía de mi pueblo’.

El pasado sábado murió este emblemático muralista y artesano a los 69 años de edad y la noticia conmocionó a El Salvador, donde perdura su obra como testimonio de paz, armonía y perdón.

Entre sus creaciones destacó el mosaico ‘La armonía de mi pueblo’, instalado en la Catedral Metropolitana en 1997, y destruido en 2011 por orden del arzobispo de San Salvador, por supuestos guiños a la masonería.

Otra obra suya de gran valor sentimental es el monumento ‘Bienvenido a Casa’, en el entronque conocido como Hermano Lejano, justo donde el viajero que llega desde el aeropuerto entra a San Salvador.

Llort, de formación teológica, dejó la capital para irse a La Palma, donde fundó el taller escuela ‘La semilla de Dios’, dedicado a fomentar el arte popular.

Sus creaciones están fuertemente ligadas a la identidad visual del país, por sus colores y formas simples, que recuerdan la sencillez del arte maya, con la adición de motivos originarios y cristianos. (PL)

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