DestacadasEntorno

La salud mental… Nerón.

Por: Edwin Felipe Aldana Aguirre. (Investigador y Docente Universitario).

Uno de los problemas es que realmente el proto prócer está convencido de que ya es Rey y en ese ensueño, lo poco instalado que estaba en la realidad se ha terminado; está disociado, está embelesado consigo mismo y no queda ya ni rastro de la más mínima empatía si es que en algún momento la hubo.  Ya no está jugando con los fondos limitados que le daban para sus sueños de ser rey. Ahora son los fondos de la nación y con ellos la vida de las grandes mayorías que de nuevo son revictimizadas hasta el punto de la humillación extrema… Y ésta última es la base o resorte para el estallido de la violencia.

Y cuando despierten sus alelados cortesanos, querrán culpar a las diabólicas medidas que impone el FMI -Fondo Monetario Internacional-, pero ese sólo será discurso barato justificativo.  La verdad es que han quebrado al país, y lo han hecho con una monumental ignorancia de la cosa económica, con una corrupción fruto de los sinvergüenzas de la corte oscura que ya se dan cuentan de los desvaríos del prócer y han empezado a robar a manos llenas, en este país en el cual ya no existen las leyes. Estamos tan mal, que hasta el FMI se convierte en una salida para ellos, y no les importa que la nación salvadoreña sea vendida al mejor postor.

El país está quebrado y la crisis está servida y por lógica elemental las cifras macroeconómicas van mostrando que el crecimiento y la felicidad son cosas inevitables; en otras palabras, estamos condenados a ser un país del primer mundo. Qué más podemos pedir, sino que, el prócer se haga eterno. Porque en el último trimestre hemos crecido un 5.1 % ¿Qué puede estar mal?

El anterior párrafo sólo muestra que el problema de salud mental está extendido y eso se hace evidente con la mentalidad carente de solidaridad y empatía de amplios sectores de la población. Definitivamente reitero, son pendejos en vías de desarrollo.  Y el remedo de educación que tenemos, y la basura de iglesias que pululan en el país simplemente complementan la plataforma que construye el discurso ideológico del tirano enloquecido.

Se someten a los dictados del FMI simplemente porque casi se han acabado el país, se han acabado el presente y futuro de la nación salvadoreña. Ahora les toca reducir el Estado y eso significa enviar al desempleo a gran cantidad de personas que tienen hijos, que tienen padres, que tienen compromisos que cumplir… Casualmente ahora han dado dinero a todos los militares, les han dado canastas navideñas, les están dando amor del que ellos saben. 

Raro, pero a la Policía Nacional Civil no se le ha agasajado al nivel que lo han hecho con la fuerza armada. Parece que hay fisuras en la guardia pretoriana.

Todos los gastos innecesarios deben ser reducidos, es decir, salud, educación, vivienda. Todo lo que signifique bienestar para la gente no tiene sentido en los territorios del reyecito. Y es tan grande la debacle que ahora tienes que pagar para construir tu casa o para hacer alguna mejora.

Hasta la rebusca está prohibida y no sólo en su Centro Histórico, ahora las tortilleras y las pupuserías deberán pagar impuestos, las tienditas de barrio o pagan impuesto municipal o se mueren. El carácter rapaz del régimen es peor que el de las pandillas y la gente lo sabe.

Lo grave es que ahora los espacios adonde expulsar a la gente se han ido reduciendo y el nazi del norte tan bondadoso con él no lo es. Los ególatras se festejan entre sí, pero no se juntan. Cada quién es dios con su reino.

El régimen de excepción y la creciente militarización de la sociedad remarcan que la gobernabilidad descansa en el miedo que son capaces de infundir a las personas. El diálogo y el consenso son cosas del pasado y no tienen cabida en la nueva historia.  La burla y el desprecio hacia los otros acrecienta el endiosamiento y hace evidente este desprecio, enviando a la calle sin empleo a miles de trabajadores y trabajadoras públicas a las puertas de la navidad. Se ríen de la gente y del Dios verdadero.

Feliz Navidad pues, para Allah, para Jehová, para HaShem y para la puta que los parió.