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  • ARGENTINA. Así fue cómo aniquilaron el principio de presunción de inocencia.

    ARGENTINA. Así fue cómo aniquilaron el principio de presunción de inocencia.

    Por: Lisandro Prieto Femenía

    “La justicia sin la verdad es como la fe sin obras: muerta”

     Arthur Schopenhauer

    Hace unos días salió a la luz el caso de Alejandro Otero, el drama de un hombre que estuvo en prisión por una falsa denuncia de su hijo, presionado por su ex esposa. Evidentemente, no es meramente una crónica judicial, sino un síntoma lacerante de una crisis en la administración de justicia y en la comprensión de la verdad. El hecho de que la madre de sus hijos los coaccionara para articular esa nefasta falsa denuncia de abuso infantil no sólo revela la perversidad inherente a tales actos, sino también que expone una alarmante impunidad legal para quienes instrumentalizan el sistema, despojando a un individuo de su libertad, reputación y vínculo familiar más íntimo. Repito, esto suceso, lejos de ser una anomalía, ilustra una preocupante erosión de los principios sobre los que se erige el Estado de Derecho.

    Es sabido que la piedra angular de cualquier sistema jurídico que se precie de ser justo y respetable es la presunción de inocencia. El artículo 11 de la Declaración Universal de los Derechos humanos es claro y categórico: “Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa”. Sin embargo, en el contexto de las falsas denuncias, y particularmente en delitos de alto impacto social como el abuso, este principio parece sucumbir ante la presión mediática y una interpretación distorsionada de la protección a la víctima.

    El calvario de Otero ilustra vívidamente esta erosión. Fue arrestado en 25 de junio de 2018 y pasó 26 (veintiséis) meses en prisión, sólo para ser declarado inocente después de un proceso judicial que duró 7 (siete) años. El elemento más desgarrador de su caso fue la revelación de que su propia ex-esposa, en el contexto de un conflicto de tenencia, presionó a sus dos hijos, menores de edad, para que lo denunciaran falsamente. A pesar de las inconsistencias en los testimonios infantiles, la falta de pruebas físicas y las múltiples pruebas que sí demostraban su inocencia, el proceso avanzó impulsado por la “credibilidad” inicial de la denuncia. No fue hasta que uno de sus hijos, ya adolescente, declaró en Cámara Gesell que la denuncia había sido fabricada bajo coerción de la madre, que el caso comenzó a desmoronarse. La vida de Alejandro quedó totalmente destrozada: perdió su trabajo, su reputación y, más importante aún, años irrecuperables de cercanía con sus hijos, a quienes la madre les prohibió el contacto. Esta es la cruda realidad cuando la presunción de inocencia cede ante una acusación sin fundamento, mientras las instituciones del Estado, los medios de comunicación y la sociedad toda, mira a un costado.

    Históricamente, la carga de la prueba recae sobre el acusador. Como bien señaló el jurista y filósofo del derecho italiano Cesare Beccaria en “De los delitos y las penas” (1764), “la certeza de un castigo, aunque moderado, hará siempre mayor impresión que el temor de otro más severo, unido a la esperanza de la impunidad”. En este sentido, la impunidad ante la calumnia o la falsa denuncia no solo desequilibra la balanza de la justicia, sino que socava la confianza pública en el sistema. Datos de diversas investigaciones indican que, si bien el porcentaje varía, las denuncias falsas por agresión sexual no son insignificantes. Por ejemplo, estudios de la Universidad de California, Davis, y otras instituciones académicas en EE.UU. han estimado que las tasas de denuncias falsas pueden oscilar entre el 2% y el 10% de todas las denuncias, aunque algunas investigaciones sugieren cifras mayores en contextos específicos. Ignorar esta realidad estadística es ignorar una vulnerabilidad crítica para los derechos fundamentales de los acusados, los cuales, mientras dura el proceso, viven un calvario.

    Pero más allá de la vulneración jurídica, la falsa acusación conlleva un costo humano devastador, a menudo subestimado, sobre todo por los medios masivos de comunicación. Las consecuencias psicosociales para los injustamente acusados- estigmatización, pérdida del empleo, quiebre familiar y ostracismo social- terminan siendo insoportables. Existen numerosos reportes y estudios que, si bien no ofrecen una estadística global consolidada debido a la dificultad de su rastro y la confidencialidad de los casos, documentan una correlación trágica entre las denuncias falsas y el aumento de los problemas de salud mental, incluyendo la ideación suicida. Organizaciones de apoyo a víctimas de falsas acusaciones, como “Falsely Accused Individuals for Reform (FAIR)» en Estados Unidos o diversas asociaciones de padres separados, han señalado que el suicidio se convierte en una vía de escape para algunos hombres que, tras ser injustamente denunciados, pierden todo apoyo social y legal, encontrándose en una situación de indefensión absoluta. Si bien no se dispone de una cifra exacta de hombres que se han quitado la vida específicamente por esta causa a nivel mundial, la constante aparición de casos individuales en medios de comunicación y en la casuística de estas organizaciones es un sombrío recordatorio de la extrema presión y desesperación que generan estas situaciones. En definitiva, queridos lectores, la vida, la libertad y la dignidad son bienes irrecuperables cuando la justicia falla estrepitosamente.

    La precitada crisis de la presunción de inocencia se ve exacerbada por una concepción de la verdad que ha sido profundamente influenciada por la postmodernidad. En la era de las “verdades” subjetivas y las “narrativas” personales, la objetividad procesal corre peligro. Uno de los ideólogos responsables de esta nefasta forma de vida fue Jean-François Lyotard, quien en su patética obra titulada “La condición postmoderna” (1979) diagnosticó la incredulidad con respecto a las metanarrativas, refiriéndose a los grandes relatos que han estructurado nuestra comprensión del mundo, incluyendo la noción de una verdad única y accesible mediante el uso irrestricto de la razón. Esta crítica decadente pretendía liberarnos de dogmas supuestamente opresivos en el ámbito del pensamiento y terminó consolidando consecuencias nefastas en el ámbito judicial.

    Cuando la “verdad” de la persona denunciante se impone por mera enunciación, sin la corroboración de pruebas fehacientes, el sistema judicial abandona su rol de árbitro imparcial en la búsqueda de la verdad y de los hechos. Con esta mediocridad moral y esta corrupción política en el seno de la justicia, se ha logrado sustituir la epistemología judicial- basada en la evidencia, la razón y el procedimiento- por una suerte de “razón victimista” que, si bien puede ser legítima en el plano emocional y social para reconocer el sufrimiento, es insuficiente y peligrosa como fundamento para la condena penal. Al respecto, la filósofa española Victoria Camps, en su análisis sobre la ética pública en la obra “El gobierno de las emociones”, ha enfatizado que “la justicia no puede basarse en la merca credibilidad subjetiva, sino en la demostración objetiva de los hechos”, indicando con ello una extinta discusión de la primacía de la razón en la toma de decisiones éticas y políticas frente a la frágil emotividad.

    Dicho esto, es pertinente reconocer cuán imperativo es revertir esta deriva asesina. Un sistema jurídico robusto debe proteger a las víctimas genuinas con todos los recursos disponibles, pero no puede hacerlo a expensas de los derechos de los acusados. La victimización automática del denunciante, sin que medie un escrutinio probatorio, no sólo vulnera la presunción de inocencia sino que, paradójicamente, deslegitima las denuncias verdaderas al sembrar dudas sobre la validez de cualquier acusación.

    Un aspecto central de esta regresión judicial reside también en la injusta inexistencia o la levedad de las penas para quienes perpetran falsas denuncias. En muchos ordenamientos jurídicos, las consecuencias para el calumniador o el perjuro son mínimas en comparación con el daño irreparable que pueden causar. Esta asimetría punitiva genera un incentivo perverso, a saber, el riesgo de una acusación falsa es bajo para el denunciante, mientras que las repercusiones para el denunciado son máximas. Si, por el contrario, existiera un severo castigo a estas injurias y falsas imputaciones, es razonable inferir que la incidencia en las denuncias infundadas disminuiría drásticamente. La amenaza de una sanción real y proporcional al daño causado, incluyendo la reparación económica a la víctima de la falsa denuncia y penas privativas de libertad en casos de especial gravedad o dolo manifiesto, operaría como un potente disuasivo, restaurando la necesaria prudencia y responsabilidad en el acto de acusar.

    No es tan difícil. Volver a un sistema que priorice la prueba tangible es fundamental. Esto implica fortalecer las etapas de investigación preliminar, asegurar que los operadores judiciales no cedan ante la presión mediática o la “cultura de la cancelación” anticipada, y establecer mecanismos efectivos para sancionar las denuncias falsas. Sólo así, se podrá restaurar la confianza en la justicia y proteger a los inocentes de la destrucción de sus vidas a manos de una acusación infundada promocionada por una banda de inútiles y corruptos con poder (periodistas, jueces, fiscales, etcétera).

    La angustiosa experiencia de Otero, resonancia de incontables tragedias silenciadas, nos obliga a confrontar una realidad perturbadora: ¿hasta qué punto nuestra sociedad, guiada por una comprensible empatía, ha debilitado las garantías fundamentales del debido proceso en la búsqueda de la justicia? Este dilema hace reflotar una tensión crítica entre la legítima protección a las víctimas y la irrenunciable salvaguarda de la presunción de inocencia, principios constitucionales que, lejos de ser antagónicos, son pilares de un sistema judicial equitativo. La impunidad ante la falsa denuncia no es un mero error procedimental, sino que representa una profunda fractura ética y jurídica que, al corromper la confianza en nuestras instituciones, erosiona los cimientos mismos de la convivencia justa y, en los casos más extremos, empuja a la desesperación y la autoeliminación. En un panorama donde las verdades se fragmentan y las subjetividades caprichosas ganan todos los terrenos, la filosofía del derecho debe reafirmar la necesidad de una verdad procesalmente verificable y de consecuencias reales para la mentira deliberada: no puede seguir siendo gratuito arruinarle la vida a nadie, porque la moda impuesta por la agenda progre del momento no se puede cargar a la verdad ni a la evidencia en el altar de la mera afirmación intencional de dementes con poder de daño. De continuar así, amigos míos, estamos condenados a replicar injusticias en nombre de una justicia mafiosa y malentendida que sólo parece procesar debidamente a delincuentes de guantes blancos, mientras que usted y yo, estaremos desprovistos de cualquier tipo de derecho real.

  • La oposición controlada: Una farsa democrática.

    La oposición controlada: Una farsa democrática.

    Por: Mauricio Manzano. 

    En la política actual una de las jugadas más astutas y menos reconocidas es la creación de una oposición controlada. Este concepto, que parece una contradicción, es en realidad una estrategia engañosa utilizada por regímenes autoritarios para mantener una fachada de pluralismo democrático. La oposición controlada no busca destituir los abusos de poder, sino legitimarlo, ofreciendo una disidencia inofensiva con el objetivo de engañar a la población y a la comunidad internacional.

    El mecanismo es simple: el régimen dominante fomenta o tolera la existencia de partidos, intelectuales, o movimientos que se autodenominan «opositores», que en realidad no representan una amenaza para el poder político que gobierna. Estos grupos critican aspectos superficiales del gobierno, participan en debates televisivos, radiales y en redes sociales. Sin embargo, en los momentos cruciales de denuncia de la corrupción, violación al orden constitucional y los derechos humanos, su voz se debilita o se alinea con el poder, ya sea por miedo, por acuerdos secretos o por intereses personales o compartidos.

    La función principal de esta falsa oposición es desviar la atención de las violaciones de los regímenes dictatoriales. Mientras el público se enfoca en las conflictos teatrales entre el «gobierno» y la «oposición», el poder real se consolida sin oposición efectiva. Las voces críticas auténticas, como los movimientos ciudadanos independientes, periodistas de investigación, intelectuales imparciales son perseguidos, silenciados, encarcelados, exiliados y hasta asesinados, mientras los «opositores» oficiales gozan de un espacio mediático y político.

    Esta estrategia es efectiva para desmoralizar a la sociedad civil. Cuando los ciudadanos ven que los líderes que se supone deben defender sus intereses no actúan con convicción, la esperanza de un cambio real se desvanece. La indiferencia se convierte en la norma y el cinismo político en la única respuesta racional.

    La oposición controlada no es un simple capricho de los regímenes autoritarios; es un arma de doble filo que corroe la democracia desde dentro. Al manipular el concepto de disidencia, se destruye la credibilidad del sistema en su conjunto. La gente deja de creer en los partidos políticos, en los proceso electoral, en la separación de poderes y en el valor de la participación política. El resultado es una democracia sin espíritu, un cascarón vacío donde las formas se mantienen, pero la esencia de la libertad ha sido eliminado.

    En lugar de celebrar la existencia de múltiples partidos, es importante aprender a distinguir entre una oposición genuina, aquella que defiende principios y busca un cambio real, y una oposición controlada, aquella que solo busca los aplauso sin poner en peligro el statu quo. Solo así podremos defender la democracia de los adictos al poder y los enemigos más silenciosos y peligrosos.

  • ILUMINA DESDE DONDE ESTÉS.

    ILUMINA DESDE DONDE ESTÉS.

    Por: Pacifico Chávez.

    Cuando todo parece estar perdido la gente acostumbra decir: “Apaguen la luz y adiós” una frase que en el fondo esta diciendo no hay mas que hacer hemos perdido. Una total desesperanza, una derrota.

    Es en ese momento que se necesita que aparezca no uno, sino varios lideres que señalan un camino, una puerta, una ventana, una rendija por donde seguir sin rendirse. Decía uno de los salvadoreños mas prominentes de la historia reciente, Monseñor Oscar Romero hace 47  años:

    “…ayuden a esclarecer la realidad, busquen soluciones, no evadan su vocación de dirigentes…Hoy la patria necesita sobre todo la inteligencia de ustedes. A los partidos políticos, a las organizaciones gremiales, cooperativas…” (6-8-78).

    No es momento para rendirse, es momento de mostrar de que esta hecho el salvadoreño, hombres y mujeres que conocen su historia, que no van permitir por mas tiempo la concentración de poder en una o en un grupo reducido de personas bajo el falso discurso que “el pueblo así lo quiere” ¿o es que acaso les han preguntado a cada uno si quiere darle tanto a poder a una persona?

    En la encuesta del IUDOP de junio del corriente año, unicamente un 28.5% esta de acuerdo con un tercer periodo del señor en la presidencia del ejecutivo, esa cifra nos indica que no es todo el pueblo quien se suma a esta inconstitucionalidad, a esto hay que agregarle que un 57.9% piensa que puede sufrir consecuencias negativas si expresa criticas al presidente y un 48.3% cree que esa consecuencia puede ser que lo encarcelen ¿Así quien se atreve a decir lo que en verdad piensa? Y es que tiene tanto poder que no hay justicia verdadera y eso de pensar que se puede terminar en la cárcel por opinar  no es descabellado pues un 55.3% cree que las decisiones de los jueces en los tribunales son influenciados por el actual gobierno, esa opinión no es un invento, viene de lo que se vive en los tribunales.

    Con todo lo anterior como cereza al pastel hay un 59.5% que tiene cuidado de compartir su opinión política con otras personas,quiere decir que la desconfianza entre la ciudadanía esta rompiéndose y eso es un gran obstáculo para la organización pues esta cifra refleja una situación que no es normal en una democracia, pero si es muy acorde a una dictadura en progreso, lograr que la gente, el pueblo no se organice porque puede haber traidores, “pone dedo” en el grupo que se esta armando, eso se logra a través de herramientas como el régimen de excepción que de política pública no tiene nada pero si mucho de amenaza, basta preguntar a los vendedores del centro, maestros despedidos, sindicalistas, ambientalistas, periodistas, defensores de derechos humanos, etc. y muchos encarcelados sin deber nada pero que fueron difamados por una llamada anónima o por presión de cumplir cifras de arrestos que les impusieron a los policías al inicio de esta descontrolada medida.

    Pero ante esta realidad aun hay luz, por ejemplo hay un 95% de la población que expresa que el respeto a la Constitución es importante, ese porcentaje abarca aun los simpatizantes fundamentalistas de la secta cyan, esto se convierte en una esperanza, porque muchos salvadoreños reconocen que no es posible vivir sin un marco jurídico que limita el poder, que tiene reglas claras que prohiben la reelección y cambiar la Constitución en cuestión de horas sin darle tiempo a la población de entender lo que se aprueba, entonces para ir redondeando la idea les comparto un cuentecillo:

    EL TIPO DEL CERILLO

    Cuanta oscuridad, cuanto frío

    Caminando en peligro pues nada se ve

    Cada paso es incierto

    Cada movimiento puede ser el ultimo

     

    ¿Cómo avanzar?, si no se ve el horizonte

    ¿voy hacia atrás o hacia adelante?

    ¿hacia el sur o hacia el norte?

    …Un rayito de luz nada más… es lo que necesito

     

    Pero… ¿Qué? ¿Escucho pasos?

    ¡No estoy solo! Creo que somos varios

    ¡Hey! ¿Qué pasa? Chocamos unos con otros

    ¿Cómo encontraremos el camino?

     

    ¡Ando un cerillo! Grito uno por allí

    ¡Acá tengo un pedazo de papel! grita otro

    ¡yo tengo aceite! ¡yo leña!

    De pronto todo se ilumina

     

    Unos iban para atrás

    Otros quietos por el miedo

    Muy pocos caminaban a la salida

    ¡Cuánto bien trajo ese tipo del cerillo!

    Pero nadie sabe dónde está.

     

    El fuego se inicia con poco, que crezca necesita de varios, mantenerlo vivo aun mas, no todo esta perdido, cito nuevamente a monseñor Romero:

    “Así hay muchos técnicos, muchos sabios, muchos profesionales que saben su ciencia, su profesión, pero que son como ángeles, desencarnados de la realidad en que actúan su profesión.” (30-04-78). 

    Gente hay y mucha, gente que pueda guiar, aportar un poco, si que lo hay, basta vencer el miedo a actuar, reconocer que tenemos derecho a la organización a encontrar salidas a los problemas, a participar en las soluciones.

    La solución no es una persona, es un conjunto de ciudadanos dispuestos, responsables, nobles, que realmente desde su área, su campo de acción aporten al desarrollo de sus comunidades, pero un desarrollo en libertad, sin miedos.

    Enciende tu cerillo, pon un poco de tu aceite, tus trapos, lo que tengas, es momento de encender la fogata de las esperanza, allí donde estas ilumina la realidad, construyamos una historia de la que nos sintamos orgullosos, no de una que nos arrepintamos por no haber actuado en principios y valores, no es posible que la oscuridad de la corrupción, la injusticia, el abuso y el ansia del poder llenen nuestro país de tinieblas, es momento de iluminar, como decía Monseñor Romero:

    «Y toda la historia de El Salvador, y toda su política, y toda su economía, y todo lo que constituye la vida concreta de los salvadoreños, tiene que iluminarse… » (6-8-77)

  • Denuncian a BUKELE en la Corte Penal Internacional (CPI).

