Entrevista

“Lo que pasa en Palestina no está aislado de lo que ocurre a nivel mundial”. Entrevista a Husni Abdel Wahed, embajador de Palestina en ESPAÑA.

El diplomático palestino Husni Wahed, quien fue embajador en la Argentina entre 2015 y 2021, sostiene que la reciente guerra en Gaza fue “una especie de experimento de laboratorio” para luego implementarlo en otras partes del mundo. También afirma que las grandes potencias e Israel buscan “balcanizar” Medio Oriente para su propio provecho.

Por: Elina Malamud.

Husni Abdel Wahed fue embajador del Estado de Palestina en Buenos Aires entre los años 2015 y 2021, después que la Argentina, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, reconociera el derecho de Palestina a constituirse en un Estado libre e independiente.

Desde el año 2022 cumple la misma función diplomática en España, donde fue entrevistado por este medio. En la charla se explayó sobre su visión amplia de la cuestión palestina, más allá de la tragedia genocida y de las novedades surgidas a partir de la propuesta del presidente Donald Trump y que nunca deja de recordar que nació en un campo de refugiados, tiempo después que su familia fuera expulsada de Israel y creció en un ambiente de pobreza, en la realidad de la ocupación.image.png

—Me decía usted que durante la primera presidencia de Trump ya había advertido los posibles cambios que sobrevendrían en el marco de lo que llamamos Occidente.

—Sí. Yo pienso que el sistema produce sus crisis y estas crisis se manifiestan de diferentes formas, pero, en esencia, son características del sistema. Hay dos tipos de crisis: las micro y las macro. Las micro pasan cada diez, doce o quince años y las macro pasan en un período mucho más largo, tal vez un siglo, o más.

Una ocurrió a fines del siglo XIX, principios del siglo XX y concluyó con dos guerras mundiales. La crisis actual empezó en el año 2008 y está en pleno desarrollo. Estamos en un momento de transición y de transformaciones que se ponen de manifiesto con el crecimiento y el ascenso sostenido de lo que hoy se ha dado en llamar extrema derecha…. que es fascismo. No tiene otro nombre. Es fascismo. Se presenta en diferentes lugares con diferentes personajes, pero en esencia es lo mismo.

Yo no veo lo que pasa en Palestina como algo aislado de lo que ocurre a nivel mundial, y pienso que Israel se ha adelantado al resto del mundo en la manifestación de esta crisis y en el ascenso de la extrema derecha.

—¿Usted opina que en la semilla del Estado de Israel estaría el germen de lo que ha venido sucediendo en Palestina?

—Nosotros desde el principio lo tuvimos muy claro porque el sionismo, en su esencia, es un movimiento ultranacionalista, ultraortodoxo, fundamentalista, colonialista, expansionista.

El problema es que los demás no lo querían ver como tal. Porque hay que reconocer que en sus principios logró engañar a amplios sectores progresistas y se presentó como una prolongación de este liberalismo occidental. Algunos llegaron a comparar los kibutzim –las colonias agrícolas judías asentadas en Palestina– con los soviets. Con el paso del tiempo se han desenmascarado y se dio a conocer la esencia del sionismo.

—Es difícil dejar de ver en el sionismo socialista de MordejaiAnilevich, el héroe del ghetto de Varsovia, a un honesto luchador.

—Los palestinos lo veíamos, pero lamentablemente no nos querían creer. En todo caso, Israel se ha adelantado y yo diría que lidera esta corriente. Por mi parte me atrevo a afirmar que lo que ocurre en Palestina no es algo aislado, sino una especie de experimento de laboratorio. En Palestina se preparan las cosas, se experimenta y dependiendo de cómo resultan las experiencias en ese laboratorio, llegan a implementase en otros sitios.

—Como actualmente en Argentina, distintos experimentos con distinto grado de profundidad.

—Pero lo más grave, lo peor de estas circunstancias es la normalización de lo anormal. Se ha naturalizado la ocupación de Palestina. Se ocupó parte del Líbano y se naturalizó; se ocupó parte de Siria y se naturalizó; ahora le piden a Ucrania renunciar a las fronteras del año 2014. El propio presidente Trump, en algún momento, planteó la posibilidad de anexar a Canadá, a Groenlandia, a Panamá. Ahora ya no se habla de esos temas, pero ¿qué garantías hay de que en otro momento no vuelva a plantearse, si se dan ciertas condiciones? Porque lo que se ha naturalizado es la idea.

Otro elemento es el tema de la limpieza étnica. Se la ha ejercido en otros tiempos y en diversos lugares. Ha resurgido en Palestina, tanto en la franja de Gaza como en Cisjordania. ¿Y por qué en otros sitios no? Quizá la persecución al migrante debiera ser vista en esos términos.

Fíjese usted en esta paradoja: una de las banderas de lucha, entre comillas, de la extrema derecha es el tema de la inmigración. La presentan como una amenaza para las sociedades occidentales. En el caso de Palestina estamos muy aferrados a nuestra tierra, pero nos quieren expulsar y nos quieren convertir en migrantes. La paradoja es: ¿por qué luchas en contra de la inmigración y luego quieres producir más inmigrantes? Porque es la crisis del sistema y se manifiesta de esta forma. Por eso hay que ver la historia desde una perspectiva amplia y entender que se debe tener una respuesta global, conjunta, en su contra, porque amenaza a toda la humanidad, no amenaza solamente a Palestina

Benjamín Netanyahu ordenó ataques «inmediatos y poderosos» sobre Gaza y acusó a Hamas de violar la tregua

—¿Cómo ve usted la proyección de la propuesta de los veinte puntos del presidente Trump?

