Libro: LA OTRA CARA DEL GENOCIDIO AMERICANO: Nueva edición.
Por: Marcelo Valko.
¿Alguien tiene presente que, en la Buenos Aires Colonial, al producirse el primer gobierno patrio en 1810, de cada cuatro habitantes, uno era proveniente de Angola, Congo o Mozambique?
El desastre demográfico causado por la Conquista diezmó a los pueblos originarios al utilizarlos in extremis como combustible biológico. El casi parate de las relaciones económicas de producción obligó a buscar sustitutos provocando un segundo genocidio para mantener la rentabilidad Del mismo modo que la hecatombe en tiempo y espacio perpetrado contra los indígenas americanos no tiene parangón en los anales de la humanidad, el secuestro y cosificación de africanos para introducirlos en el Nuevo Mundo constituyó el mayor y más bestial desplazamiento forzado de seres humanos del que se tenga memoria. Ambos genocidios Conquista y Esclavitud son dos caras de una misma moneda del crimen perpetrado en América. Existen datos contundentes que desnuda un sistema económico delincuencial que arrancó seres humanos del otro lado del Atlántico para obligarlos a trabajar en tierras usurpadas a los indígenas exterminados constituyendo un todo que la desmemoria oficial busca diluir con efemérides vaciadas y recordatorios que de tan insípidos resultan cómplices.
En Esclavitud y Afrodescendientes pretendemos desmistificar el blanqueamiento con que se procuró barnizar a una Argentina que hizo cuanto pudo por evaporar a los africanos de nuestra historia. Pocos tienen presente que en la Buenos Aires colonial una de cada cuatro personas era afro en tanto que a fines del siglo XIX se editaba en la ciudad una decena de periódicos de ese origen. Negar las evidencias de tal densidad poblacional e importancia y su posterior destino tiene un único propósito: demostrar la excepcionalidad Argentina. El palabrerío oficial puede sonar verosímil, puede tener el consenso de sus creyentes pero eso no lo convierte en verdadero y mucho menos cuando se procura que el horror se haga silencio en los documentos. La manipulación de la historia que arroja todo lo que desentona fuera de los márgenes es antigua como el mundo, superar esa falsedad ideológica al servicio del statu quo y su narración impostora es la tarea que plantean estas páginas de una lectura tan necesaria como documentada. Es lento, pero viene…