    Denuncian a BUKELE en la Corte Penal Internacional (CPI).

    Un informe sobre las muertes reportadas por la organización no gubernamental (ONG) Socorro Jurídico Humanitario acerca de personas encarceladas bajo custodia de agentes de seguridad del Estado desde que en marzo de 2022 el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, implementó el régimen de excepción para combatir a las pandillas se entregará a la Corte Penal Internacional (CPI), el tribunal internacional permanente con sede en La Haya (Países Bajos).

    Así lo anunció este lunes la abogada Ingrid Escobar, directora de Socorro Jurídico Humanitario (SJH), una organización que brinda asistencia legal gratuita a familiares de personas detenidas supuestamente de forma arbitraria.

    En el informe se ofrecen datos de contexto sobre la polémica medida de excepción -considerada por diversas ONG y organismos internacionales como atentatoria contra los derechos humanos-, un listado con los nombres de los más de 430 detenidos fallecidos en diferentes cárceles del país y un análisis de dichas muertes, según detalló Escobar a EFE.

    Las detenciones arbitrarias

    Este documento será el primero en llegar a la CPI sobre este asunto, indicó la abogada, quien espera que otras organizaciones de derechos humanos «aporten más información sobre lo que sucede en El Salvador en el contexto del régimen de excepción».

    Con esta iniciativa, SJH informará al tribunal de justicia internacional que se rige por el Estatuto de Roma sobre eventuales delitos cometidos por el Estado salvadoreño durante la implementación de dicho régimen, como «desaparición forzada de cientos de personas, torturas, detenciones arbitrarias y, en general, graves tratos crueles inhumanos y degradantes en el sistema penal de El Salvador».

    Socorro Jurídico Humanitario, que trabaja estrechamente con otras ONG como el Center for Exchange and Solidarity y Cristosal, también ha presentado informes sobre el régimen de excepción ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y ante el Sistema Universal de Derechos Humanos de la ONU, añadió la directora de la organización.

    Una prórroga régimen de excepción en El Salvador

    La Asamblea Legislativa de El Salvador, dominada por el partido oficialista Nuevas Ideas (NI), aprobó el pasado 31 de julio la prórroga número 41 del régimen de excepción, por lo que la medida -que suspende determinadas garantías constitucionales- estará vigente, al menos, por otros treinta días más.

    Bajo este régimen se han registrado más de 87.000 detenciones de supuestos miembros de pandillas o acusados de estar ligados a estas bandas, se han reportado casos de violaciones a derechos humanos -la mayoría por detenciones arbitrarias- y más de 430 muertes en cárceles bajo custodia del Estado.

    Además, recientemente se ha denunciado que el estado de excepción «no solo se ha utilizado para abordar la violencia relacionada con las pandillas, sino también como una herramienta para silenciar las voces críticas» del Gobierno, según la Oficina en Washington de Asuntos Latinoamericanos (WOLA).

    La medida fue aprobada de forma extraordinaria en marzo de 2022, tras un fin de semana con más de ochenta homicidios, y, de acuerdo con el Gobierno, ha permitido combatir a las maras (bandas criminales organizadas), liberar territorios del dominio pandillero y reducir significativamente los homicidios en el país, considerado durante años como uno de los más violentos del mundo.

    Sin embargo, diversos analistas consideran que la medida se ha convertido en la principal y única apuesta del Gobierno contra las pandillas y en un mecanismo de «permanente -y no temporal- de control social».

    La iniciativa de Socorro Jurídico Humanitario tiene lugar en un ambiente político marcado por la reciente decisión de la Asamblea Legislativa que el pasado 31 de julio aprobó una reforma constitucional que elimina los límites a la reelección presidencial y le permite a Nayib Bukele postularse indefinidamente.

    EFE: https://efe.com/mundo/2025-08-12/informe-muertes-regimen-excepcion-el-salvador-cpi/

  • El Salvador.  ¿CUÁL DEBIERA SER LA APUESTA FINANCIERA DEL GOBIERNO?

    El Salvador.  ¿CUÁL DEBIERA SER LA APUESTA FINANCIERA DEL GOBIERNO?

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández, Educador.

    La política financiera que el régimen implementa en forma de incentivos financieros a la inversión mientras a la par carga a los salarios impositivamente, no funcionará, como tampoco funcionó en el pasado.

    Recordemos que desde el gobierno del ex presidente Calderón Sol, se implementó esa regla, y nunca en los 35 años transcurridos desde entonces, produjo ningún beneficio al país.

    En cambio, las medidas dirigidas a promover inversiones, si bien produjeron en el decenio de los 90´s, una moderada respuesta de un pequeño grupo de financistas, el hecho incontestable es que nunca despegó, como tampoco hubo crecimiento económico real.

    Esto se corresponde al abandono que el estado hizo de sus obligaciones, lo que propició el crecimiento de las pandillas como el arribo del narco, mientras cargó los dados de la privatización a favor de las élites locales, suprimiendo la completa institucionalidad, al grado de volverla inoperante incluso para el propio mercado, lo que dejaría virtualmente cuatro décadas de pérdidas para el país, al estado descapitalizado, al soberano sin patrimonio, la completa incapacitación del aparato estatal, la entrega de la soberanía nacional a cambio de más empréstitos, la reducción del nivel de vida y la precarización en general de las clases populares.

    En este escenario de pérdida total, solo el 1% de la población aumentó su capital mediante la instrumentalización del aparato estatal, y de este, apenas el 0,00002% de la población, alrededor de 1300 personas, las únicas beneficiadas en este particular sexenio, volviéndose gracias a la labor que el régimen hizo a su favor, superricos, llevando al empleo a sus mínimos históricos, estableciendo como políticas estatales la aporofobia, el verticalismo, la intolerancia y la exclusión, y apremiando a mayores porcentajes de la población a la migración ilegal, cargando sobre sus hombros la responsabilidad de ser quienes sustentan mediante sus remesas al país.

    Todo esto mientras se sigue beneficiando solo a las élites, lo que el actual régimen en el poder de modo ilegal, ha profundizado, confiado del maquillaje que hace de sus hierros al manipular la opinión de las mayorías con el supuesto de haber logrado el control territorial del que se ufana mediáticamente, que es falso, lo que podemos corroborar al entender que las condiciones que dieron lugar a la existencia de las pandillas no han sido atacadas, sino agravadas y profundizadas, manifiestas en esta nueva ola de violencia que el régimen procura ocultar mediáticamente, manipulando los hechos además de las cifras objetivas de la violencia social que crece frente a nuestros ojos, ocultado a las mayorías en el ruido de fondo que produce la fiesta sin fin del régimen.

    Recuperar al país, pasa por establecer una base económica sólida, la cual no puede construirse sin promover una reforma fiscal que sirva a ese propósito, que no puede ser otra que instalando un sistema fiscal progresivo, que tase las aportaciones ciudadanas en conformidad a sus haberes.

    Esa será una medida con posibilidades reales de lograr un bien para el pueblo salvadoreño.

  • Jóvenes occidentales, principalmente de la generación Z, regresan o se están convirtiendo al catolicismo.

    Jóvenes occidentales, principalmente de la generación Z, regresan o se están convirtiendo al catolicismo.

    Por: Fabian Acosta Rico. *

    Desde el siglo XIX, figuras como Friedrich Nietzsche anunciaban el fin de la era religiosa en Occidente. Su célebre declaración sobre la “muerte de Dios” simbolizaba el avance de una modernidad cada vez más secularizada, racionalista y escéptica frente a los antiguos dogmas. A esta tendencia se sumó Karl Marx, quien tachó a la religión de ser el opio del pueblo, un instrumento que adormecía la conciencia de los oprimidos y que debía ser superado para lograr su emancipación. Sigmund Freud, por su parte, desacralizó la religión desde el ámbito de la psicología, interpretándola como una neurosis colectiva, una proyección de la figura paterna autoritaria y amenazante, especialmente visible en el cristianismo.

    Pese a estas críticas filosóficas, políticas y científicas, la religión no desapareció. Aunque disminuida en número de creyentes y debilitada en fervor, la fe cristiana —y en especial la católica— resistió los embates de la modernidad. El relativismo posmoderno, que negó la existencia de verdades universales, abrió la puerta a todo tipo de espiritualidades. Se creía en todo y en nada a la vez. Abundaban las prácticas sincréticas, las búsquedas espirituales personales, los cultos de autoayuda, y la religiosidad pasó a ser una experiencia individual, utilitaria y emocional.

    Sin embargo, en los últimos años, particularmente después de la pandemia, ha comenzado a gestarse un fenómeno inesperado: un resurgimiento del cristianismo tradicional, en especial del catolicismo, entre jóvenes occidentales de la generación Z, es decir, aquellos nacidos entre mediados de los años noventa y principios de los años 2010. Jóvenes que crecieron en entornos altamente digitalizados, con una formación secular, están retornando a una fe que muchos daban por superada. La pregunta es inevitable: ¿qué está motivando este regreso?

    Podríamos hablar del efecto péndulo. Tras décadas de secularización, desencanto espiritual y confusión existencial, los jóvenes comienzan a valorar la certeza, la estructura y el sentido trascendente que ofrece una religión como la católica. Frente a la vacuidad de la modernidad líquida y la promesa incumplida del bienestar emocional como sustituto de lo sagrado, estos jóvenes buscan una experiencia religiosa más sólida, profunda y duradera.

    Ejemplos de este fenómeno se multiplican. En Francia, país históricamente católico; pero, también cuna del liberalismo y de una fuerte secularización, se reportó en 2024 un incremento del 32 % en bautizos de adultos respecto al año anterior. Sorprendentemente, más de un tercio de los nuevos bautizados tenía entre 18 y 25 años.

    En el Reino Unido, donde el anglicanismo fue dominante durante siglos, los datos revelan una inversión generacional: en 2024, el 41 % de los jóvenes entre 18 y 34 años se identifica como católico, mientras que solo el 20 % se reconoce como anglicano. En 2018, la proporción era inversa: 30 % anglicanos y 22 % católicos.

    Estados Unidos, nación con predominio protestante, también refleja esta tendencia. Según el Registro Católico Nacional, muchas diócesis han reportado entre 2023 y 2024 un aumento de entre el 30 y el 70 % en conversiones de jóvenes adultos al catolicismo.

    ¿A qué se debe este atractivo del catolicismo? Algunos jóvenes provienen de denominaciones evangélicas, pero encuentran en el catolicismo una liturgia más solemne, un sentido de lo sagrado más palpable, una estética rica en símbolos, y una tradición doctrinal firme. Muchos también han sido influenciados por creadores de contenido católico en plataformas como YouTube o TikTok, donde sacerdotes, religiosos y laicos ofrecen catequesis, testimonios y respuestas a inquietudes espirituales contemporáneas.

    Otros, en cambio, hastiados de servicios religiosos que parecen espectáculos musicales, buscan el recogimiento y la trascendencia de los ritos tradicionales. En este sentido, es significativo que una parte de estos jóvenes se sienta atraída por la misa en latín, las devociones clásicas, la vida sacramental frecuente y el dogma bien definido.

    Sus testimonios son elocuentes: “Queríamos encontrarnos con lo sagrado, y ese sentido de lo trascendente lo encontramos en los rituales, los sacramentos, los íconos y los templos del catolicismo”. Muchos de ellos rechazan la superficialidad emocional de ciertas prácticas religiosas actuales y optan por una experiencia espiritual más sólida y exigente.

    Otro dato revelador: por primera vez en años, los varones jóvenes superan en asistencia religiosa a las mujeres en Estados Unidos. Tradicionalmente, la participación femenina era mayoritaria en las iglesias; ahora, los hombres de la generación Z parecen liderar este nuevo impulso religioso.

    A todo esto, se suman eventos emblemáticos, como el Jubileo de los Jóvenes, celebrado en julio de 2025 en Roma. En la misa de clausura, presidida por el Papa León XIV, más de un millón de jóvenes de 146 países se congregaron en Tor Vergata.

    Si los jóvenes representan el porvenir, entonces la Iglesia católica parece tener una nueva oportunidad. No obstante, conviene no olvidar que esta generación es hija de la modernidad líquida. Sus lealtades son frágiles, sus convicciones volátiles. Hoy abrazan el catolicismo, mañana podrían abandonarlo por otra oferta espiritual. El reto para la Iglesia será acompañarlos, evangelizarlos en profundidad y ofrecerles sentido, verdad y comunidad. No basta con atraerlos: hay que cuidarlos, escucharlos y formarlos. Porque así como se ganan, también se pueden perder.

    *Universidad de Guadalajara – México

  • ¿Giro hacia la derecha en Bolivia?

    ¿Giro hacia la derecha en Bolivia?

    Por: José Orlando Peralta/Latinoamérica21

    Javier Milei y Nayib Bukele son los referentes de los candidatos de oposición con mayores posibilidades de ganar las elecciones presidenciales del próximo 17 de agosto en Bolivia. Samuel Doria Medina, candidato a presidente por la alianza política Unidad, y Juan Pablo Velasco, candidato a vicepresidente (acompañante del candidato a presidente Jorge Tuto Quiroga) por la alianza política Libre, mostraron fotos con los presidentes de El Salvador y Argentina, respectivamente. Imágenes que representan simbólicamente un guiño hacia la derecha mediante la politización de la dimensión socioeconómica: gastar menos, ahorrar más.

    Traer simbólicamente la motosierra a Bolivia: reducir el gasto del Estado como forma de caminar hacia el déficit cero y bajar la inflación, son medidas que muchos votantes bolivianos apoyan. El alto precio de muchos alimentos de la canasta familiar, la escasez de dólares y la distribución irregular de combustibles, sobre todo, diésel, son el abono que puede legitimar medidas de recorte en el gasto fiscal.

    Entre los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce (2006-2025), administraron aproximadamente USD 50.000 millones por concepto de renta petrolera. A pesar de que mucha gente salió de la pobreza en los años de bonanza, nuevamente está entrando en la pobreza. Es decir, la falta de previsión y planificación de los gobiernos del MAS ha tenido efectos negativos en la economía de sectores populares, provocado mal humor en los ciudadanos, desencanto político de muchos votantes con la izquierda y, por ende, un guiño preelectoral favorable hacia la derecha o la necesidad de un cambio con esperanza.

    De acuerdo a encuestas de los tres principales medios de comunicación en Bolivia (Unitel, Red Uno y El Deber), Samuel Doria Medina (Alianza Unidad) y Jorge Tuto Quiroga (Alianza Libre), son los candidatos opositores que tienen mayor preferencia en la intención de votos: ninguno de los dos llega al 25%; mientras que Andrónico Rodríguez (Alianza Popular), el principal candidato del campo nacional-popular (izquierda) oficialista, no llega al 15%. Si se suman las tendencias de los dos candidatos opositores, es fácil reconocer la posibilidad de un giro hacia la derecha en un país que ha sido gobernado durante casi 20 años por gobiernos de izquierda. Es el movimiento del péndulo.

    Samuel Doria Medina es de izquierda en lo formal, de derecha en la práctica y de centro en la narrativa. Formalmente, es vicepresidente de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe; es un empresario capitalista pragmático; y en su discurso combina la tecnocracia con el populismo. Propone electoralmente que en 100 días de gobierno podrá estabilizar la economía y, además, que no afectará los bonos sociales establecidos en el gobierno del MAS. Está con Dios y el Diablo. Cree en la mano invisible y el papá Estado.

    Jorge (Tuto) Quiroga es de centro en lo formal, de derecha moderada en la práctica, pero de derecha radical en la narrativa. Su alianza (Libre) está básicamente conformada por un partido de centro izquierda y otro de centro derecha. En la práctica, ha formado parte (vicepresidente) de un gobierno de derecha moderada a finales del siglo XX; y en su narrativa propone un cambio radical

    de las reglas de juego, préstamos con el FMI, reducir el tamaño del Estado (burocracia), quitar subsidios a empresas estatales y digitalizar todos los entes estatales. Cree más en la mano invisible, menos en el papá Estado.

    La politización de la dimensión socioeconómica es lo que predomina en la narrativa económica de ambos candidatos opositores a la presidencia. Considerando la crítica situación económica del país, el humor social de los votantes que están sufriendo los efectos negativos de la falta de diésel y la subida de precios de la canasta familiar, no es para menos. Por tanto, ambos candidatos opositores representan un giro hacia la derecha en el sentido de controlar la inflación, dejar de subvencionar los combustibles, y generar riqueza con los emprendedores y empresarios privados. Sin embargo, es un giro epidérmico, no estructural.

    Con el Estado Plurinacional se configuró estructural, ideológica e institucionalmente las dimensiones socioeconómica y sociocultural desde la primera década del siglo XXI. Hubo cambios en cuanto a derechos políticos y sociales. Las prácticas culturales de los pueblos indígenas y las reglas de juego acorazadas por la narrativa nacional-popular desde el campo de la izquierda, cobraron predominio. En 2025 nada de esto está en tela de juicio. La dimensión sociocultural no está politizada porque lo urgente y necesario es salvar la economía, que la gente recupere su poder adquisitivo. Es pragmatismo económico.

    Por eso, Javier Milei es un referente simbólico en el marco de la dimensión socioeconómica, no sociocultural, en la narrativa emocional de Samuel Doria Medina y Jorge Tuto Quiroga. Ambos apuestan por llegar a los sentimientos de la gente con propuestas económicas breves, simples y concretas. Parece que lo que más importa en este juego de lenguaje emocional es una motosierra boliviana que corte el gasto público innecesario, que circulen más dólares y se distribuya de manera regular los combustibles, aunque implique pagar un precio más caro por la gasolina y diésel. Aparentemente, 20 años de gobierno de la izquierda nacional-popular ya fueron suficientes. Es la economía, …

    Sin embargo, los actores partidarios, sociales, institucionales e intelectuales que promueven este giro hacia la derecha en la dimensión socioeconómica, no han preparado el terreno sociocultural de las ideas (Estado liberal-republicano) para iluminar el camino que se quiere recorrer para los próximos 20 años. Solamente están apostando por un barco necesario y suficiente para cargar combustibles, no por un buque de guerra ideológico-cultural. La motosierra para recortar gastos innecesarios del Estado no basta, también son vitales las palabras, relatos y narraciones que generen confianza en este tránsito hacia un nuevo ciclo político en Bolivia, cuando el viejo ciclo político (izquierda) tiene enfermedades de base muy avanzadas y el nuevo ciclo político necesita un nuevo lenguaje político emocional.

    *José Orlando Peralta Beltrán es politólogo, miembro del Centro de Investigación Regional en Ciencia Política y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Ha escrito dos libros Rebelión y Pandemia, y Atrincherados, editados por Plural.

  • LIBRO: Ivo y Jorge.

    LIBRO: Ivo y Jorge.

    Por: Manuel Alcántara Sáez.