—No es ningún secreto que todo el mundo saludó, dio la bienvenida a la propuesta, tanto Hamas como la Autoridad Palestina, en términos generales, pero la verdad es que en este plan tan ambiguo y tan amplio hay muy pocas cosas concretas con los plazos. El único plazo fijo es la entrega de los rehenes y está visto que lleva más tiempo del sugerido.

Entre paréntesis, yo estuve y estoy a favor de la liberación de los rehenes y no es ningún secreto que desde un principio la OLP y el Estado de Palestina han planteado la necesidad de la liberación de los rehenes por convicción, por principio, por ética. Si luchamos por la libertad no podemos privar de la libertad a nadie. Por lo tanto estamos de acuerdo con la liberación de los rehenes.

Pero me pregunto qué pasa con los otros temas. Con respecto a los otros temas no hay nada, porque hasta se le ha dado a Israel la posibilidad de mantener sus tropas en un perímetro mientras estimen que haya una amenaza. Puedo decir que el presidente Trump le tiró un salvavidas a Netanyahu y a Israel; porque según sus propias palabras, Israel estaba aislado y perdía apoyo internacional; él se comprometió a recuperar el apoyo a Israel y salvarle de este aislamiento.

Entonces le ofrece un plan que, según Netanyahu (el ministro de Defensa), Israel Katz y el a veces ministro, a veces opositor Gideón Sa’ar no les sorprendió, porque era su plan. Lo afirman, que era su plan.

El presidente Trump plantea un Consejo de Paz Internacional presidido por él y secundado por Tony Blair. ¿Qué significa esto? Un protectorado, una nueva forma de colonialismo. No tiene otra descripción. No hace referencia al Estado de Palestina, se insinúa muy de lejos y tanto Netanyahu como todo el Estado de Israel afirman que no van a permitir un Estado palestino. Entonces, ¿en qué quedamos?

El presidente Trump planteó lo que llama una gran propuesta y el diablo está en los detalles. Además ¿quién y por qué incorpora a las negociaciones a su yerno, Jared Kushner? Y todos sabemos lo que piensa y lo que pretende el señor Jared Kushner. Todas estas son preguntas, interrogantes que no tienen respuestas.

Yo creo que el planteo del presidente Trump era un salvavidas para Israel por un lado y un ultimátum para Hamas por el otro, y esperaban que Hamas lo rechazara. El presidente Trump dijo claramente que él iba a dar las órdenes para destruir a Hamas y que llegaría el infierno nunca antes visto a la Franja de Gaza, como si antes hubiéramos estado en el paraíso. Ni siquiera cabe la pregunta de si el presidente Trump es intermediario o es parte. Está claro que es parte.

—Hace dos años, un medio español le hizo una larga entrevista en la que usted dijo que lo que pasaba en Palestina parecía no tener un antes y un después, como que se trataba de hechos aislados que no tuvieran la lógica de un hilo conductor que los explicara. Y que los hechos del 7 de octubre no escapaban a la lógica de ese hilo de la historia moderna de Palestina.

—En su momento hubo quien puso en cuestión quién fue el autor real de los atentados del 11 de septiembre. Ahora se pone en cuestión quién fue el verdadero autor de los atentados del 7 de octubre, y si Israel estaba enterado o no estaba enterado. Yo no lo sé. No puedo emitir un juicio porque no lo sé.

El hecho es que en 1914, por el atentado de Sarajevo contra el archiduque Fernando, empezó la Primera Guerra Mundial. El asesinato de un personaje, fuera quien fuera, no es motivo para una guerra mundial. Fue porque las cosas estaban preparadas, las condiciones estaban dadas y el atentado fue el detonador, pero no fue el motivo.

Lo que ocurre en Palestina ahora demuestra que había un plan preparado para destruir a la Franja de Gaza, expulsar a la población palestina y va más allá de las fronteras de Palestina, porque durante cierto tiempo, cuando se hablaba del Gran Israel, se argumentaba que era propósito de los extremistas. Pero parece que toda la sociedad es extremista.

El primer ministro Netanyahu se perfila como un moderado comparado con (el ministro de Seguridad Interior ) Itamar Ben Gavir y con (el ministro de Finanzas) Bezalel Smotrich, pero el propio Netanyahu, hace no tantas semanas, ha dicho que hará realidad el sueño de su padre del Gran Israel.

Así que no se trata de sectores marginales de la política israelí. Es la corriente central de la política israelí que aspira al Gran Israel. Por eso yo insisto que lo que ocurre en Palestina no se limita a Palestina.

—¿Usted entiende que hay una intención de balcanizar, de reordenar las fronteras internas del Oriente Medio?

—En cuanto a lo que ocurre en Medio Oriente, Yasser Arafat, ya en los años setenta, advertía de lo que él llamaba la balcanización de nuestra región.

En los años setenta había un auge de la izquierda marxista a nivel mundial y muchos que afirmaban que el futuro era un mundo socialista, de hermandad. Cuando él advertía de la balcanización de nuestra región le decían: pero hombre, tu vas en contra de la lógica.

Pero lo que ocurre ahora es realmente lo que él advertía en el Oriente Medio. Es cosa de ver lo qué pasó en Libia, en Siria, en Líbano, en Irak, en Yemen, en todas partes… y lo que vendrá… ¿Esto a quién favorece? A Israel.

Los que en algún momento podían amenazarlo están con tantos problemas que ni pueden sostenerse como Estados centrales. Presentaban a Irán como la amenaza, pero quedó evidente que Irán ni siquiera puede defenderse; ¿cómo amenazaría a los demás si ni siquiera puede defenderse?

Por supuesto no estoy de acuerdo con irán ni con sus políticas y para mí ningún Estado confesional tiene cabida a estas alturas de la historia, ni Hamas con su proyecto, ni Irán con su proyecto, ni Hezbollah, ni Israel con su proyecto.