Covid-19: ¿Es posible aprender algo?

Por: Miguel Patiño Hernández, Universidad de Montemorelos – México

Confinamiento, estrés, adversidad, adaptación, asimilación, entre otras, son palabras que describen el continuo carrusel de circunstancias que la pandemia ha generado globalmente. ¿Qué lecciones ha extraído un ciudadano adventista del séptimo día en este contexto? Para describir estas enseñanzas, se considera importante identificar y reconocer brevemente algunos de los pilares sobre los que se recarga y sostiene el entendimiento adventista, así como su cimiento.

Siendo un movimiento heredero de la Reforma Protestante, el cimiento o fundamento es el principio de la Sola Scriptura. Dicho fundamento da coherencia y congruencia a su sentido de misión, visión y valores. Sobre esta base se erigen los pilares, entre los que se encuentra el entendimiento de una antropología monista que identifica al ser como integral. Por lo tanto, el ser humano experimenta la plenitud, de acuerdo con el adventismo del séptimo día, al existir un desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y espirituales. Otro pilar importante de subrayar es el de la esperanza, el cual le permite mirar con confianza al futuro. Con este marco general de referencia, es posible considerar un atisbo de las lecciones que un adventista ha obtenido de esta pandemia.

La importancia de cuidar el cuerpo. La promoción de la salud y el cuidado de un estilo de vida saludable, han sido estandartes adventistas desde sus inicios. El énfasis de abstenerse del consumo de bebidas embriagantes, tabaco y carne de cerdo, ha sido acompañado con un renovado compromiso de promover un estilo de vida saludable. Instituciones educativas, casas publicadoras, clínicas y hospitales, así como cada centro religioso, han promovido y concientizado a sus feligreses a tomar cuidado del consumo de bebidas azucaradas y comidas rápidas.

La conciencia de la importancia de un estilo de vida saludable ha generado una movilidad acentuada en la practicar el ejercicio físico y practicar el consumo de una alimentación balanceada. Programas en las redes sociales, conferencias virtuales, distribución de materiales, composición de cantos inculcando este valor en las nuevas generaciones, son algunas de las evidencias de que esta es una de las enseñanzas que el Covid-19 ha profundizado en el adventismo.

La importancia de generar contenidos positivos en las redes sociales. La incertidumbre y caos generado por el confinamiento, produjo una avalancha de contenidos en las redes sociales de toda naturaleza. Desde iniciativas para movilizar a las masas, hasta caricaturas con fines humorísticos desacreditando las informaciones oficiales en las redes sociales, se convirtieron en una práctica generalizada. El adventismo en lo general miró una oportunidad de generar contenidos, frases, lemas y programas que pudieran transmitir esperanza. Programas diversos en las redes sociales fueron creados para niños, jóvenes y adultos. Día con día en diversas plataformas se ha buscado difundir esperanza. La coordinación intencionada por marcar una tendencia positiva se ha convertido en una distinción y práctica que se ha venido a convertir en duradero y parte del estilo de vida adventista.

La importancia de consolidar una estructura coordinada. La estructura organizacional utilizó su plataforma para mantener cercanía e identidad con sus feligreses. La existencia de una sede internacional y de oficinas regionales, nacionales y locales, permitió coordinar un esfuerzo conjunto con el propósito de continuar el diálogo cercano con cada familia, brindando una red de apoyo físico y emocional. Una red de atención sicológica gratuita a nivel nacional reforzó la estabilidad de diversas familias y consolidó un trabajo intencionado en medio de la crisis. Mediante diversos medios (uso de plataformas virtuales como Zoom, grupos de WhatsApp, llamadas telefónicas, etc.), se logró mantener una interacción cercana que ha permitido identificar y apuntalar los lugares con mayor necesidad.

La importancia de orar por los dirigentes de la nación. Los adventistas del séptimo día consideran necesaria una relación respetuosa con el estado, sin existir un cruce en los límites que cada esfera coordina y promueve. Los dirigentes civiles a nivel global enfrentan uno de los momentos más desafiantes a nivel financiero generado por la emergencia sanitaria. El orar por los gobernantes, sus familias y sus decisiones, ha sido una práctica en los hogares y programas eclesiásticos sin fines partidistas o de promoción de una agenda política en lo particular.
La importancia de un sistema educativo integral en todos los niveles. La existencia de un sistema educativo coordinado y uniforme en el adventismo, ha servido como cohesor de una cultura del desarrollo integral de las facultades físicas, mentales y espirituales. Los centros educativos han utilizado las plataformas virtuales como anclas para afianzar la importancia de un estilo de vida saludable, así como del desarrollo del espíritu. El sistema educativo no ha enfatizado solo la transmisión de conocimiento, sino la interiorización de valores morales y saludables a las nuevas generaciones.

La emergencia sanitaria llegará en algún momento muy probablemente a su fin, pero cada uno de estos aprendizajes señalados ha llegado a incorporarse como parte de los ejes que conforman al adventista del séptimo día. El adventista considera tener un mensaje relevante para la sociedad, un mensaje de unidad, de armonía y de esperanza.

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