    «Estoy convencido de que, el siglo que viene, la tragedia comunista se habrá olvidado. Será prehistoria. Nadie hablará de eso. Cuando ha sido una obsesión en nuestra vida», profetiza Semprún. Ante esa reflexión, Montand apoyando el brazo en el hombro del amigo susurra: «El comunismo no era la juventud del mundo, pero fue nuestra juventud».

    Patrick Rotman, historiador, escritor y guionista realizador lleva a cabo un ejercicio en el que a lo largo de tres largas décadas que se inician tras la guerra civil española y finalizan en las brasas que deja Mayo de 1968 sigue la pista de dos testigos fundamentales de su tiempo de origen y trayectorias muy diferentes que, sin embargo, terminan convergiendo gestando una sólida amistad. En su ejercicio, y gracias a una aproximación que puede recordar al ejercicio de Plutarco en Vidas paralelas, traza dos biografías que poco a poco van solapándose. También ello le da pie para describir una época dramática convulsionada por el conflicto que primero supuso uno de carácter armado con sus secuelas brutales y seguidamente otro de tipo ideológico que alienta la guerra fría.

    Ives Montand, cantante y actor, y Jorge Semprún, político y escritor, constituyen el dúo protagonista que, unidos por el cineasta griego Costa-Gavras, tuvieron su epifanía en la amistad y en el desencanto del comunismo en el que militaron, con mayor intensidad el segundo que el primero, en el lapso que supuso la realización de dos películas fundamentales en la historia del cine político, pero también de la denuncia del autoritarismo fuera de tipo militar o estalinista. Tanto en Z como en La confesión, películas dirigidas por Costa-Gavras en 1969 y 1971, respectivamente, Semprún será el guionista y Montand el actor. El estreno de la segunda en Moscú en 1990, un año antes de la muerte de Montand, es el punto de arranque de este libro que cierra medio siglo del siglo corto (1914-1989) que fue el más violento en la historia de la humanidad y sirve a Rotman con técnica de flasback para construir su espléndido trabajo.

    Montand nació en 1921 en el seno de una familia de clase obrera italiana que emigró a Marsella huyendo del régimen de Mussolini y cuya simpatía comunista estuvo presente toda su vida sin llegar al compromiso militante por cierto reflejo individualista. Rotman subraya su «falta de entusiasmo frente frente a las imposiciones de la militancia, los esfuerzos rutinarios y el molde ideológico». Pronto comenzó Montand a destacar como cantante en el París ocupado por los nazis, una carrera que prosiguió teniendo una deriva hacia la interpretación fílmica. Compañero de viaje durante un cuarto de siglo de los comunistas franceses, la progresiva crítica que comenzó a suscitarse después de las denuncias de las atrocidades del estalinismo y, sobre todo, de la terrible represión de la primavera de Praga le llevó a una postura de denuncia sin abandonar su militancia en favor de la democracia.

    Semprún nació en 1923 en un ambiente radicalmente opuesto al de Montand, pues se trataba de la alta burguesía española incardinada con el mundo de la política con raíces en el ámbito conservador de la Restauración, pero también en el marco republicano. La guerra civil llevó a su familia al exilio en el que Jorge vivirá toda su vida. Su militancia en la resistencia francesa la pagó con una experiencia que marcó su vida en el campo de concentración alemán de Buchenwald durante año y medio. Su incorporación al partido comunista español en el exilio le propició tener una actuación muy relevante durante diez años con la base del partido en la España franquista en tareas clandestinas de mensajería, información y de formación de cuadros. «La clandestinidad es su identidad» escribe Rotman. Miembro del Comité Central del partido fue expulsado del mismo en 1965 por divergencias con respecto a la línea oficial. Sus libros El largo viajeLa guerra ha terminado y Autobiografía de Federico Sánchez son un vívido relato de esa época. Su culminación sienta las bases para coincidir con Montand e iniciar una etapa de nueva camaradería una vez que ambos ya eran conscientes de que no era posible corregir los errores ni volver a las fuentes de la utopía.

    «Extrañas afinidades electivas entre el niño pobre de La Cabucelle y el retoño de los barrios ricos madrileños, entre el autodidacta que ha dejado la escuela prematuramente y el impregnado de cultura» subraya Rotman y como telón de fondo la Historia.

    Patrick Rotman (2022). Ivo y Jorge. Tusquets editores. Barcelona. ISBN: 978-84-1107-125-3 299 págs.

  • México: La herencia incómoda del montaje: Vallarta y Cassez frente al reto de vivir en libertad.

    México: La herencia incómoda del montaje: Vallarta y Cassez frente al reto de vivir en libertad.

    Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo.

    Eran las ocho de la mañana del 8 de diciembre de 2005 cuando millones de mexicanos desayunaban frente a la televisión, viendo en vivo lo que parecía ser una hazaña policial: un rancho rodeado, agentes armados, gritos, víctimas liberadas. Todo perfecto… demasiado perfecto. Lo que nadie sabía —o quizá nadie quiso preguntar— era que la escena ya se había grabado en la vida real un día antes, sin luces, sin glamour y, sobre todo, sin el respeto mínimo al debido proceso. Lo que el país vio aquel día no fue un operativo, fue un capítulo más del reality show que México llama “justicia”. El guion estaba escrito por la Agencia Federal de Investigación y su director, Genaro García Luna, que veía en este montaje un espectáculo digno de subir el rating y el prestigio. La realidad era otra: la detención había ocurrido un día antes, y las víctimas estaban ahí para el show, no para la justicia.

    Hay historias que nunca terminan, aunque los jueces digan lo contrario. El caso de Israel Vallarta y Florence Cassez es uno de esos relatos donde la justicia y la mentira se dieron la mano en horario estelar, con cámaras listas para capturar un momento… que en realidad había sido ensayado.

    Florence Cassez fue condenada a 96 años de prisión. Israel Vallarta quedó atrapado en un limbo legal, sin sentencia durante más de 17 años. La diplomacia francesa se movió, la Suprema Corte intervino y, en 2013, Cassez salió libre por violaciones al debido proceso. Vallarta, en cambio, siguió preso, convertido en el ejemplo vivo de lo que sucede cuando la justicia mexicana decide que la verdad es un detalle menor.

    Hoy, ambos están libres, pero eso no significa que estén a salvo. Salir de prisión no borra el estigma, ni el señalamiento social. Reconstruir la vida después de haber sido el rostro de un montaje nacional es un reto mayor que la propia cárcel: recuperar la confianza, volver a trabajar, encontrar un lugar donde no se les mire como culpables eternos.

    El caso Vallarta–Cassez no es un capítulo aislado, es un síntoma estructural. Es la demostración de que, en México, la justicia puede ser moldeada al antojo del poder y que el espectáculo mediático puede tener más peso que la evidencia.

    En el plano internacional, este episodio dañó profundamente la imagen de México como Estado de derecho. Francia lo sigue recordando como un agravio diplomático, y para la comunidad internacional, la historia confirma lo que los informes de derechos humanos repiten año tras año: que en nuestro país el debido proceso es frágil, y la presunción de inocencia puede ser borrada por un guion televisivo.

    Pero lo más grave es lo que pasa dentro: la memoria social es corta, y aunque se probó el montaje, muchos mexicanos siguen convencidos de que ambos eran culpables. Ese es el triunfo más amargo de esta manipulación: sembrar una verdad falsa que ni la justicia ni la libertad pueden arrancar del todo.

    Mientras no existan mecanismos que castiguen a quienes fabrican culpables, y mientras los medios continúen prestándose a ser instrumentos del poder, cualquier ciudadano corre el

    riesgo de ser el próximo protagonista de un montaje. Y entonces la pregunta ya no será si eres culpable o inocente, sino si tu historia vende lo suficiente como para justificar que se rompan las reglas.

    Porque en México, cuando la justicia se viste de show, lo último que importa… es la verdad.

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  • Movimientos sociales contra un acuerdo riesgoso. MERCOSUR-Europa, críticas desde ambas orillas

    Movimientos sociales contra un acuerdo riesgoso. MERCOSUR-Europa, críticas desde ambas orillas

    *Sergio Ferrari
    Journaliste RP/periodista RP
    Tel: (00 41) 078 859 02 44
    sergioechanger@yahoo.fr
  • El Salvador: AHORA CARGAN EL SALARIO DE LOS TRABAJADORES, IMPONIÉNDOLES QUE RESUELVAN EL DESASTRE FINANCIERO QUE EL OFICIALISMO PROVOCÓ.

    El Salvador: AHORA CARGAN EL SALARIO DE LOS TRABAJADORES, IMPONIÉNDOLES QUE RESUELVAN EL DESASTRE FINANCIERO QUE EL OFICIALISMO PROVOCÓ.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández, Educador.
    La ley hasta hace poco vigente en torno a la retención sobre la renta en los salarios ha supuesto una que se aplicó en proporción a los ingresos, desde el 0,01% en el caso del salario mínimo, al 0,6% para quienes ganan de $4 mil en adelante, y el 10% en el caso de los que ganan desde los $6 mil en más [ISR].

    El modelo aseguró los ingresos para el fisco entre los que menos seguridad económica tuvieron siempre, a lo que arena añadió en su día el IVA, haciendo de los desheredados el genuino soporte para nuestra economía, mientras al mismo tiempo y por la vía de las exenciones y exoneración, favoreció el enriquecimiento de la gran empresa y las élites financieras, que son la verdadera carga financiera para el país, que responde aumentando sus privilegios como conservándolos a perpetuidad.

    La cosa empero, cambia ahora, pues el oficialismo ha establecido una nueva tabla impositiva a los salarios, grabando con el 10% a todo aquel con ingresos salariales desde los $1000, hasta los $2 mil y fracción, donde el impuesto alcanza el 30%, mientras se exime a la élite financiera, la gran empresa y a las inversiones, desobligándola a la transferencia de conocimientos y tecnologías, refrendando al país como simple plaza maquilera, mientras se anula las perspectivas de un proyecto económico propio desde tecnologías compartidas, y por otro, favoreciendo de nuevo con el modelo y por la vía impositiva, una mayor concentración de la riqueza para los de siempre, el 1% de la población, que se ha apropiado el 86% del PIB nacional, de los que apenas el 0,00002%, menos de 2,000 personas, para quienes los beneficios proyectados serán aún mayores, habiendo logrado al presente y gracias al esfuerzo del régimen los pasados 6 años, transformarse en super ricos, los únicos, instrumentalizando al estado como plataforma para lograrlo [FMI], en detrimento de las mayorías, a las que precariza.

    Dicho de otro modo, aplicando la vieja regla de socializar las pérdidas mientras se privatizan las ganancias, presentándolo como una medida necesaria para “democratizar el desarrollo”, el de las élites, sin referir que quienes nos condujeron al hoyo financiero en el que nos encontramos son precisamente ellas, los únicos beneficiados del proyecto del régimen, a través de sus representantes políticos, la partidocracia de derecha, con el oficialismo a la cabeza.

    Digámoslo como debemos decirlo; se traslada así a los trabajadores su responsabilidad en el desfinanciamiento del estado, ganando un respiro, mientras como responsable del descalabro, el régimen y sus secuaces, la administración más corrupta del país, siguen proyectando su narrativa de país exitoso que nadie cree, prendiéndose como superiores moralmente sobre los demás, de ser la alternativa para el país, mientras lo desfinancio, desvió la deuda que contrató, generó más pobreza, corrupción y desinstitucionalización.

    Así, el robo a los trabajadores continuará, y estos, desunidos, desorganizados y sin conciencia de clase, serán una presa fácil.

    ¿Será?

  • Claves étnicas y religiosas para entender conflictos mundiales.

    Claves étnicas y religiosas para entender conflictos mundiales.

    Por: Elio Masferrer Kan.

    La prensa mundial habla de los conflictos en diferentes partes del mundo sin introducir las variables étnicas y religiosas que los explican y simultáneamente asumen que todos los habitantes de un estado-nación son culturalmente, étnica y lingüísticamente homogéneos. Nada más equivocado y este desconocimiento aporta a la desinformación de los lectores, quienes en muchos casos con informaciones parciales emiten juicios de opinión poco sustentados.

    Históricamente la mayoría de los conflictos tienen una base étnica, que se enmascaran como si fueran entre estados nacionales. Comencemos por la cuestión ucraniana, que está en boga: Rusia reivindica la península de Crimea y dos republicas populares del Donbás más una región que está interesada en anexarse a la Federación Rusa, lo que sucede es que en estos territorios la mayoría de la población es étnicamente rusa y tienen conflictos históricos con los ucranianos, a su vez Zelenski reivindica a los nacionalistas ucranianos que colaboraron con los nazis y son herederos de las masacres de varias minorías durante la Segunda Guerra Mundial, como es el caso de 100,000 polacos étnicos católicos, mas millones de judíos y gitanos, entre otros. Esa es la razón por la cual el estado de Israel no apoya a Zelenski, a pesar del apoyo de Estados Unidos y Europa al mismo.

    Israel bombardeó el edificio del ministerio de defensa de Siria para que se detuvieran la masacre de drusos en ese país, un lector poco avisado lo vería como una acción más de Israel, nada más equivocado. Los drusos, una disidencia del Islam Chiita son considerados herejes por chiitas y sunnitas, participan activamente del Estado de Israel y combaten con oficiales y tropa en las FDI, el ejército israelí, lo que hace que este no sea exclusivamente judío, ni el estado ni el ejército. Asimismo, los judíos ultraortodoxos no participan de las FDI, están exentos del servicio militar, pero ayudan a Netanyahu a tener la mayoría parlamentaria y envían a los otros a la guerra en Gaza, que a su vez son quienes se manifiestan oponiéndose a la toma de la ciudad de Gaza.

    Siguiendo en el mapa, los talibanes de Afganistán son una rama radical del Islam sunnita y consideran que los chiitas, que son mayoría en la etnia persa de Irán, son herejes y han masacrado a las minorías chiitas que habitan su territorio, debemos entender que en ese país hay 73 etnias diferentes y los talibanes hegemonizan en la etnia pastún, que se distribuye entre ese país y el vecino Pakistán, allí son una minoría, que a su vez es hostilizada por la variante musulmana que controla ese país. Los chiitas que controlan Irán a su vez tienen fuertes conflictos con los chiitas de Irak, donde también son mayoría y con las etnias musulmanas sunnitas de su propio territorio como es el caso de los kurdos y otras etnias.

    En China la mayoría de la población es de la etnia han, donde presuntamente domina el ateísmo científico que propone el Partido Comunista, pero en ese país hay a su vez más de 46 etnias reconocidas oficialmente que tienen sus propias religiones, entre ellos están las diferentes variables del budismo tibetano y los musulmanes de la etnia uigur. En este último caso los Estados Unidos toman la bandera de la “defensa” de los uigures musulmanes.

    En la India el primer ministro Narendra Modi tiene índices muy altos de popularidad, alrededor del 80%, pero debemos entender que en ese país la etnia hindú es la mayoritaria y apoyan unánimemente a Modi, pero en realidad los cristianos, musulmanes y sijs, entre otros, reclaman contra los abusos de los hindúes que son abiertamente respaldados por el discurso ultranacionalista de los hindúes hegemonizados por el partido de Modi, quien abandonó la tradición laicista de los fundadores de ese país.

    Una mención especial merece el fundamentalismo islámico, en realidad era una minoría, pero históricamente fueron respaldados activamente por los Estados Unidos para derrotar a la Unión Soviética que apoyaba al Partido Comunista de Afganistán que había tomado el control de ese país. La destrucción de las Torres Gemelas estuvo a cargo de quienes fueron empoderados por … los Estados Unidos.

    Serbia es un país europeo que no está en la Unión Europea ni en la OTAN, de mayoría ortodoxa y es respaldada abiertamente por Rusia, también de mayoría ortodoxa, fue cruelmente bombardeado por la OTAN durante 79 días en 1999. Se sienten herederos de la peculiar versión de un socialismo cooperativo y comunitario que impulsó el mariscal Tito, líder de las guerrillas comunistas que derrotaron a los nazis y desobedecieron las políticas de Stalin y la Unión Soviética, convocaron a la Conferencia de los países no alineados y se sienten cercanos a China y ven con nostalgia la Revolución Mexicana.

    Para entender los conflictos hay que conocer y tener buena memoria, evitando la lectura superficial y coyuntural de la información periodística, que lamentablemente, en muchos casos no por mala fe, sino por la presión del espacio en los medios dicen la mitad de la verdad, tenemos que conocer la “otra mitad” para entender las realidades que de por sí son complejas.

    *Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH

  • Libro: LA CLASE POLÍTICA.

    Libro: LA CLASE POLÍTICA.

    POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.

    El profesor italiano de ciencias políticas, Francesco Leoni, considera que el libro “La Clase Política”, es un pilar fundamental de la teoría elitista. La idea central de dicho libro es que, en toda sociedad, independientemente de su forma de gobierno, existe una minoría organizada que detenta el poder. Esta minoría es la clase política. Y la mayoría desorganizada es la gobernada. La división entre minoría gobernante y mayoría gobernada, es una constante histórica. La minoría esta cohesionada y actúa de manera coordinada, para mantener su poder. Sus miembros poseen cualidades que les permiten ascender y gobernar como riqueza, habilidades militares y conocimientos jurídicos.

    Para asegurar su poder y asegurar la obediencia de las masas, la clase política crea una “fórmula política”. Esto es una ideología, una religión, un principio, una narrativa. Para esta minoría, el cambio político es, un reemplazo de una clase política por otra, no un cambio fundamental en la estructura de poder.            La formación de la clase política a lo largo de la historia es hereditaria, como la aristocracia, que se cierra a nuevos miembros. También, la clase política se renueva con elementos de las clases bajas, esto es la tendencia democrática. Los sistemas políticos que mejor se adaptan, son aquellos que logran un equilibrio entre ambas tendencias, permitiendo una renovación constante, pero, manteniendo la estabilidad.

    Gaetano Mosca fue un sociólogo, politólogo, político y senador vitalicio italiano. “Elementos de la Ciencia Política o La Clase Política” fue publicado por primera vez, en mil ochocientos noventa y seis. La ciencia política italiana, tiene su origen en “Teoría del Gobierno y Gobierno Parlamentario”, escrita entre mil ochocientos ochenta y dos y mil ochocientos ochenta y tres. En ella Mosca critica las instituciones democrático-parlamentaria y el principio de soberanía popular sobre la que se fundan.

