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Navidad, paganismo y negociación simbólica.

Por: Elio Masferrer Kan.

Las fiestas decembrinas son muy importantes en la vida contemporánea. Muchas familias planean reuniones, grupos de amigos, compañeros de generación estudiantil se reúnen para ratificar pactos, alianzas y solidaridades. También son tiempos muy complicados para quienes por diversas razones no tienen con quien compartir esos momentos tan definidos en nuestra cultura. Los matrimonios cuyos hijos se fueron a otras latitudes, los conflictos familiares y muchas situaciones que se soslayan durante todo el año, hacen eclosión en estos días.

Una pregunta interesante es porque se festeja la Navidad, la llegada del Mesías, el hijo de Dios precisamente el 25 de diciembre. Los eruditos señalan que en la Biblia no existe ninguna mención de la fecha de nacimiento de Jesús de Nazareth. Complica el panorama las dificultades contextuales. Los censos que hacía el Imperio Romano destinados a conocer el número de tributarios de los distintos pueblos dominados y la situación de los propios súbditos del Imperio se habían iniciado con Augusto y le permitían evaluar y ponderar la situación económica y social de sus territorios. Según la tradición, José y su esposa embarazada debían regresar a Belén para ser censados.

Diciembre en Palestina es un mes muy complicado para un censo, las condiciones ecológicas que describe la Biblia estarían mas referidas al mes de septiembre, en diciembre puede llegar a nevar. Fue el emperador Constantino quien decretó que se celebrara la Navidad el 25 de diciembre, para que coincidiera con las fiestas paganas del solsticio de invierno, que se celebraban en Roma y en una diversidad de pueblos. Si bien el solsticio tiene lugar el día 21 de diciembre, el día mas corto (y muchas veces) el más frio del año. Es precisamente el 25 cuando el sol comienza su movimiento aparente, “el Sol se levanta de su silla (el 25)” es lo que afirman los quechuas de Perú. Por ello es el 24 de junio cuando se celebra el Año Nuevo (Inti Raymi) en el Hemisferio Sur, donde el Invierno es en junio.

La importancia del solsticio es decisiva en términos agrícolas pues define el inicio de la siembra de las plantas destinadas a la subsistencia de los grupos humanos respectivos, además de ciertas actividades con el ganado. El 25 de diciembre había sido introducido en la Antigua Roma por el emperador Aureliano en conmemoración por el Nacimiento del Sol Invicto de la tradición asiria y la estrategia del cristianismo como religión de estado estaría destinado a rescatar, asumir y transformar las fiestas destinadas a los antiguos dioses para lograr una “transición suave” de los conversos. Sería el papa Alejandro Magno quien plasmaría con toda claridad las estrategias de conversión:

“Que los templos de los ídolos de aquellas gentes no deben ser destruidos; sólo los ídolos que en ellas se encuentran; que con agua bendita se rocíen y bendigan los mismos templos, que sean construidos los altares y depositadas las reliquias: porque si los

mencionados templos están bien construidos, es necesario que ellos vean cambiado su antiguo culto a los demonios por el culto al verdadero Dios”, y define con toda claridad las tácticas de conversión: “Porque es sin duda imposible arrancar a la vez, de almas tan rudas, todos los malos usos; viendo también que aquel que se esfuerza por escalar una cumbre, lo hace paso a paso y no a saltos.” En: Beda, Historia Ecclesiastica Gentis Anglorum, I, 30.

Ante el éxito obtenido y a instalado el cristianismo continuaron añadiendo un conjunto de ingredientes que fortalecieran los elementos culturales que fortalecerían la conversión. Uno de ellos esta vinculado al papel de los Reyes Magos y a Santa Claus, que son también personajes mitológicos articulados al contexto cultural. Santa Claus está vinculado a Nicolás de Bari, un obispo que acostumbraba repartir juguetes a los niños. El personaje histórico repartió su riqueza entre la gente pobre, siguiendo las costumbres de las comunidades del cristianismo primitivo.

Uno de los relatos más notables es que Nicolás se enteró de la pobreza de un hombre devoto que no tenía dinero para pagar la dote de sus hijas y si estas permanecían solteras deberían de prostituirse para sobrevivir. En forma subrepticia fue regalándole dinero para que pudiera casar a sus hijas en entregas nocturnas. La Navidad y sus personajes folklóricos se fueron trasmitiendo y actualmente existen una articulación de diferentes relatos que son aprovechados por los niños quienes en forma eclécticas reciben regalos el 25 de diciembre y el 6 de enero también son visitados por los Reyes Magos.

En sentido estricto los cristianos cristianizaron una fiesta precristiana y celebran el 25 de diciembre como el nacimiento de Jesús de Nazareth. Sólo me queda decirles a mis lectores cristianos que pasen una Feliz Navidad.

Doctor en antropología. Profesor investigador emérito ENAH-INAH