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Epstein puede abrir la caja de Pandora.

En el debate político estadounidense los archivos y correos electrónicos abren una serie de investigaciones no solo en asuntos de orden sexual o abuso de poder, sino en el modo que el sistema financiero se estructuraron procesos de lavado de activos

Por: Editorial Diario Red.

Después que el Senado de Estados Unidos aprobara, esta semana que termina, un proyecto de ley que obliga a publicar los documentos de la investigación sobre el pederasta Jeffrey Epstein, y lo envió al presidente, Donald Trump, para su ratificación, han surgido una serie de especulaciones para intentar configurar el escenario político en el imperio del norte y también las consecuencias que podría traer para algunas figuras políticas en América Latina.

No olvidemos que Trump, en principio, se opuso a la publicación de los documentos. Frente a la contundencia de las revelaciones que se filtraron, cambió de opinión, porque además su propio partido impulsó la presión con lo cual el mandatario estadounidense prometió firmar la ley si la aprobaba el Congreso.

Incluso, el líder republicano del Senado, John Thune, comentó que cuando «un proyecto de ley sale de la Cámara de Representantes con 427 votos a favor y uno en contra, y el presidente dice que lo va a firmar, no estoy seguro de que enmendarlo sea una posibilidad».

Y en ese sentido, “las cartas están echadas”.

Hay dos certezas: pase lo que pase, el futuro inmediato para Trump es de una baja en la popularidad y una secuencia de investigaciones que pueden tocar a sus socios y a sus amigos

¿Qué viene ahora? ¿Es posible asegurar que el presidente estadodunidense saldrá sin mancha alguna de la publicación o para hacerlo se aseguró con anterioridad de no tener ninguna consecuencia directa?

Por supuesto que en el debate político de estos momentos hay dos certezas: pase lo que pase, el futuro inmediato para Trump es de una baja en la popularidad y una secuencia de investigaciones que pueden tocar a sus socios y a los amigos que no solo están en la lista, sino que podrían declarar sobre otros asuntos, como el lavado de activos en el sistema financiero.

Porque si lo que más se ha destacado de los 20.000 correos electrónicos donde Epstein hacía mención directa a Trump asegurando que tenía conocimiento de sus crímenes y que además había pasado «horas» con una de las víctimas, hay también datos e indicios de figuras políticas, millonarios y banqueros de varios países.

El propio Trump recordó en su red social Truth Social, que Epstein “fue demócrata toda su vida, donó miles de dólares a políticos demócratas y estaba profundamente vinculado a muchas figuras demócratas conocidas”, mencionando al expresidente Bill Clinton, el activista político Reid Hoffman, el líder de la minoría Hakeem Jeffries, y la congresista demócrata Stacey Plaskett.

Y si en esa línea se planta ya se advierten los “blancos” a los que apunta el presidente estadounidense. Por lo mismo, también se abre ahora un escenario de confrontación con los demócratas y con ello, muy en su estilo, desviar la atención de lo que está en juego: la misma presidencia de Estados Unidos.