    En “Elementos de la Ciencia Política o La Clase Política”, presenta que hay una minoría dominante sobre la mayoría. Esto, es una realidad histórica. El autor enuncia dos teorías: La Clase Política y la Fórmula Política. La Teoría de la Clase Política explica que, en cualquier tipo de organización social, hay una minoría organizada que detenta el poder en los centros efectivos de decisión. Y la Teoría de la Fórmula Política plantea que la clase política produce ideologías, creencias y mitos, para justificar su dominio sobre el resto de la sociedad. La clase política adopta siempre la fórmula que más le conviene. La fórmula política es una justificación del poder de la minoría en términos abstractos, para conseguir la obediencia de las masas. La minoría encuentra justificación de su poder en principios abstractos en una fórmula, por ejemplo, los funcionarios reciben su autoridad del soberano y a su vez la reciben de Dios. Otra fórmula es la creencia que todos los poderes tienen su base en la voluntad popular. La motivación de la clase dirigente es que desean el poder por sí mismos, esto, por los privilegios que conlleva. De esta manera, encubren y promueven sus intereses, en contra de los muchos que deben obedecerla. Por tanto, la fórmula política es un velo auténtico lanzado fríamente, por un cálculo racional, sobre la realidad. La clase política siempre adopta la fórmula que más le conviene, sin profundas raíces morales e intelectuales. Hay siempre una relación entre la fórmula y la composición de la clase política. Aquella cambiará con el cambio de esta última.

    La clase política siempre necesita una base moral y legal a su poder, conectado con doctrinas y creencias reconocidas y aceptadas. En la base de la fórmula, pueden existir creencias sobrenaturales y conceptos racionales que corresponden a la necesidad no ceder solo a la fuerza, sino, a un principio moral. Dentro de un organismo político residen dos tipos sociales, la clase dominante y el tipo subordinado, ambos tienen su clase dirigente. Esta diferenciación es típico de las sociedades burocratizadas. Con la introducción de elementos de impersonalidad entre gobernantes y gobernados, la burocratización se ve acompañada de una exclusión de la minoría dominante sobre la mayoría dominada. Esta diferenciación, puede ser aprovechada por una fracción de la clase política que se apoya en la plebe descontenta. Se forma en medio de la plebe, otra clase dirigente que puede competir con aquella, en el desempeño del poder. Lo que es importante para el cambio interno de la clase política en los puestos de gobierno.

    El concepto de defensa jurídica, permite desarrollar un discurso orgánico sobre el control social y la socialización. Por el sentido moral, la tendencia natural a actuar correctamente por sí mismo es frenado por la natural compasión hacía los otros. Pero, habrá una elite que no siente esa natural compasión por los otros. Entre estas dos élites esta la inmensa mayoría de conciencia mediocres que, pueden ser disciplinadas gracias al miedo al daño o al castigo. La disciplina del sentido moral es confiada a las religiones y a la organización legislativa. El control de la religión es, la amenaza de sanciones ultra terrenales. Mientras que el control del Estado es, la amenaza de sanciones legales.

    Mosca considera que un buen gobierno, se expresa en una división real y en un equilibrio de poderes. Cada institución política debe representar a una distinta fuerza política. Y el equilibrio real se da por una separación entre el poder temporal y espiritual, entre el poder económico y político y entre el poder militar y político. Según el autor, una de las condiciones ideales para el buen gobierno es, la existencia de una clase política económicamente independiente y culta.

    Mosca critica al gobierno fundado sobre el sufragio universal, que permite la participación de un número de “valores sociales” y la organización de muchas “fuerzas políticas”. Mosca no cree en la democracia entendida como la progresiva participación de las masas y el auto gobierno popular. Ya que donde hay hombres habrá sociedad, donde esté una sociedad hay un Estado y donde hay un Estado hay una minoría dirigente y una mayoría que es dirigida por ella. El consenso de la mayoría depende de la fe que la clase gobernante tiene en la fórmula política con la que justifique su poder. Por tanto, es un engaño, una manipulación, sin más, es un plagio de la masa. Se invoca como garantía de un buen gobierno, la multiplicidad de las fuerzas política y el control reciproco.

    En la tercera edición de “Elementos de la Ciencia Política o La Clase Política”, publicada en mil novecientos treinta y nueve, cuando Mosca tenía ochenta años, escribe que los Estados modernos se caracterizan por grandes burocracias y ejércitos permanentes. La revolución es un cambio rápido y violento en la que hay una función preparatoria de las sociedades secretas y el papel de los “desplazados”, que siempre están preparados para lanzarse a la revolución. Para su éxito, es fundamental el concurso de las masas que, se mueven solo en circunstancias especiales como las crisis económicas. Las revoluciones en los Estados modernos, vencen si consiguen apoderarse del ejército y la burocracia.

    El sistema parlamentario es criticado por Mosca por la preponderancia concedida al “rico” y la manipulación de toda la administración pública. Controlar el parlamentarismo está bien, para quien cree en la democracia, no para quien cree en la doctrina de la clase política.  Para Mosca, el gobierno no es un asunto del pueblo. Consiente a todas las fuerzas políticas organizadas a participar en el juego y con ello, a actuar en el más elevado grado de defensa jurídica. La supresión del sistema parlamentario, llevaría a un absolutismo burocrático. La cosa más importante para Mosca es, combatir la teoría democrática, ya que no es verdad que todos los hombres, pueden colaborar racional y responsablemente a contribuir a la historia. Por ello es perjudicial la idea de igualdad política como la de igualdad social. Mosca ataca a Russeau por afirmar que, el hombre es bueno por naturaleza y ha sido descarriado por la sociedad.

    En las sociedades organizadas comunistas, existirán siempre los que administran la riqueza pública y siempre estará la gran masa de administrados. Siempre habrá dominantes y dominados, privilegiados positivamente y privilegias negativamente. La reducción a una sola fuerza política que controle el gobierno y la economía da lugar al más tiránico de los gobernantes. Los comunistas buscan construir una sociedad donde se presupone un tipo de hombre, que estará formado por el socialismo en marcha. La dictadura del proletariado, ha sido pensada justo para resolver estas dificultades. Paradójicamente, tales modificaciones positivas se producirán, cuando se multiplican las fuerzas que “participan” y se controlen recíprocamente. Añade que debe temerse a la continuación de la revolución y la inevitable reacción, que constituye después un gobierno bastante autoritario. Una revolución puede estallar, solo por errores de los gobernantes y por sucesos catastróficos inconscientemente provocados, como la guerra.

    Mosca cierra con un pronóstico dirigido a la civilización occidental, la cual está destinada a decaer en el caso que se continúe cediendo a las fuerzas de la democracia social, como en el caso que se recurra a la reacción, abandonando los “ideales” liberales. La democracia social es irrealizable, pues siempre habrá una minoría que gobernará y una mayoría que será gobernada.

  • NATURALEZAS CONTRIBUTIVAS PARA ALCANZAR CON IDEAS, PERSPECTIVAS, EXPERIENCIA Y QUIZAS LO MÁS IMPORTANTE CON UNA CUOTA DE CREATIVIDAD.

    NATURALEZAS CONTRIBUTIVAS PARA ALCANZAR CON IDEAS, PERSPECTIVAS, EXPERIENCIA Y QUIZAS LO MÁS IMPORTANTE CON UNA CUOTA DE CREATIVIDAD.

    Por: Róger Hernán Gutiérrez. *

    En este momento de realidad que vivimos como movimiento sindical es que no hemos contribuido con ideas, perspectivas, experiencia, propuestas en común y una cuota generosa de creatividad, con raras excepciones, pero olvidando que hay que hacerlo en unidad sindical, no esa fingida, amorfa, prestada al oficialismo para disponer de una cara supuestamente más creíble y para que se confíe en que hay beneficios para la clase trabajadora.

    No hemos podido alcanzar y mucho menos estar haciendo un esfuerzo invaluable para que las iniciativas desde el movimiento sindical se perciban creíbles y tengan en su proceso que vayan consolidando como símbolo el propósito fundamental que debemos seguir claramente sin ambigüedades mejorar vidas.

    Para ello debemos disponernos con la naturaleza de ser un compromiso para con las personas trabajadoras, hacerlo con la tenacidad y capacidad de adaptación—de resiliencia— frente a los retos y adversidades que surgen en el camino del desarrollo que todos queremos y, no para aquéllos que lo concentran todo y se apropian de nuestros mínimos recursos para la subsistencia diaria; para ello la lucha por transformar los recursos en resultados, las ideas concretas en impacto real y no el estribillo de “nuevas ideas” anquilosadas, abusivas, impositivas y faltas de apoyo real para convertir los desafíos en oportunidades, no para favorecer al que tiene, ni a los grupos reducidos que abusan y se apropian de la riqueza producida.

    Las naturalezas humanas que deben contribuir a transformar el panorama de realidad que impera, están extraviadas y se convierten fácilmente en docilidad, debilitamientos de la conciencia, traición, actitudes serviles de poco valor por el grado de descomposición que por hoy desnutre muchas de nuestras venas. ¿De qué sirve desarrollar diferentes acciones que sólo benefician una “nueva idea” que sabemos sólo concentra el poder para una élite, que tiene como norma el uso de capacidades y acciones dominantes, autocráticas y autoritarias, que son una supuesta cura para expirar a lo mismo de siempre, al pasado abusivo y prepotente del ayer, pero sin compartirlo con quienes necesitan y deben mejorar sus vidas?

    ¿Cuál es la utilidad de un descubrimiento capaz de cambiar al país, si se queda guardado en las arcas del que acumula la riqueza, con voracidad, con saña a partir de desalojos, de quitar los elementos básicos para una subsistencia mínima y decente para la mayoría? Las grandes innovaciones adquieren poder y relevancia en tanto se transmiten, inspiran y alimentan los avances alcanzados por otros. Pero cuándo se hace en secreto, anulando los canales básicos de información, coartando los canales comunicacionales para esconder la verdad y propagar la mentira, en procesos claros de alienación y desarrollo de noticias falsas para ocultar y confundir que se transparente ese supuesto descubrimiento vital.

    ¿Cuáles han sido las lecciones aprendidas con esa persona a cargo de la gobernanza del país, para el caso de la Universidad de El Salvador, es mejor que otras universidades de la región en

    alguna de sus atribuciones o hay alguna promoción de profesionales avanzados y con el aprendizaje actualizado para hacer una contribución medular a la situación que vivimos o seguiremos acuerpando la mediocridad de los diferentes funcionarios(as) designados por el dedo divino en una cartera específica del gobierno.

    La educación a todos sus niveles la encontramos de muy baja calidad en toda su estructura de enseñanza y aprendizaje: deficiente estructura física, bajos presupuestos, deserción escolar, malas evaluaciones para conocer la capacidad y aprendizaje adquirido en la promoción de niveles primarios, secundarios, técnicos y universitarios. Y un gobierno con “nuevas ideas” para la educación en la mayor precariedad de avances científicos, de docencia, de capacidad tecnológica y sin acceso básico a internet, entre otros elementos de suma importancia para llevar a la población en capacidad educativa a la mejor formación profesional de personas posibles. Es decir, qué valoración damos a aquellas acciones innovadoras que surgen de la experiencia y que se expresan en forma de aprendizajes que trascienden la vida del país.

    Continuamos en acciones de naturaleza nugatoria por la sostenibilidad de un entorno, trabajando por incentivos económicos inmediatos, que pudieran significar los diferentes cultivos de subsistencia, soberanía alimentaria y protección ambiental. Cuánta de la infraestructura en zonas generadoras de plusvalía, han sido desmejoradas para la población empobrecida por causa del abuso del poder económico o la directriz de la élite que domina los intereses y recursos económicos y su abusiva apropiación.

    La referencia a enseñanzas clave que emergen de la propuesta laboral por proyectos de desarrollo que un movimiento sindical sano y consciente, debe compartir, y luchar por hacer determinante para mejorar la ejecución de otras obras que ya estén en curso, o —incluso—para elaborar políticas públicas basadas en trabajo duro.

    *Sindicalista salvadoreño.

  • AVANCES NO RETROCESOS.

    AVANCES NO RETROCESOS.

    Por: Pacifico Chávez.

    “Para atrás ni para tomar impulso” frase ocupada para motivar a mantenerse hacia adelante, siempre adelante, pero es tan peligroso caminar por caminar sin saber el destino, así como también caminar olvidando el camino recorrido porque puede suceder que se pasa por el mismo lugar, caminando en círculo una y otra vez. También se vale aprender del camino recorrido por otros para evitar sobretodo el de aquellos que llegaron al destino equivocado.

    La República de El Salvador tiene un camino recorrido, una historia como Estado constituido, con su forma de gobierno, sistema político, organización, orden económico, derechos, deberes y como punto clave limites al poder.

    El Salvador cuenta con una historia de mas de diez Constituciones desde su vida independiente como Estado, este contrato social se ha enfrentado a modificaciones, suspensión de garantías por golpes de estado, algunas novedades por experiencias vividas o por desarrollo pero también lamentablemente mucho irrespeto por parte de los gobernantes y un gran desconocimiento por parte de la población.

    Constituir un Estado en un territorio definido con su propio modelo de organización y funcionamiento, sentando bases y fundamentos en una sociedad es un paso en la civilización, cuando un grupo de personas deciden someterse por voluntad propia a poner por escrito en una Carta lo esencial para convivir es entonces que se han dado pasos al orden como comunidad.

    Hacer referencia a este documento tan fundamental es importante porque es el punto de partida, el marco de legalidad en el que toda persona nacida en el territorio, sea un extranjero de visita o de paso se somete a esta Ley suprema, son las normas por excelencia a cumplir, sino existiera este acuerdo el desorden prevalecería, no existieran responsabilidades y funciones, derechos, deberes, sanciones, cada quien viviría según le parezca sin limites y sin respeto a los demás.

    Por tanto el sistema educativo debe tener la Constitución del país entre los mas preciado por enseñar a toda persona nacida en el territorio tanto para conocer sus derechos y deberes, así como para reconocer que sin este contrato social la convivencia sana y en paz seria aun mas difícil, defender dicho contrato se convierte en un deber. Comprendiendo así que cualquier cambio a esta normativa general no puede hacerse sin consenso, a la rápida, sin dialogo con todos los habitantes del territorio, definir condiciones especificas para cualquier cambio a este código es proteger a la misma comunidad de desequilibrios en la gobernanza de la polis.

    Y es que cuando los habitantes de un territorio acuerdan normas de convivencia y se comprometen a respetar ese reglamento general, definiendo los limites territoriales donde esa Ley tiene efecto, este grupo de personas dan un paso político pasando a ser Ciudadanos que tienen derechos políticos y obligaciones legales con el estado de ese territorio delimitado.

    Así cada ciudadano adquiere una relación profunda con el Estado, se afectan mutuamente, debe participar políticamente en su desarrollo, en su forma de gobierno, desentenderse de la vida política es dar marcha atrás en el ejercicio de la ciudadanía.

    La Constitución de El Salvador en el artículo 84 dice que el gobierno es republicano, separando el poder en tres órganos con funciones especificas, con el mismo nivel jerárquico, la idea principal es que el poder no este concentrado en una persona ¿Razones? Muchas, principalmente porque el ser humano es imperfecto puede abusar del poder máximo y no querer entregarlo, hasta puede llegar a modificar las reglas para quedarse indefinidamente como el todopoderoso, lo hemos presenciado muchas veces en varias latitudes del mundo. En ese mismo artículo 84 se define el gobierno como democrático, que da al pueblo la soberanía, una razón más para educar al pueblo políticamente, sobre todo porque esta democracia es representativa y pluralista, la responsabilidad ciudadana es realmente grande.

    Volviendo a la analogía del camino, concentrar el poder en una persona es dar marcha atrás, modificar las condiciones para que sean adversas a la democracia también es dar marcha atrás, difamar y atacar al pluralismo de opiniones y propuestas políticas también es dar marcha atrás.

    Como introduccion a la Constitución actual de 1983 dice:

    “NOSOTROS, REPRESENTANTES DEL PUEBLO SALVADOREÑO REUNIDOS EN ASAMBLEA CONSTITUYENTE, PUESTA NUESTRA CONFIANZA EN DIOS, NUESTRA VOLUNTAD EN LOS ALTOS DESTINOS DE LA PATRIA Y EN EJERCICIO DE LA POTESTAD SOBERANA QUE EL PUEBLO DE EL SALVADOR NOS HA CONFERIDO, ANIMADOS DEL FERVIENTE DESEO DE ESTABLECER LOS FUNDAMENTOS DE LA CONVIVENCIA NACIONAL CON BASE EN EL RESPETO A LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA, EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD MAS JUSTA, ESENCIA DE LA DEMOCRACIA Y AL ESPIRITU DE LIBERTAD Y JUSTICIA, VALORES DE NUESTRA HERENCIA HUMANISTA,DECRETAMOS, SANCIONAMOS Y PROCLAMAMOS, la siguiente C O N S T I T U C I O N”

    Por lo anterior se infiere que para tener una nueva Constitución es necesario conformar una Asamblea Constituyente, y cualquier modificación por pequeña que sea debe ser dialogada ampliamente con la ciudadanía, lo que se ha hecho últimamente modificando el período presidencial, permitir la reelección de la presidencia del órgano ejecutivo de manera indefinida, eliminar la segunda vuelta entre contendientes más votados a la presidencia de ese órgano no es más que un abuso disfrazado de legalidad y de clamor popular.

    Han sido una seria de pasos hacia atrás alejándose cada vez más la democracia, un camino con altas posibilidades de retroceder más y más hacia una historia ya vivida, pasos equivocados donde se le permitió a la fuerza política con mayoría en la Asamblea quitar el candado de dos legislaturas para cualquier modificación a la Carta Magna. Para una nueva Constitución habría que convocar a una Asamblea Constituyente.

    Reaccionemos o seguiremos alejándonos de la justicia, la libertad, re-emprender el camino cada día que pasa será mas costoso, decidir tomar el camino correcto hacia una república, democrática, representativa y pluralista es hoy, mañana será mas difícil, el llamado es a la acción.

  • Sudáfrica insta a reconocer a Palestina y frenar el genocidio en Gaza.

    Sudáfrica insta a reconocer a Palestina y frenar el genocidio en Gaza.

    Sudáfrica instó a la comunidad internacional a intensificar el reconocimiento del Estado de Palestina y a ejercer presión sobre «Israel» para evitar un genocidio contra el pueblo palestino.

    “Los amigos de «Israel» están insatisfechos con la catastrófica situación en Gaza, lo que significa que estamos cada vez más cerca de detener el genocidio”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Ronald Lamola.

    De acuerdo al sitio web Qiraatafrican, Lamola subrayó que el reconocimiento del Estado palestino por parte de más países contribuiría a aumentar la presión diplomática sobre la entidad para que ponga fin a sus crímenes contra la población palestina.

    También advirtió sobre el agravamiento de la crisis humanitaria: “Es evidente que la  hambruna está comenzando a aparecer, y ya lo hemos advertido antes”.

    El ministro lamentó lafalta de acción internacionalen etapas anteriores del conflicto: “Si el mundo hubiera actuado antes, la situación no habría llegado a este punto”.

    Además, señaló que las relaciones entre Sudáfrica y Estados Unidos se encuentran en su punto más bajo, acusando a Washington de intentar interferir en los asuntos internos del país.

    En diciembre de 2023, Sudáfrica presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), acusando a «Israel» de cometer crímenes que constituyen genocidio.

