¿Cómo puedo ser humano?

No lo sé. Lo que vive el mundo es algo que jamás cruzó por mi mente, pensé morir sin llevarme esa confusión y esa angustia de que, en la aparente cadena evolutiva es el hombre el que está por encima de las otros reinos, pero ¿Cómo puedo ser humano?

Por: Francisco Parada Walsh*

Si la diferencia entre un animal, una planta y una esmeralda se supone la da la inteligencia, el pensamiento y tantas habilidades que se tienen sin embargo cómo puedo comparar a un hombre sencillo o al  hombre más poderoso del mundo con un koala, un gato, una hormiga, una iguana, un perro si estos solo dan gracia, alegrías y felicidad; cómo puedo comparar al ser humano con una rosa que solo libera las fragancias más deliciosas que a nuestro olfato hace caer rendido, no hay forma de comparar el bien y el mal, no, no aprendemos las lecciones a pesar del altísimo precio que debemos pagar; que un país del cuarto mundo como es El Pinochini de América repita los mismos errores se le vale, apenas pensamos y aparte de la ignorancia supina de los que dicen ser nuestros líderes no podemos esperar ni mucho ni poco, sino ¡Nada!

Pero países como Holanda, Polonia, España, y tantas naciones que según la historia son estados totalmente adelantados a nosotros y  han sufrido guerras donde son las sombras de las personas que fueron desaparecidas cuando se lanzaron las bombas atómicas a Japón quienes pueden dar testimonio de lo espantoso que es un conflicto armado, parece que también olvidaron la historia y sobre todo, una población en apariencia educada, con prestaciones sociales que jamás gozaremos en esta jungla quienes se equivocaron al elegir a sus gobernantes, como nosotros; entonces en ¿Qué se diferencia un país como Holanda donde hablar de cinco a siete idiomas es algo normal con un país como el nuestro donde apenas hablamos el español y quizá nuestra primera palabra al nacer sea “Desaparecidos”? ¡En nada!

No puedo sentir orgullo de ser humano y debo tomar partido entre el bueno y el malo, pero ese bueno que resulta de ser el ganador de esta contienda cargará sobre sus hombros la sangre de millones de personas y quien sabe de miles de millones de personas, esa es una relación sado-masoquista donde se disfruta del dolor del hermano; cuando llevamos una vida más o menos tranquila y en un santiamén debo dejar todo, apenas agarrar lo elemental, mi ropa, alguna comida, la mascota y empezar  a peregrinar, es algo insano sin embargo a nuestra tierra solo llega una parte de la verdad y como una sociedad que no lee, creemos lo que se nos quiera vender y aun, a nadie le importa el dolor que causa una guerra como la que se avecina y mientras, el joven presidente se decanta por el bando ruso cuando apenas vivimos de las remesas que nuestros hermanos lejanos envían mes a mes y quizá deba recordarle al lector que los ciudadanos americanos japoneses, a pesar de su status legal fueron enviados a campos de concentraciones gringas por solo el hecho de ser japoneses.

¿Qué nos puede suceder a nosotros? No puedo ni imaginar el desastre que se puede llegar a vivir sin embargo, en el país donde soldados manejan los buses, todo puede suceder.

Prefiero ser una piedra, un hueso, un clavel o un gato antes que ser el ente que ante nuestros ojos es el más evolucionado, quizá sí, pero en la maldad más pura; mientras el supra poder mundial, sabe que sus patrimonios se verán infinitamente aumentados pues el negocio de la guerra es el más lucrativo del mundo.

Invadir países en el nombre de la justicia, de la paz, de los derechos humanos y tantas blasfemias que, inventadas se venden a un mundo que gira al revés. No quiero ser humano, prefiero otro apelativo pero pensar que soy superior a un caballo es engañarme, no, los animales, las plantas y los minerales son hermosos, nosotros somos feos y malos.

Nuevamente el mundo cae, somos los ciudadanos los que imploramos al mal, cada uno de nosotros que cree que una guerra es dulce, fácil, y nuevamente es el soldado pobre matando a otro pobre el héroe de la película y los villanos, que no son los presidentes se relamen del dinero obtenido totalmente manchado de sangre, de inocencia, de dolor. Cuando leo los comentarios de personas mayores, su desconocimiento es total, importa más qué partido de futbol se verá o qué licor se tomará, mientras mi hermano ruso o ucraniano, es desollado vivo por la maldad humana ¿Cómo puedo ser humano?

*Médico salvadoreño

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