    A esta iniciativa se sumaron varios países pro-palestinos, entre ellos España, Bolivia, Colombia, México, Turquía, Chile y Libia.

    Los líderes de Francia, Reino Unido y Canadá anunciaron su intención de reconocer oficialmente al Estado de Palestina en septiembre, e instaron a otros gobiernos a seguir el mismo camino.

  • LIBRO: El papel oculto de América Latina en la configuración de la política exterior de Estados Unidos.

    LIBRO: El papel oculto de América Latina en la configuración de la política exterior de Estados Unidos.

    El nuevo libro del historiador Greg Grandin muestra cómo el hemisferio occidental, no Europa, puede explicar el papel de Estados Unidos en el mundo

    Para gran parte del aparato de política exterior de Washington D.C., América Latina, una región plagada de inestabilidad económica, agitación política y calamidad social, representa poco más que un dolor de cabeza o una ocurrencia tardía.

    No para Greg Grandin.

    El autor ganador del Premio Pulitzer, profesor de Historia Peter V. y C. Vann Woodward en la Universidad de Yale, y miembro no residente del Instituto Quincy para el Arte de Gobernar Responsable, argumenta en un nuevo libro que la identidad nacional y la política exterior únicas de Estados Unidos surgieron de hecho de un compromiso constante y turbulento con América Latina que ha moldeado los contornos de la historia de Estados Unidos.

    Grandin sostiene que siglos de agitación, derramamiento de sangre y diplomacia en América Latina han dado forma no solo a los resultados políticos en los Estados Unidos, sino también a las leyes, instituciones e ideales que gobiernan el mundo moderno. La reinterpretación original y accesible de Grandin de la historia del Nuevo Mundo también ilumina cómo la tradición socialdemócrata profundamente arraigada de América Latina, a pesar de los profundos obstáculos, ha persistido a lo largo del tiempo, ofreciendo lecciones para los Estados Unidos y otras naciones occidentales.

    RS se sentó con Grandin para hablar sobre su nuevo libro, «America, América: A New History of the New World», lanzado en abril por Penguin Random House.

    La siguiente entrevista ha sido editada por motivos de extensión y claridad.

    ARTE DE GOBERNAR RESPONSABLE: Los académicos de política exterior en los Estados Unidos generalmente tienden a mirar hacia Europa para comprender la identidad nacional y la historia únicas de los Estados Unidos. ¿Por qué deberían mirar a América Latina?

    GREG GRANDIN: Bueno, no tanto en cambio, sino también, diría yo. Creo que la intensidad de la relación dentro del Nuevo Mundo, comenzando con la violencia y los horrores de la conquista, creó una especie de revolución moral dentro de la Iglesia Católica que puso en la agenda muchas preguntas que ahora asociamos con la modernidad política. Ciertamente no frenó la violencia ni disminuyó los horrores de la conquista, pero planteó preguntas sobre la igualdad, la dignidad y los derechos humanos. Más específicamente, la relación de Estados Unidos con América Latina era diferente a cualquier otra relación que un imperio, aunque informal, que niega que sea un imperio, tenía con sus colonias, o al menos que una superpotencia tenía con su periferia, dado que era tan ideológicamente combativo. La lucha fue por un conjunto compartido de ideales comunes, comenzando con la naturaleza del cristianismo, abriéndose camino a través del republicanismo y luego las nociones de propiedad, derechos, soberanía y el papel del derecho internacional. América Latina realmente fue formativa para la forma en que Estados Unidos se relacionó con el resto del mundo.

    El libro argumenta específicamente sobre la importancia de América Latina para los Estados Unidos, pero también argumenta sobre la importancia de esa relación en la creación de, a falta de una palabra mejor, el orden basado en reglas, o el orden internacional liberal, que es lo que se estableció en 1945. América Latina ha sido ignorada en gran medida por muchas razones, pero la tradición liberal y republicana dentro de América Latina se minimiza como resultado. No ha sido un sitio de historia intelectual. Cuando los historiadores intelectuales o los historiadores europeos comienzan a considerar la historia global, miran a Europa y sus colonias como los orígenes de la Sociedad de Naciones o las Naciones Unidas. Tienden a no incorporar a América Latina en ese marco. Y eso es lo que estaba tratando de hacer en este libro.

    RS: ¿Cuáles son uno o dos momentos críticos, movimientos, eventos históricos o tendencias en los que América Latina ayudó a dar forma a ese orden internacional liberal que mencionó: las normas legales, las ideas y las instituciones que sustentan el orden actual?

    GRANDIN: El libro cubre 500 años y hay muchos momentos, encuentros e historias que desarrollan en detalle concretamente lo que estoy argumentando aquí de manera abstracta. Pero yo diría desde el principio, piensen en los orígenes de Hispanoamérica, que vino al mundo como una especie de Sociedad de Naciones ya existente, con siete repúblicas independientes en un continente que los líderes de los movimientos independentistas imaginaban que ya estaba lleno. Contrasta eso con Estados Unidos, que vino al mundo como una sola república en un continente que imaginaban como mayormente vacío. Obviamente, no estaba vacío. Aparte de España, estaban Francia, Gran Bretaña, las soberanías indígenas: el continente estaba lejos de estar vacío, pero se percibía como vacío en la conceptualización del derecho internacional. Estados Unidos revivió entonces la doctrina de la conquista para justificar su empuje hacia el oeste. Su tesis de soberanía era una revitalización de la doctrina de la conquista, el derecho a hacer la guerra y a conservar el territorio que se apodera en esa guerra.

    América Latina no hizo eso, no pudo. Como un concierto de naciones independientes, América Latina no podría venir al mundo afirmando la doctrina de la conquista porque solo conduciría a una guerra sin fin. ¿Qué impediría que Argentina dijera: «nosotros también queremos llegar al Pacífico, al igual que Estados Unidos, así que ¿por qué no podemos simplemente cruzar los Andes y tomar Chile?»

    Tuvieron que aprender a vivir juntos. Y cada nación legitimó la existencia de la otra porque cada nación afirmó la validez de poder romper y crear repúblicas a partir del imperio católico, pero también se amenazaron mutuamente porque bajo los viejos términos de lo que ahora llamamos derecho internacional, estarían involucrados en guerras interminables por más territorio por la razón que quisieran. Entonces, los hispanoamericanos rechazaron tanto el resurgimiento de la doctrina de conquista por parte de Estados Unidos como el equilibrio de poder de la política real de Europa.

    Simón Bolívar famously argued that real-politik, in which nations push against each other to pursue their interests, will always lead to war because it’s inherently unstable. So one of the transcendent principles that Latin America helped pioneer was the idea that nations had common interests and that cooperation, not competition, should be the guiding principle of international relations. They also came up with laws affirming the sanctity of borders, principles against aggressive war, offensive war — basically all of the principles that one finds in the United Nations in 1945, or even the League of Nations.

    One could see these origins in the first decades of Latin American independence as they worked out the norms on how to deal with each other. The moral revolution that rejected much of the violence of the conquest also questioned the legitimacy of the Spanish empire. People like Bartolome de las Casas, who has a large role in the book, went as far as rejecting Spain’s claim to dominion and sovereignty in the Americas and certainly rejecting the doctrine of conquest. So Spanish America’s independence leaders were already primed with a critique of empire, and once they cast off the Spanish empire, they had to deal with another empire: the United States. So all of the criticisms that Latin America would level at the United States were already in many ways worked out vis-a-vis Spain.

    I’ll just give you one very concrete example. In the early 1890s, the United States organized the first Pan American Conference and for a long time rejected all of Latin America’s critiques of international law, what Latin American jurists had already begun to call American international law. The United States representatives kept saying, there can only be international law. There are no regional variations. It has to be universal. So Latin Americans said, “okay, but we’re still calling America international law.” And at that very first meeting, one of the main points of contention was Latin Americans insisting that the United States reject and acknowledge that the doctrine of conquest was invalid and agree to abrogate it. And the United States resisted.

    But they finally reached a compromise in which the United States agreed that conquest would be illegal for only two decades, and then revisit the question. Latin Americans went along with it because they didn’t have much power in relation to the United States, but still it’s an interesting moment in which Latin America is constantly trying to get the United States to reject the doctrine of conquest and the United States refusing.

    RS: Many examples are listed in the book, but are there one or two particularly salient examples of Latin American historical figures or moments in 20th century U.S.-Latin American ties that have been most consequential in molding sort of the contours of world history. I’m thinking about the Good Neighbor policy, Latin America’s role in the Marshall Plan and World War II. What bearing did these events and Latin America’s role in them have for what would come later in the 20th century?

    GRANDIN: Las políticas del Buen Vecino abrieron mercados en América Latina que dieron lastre a la coalición del New Deal, incorporando un nuevo sector corporativo al que no le importaba la expansión del liberalismo de FDR en casa si eso significaba mercados abiertos en el extranjero. Una de las figuras clave de esto es Cordell Hull, secretario de Estado de FDR. En 1933, en la 7ª Conferencia Panamericana en Montevideo, aceptó extemporáneamente casi toda la agenda latinoamericana del derecho internacional más que cualquier representante de Estados Unidos (el rechazo de la conquista, el rechazo del derecho a la intervención, etc.). Esto es algo importante entre los latinoamericanos porque Estados Unidos estaba enviando cañoneras, ocupando Haití, República Dominicana, Nicaragua y México, tomando Panamá, Cuba y Puerto Rico, y luego devolviendo a Cuba, pero como una especie de colonia informal.

    Por lo tanto, la aceptación de Hull de esta demanda de larga data es probablemente el cambio de política exterior más exitoso en la historia de Estados Unidos porque no condujo a una hemorragia del poder de Estados Unidos, sino a un refinamiento y racionalización del poder de Estados Unidos en el mundo. Enseñó a Estados Unidos cómo ser un hegemón más efectivo dentro de su propia región, pero también a prepararse para la próxima lucha contra el fascismo.

    También analizo cómo los esfuerzos de reelección de FDR, su campaña para salir a votar, fueron dirigidos por las Ligas del Buen Vecino, que fueron tomadas conscientemente de la política del Buen Vecino. Era una forma de crear una nueva cosmovisión moral en la que la aceptación del pluralismo en el extranjero, incluido el nacionalismo económico en América Latina, era análoga a una aceptación nacional del pluralismo racial y cultural.

    Estas Ligas del Buen Vecino se convirtieron en una alternativa al tipo de protofascismo que estaba en aumento en los Estados Unidos, entendiéndose conscientemente como una respuesta a la supremacía sajona de las llamadas Ligas de la Libertad. Roosevelt ganó esa reelección con 27 millones de votos. Ganó más votos que cualquier ser humano en la historia mundial. Y ganó con un programa de lo que otros países llamarían socialdemocracia o liberalismo socializado. Y lo primero que hace a la semana de ganar es navegar a Río de Janeiro para apuntalar las relaciones con [Getulio] Vargas. Y ambos se llaman a sí mismos padres del New Deal. Vargas, por supuesto, no fue elegido. Es un dictador. Pero fue un momento en el que la reforma social se consideró tan esencial como el voto mismo.

    Hay una gran anécdota en la que los dos pasan una protesta contra Vargas en un auto abierto, y Vargas dice: «Me llaman dictador». Y Roosevelt susurra: «También me llaman así». Y luego continúa hacia Buenos Aires.

    No está claro si FDR estaba tratando de apuntalar el viejo orden destruido por la Primera Guerra Mundial, u organizando el continente para luchar contra el fascismo, pero de cualquier manera, es una unión de una especie de alianza hemisférica que fue absolutamente esencial en la derrota del fascismo, como sostengo en el libro. Porque una de las cosas que muy bien podría haber sucedido es que América Latina podría haberse convertido en una especie de España hemisférica, ya que muchas de las variables que llevaron al surgimiento del nacionalismo católico pretoriano bajo Franco estaban ciertamente presentes en América Latina: una pequeña clase terrateniente que era profundamente católica, amenazada por la organización campesina militante y el surgimiento de partidos políticos más pluralistas y una expansión de un estado federal. Hubo una reacción violenta a eso, y los fascistas podrían haber ganado fácilmente ese conflicto si Estados Unidos no hubiera inclinado el campo de juego hacia la izquierda socialdemócrata o los nacionalistas económicos y básicamente hubiera creado un frente unificado contra el fascismo.

    Sostengo en el libro que no era solo que los latinoamericanos pensaran que solo estaban luchando contra el fascismo, sino para la socialdemocracia, la idea de que la democracia implicaba algo más que el derecho al voto: implicaba una vida digna. Y eso fue lo que creó un momento tan efervescente al salir de la Segunda Guerra Mundial, y luego explica la reacción violenta y la violencia que condujo a la Guerra Fría cuando esas esperanzas y aspiraciones se vieron frustradas, cuando Estados Unidos cambió y adoptó una política exterior anticomunista en lugar de antifascista.

    RS: Entonces, si el ideal socialdemócrata es tan persistente en América Latina, como argumentas en el libro, ¿por qué no se ha obtenido o mantenido en la práctica? Pero tal vez incluso antes de llegar allí, ¿cuáles son algunos de los ejemplos concretos en los que América Latina ha estado a la vanguardia de la consagración de estos ideales socialdemócratas en sus constituciones? Sé que en el libro citas el ejemplo de México.

    GRANDIN:Los científicos sociales han pasado las últimas dos décadas preguntándose (y muchos ya han abandonado la pregunta): ¿por qué la democracia es tan débil y las instituciones tan frágiles en América Latina? Pero creo que esa pregunta es exactamente al revés. Teniendo en cuenta toda la violencia dirigida a los líderes sindicales y campesinos, feministas, activistas de género y ambientales, la pregunta debería ser, ¿por qué es tan fuerte? ¿Por qué persiste? ¿Por qué la gente sigue pensando que la historia es redimible?

    Responder a esa pregunta es realmente el cargo del libro. Traté de unir la historia intelectual, legal y social para comprender la perdurabilidad de este ideal. Y mucho de eso tiene que ver con una especie de holismo asociado con el catolicismo, una noción de la dignidad del individuo.

    El Imperio español entendió que era presidir a las personas de las que se sentían responsables, lo que tenían que justificar retóricamente. Los nativos americanos y los afrodescendientes fueron el centro del proyecto imperial español. Se extraía su riqueza, pero también eran el centro moral en el que se justificaba todo el proyecto. Y eso es muy diferente de lo que sucede en los Estados Unidos, donde el colonialismo inglés y protestante se trata de evasión y negación. Pero ese ideal en el que el individuo existe dentro de una socialidad más amplia a lo largo del tiempo, sostengo, se manifiesta como lo que llamamos derechos sociales y socialdemocracia.

    Por ejemplo, la Constitución de México fue la primera constitución socialdemócrata del mundo, la primera constitución en reconocer no solo los derechos individuales, sino también los derechos sociales y económicos. El derecho a la dignidad, a una pensión, a la atención médica y a la educación. E incluso puedes ir más atrás. Todo el conjunto de constituciones independentistas afirmaron lo que llamamos derechos negativos o individuales, en los que el estado virtuoso es aquel que se mantiene al margen y permite a los individuos la mayor área de libertad. Pero al mismo tiempo, y esto se remonta a este punto anterior, estos líderes independentistas operaban a la sombra de la conquista, que pensaban que era vil, ilegal y moralmente aborrecible, a diferencia de Thomas Jefferson y John Adams, que no tenían ningún problema con los asentamientos ingleses. Así que todas las constituciones independentistas insistían en que solo se podía tener individualidad si también se tenía sociedad.

    Para darles un ejemplo, la Constitución venezolana usa la palabra social y sociedad docenas de veces, mientras que esa palabra no aparece ni una sola vez en la Constitución de los Estados Unidos. Así que hay una sensación real de que lo que significa democracia es alguna forma de democracia social. Hasta el punto en que los reformadores, a principios del siglo XIX, no estaban tan preocupados por el sufragio, creyendo que realmente conduciría al fortalecimiento de la clase terrateniente. Pensaron que había que tener una reforma social antes de que el voto realmente importara. Así que América Latina tiene esta larga tradición de derechos sociales y socialdemocracia que se manifiesta de muchas maneras, desde una especie de experiencia vivida de socialidad hasta expresiones legales que afirman que la democracia se define no solo por derechos políticos, sino por derechos sociales.

    Entonces, ¿por qué esto no se traduce en estabilidad institucional? Mucho de esto tiene que ver con la naturaleza social de la independencia latinoamericana. A Bolívar le hubiera encantado tener una república basada en la liberación de las actividades individuales de sus propias ambiciones, pero tenemos una pequeña clase terrateniente, una población enormemente servil, tres siglos de colonialismo español y, al mismo tiempo, estados que estaban profundamente endeudados desde el principio. Los bancos de Londres enviaban facturas en 1820 por envíos de armas y telas que enviaban en 1810, y estos nuevos estados sentían que tenían que honrar esas deudas. La estructura social no permitió que se formaran coaliciones políticas que pudieran manifestar esta visión social de la democracia durante un período de tiempo prolongado: un proyecto político. Tienes estos momentos de reforma y, sin embargo, a menudo no pueden durar porque no hay una coalición de reforma que pueda establecer una especie de hegemonía electoral y retórica durante mucho tiempo, como lo hizo el New Deal, por ejemplo.

    RS: Su libro subraya la historia de cómo los golpes de Estado respaldados por Estados Unidos y la invención militar en América Latina han fomentado un sentido distintivo de nacionalismo en la región arraigado en el respeto por la soberanía y la no interferencia en los asuntos internos. ¿Qué lecciones podría ofrecer esta historia a los formuladores de políticas que están lidiando con cómo responder a estos desafíos de seguridad compartidos en todo el hemisferio?

    GRANDIN: Es difícil ver cómo la historia de América Latina y las relaciones entre Estados Unidos y América Latina se traducen en posiciones políticas útiles porque creo que las lecciones aprendidas son más intuitivas y sobre la adopción de valores trascendentales. Y sabemos cómo cuando los valores se incorporan a la política exterior, a menudo se tuercen de una manera que justifica las relaciones de poder existentes.

    Por ejemplo, a los latinoamericanos no les gusta mucho el realismo. Tienden a ser más idealistas. Mencioné que la crítica de Bolívar al equilibrio de poder de la realpolitik era que siempre conduce a la guerra, y que es necesario tener valores trascendentes. Lo que la historia enseña es que la resistencia al imperio es esencial para responsabilizar al imperio hasta cierto punto, si no reformarlo, al menos hacerlo responsable.

    En este momento, Estados Unidos está atrapado en este tipo de fiebre conspirativa en la que los líderes del partido de oposición se niegan a enfrentar el poder con su propia visión moral. Los demócratas recortan y triangulan hasta tal punto que crea un vacío para que la construcción conspirativa del mundo de algunas partes del trumpismo continúe creciendo y creciendo y creando más rincones y grietas para construir coaliciones más grandes.

    De alguna manera, creo que lo que podemos aprender de América Latina es que la izquierda en América Latina se entiende a sí misma como ideológica y se entiende a sí misma como defensora de un conjunto de creencias y valores ideológicos que utiliza para enfrentar a la derecha, y con gran éxito. Así es como se vence al fascismo. No se vence al fascismo llamándolos fascistas. Se vence al fascismo ofreciendo una alternativa, una alternativa moral que no es procedimental, sino que en realidad tiene una visión de cómo es una sociedad justa. Y esa es una de las razones por las que la izquierda sigue regresando a pesar del hecho de que más activistas ambientales son asesinados en América Latina que en cualquier otra región del mundo, más sindicalistas son asesinados en América Latina que en cualquier otro lugar del mundo, siguen luchando. Es un cierto tipo de cosmovisión e insistencia en la dignidad humana que es inextinguible.

    Los reformistas en Estados Unidos podrían mirar a América Latina, la historia del New Deal y la forma en que los New Dealers hicieron causa común con los reformadores continentales sobre temas relacionados con los salarios, la igualdad de derechos para las mujeres y la atención médica, y forjaron algo así como un frente común contra las fuerzas reaccionarias. Ciertamente, hoy hay muchas personas en América Latina con las que Estados Unidos podría aliarse, y lo vimos, francamente, cuando Biden apoyó la campaña de reelección de Lula y rechazó el intento de golpe de Estado en su contra por parte de Bolsonaro en 2022. Ahora estamos viviendo en un momento diferente en el que la administración Trump está tratando activamente de promover la reelección de Bolsonaro en las elecciones del próximo año, y no parece haber movimiento entre quienes se oponen al enfoque de Trump que enmarca lo que está sucediendo en Brasil como algo que de alguna manera influye en su propia suerte.

  • Relato de Manuel Alcántara: «Un ejercicio banal».

    Relato de Manuel Alcántara: «Un ejercicio banal».

    Por: Manuel Alcántara Sáez.

    ¿Dónde te gustaría estar? La pregunta interrumpe un lapso silencioso que ella entiende que dura demasiado. Sabe que él nunca tiene la mente en blanco y que siempre trajina. La interpelación es un clarín en un ambiente mudo que estaba durando un tiempo excesivo. Es posible que esté pensando en las cuentas que no le cuadran del último negocio en que se embarcó o quizá en la llamada pendiente a su abogado. Pero también existe la posibilidad de que su vida andariega esté provocando en él unas ganas irreprimibles de moverse, de ir al lugar soñado que siempre queda pendiente o, ¿por qué no?, de volver a realizar aquel maravilloso viaje donde, en solaz descanso, supo combinar el mar con la montaña sin dejar de aprender sobre una cultura milenaria de la que desconocía todo.

    Ella ha hecho la pregunta porque desde que amaneció siente una inquietud que no la deja en paz. No sabe si la causa de su desazón ha sido un sueño en el que se vinculaba una antigua relación con una ciudad europea que ama particularmente o el hecho de que se ha dado cuenta de que hoy es el aniversario de dos momentos relevantes de su vida separados por una década y habidos en circunstancias muy diferentes. Por todo ello, se resiste a pensar en el lugar donde le gustaría estar y se limita a transferir su zozobra al amigo de toda la vida que, vuelto en sí, la mira con asombro. Aquí, contesta. Sin embargo, es consciente de que no es verdad y ella también lo sabe.

    Estar en otro lugar, acogido por los recuerdos, arrumado por la querencia de lo que fue, pero también sometido a planes utópicos, a quehaceres placenteros que no admitan sobornos. Es una alternativa a la vida que lo angustia por lo insípido y por su sempiterna monotonía, por la dejadez en que el trato cotidiano lo lleva a la abulia, por el hartazgo con el trabajo. Asumir que el cambio es el estado perfecto y que lo mucho que queda por conocer no admite demora o incluso, mejor, volver a los lugares de siempre, repetir los viejos itinerarios. Sopesarlo todo para tener una garantía de que la decisión de salir, una vez más, es la correcta. Por otra parte, ¿estar con quién?, ¿durante cuánto tiempo?, ¿haciendo qué?

    Por eso no hay que preguntarlo jamás, ¿o sí? Simplemente estar. Lograr que se almacene el recuerdo, otro más. Ella lo sabe y ahora le vienen a la memoria aquellos dos momentos separados en el tiempo de un 8 de agosto en Buenos Aires y en la Ciudad de México. Han pasado muchos años, pero los detalles importantes no se le escapan. En este instante no tiene claro dónde querría estar. Piensa que sería indiferente. Simplemente bastaría con estar. Sentir la brisa fría del invierno austral caminando por la calle Corrientes o la lluvia pertinaz de la tormenta veraniega montada sobre el Ajusco. Su voluntad es terca, aunque eso no le lleva a ninguna parte pues desde hace mucho tiempo no sale a sitio alguno. Los viajes son cosas del pasado y solo el ejercicio recordatorio enciende su ánimo.

    Han pasado unos minutos. Tras un nuevo silencio él se decide a tomar la palabra. ¿Sabes? Le dice a ella. De verdad, me gustaría estar en muchos sitios, cada día en uno diferente, de manera que los atardeceres fueran distintos, pero siempre en lugares en los que hubiera estado antes. No quiero hollar nada nuevo. Que mis ojos se reconforten en aquella escena de la que entonces fueron testigos. Que mis oídos escuchen de aquellos instantes el mismo rumor de los árboles mecidos por el viento o el batir de las olas contra el malecón. Que mis sentidos perciban igual intensidad con la que mi corazón latía. Sí, volver a estar, aunque solo fueran unas horas. Consolidar los recuerdos que ahora me asolan. Tener una justificación para que el olvido no sea una salida.

    Ella siente un leve estremecimiento. Le comprende de sobra. Son muy parecidos. Sin embargo, calla. El silencio se impone de nuevo. De pronto viene a su memoria la última vez que estuvo con aquel primer amor en el parque parisino que sigue teniendo bien presente y, en seguida, las muchas otras veces, sola. Aprieta los puños y detiene unas lágrimas audaces que arriesgan resbalar por su mejilla ¡Cuánto desearía estar ahora en Montsouris! ¿Por qué él no le pregunta dónde querría estar? ¿No es consciente de su permanente angustiosa ansiedad? Sí, estar como una forma de fuga, sin hacer nada, sola. Estar al precio que fuera después de sopesar el significado del vacío que toda ausencia deja tras de sí.

    Lejos en el tiempo y en el espacio. La mañana de aquel día de estío anuncia que será otra jornada calurosa, no importa que el lugar sea más fresco que en la ciudad. Tiene apenas seis años. Está jugando con su hermano menor en el jardín cerca de su padre que, como es habitual, lee un libro sentado en la mecedora debajo de la encina. Su ensimismamiento es total. La niña, inquieta, quiere saber de qué trata esa lectura que lo tiene tan concentrado. Con cuidado se ha acercado a su vera donde permanece inmóvil. No sopla la brisa y los pájaros han interrumpido su canto que solo mantienen las chicharras. Por fin, la chiquilla lo interrumpe, ¿qué estás leyendo? Sorprendido levanta sus ojos lentamente y deja el libro a un costado. Pasan unos segundos. Ahora mismo estaba leyendo algo sobre el ser y el estar, le contesta. ¡Qué tontería!, responde ella con gesto pícaro, y prosigue, ¡para estar hay que ser!

  • Opinión de León Krause: «Nayib Bukele, dictador».

    Opinión de León Krause: «Nayib Bukele, dictador».

    Por: León Krause.

    El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/leon-krauze/nayib-bukele-dictador/

    El problema con los aspirantes a dictador es que rara vez resisten la tentación de perpetuarse en el poder. La hoja de ruta se ha repetido una y otra vez, sobre todo en ese terreno tristemente fértil que es América Latina. Un gobernante popular, con la promesa de cambio, comienza poco a poco a enamorarse menos de las libertades de su pueblo y más de su propio poder. Aprieta las riendas a los contrapesos. Erosiona las instituciones. Acaba con la división de poderes. Y, finalmente, modifica las estructuras legales para asegurar su permanencia en la cima.

    El Salvador de Nayib Bukele es hoy una dictadura. Ya lo era antes del paso final que ha dado el presidente salvadoreño y su partido, al modificar la Constitución para que Bukele pueda reelegirse cuántas veces le plazca. Pero ahora no queda ninguna duda. Bukele ha construido este momento con la precisión que otorga la voluntad de poder absoluto. Fue minando libertades, arrinconando a opositores, silenciando periodistas y adueñándose de las estructuras que podían impedirle el golpe de gracia. También, como otros dictadores antes que él, construyó una narrativa.

    Otros hombres providenciales prometieron a sus pueblos acabar con la corrupción de los regímenes anteriores o con la añeja desigualdad (ambas, no sobra decirlo, son agravios completamente válidos en América Latina). La promesa de Bukele ha sido un pacto fáustico: a cambio del poder absoluto, ha liberado a los salvadoreños del yugo de las maras. Al pueblo de El Salvador no le ha importado —al menos por ahora— el costo que esto implica para los derechos humanos y las libertades políticas y sociales. «Que se quede el tiempo que quiera mientras El Salvador siga siendo seguro», me dijo hace poco un amigo salvadoreño radicado en Los Ángeles.

    Esta complacencia con las pretensiones dictatoriales es comprensible. Los logros de Bukele en materia de seguridad son innegables, y la libertad que implica poder caminar por las calles sin miedo no se puede subestimar.

    Pero la historia existe, y sus lecciones también.

    Así como Bukele ha seguido una hoja de ruta familiar para construir su dictadura, la historia también revela lo que vendrá. Ninguna dictadura ha nacido siendo impopular (o prácticamente ninguna). Todas comienzan con un líder carismático y una promesa de redención. «Solo yo puedo arreglarlo», ha dicho Donald Trump en más de una ocasión. Lo mismo decía Hugo Chávez sobre la corrupción de los partidos venezolanos que le antecedieron.

    Para desgracia de los aplaudidores de la propensión autoritaria, la historia registra demasiadas tragedias. Esa misma Venezuela que Chávez prometió liberar de la corrupción bipartidista (el mismo fenómeno que le abrió la puerta a Bukele en El Salvador, por cierto) ha terminado siendo un Estado mafioso, donde la cúpula del poder convive con el crimen organizado y la estructura militar está profundamente corrompida. Todo, mientras el pueblo sufre y huye del país en cifras inéditas. El país más rico de América Latina es hoy una desgracia para prácticamente todos sus habitantes, salvo para la oligarquía dictatorial que lo gobierna.

    Como buen maestro de la mercadotecnia, Bukele ha defendido su búsqueda de la reelección indefinida argumentando que otros países también la permiten. Previsiblemente, ha convertido también esta causa en una bandera de soberanía.

    Ambos argumentos son perversos.

    Bukele sabe que no hay comparación posible entre el ejercicio del poder en un régimen parlamentario como el alemán y un sistema presidencialista represor como el que se ha instaurado en El Salvador. También sabe que defender la democracia no significa decirle a los países pobres lo que deben hacer, sino exigir a todos los líderes —ricos o pobres— el mismo respeto por los estándares democráticos. Y bajo esos estándares, la reelección indefinida en El Salvador, dadas las condiciones actuales, representa una amenaza real para la democracia, no un símbolo de soberanía.

    Por ahora, seguramente habrá una mayoría en El Salvador que celebre la unción eterna de su joven líder. Pero, si la historia tiene razón, aquí estaremos dentro de algunos años para narrar el desencanto y la caída del enésimo proyecto dictatorial latinoamericano. Llegará, pero no sin antes haber sometido al valiente pueblo salvadoreño —que tanto ha sufrido ya desde hace décadas— a tristezas previsibles.

    Quizá algún día aprendamos.

     

    El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/leon-krauze/nayib-bukele-dictador/

  • El arte ante la convulsión política.

    El arte ante la convulsión política.

    Por: Roberto Carbajal. (Actor)

    En tiempos convulsos de crisis política, el arte ha demostrado ser una herramienta poderosa para expresar sentimientos, denunciar injusticias y promover el cambio social. Cuando las instituciones democráticas se ven amenazadas, la libertad de expresión puede verse restringida, pero el arte encuentra formas innovadoras de continuar comunicando verdades incómodas y la motivación a la reflexión colectiva.

    Históricamente, en momentos de disturbio político, artistas de diferentes épocas han puesto en sus obras al servicio de la denuncia de abusos de poder, promover la resistencia y ofrecer esperanza. Desde las pinturas de Francisco Goya durante la Guerra de Independencia en España, hasta las obras de artistas contemporáneos que abordan temas de corrupción, desigualdad y opresión, el arte se convierte en un testimonio vivo de la historia y un llamado a la acción.

    En contextos actuales, donde muchas democracias enfrentan desafíos como la censura, la represión o la polarización, el arte se adapta para sortear obstáculos y llegar a un público más amplio. La tecnología y las redes sociales han democratizado la creación, difusión artística, el pensamiento crítico, permitiendo que artistas independientes puedan compartir sus mensajes sin intermediarios. El graffiti, la música, el cine y la literatura emergen como medios de resistencia, denunciando violaciones de derechos humanos y promoviendo la esperanza en medio del caos.

    El arte también cumple una función catártica, ayuda a las comunidades a procesar el miedo, la incertidumbre y la rabia. En muchos casos, las expresiones artísticas se convierten en símbolos de identidad y lucha, fortaleciendo la cohesión social y motivando la participación ciudadana. Además, el arte puede ser un espacio para el diálogo y la construcción de consensos, promoviendo la empatía y entendimiento entre diferentes sectores de la sociedad.

    No obstante, en tiempos de crisis política, el arte no solo actúa como un espejo de la realidad, sino que también puede ser un motor de cambio. La historia ha demostrado que obras provocadoras y comprometidas han inspirado movimientos sociales, cambios legislativos y transformaciones culturales. Por ejemplo, el muralismo mexicano de los años 30 y 40, con artistas como Diego Rivera, sirvió para promover la identidad nacional y cuestionar las desigualdades sociales.

    En conclusión, el arte ante la crisis política es un acto de resistencia, un medio de denuncia y una esperanza para el futuro. En la historia de nuestro país artistas han retratado nuestra realidad con ojo crítico entre estos muchos pintores, músicos, literatos. A pesar de los obstáculos y las restricciones, la creatividad y la valentía de los artistas siguen siendo fundamentales para mantener viva la llama de la libertad y la justicia. En momentos de incertidumbre, el arte puede ser la chispa que encienda el cambio y la transformación social que todos anhelamos.

  • Espiritual pero no religioso: La transformación contemporánea de lo sagrado.

    Espiritual pero no religioso: La transformación contemporánea de lo sagrado.

    Por: Enrique Alfonso Romero Martínez. (Investigador independiente – México)

    El origen de la expresión “espiritual pero no religioso” («Spiritual but not Religious» o SBNR, por sus siglas en inglés) surgió en el contexto anglosajón, especialmente en Estados Unidos y Canadá, a partir de la década de 1990. Aunque la idea de una espiritualidad individual ya existía, fue en este periodo cuando diversos estudios y movimientos culturales comenzaron a formalizar la expresión. Esto significa una crítica a la religión organizada en pos de la búsqueda de trascendencia personal.

    En relación con lo anterior, el fenómeno SBNR implica rechazar los dogmas, jerarquías y rituales de las religiones tradicionales, buscar una conexión interior con lo divino, el universo o lo sagrado sin mediaciones institucionales, valorar prácticas como la meditación, la conexión con la naturaleza, el autoconocimiento, la sanación energética, entre otras, y considerar que la espiritualidad es un camino personal, sin necesidad de creencias fijas ni autoridad externa. Esta postura es cada vez más común en jóvenes y en contextos urbanos globalizados, ya que existe un desencanto con estructuras patriarcales, jerárquicas y moralistas, las cuales han abusado del poder y generados conflictos entre el dogma y la libertad individual.

    En este ámbito, existen nuevas formas de conexión con lo sagrado, como la espiritualidad ecológica (la Tierra como ser vivo, Gaia), la meditación, el yoga y prácticas místicas sin afiliación religiosa, además del uso de enteógenos en contextos terapéuticos y espirituales urbanos. Entonces, surge la pregunta: ¿cómo se organiza lo espiritual cuando no hay institución ni jerarquía? Según los datos etnográficos, se organiza por medio de redes digitales, encuentros espontáneos, círculos de sanación, liderazgos carismáticos horizontales y una ritualidad flexible y adaptativa. Algunas de las prácticas contemporáneas incluyen una combinación de astrología, tarot, cristales, energía, canalizaciones, registros akáshicos, etc. Existe también una fuerte influencia del budismo, chamanismo y tradiciones indígenas reinterpretadas.

    Este fenómeno sociocultural nos muestra el tránsito de un periodo caracterizado por la “crisis de la religión” al “giro espiritual”, en donde el auge de lo místico cobra visibilidad en una era científica y secular. Algunos ejemplos que podemos enunciar de manera breve son que, en América Latina, el fenómeno ha crecido sobre todo entre personas jóvenes, profesionistas, artistas y sectores urbanos, a menudo como reacción al catolicismo tradicional. En Europa, aparece como parte del proceso de secularización, pero con un resurgir del interés por lo místico, el esoterismo y el mindfulness. Y en Asia, algunos movimientos toman elementos de tradiciones como el budismo o el yoga, despojados de su marco religioso original.

    Finalmente, es importante enfatizar que la antropología observa el fenómeno del SBNR como una transformación del hecho religioso, no su desaparición, una muestra de la desinstitucionalización de lo sagrado, donde lo divino se interioriza y es un campo fértil para el análisis de identidades fluidas, sin pertenencias fijas, pero con profundas búsquedas de sentido trascendental.

  • Generosidad invisible: el poder de la solidaridad.

    Generosidad invisible: el poder de la solidaridad.

    Por: Constanza Cilley/Latinoamérica21

    En América Latina, la generosidad está viva. Se manifiesta en gestos cotidianos, redes informales de apoyo y actos espontáneos que muchas veces escapan a las estadísticas. Sin embargo, cuando se trata de institucionalizar y sostener una verdadera cultura de dar, aún enfrentamos desafíos estructurales, sociales y culturales. En este contexto, promover una cultura de la generosidad es una estrategia fundamental para fortalecer el tejido social y construir sociedades más equitativas y resilientes.

    La consultora Voices, lleva casi tres décadas investigando los hábitos solidarios en Argentina, donde los primeros estudios impulsados por el Foro del Sector Social revelaban ya en los años noventa una brecha entre la disposición a ayudar y la concreción de actos solidarios formales. Esta tensión sigue vigente. Y aunque los argentinos se reconocen como un pueblo solidario, la cultura de la donación sostenida y estructurada no termina de consolidarse.

    Lo mismo sucede, con sus matices, en el resto de la región. El reciente informe “La Generosidad en América Latina y el Caribe” de Giving Tuesday ofrece una radiografía valiosa: 9 de cada 10 personas declaran haber hecho al menos una acción solidaria en el último año. Pero ese número cae cuando se observa la participación en donaciones recurrentes, el involucramiento en organizaciones o la confianza institucional.

    Lo que no se mide, no se potencia

    En América Latina, uno de los grandes desafíos para promover la cultura de dar es la falta de datos sistemáticos. Países como Estados Unidos o Reino Unido cuentan con observatorios que siguen de cerca los comportamientos filantrópicos. En nuestra región, los estudios son más esporádicos, y muchas veces no se articulan entre sectores.

    Y aquí entra el valor de la investigación. Necesitamos saber quiénes dan, qué los motiva, qué barreras enfrentan, cómo perciben el impacto de sus actos. Sin esta información, es difícil diseñar políticas públicas, campañas de sensibilización o estrategias de fortalecimiento institucional.

    Por ejemplo, según datos de los estudios de Cultura de Dar, cerca de tres cuartas partes de los argentinos han colaborado económicamente con ONGs en los últimos 12 meses de algún modo, pero solo algunos califican a estas acciones como “donaciones”. Esta disonancia revela que nuestras narrativas culturales sobre la solidaridad no siempre están alineadas con nuestras prácticas.

    La solidaridad invisible

    En América Latina, gran parte de la generosidad ocurre por fuera de los canales formales. Es lo que podríamos llamar una “solidaridad informal”: ayudar a un vecino, cocinar para alguien, prestar dinero sin esperar devolución, alojar a un familiar. Estos actos no suelen considerarse “donación” en sentido estricto, pero son pilares invisibles de nuestras comunidades.

    Esta característica, profundamente arraigada en la cultura latinoamericana, tiene dos caras. Por un lado, es una fortaleza que refleja la importancia del lazo social y la importancia de la familia y los amigos. Por otro, puede dificultar la consolidación de una cultura de dar organizada, con estructuras que permitan escalar el impacto, medir resultados y sostener la ayuda en el tiempo.

    En Argentina, por ejemplo, varios donan una vez, pero pocos lo hacen de manera mensual. Esta falta de sistematicidad reduce la capacidad de planificación de las organizaciones sociales, que necesitan previsibilidad para crecer. También implica que muchas iniciativas dependen más del entusiasmo que de la sostenibilidad.

    Lo que sí funciona

    A pesar de estos desafíos, hay señales alentadoras. Sabemos que cuando las personas tienen contacto directo con una causa, su nivel de involucramiento aumenta. Las campañas que muestran el impacto concreto, las plataformas que simplifican la donación, los modelos de “match” entre empresas y ONGs, todo suma. Y en este sentido, el auge de las plataformas digitales ofrece una oportunidad inédita para democratizar la participación.

    Los informes de Cultura de Dar y otras investigaciones también muestran que las nuevas generaciones no están desconectadas: solo necesitan formas más horizontales, ágiles y alineadas con sus valores para participar. La colaboración digital, el microdonativo, las causas de impacto local y los formatos creativos pueden ser aliados clave.

    Además, hay valores profundamente anclados en la identidad latinoamericana que debemos fortalecer: la empatía, la solidaridad, el compromiso comunitario. En lugar de importar modelos foráneos, el reto es construir una cultura de dar que tenga sentido en nuestros territorios, nuestras historias y nuestras formas de vínculo.

    Una invitación a la acción (y a la medición)

    Promover una cultura de dar en América Latina es, en última instancia, una tarea colectiva. Requiere del compromiso de ciudadanos, organizaciones, empresas, medios y gobiernos. Pero también de datos. Porque lo que no se conoce, no se mejora. Y lo que no se mide, no se visibiliza.

    Por eso, desde la iniciativa Cultura de Dar se viene impulsando la articulación entre investigación, comunicación y acción. Porque solo conociendo en profundidad nuestros hábitos, nuestras motivaciones y nuestras resistencias se puede diseñar estrategias eficaces para fomentar una cultura solidaria sostenida, transparente y transformadora.

    Donar no es solo un acto individual: es un gesto político, cultural y social. Y construir una cultura de dar es construir una sociedad más conectada, más justa y más humana.

  • Con la música actual, la vida es un error.

    Con la música actual, la vida es un error.

    Por: Lisandro Prieto Femenía

    «Sin música, la vida sería un error»

    Friedrich NietzscheEl crepúsculo de los ídolos

    Seguramente se habrán percatado que en redes sociales circula, a modo de meme, una afirmación de Friedrich Nietzsche que versa: “Sin música, la vida sería un error”. Más allá de la banalidad de la circulación de esta frase, lo que allí se está estableciendo es la diferencia de cualquier otro ser en la naturaleza como el único que es capaz de crear obras de arte, y dentro de esa creación, la música ocupa un lugar privilegiado y fundamental. Si la vida sin arte sería una existencia despojada de su máxima expresión, la vida sin música sería, para Nietzsche, un vacío insalvable. Esta cita no es una mera hipérbole, sino una tesis ontológica que eleva la música al rango de fuerza primordial, un pilar sobre el cual se sostiene la experiencia humana. Pues bien, en esta reflexión intentaremos explorar la centralidad que tiene la música en la filosofía, la conectaremos con pensadores que la han abordado desde diversas perspectivas y la confrontaremos con la degeneración de la creación sonora en la época detestable llamada postmodernidad, un síntoma de un error vital que la música, en su esencia, debería contrarrestar.

    Tengamos en cuenta que, para Nietzsche, el lenguaje y la razón, a menudo reductores, intentan encapsular la vastedad de la existencia en conceptos rígidos. La música, en cambio, opera en un plano distinto. Es el lenguaje de la voluntad misma. En su obra “El nacimiento de la tragedia”, Nietzsche sostiene que “el lenguaje de la música es anterior al concepto”, y en una carta a su amigo y confesor Peter Gast en 1877 expresó que “la vida sin la música es sencillamente un error, una fatiga, un exilio”. Esta idea nos indica que la música, al ser un lenguaje de la voluntad, nos permite acceder a la realidad de una manera más directa y auténtica.

    Esta perspectiva se entrelaza directamente con la de Arthur Schopenhauer, mentor intelectual de Nietzsche. En su obra titulada “El mundo como voluntad y representación”, Schopenhauer eleva la música por encima de todas las demás artes, argumentando que no es una copia de las ideas del mundo, sino un reflejo directo de la voluntad misma. De hecho, llegó a afirmar allí que “la música no es en absoluto, como las demás artes, una copia de las Ideas, sino una copia de la voluntad misma”, confirmando con ello que la melodía expresa el constante fluir de la voluntad, con sus anhelos insatisfechos y sus penas inherentes, convirtiéndose así en una forma de conocimiento metafísico.

    Si bien Nietzsche veía en la música una fuerza de rebeldía dionisíaca, la tradición filosófica griega la entendía como un elemento clave para el orden social y la formación ética. Platón, en su “República”, dedicó un espacio considerable a la música como pilar de la educación de los guardianes. Para él, la música no era un simple pasatiempo, sino una “ley moral” que daba “alma al universo, alas a la mente, vuelos a la imaginación”. Los diferentes modos musicales (escalas) fluían directamente en el carácter de los ciudadanos, y por ello, los modos que promovían la virtud y la moderación debían ser cultivados.

    Por su parte, Aristóteles profundizó en la idea de la mímesis (imitación) musical. En su “Política”, sostenía que la música “imita las pasiones mismas” de tal forma que “reproduce” el carácter, y por ello, su importancia en la formación del alma de los jóvenes. La música, además de evocar pasiones, las purifica a través de la catarsis, un concepto central en su “Poética”. De esta manera, la música se convierte en una herramienta para templar el alma y alcanzar el equilibrio emocional fundamental para la vida en la pólis.

    Esta idea de un orden subyacente en la música volvería a tener vigencia siglos más tarde en Gottfried Wilhelm Leibniz, quien la definió como “el placer que experimenta la mente humana al contar sin darse cuenta de que está contando”. Para el filósofo racionalista, la armonía musical no es casualidad, sino el resultado de complejas relaciones matemáticas que el alma humana percibe de forma inconsciente. En la música, Leibniz veía un reflejo de la armonía preestablecida del universo, una correspondencia entre las leyes que rigen el cosmos y las percepciones de la mente humana.

    La visión de los precitados filósofos, que veían en la música la esencia de la voluntad o la armonía del cosmos, se ve desafiada por la decadencia de la calidad del ruido llamado música en la era postmoderna. En el siglo XX, pensadores como Theodor W. Adorno, desde la Escuela de Frankfurt, ya advertía sobre los peligros de la industria cultural. En su ensayo titulado “Sobre el carácter fetichista en la música y la regresión del oído” (1938), Adorno argumenta que la música popular ha sido estandarizada y convertida en una mera mercancía, sosteniendo asimismo que “el valor fetichista de la mercancía penetra hasta en la música popular, y la estandarización de los productos crea una escucha regresiva”. Tengamos en cuenta que, para Adorno, la música de masas ya no es algo que se vive o se siente, sino que se consume de forma pasiva, perdiendo su potencial crítico y transformador.

    Esta crítica se profundiza aún más al incorporar la reflexión de Walter Benjamin sobre la pérdida del aura en la obra de arte. En su célebre ensayo “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” (1936), Benjamin define el aura como “el aparecimiento único de una lejanía, por cercana que pueda estar”. Se trata de la unicidad de una obra en su “aquí y ahora”, su historia, su autenticidad y su tradición, elementos que le confieren una presencia irrepetible. Pues bien, la reproducción técnica masiva, ya sea a través de la fotografía o, en el caso de la música, de grabaciones y streaming, destruye esa aura: “incluso en la reproducción mejor acabada falta algo: el aquí y ahora de la obra de arte, su existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra”. Pobre Walter, si supiera que ahora las personas asisten a los conciertos y, en lugar de mirar y escuchar con atención a los artistas, la totalidad del auditorio está grabando la experiencia con un dispositivo móvil.

    En este contexto de crisis de la calidad estética, son muy pocas las voces críticas contemporáneas que se alzan para denunciar la anarquía y la falta de sustancia en el arte posmoderno. Sin ir muy lejos, en diciembre de 2024 publiqué un artículo titulado “Recuperando la distinción entre arte y bodrio”, en el cual planteaba que la cultura actual parece haber abrazado una “cultura de la mediocridad” que ha borrado esta línea entre la creación genuina y el mero simulacro. Así, la música posmoderna, en su búsqueda de lo “plural” y lo “ecléctico”, ha sucumbido a un eclecticismo vacío que mezcla y destruye géneros sin una coherencia interna real. Al respecto, el musicólogo Ramón Barce (1928-2008), crítico de la música de vanguardia, señalaba que esta “patológica necesidad de lo nuevo” conducía a una superficialidad que carecía de la profundidad que, para Nietzsche, era la esencia misma de la música. En la actualidad esta tendencia se agrava con la lógica de las plataformas digitales, donde la música se reduce a clips de segundos, a singles desechables y a algoritmos que dictan lo que el oyente debe consumir. La infinitud de la reproducción digital ha aniquilado el aura. Un concierto en vivo, repito, un vinilo desgastado por la aguja, una grabación con imperfecciones, poseían una historia y una presencia. Hoy, un track digital es una entidad sin historia, sin un “aquí y ahora”, un fetiche estandarizado despojado de su valor cultural. En este contexto, la música ya no es una afirmación de la vida, sino un ruido molesto de fondo que disimula el vacío. Lejos de ser un antídoto contra el nihilismo, se convierte en un síntoma de éste.

    Hemos realizado un recorrido, desde la visión nietzscheana de la música como afirmación de la vida hasta su degeneración en la era del consumo masivo. La crítica de Adorno, Benjamin y otras tantas voces contemporáneas nos ha mostrado que el error no es la ausencia de la música, sino la presencia de una música asquerosa, vacía, despojada de su esencia vital y de su aura. La pregunta crucial que nos queda, entonces, no es si la música es necesaria, sino qué tipo de música estamos dispuestos a aceptar en nuestras vidas.

    ¿Acaso hemos sucumbido al nihilismo que la música, en su esencia dionisíaca, debería contrarrestar? ¿Hemos renunciado a la búsqueda de la belleza en la armonía y la complejidad en favor del ruido estandarizado que nos adormece? La frase inicial de Nietzsche, en este contexto, se convierte en un espejo que debería confrontarnos. Si la vida sin música es un error, ¿qué dice de nosotros el hecho de que elijamos la música que se nos impone, la que nos exige de nosotros ninguna pasión ni compromiso, mucho menos una mínima reflexión, sino sólo una escucha molesta y pasiva? El verdadero error no está en el mundo, sino en nuestra capacidad para dejar de escuchar la melodía del ser y conformarnos con el eco hueco de la industria cultural que nos impone un Bad Bunny mientras nos hace olvidar a Mozart. La interpelación, al final, es personal: ¿qué sinfonía estamos componiendo con nuestras vidas? Y, más importante aún, ¿estamos dispuestos a dejar de escuchar el error para volver a encontrar la verdadera música, esa que representa el lenguaje universal de la humanidad?

  •  ¿QUÉ BUSCA EL RÉGIMEN CON LA REELECCIÓN?

     ¿QUÉ BUSCA EL RÉGIMEN CON LA REELECCIÓN?

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández, Educador.

    ¿Querrás decir con la farsa del fraude permanente del pasado 31 de julio?

    Impunidad.

    La actual Constitución vigente, si bien diseñada por la derecha política más abyecta en los 80’s, tiene dejos de adelantarse a su tiempo en razón de los aportes que le hicieran aquellos juristas liberales que la dotaran con visos del humanismo más puro.

    Así, establece la tipología del estado de derecho, que, si bien esa misma derecha política nunca ha respetado, conforma un marco legal que define el camino a la conformación de un estado incluyente y democrático, que fuera ya desmontado por completo, al haberlo el caudillo presentado desde el principio como un fracaso que traicionó a las mayorías, que solo favorece a algunos, que es la causa de la violencia que padecemos.

    Los hechos hacen patente lo contrario, que es el caudillo y el capital más rancio y retrógrada, la partidocracia de derecha y los militares que siempre se venderán al mejor postor, quienes bajo la dirección del gran hermano del norte, desmontó al estado de derecho y la institucionalidad, para asegurar mayores beneficios económicos como poder político, profundizando la desigualdad y la exclusión de las mayorías, estableciendo como política de estado su aporofobia, obligando la expulsión de buen porcentaje de la población, que así escapar a la violencia que en su contra dispensa el estado mientras agrava las condiciones para las mayorías.

    Para lograrlo no solo ha desmontado el estado de derecho y la institucionalidad, concentrado la riqueza como nunca [apenas el 0,00002% de la población de acuerdo al BCIE/FMI/BM/BID]y establecido la mayor cleptocracia mitómana efectiva del hemisferio [IPC], ha debido corromper los agentes surgidos de los acuerdos de paz [PDDH/PNC], como alineado a sus intereses y los de sus representados, al aparato de justicia, para lo cual ha colocado a sus afines partidarios en la CSJ, la FGR, la PGR y la PDDH, derivando en un estado inviable que además sirve como plataforma para promover el proyecto libertario, además de como puerto distributivo de las drogas del sur, principalmente provenientes del Ecuador.

    Todo esto no es posible sin que el estado no hay de nuevo cometido crímenes, ejecutándolos con tal descaro, que, al asesinar a 460 personas bajo su detención, los admitidos, por tortura, con completo menosprecio a los testigos, proyecta un mensaje: se hace mi voluntad.

    Al perpetuarse el caudillo en el poder busca asegurar su impunidad, la de su entorno, como antes hicieran otros, entregando al país al proyecto referido, estableciendo un refugio para los demás fascistas que ahora mismo buscan escapar de los procesos que se les siguen en sus países, confiando captar los dineros robados a sus economías, corrompiendo la figura del asilo.

    Haciendo del país, una suerte de jaula dorada, para sí y sus cómplices, como los que espera que lleguen porque no serán recibidos en EU.

    Porque el imperio sólo los ha usado para extender sus tentáculos, pero sin dejar nunca de despreciarlos, porque no dejarán jamás de ser traidores.

  • ¿CÓMO TERMINAN LOS DICTADORES EN EL SALVADOR?

    ¿CÓMO TERMINAN LOS DICTADORES EN EL SALVADOR?

    Por: Walter Raudales.

    El intento de perpetuarse en el poder ha estado en el ADN de unos cuantos gobernantes de El Salvador. Y dado que en la actualidad ha vuelto a surgir la intención de perpetuidad, es importante recordar un par de pinceladas de la historia de quienes, en el pasado, lo intentaron y de cómo terminaron.

    Caudillos y el poder absoluto en El Salvador.

    Históricamente, la ambición de poder absoluto en El Salvador se ha manifestado a través de presidentes que han buscado perpetuarse en el poder de forma indefinida, rompiendo las normas constitucionales y las tradiciones de alternancia.

    Datos históricos de El Salvador, identifican al menos cinco casos notables en los 203 años de república salvadoreña, donde los presidentes decidieron quedarse en la silla presidencial más allá del período establecido por la Constitución que juraron cumplir.

    Esta práctica se considera una violación de la alternancia en la presidencia, un principio fundamental establecido para evitar el regreso a una figura de «rey» vitalicio y asegurar la igualdad ciudadana tras la independencia de la monarquía española. (Y quitarse el recuerdo del yugo español).

    Las manifestaciones históricas de esta ambición de poder absoluto incluyen:

    Gerardo Barrios (Siglo XIX):

    Su suegro, Joaquín Eufracio Guzmán, reformó la Constitución para ampliar el período presidencial a 6 años y permitir la reelección inmediata, posibilitando que un presidente estuviera 12 años en el poder. Aunque Guzmán no usó la reforma para sí mismo, su yerno, Gerardo Barrios, se benefició de ella.

    Barrios centralizó el poder, ocultó información y fue señalado por actos de corrupción. Se presentaba como el único capaz de resolver los problemas del país.

    Llegó a ordenar el cierre de la Asamblea Legislativa, concentrando todos los poderes legislativos en sus manos, y decidió nombrar alcaldes en lugar de realizar elecciones.

    Su concentración de poder generó una gran revuelta popular que culminó en su derrocamiento con la intervención del presidente de Guatemala, y fue fusilado por sus enemigos políticos tras intentar una insurrección armada.

    Francisco Dueñas (Siglo XIX):

    Asumió el poder derrocando a Gerardo Barrios bajo el pretexto de evitar que éste se perpetuara en el cargo. Sin embargo, una vez en el poder, Dueñas anunció su intención de quedarse los 12 años permitidos por la Constitución reformada por Guzmán.

    También fue derrocado por un golpe de estado y tuvo que huir de El Salvador, sin poder regresar al país hasta su muerte, siendo enterrado en un cementerio diferente al de Barrios.

    Alfonso Quiñones Molina (Siglo XX):

    Fue un presidente popular que utilizó la radio (YS-AQM) las siglas de su nombre, como una gran herramienta de propaganda.

    Intentó romper la tradición de un solo período presidencial, pero el embajador de Estados Unidos intervino. A través de Ren Kilauer (representante de la United Fruit Company en El Salvador y dueña del ferrocarril) y George Gabit (representante para Centroamérica), se le advirtió que EE. UU. no reconocería su gobierno si violaba la Constitución al reelegirse. Entonces desistió de su candidatura, nombrando a su cuñado Pío Romero Bosquez, creyendo que sería su títere.

    Romero Bosquez lo traicionó y le pidió que abandonara el país, obligándolo a huir en medio de protestas y acusaciones de corrupción relacionadas con el uso del presupuesto nacional para allegados y familiares.

    Maximiliano Hernández Martínez (Siglo XX):

    Asumió la presidencia tras un golpe de estado contra Arturo Araujo, quien había durado solo 6 meses.

    Estados Unidos no reconoció su gobierno durante tres años debido a un acuerdo centroamericano que prohibía el reconocimiento de gobiernos surgidos de golpes de estado. El reconocimiento llegó cuando Martínez argumentó haber derrotado la primera insurrección comunista en 1932, cambiando su postura de antiimperialista a anticomunista para obtener el apoyo estadounidense.

    Rompió su promesa de que por única vez se reelegiría y solo cumplir el período de Araujo, presentándose como candidato único y ganando las elecciones, con su partido obteniendo la totalidad de diputados.

    Como la Constitución de 1886 prohibía su reelección inmediata, convocó una constituyente para eliminar las elecciones y se hizo designar presidente sin votación popular, y más tarde extendió el período presidencial a seis años.

    Fue depuesto el 8 de mayo de 1944, después de 13 años en el poder, tras un alzamiento militar y una huelga de brazos caídos.

    Salvador Castaneda Castro (Siglo XX):

    Fue electo en 1946 en lo que se describe como un fraude, al eliminar la candidatura del Dr. Arturo Romero, el líder de la huelga contra Martínez. Castaneda ganó como candidato único.

    En 1948, al anunciar su intención de reelegirse (siguiendo el patrón de Martínez), la juventud militar intervino, le dio un golpe de estado, lo encarceló y luego lo exilió a Guatemala.

    En general, la historia de El Salvador demuestra que estos presidentes que intentaron «amarrarse al poder de por vida» terminaron mal, enfrentando derrocamientos, exilio o fusilamiento.

    La ambición de poder ilimitado en estos gobiernos también llevó a la corrupción descarada y a la polarización de la sociedad, generando un profundo resentimiento que culminó en demandas de venganza en lugar de justicia cuando estos líderes caían en desgracia.

    El rol de la comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, siempre jugó un papel importante, retirando o dando su apoyo según sus intereses y el cumplimiento de las normas democráticas de entonces.

    Todos estos personajes que han querido ser “dictadores” han estado marcados por contextos y realidades que al principio les parecen favorables y luego se les vuelven adversan. En conclusión. Ninguno ha salido en la historia bien librado.

    Hay un apodo despectivo con el cual son reconocidos nuestros países centroamericanos: “Repúblicas Bananeras”. De tal forma que en la actualidad en El Salvador podemos hablar del: «presidente cool bananero»

    El término «república bananera», acuñado por los Estados Unidos, e historiadores de la época, describía la forma de gobierno antiética y descarada de ciertos presidentes, principalmente en Centroamérica y el Caribe. Históricamente, este concepto surgió en el contexto de la influencia de la United Standard Fruit Company, que operaba plantaciones de banano en la región. Los líderes de estas «repúblicas» se caracterizaban por sus «mil patrañas» para perpetuarse en el poder, incluso llegando a eliminar a sus cercanos.

     

  • Liderazgo débil en la UES.

    Liderazgo débil en la UES.

    Por Fredis Pereira. *

    El liderazgo débil encabeza y estructura un gobierno disfuncional en la Universidad de El Salvador (UES), que es alérgico a la transparencia, administra de manera irracional los recursos, estimulando el desperdicio, incumpliendo de manera notoria las funciones institucionales, actuando de manera sistemática contra la justicia social y la dignidad humana, y que también suele emitir comunicados hipócritas pretendiendo defender los derechos humanos.

    El liderazgo débil le rehúye al debate sincero y a la rendición de cuentas. Así actúa en contrario a los principios de la ética pública previstos en el artículo 4 de la Ley de Ética Gubernamental, consintiendo que el portal de transparencia adolezca de desactualización crónica, que las memorias de labores no se gestionen conforme a los estándares de transparencia, y en los peores casos no se rindan los informes previstos en la Ley Orgánica de la UES. La elusión al debate sincero se práctica también, al incumplir con la normativa universitaria en relación con la necesaria evaluación anual de la ejecución del plan de desarrollo en las asambleas de personal académico.

    El liderazgo débil aprovecha el poder para censurar la voz disidente. Su vocación represiva le hace congeniar con la práctica de la censura, que es una herencia de los grupos de poder al margen de la constitución, que busca intimidad por todos los medios disponibles, incluso aprovechándose del régimen disciplinario y hasta con denuncias falsas en las instancias judiciales, desviando a la institucionalidad de los propósitos legítimos y constitucionales. Así muestra intolerancia a la crítica, que en casos extremos presenta síntomas parecidos a los de la intolerancia a la lactosa.

    El liderazgo débil tiene preferencia por las ilegalidades y un gran desprecio por la dignidad humana. Con frecuencia encuentra cualquier excusa para irrespetar el derecho de petición y respuesta de los ciudadanos. El irrespeto al debido proceso en los procedimientos administrativos es crónico, plagado de discriminación, que, por tal motivo, con frecuencia tiene que enfrentar procesos judiciales, tanto en la jurisdicción constitucional, así como en otras instancias judiciales.

    El liderazgo débil ha llevado al gobierno universitario a la condición de disfuncionalidad. En los órganos colegiados del gobierno universitario, donde hay participación de mujeres, se llega al extremo de no otorgarle el uso de la palabra que le corresponde por ley, mostrando así un dominio del patriarcado. Así también se debilita la toma de decisiones al eludir la debida deliberación e incumplir con las atribuciones y deberes que por ley les corresponde, convirtiendo a los órganos colegiados en verdaderos cónclaves de improductividad.

    El liderazgo débil se rige por la cultura de la vivianada y la picardía. Esto se muestra con más acentuación en los procesos de promoción laboral y en la elusión de los concursos para el ingreso a la carrera administrativa, actuando en contrario a la justicia social que prescribe la constitución y la legislación universitaria. Así se manifiesta también en los procesos eleccionarios, donde se busca cualquier artimaña para limitar la participación de la comunidad y favorecerse en elecciones turbias para mantenerse en el poder.

    El liderazgo débil es un verdadero enemigo de la UES. Esto porque promueve el atraso de manera insistente con decisiones torcidas en la institución, al crear mecanismos sistemáticos de violación de derechos contra la comunidad universitaria y obstruir el relevo generacional, que  pone en desventaja a la institución para enfrentar los retos que surgen en las diversas dimensiones de la vida institucional, dificultando el cumplimiento de los fines y el responder con decencia a las demandas del pueblo salvadoreño, donde su voz perdió total credibilidad. ¿Cuándo se irá este liderazgo débil?

    *Máster en Administración y Gerencia Pública

  • La banalización de la democracia: Un peligro silencioso.

    La banalización de la democracia: Un peligro silencioso.

    Por: Mauricio Manzano. 

    La democracia en su esencia es más que un sistema de gobierno regido por un Estado de Derecho; además, es un conjunto de valores, una cultura de respeto y un proceso de diálogo constante. Sin embargo, en la actualidad estamos presenciando, en muchos países, un fenómeno peligroso y a menudo subestimado: la banalización de la democracia. Este concepto está referido a la reducción de los principios esenciales de la forma de gobierno, y el fomento de una serie de clichés, eslóganes vacíos o, peor aún, a un mero trámite electoral.

    La democracia banalizada es aquella que se limita a la celebración de elecciones, pero ignora la operatividad, independencia y transparencia de sus instituciones. Es el voto sin una ciudadanía activa, el derecho a la palabra sin la obligación de escuchar al otro. Se manifiesta cuando los líderes políticos apelan a las emociones en lugar de a la razón, cuando la verdad es reemplazada por el clickbait y el debate público se convierte en una batalla de insultos y repetición de slogan apologéticos hacia un seudo líder en las redes sociales.

    Este proceso de banalización tiene consecuencias negativas para la ciudadanía. Al simplificar la democracia a su mínima expresión, se vacían de significado conceptos como el Estado de Derecho, la separación de poderes y los derechos humanos. La ciudadanía se acostumbra a ver estos pilares como obstáculos a la voluntad de un líder popular. La paciencia requerida para construir consensos es sustituida por la exigencia de soluciones rápidas y autoritarias.

    En este escenario, el populismo encuentra un terreno fértil. Los líderes populistas no necesitan convencer, solo conectar con la insatisfacción. No necesitan justificar sus acciones, solo ser populares. La banalización, al fin y al cabo, es la antesala de la apatía y el caldo de cultivo para quienes desprecian las reglas del juego democrático y se deslizan hacia un sistema autoritario.

    Recuperar el verdadero significado de la democracia no es tarea fácil. Requiere una ciudadanía firmada, informada y crítica, líderes políticos, religiosos, intelectuales honestos e instituciones civiles cohesionadas, que inspiren con integridad y no con la demagogia, que dejen ver un compromiso colectivo, apertura con el diálogo y el respeto mutuo. De lo contrario, seguiremos viendo cómo el más noble de los sistemas se convierte en una cáscara vacía, tan frágil como la popularidad de un líder de turno.

  • Impacto neuronal por el uso de la Inteligencia Artificial en Educación.

    Impacto neuronal por el uso de la Inteligencia Artificial en Educación.

    Por Roberto Carbajal.

    La inteligencia Artificial está cambiando y generando un alto impacto en nuestra sociedad puede mejorar tareas, optimizar servicios básicos y avanzar en la medicina y la educación.

    Precisamente para abordar este tema ; un estudio realizado recientemente por investigadores del Instituto de Tecnología de Massachussets titulado “Nuestro cerebro con ChatGPT: Acumulación de deuda cognitiva al usar un asistente de IA para la redacción de ensayos” declara que el utilizar continuamente los modelos de lenguaje como ChatGPT genera disminución de la capacidad cognitiva, deteriora la memoria a corto plazo y perjudica la percepción de autoría sobre lo que se escribe, lo cual implica que el uso de esta herramienta atrofia esas funciones mentales que nos hacen recordar, organizar y hasta pensar , nos hace menos autónomos y más dependientes.

    En un período de cuatro meses, los investigadores llevaron a cabo un ensayo controlado con 54 estudiantes universitarios, quienes fueron separados en tres grupos: el primero escribió ensayos exclusivamente con ChatGPT, el segundo utilizó motores de búsqueda como Google y el tercero no recurrió a ninguna clase de herramienta, solamente su cerebro.

    Los estudiantes escribieron tres ensayos en sesiones separadas, y en una cuarta sesión se invirtieron sus papeles: quienes usaron IA pasaron a escribir sin ayuda de ChatGPT y viceversa; lo cual permitió observar cómo se adaptaban de uno a otro método. Asimismo, los investigadores utilizaron encefalogramas para indagar la actividad cerebral; lo cual dio como resultado: cuanto más poderoso y automático es el asistente, menor es el esfuerzo mental que se aplica, lo que afecta el aprendizaje. El grupo que usó ChatGPT mostró la menor conectividad neuronal.Por otra parte en términos generales el cerebro de quienes usaron IA trabajó casi la mitad que el de quienes no la usaron y las partes claves para pensar, recordar y decidir estaban menos activas.Por otra parte en la cuarta sesión de acuerdo con lo observado, los estudiantes no recuperaron los niveles normales de actividad cerebral. Su cerebro seguía inactivo lo que significa que existe una adaptación perjudicial al uso de IA.

    El estudio es revelador y en el ámbito educativo debe ponerse atención pues a pesar de que la Inteligencia artificial contribuye tanto a docentes como estudiantes en sus procesos educativos es al mismo tiempo perjudicial pues si se usa de forma sistemática atrofia las habilidades cognitivas y podría significar una pérdida de las capacidades fundamentales como la argumentación, la memoria o la creatividad con lo que concluyen los investigadores de este estudio.

  • Posdemocracia. El fin de un orden mundial.

    Posdemocracia. El fin de un orden mundial.

    Por: Manuel Alcántara Sáez.

    El orden mundial establecido al finalizar la segunda guerra mundial vislumbraba el ideal de alcanzar la democracia como forma de gobierno sobre la base de tres ideas fundamentales: elección popular de las autoridades mediante comicios libres, competitivos, iguales y secretos; división de poderes; y expansión de los derechos humanos en el marco del estado de derecho. Todo ello se llevaba a cabo en un escenario de reconocimiento creciente del pluralismo.

    Este panorama se afianzó en el marco de la “tercera ola” teorizada por Samuel Huntington donde se dieron las transiciones a la democracia desde gobiernos autoritarios de diverso signo en las dos décadas que siguieron a las iniciadas en el sur de Europa y culminadas en el este. El fracaso del comunismo, del militarismo desarrollista y de diferentes modelos de regímenes sultanistas fue evidente. La mayoría de los países latinoamericanos se vieron insertos en ese movimiento. Solo se mantuvieron casos desviados como fue el de Cuba, pero para la generalidad se caminó aparentemente en la senda de la denominada consolidación democrática.

    El éxito de esa transformación a finales del siglo pasado se tradujo en un impulso novedoso en el seno de la ciencia política en una agenda denominada de la calidad de la democracia consistente en la medición de su comportamiento de acuerdo con aproximaciones teóricas iniciadas y desarrolladas, entre otros, por Guillermo O’Donnell y Leonardo Morlino. El resultado fue la realización de importantes avances en el análisis de la democracia evaluando sus componentes. Freedom House, The Economist Intelligence Unit, la Fundación Bertelsmann, IDEA Internacional y el Proyecto V-DEM fueron los más preclaros agentes para canalizar dichos estudios.

    El momento de inflexión global que supuso la pandemia agudizó los síntomas de fatiga que venían padeciendo buen número de los países situados en un nivel u otro del marco democrático. La desconfianza en las instituciones, la minusvaloración de la democracia y la crisis de la representación política evidenciada en partidos fragmentados, volátiles y con una identidad menguada y desdibujada eran patentes. Ello, además, se articulaba con la centralidad de líderes sin experiencia y lanzados al ruedo político por consultores expertos en comunicación. A todo esto, en la mayoría de los países latinoamericanos se añadían dos elementos que incrementaban el descrédito de la política por los resultados deficientes a la hora de confrontar la galopante inseguridad ciudadana y el no menor incremento de la corrupción.

    Este escenario se completaba con una sociedad transformada por la revolución digital exponencial. El creciente individualismo; la articulación de las distintas identidades en las recién surgidas redes sociales trastocando las formas de interacción social previas; los nuevos mecanismos de información y de comunicación que llegaban a la gente de forma personalizada, inmediata y viral; el imperio de la posverdad con la presencia de formas de manipulación de la realidad; en fin, la consolidación de una sociedad del cansancio, según Byung Chul Han, profundizadora del estado de sociedad líquida, como teorizó Zygmunt Bauman, a la que había avocado la sociedad de consumo.

    En la actualidad pareciera que la democracia dejó de ser el motor del desarrollo político que fue durante el último medio siglo. Hoy pudiera afirmarse que la perspectiva es distinta. Nada permite avizorar que el indudable consenso establecido se esté manteniendo. Las señales así lo evidencian.

    Además, el mundo se encuentra liderado por conglomerados tecnológicos empresariales en crecimiento constante y de una envergadura financiera desconocida. Actúan en conjunción con la alienación de los seres humanos que desarrollan formas de acción colectiva nuevas incompatibles con la manera en que evolucionó durante décadas la democracia hoy desarticulada y que abre las puertas a un escenario insólito de posdemocracia que es incierto y donde la polarización afectiva resulta un instrumento eficaz.

    Dentro de la ambigüedad del término y en medio del desmantelamiento del multilateralismo como vía hacia un orden mundial mínimamente operativo caben vislumbrarse tres fenómenos recurrentes a los que ahora se suma la disrupción gestada por la inteligencia artificial (IA).

    El primero de ellos se refiere al riesgo de la capacidad autodestructiva que siempre fue considerada como inherente a la democracia. Hay actores internos cuyo comportamiento es desleal -o incluso semi leal como denunciaba Juan Linz-. Vladimir Putin fue al inicio presidente gracias al voto popular, pero en su actuación inmediata erosionó constantemente el credo democrático aplastando a la oposición y tomando todos los resortes del poder como un su día hicieron el chavismo, Daniel Ortega o Nayib Bukele con resultados devastadores para sus países.

    El segundo se relaciona con la peligrosa vía alumbrada por Donald Trump y la docena de epígonos que tiene en Europa y en América Latina. Su comportamiento cercena los derechos humanos mediante el bloqueo no solo de las políticas de inclusión, diversidad e igualdad sino de la creación de chivos expiatorios sobre los que volcar la ira de una ciudadanía seducida por múltiples formas de manipulación de la realidad. La soflama nacionalista, así como el ataque a los medios de comunicación independientes, a la intelectualidad y a los grupos opositores terminan con cualquier escenario de consideración y de respeto al pluralismo.

    En tercer lugar, el éxito del autoritarismo chino es un acicate a la hora de animar el mantenimiento de formas no democráticas en otros países. China exhibe el modelo de su indudable éxito económico y de la enorme transformación social en clave de urbanización y de incremento de los estándares educativos y de salud. El matrimonio entre política y fuerzas económicas de indudable peso mundial es asimismo una apuesta por un modelo triunfante para afrontar los retos actuales de la gran transformación originada por la IA.

    Por último, precisamente la IA está siendo un instrumento disruptivo que actúa de forma dramática mediante la desinformación y que ya impulsa el conocimiento de las preferencias de la gente haciendo pronto obsoleta la participación política convencional. La forma en la que el electorado concurre periódicamente a las urnas será de inmediato sustituida al igual que la elección de sus representantes.

    La posdemocracia supone un espacio incierto que responde a los retos de la sociedad digital, a la vez que es consecuencia del asedio histórico que sufre la democracia representativa y de sus fracasos a la hora de confrontar los problemas de la ciudadanía, así como de atender a sus demandas.

    https://elpais.com/america/iberoamerica-democracia/2025-08-05/posdemocracia-el-fin-de-un-orden-mundial.html

  • ENTREVISTA A IVANIA CRUZ Y ZENAYDA SERRANO: «El régimen de excepción no protege al pueblo, lo criminaliza»

    ENTREVISTA A IVANIA CRUZ Y ZENAYDA SERRANO: «El régimen de excepción no protege al pueblo, lo criminaliza»

    Desde el exilio, las activistas salvadoreñas integrantes de Unidech y Mufras-32 Ivania Cruz y Zenayda Serrano denuncian la represión del régimen de Nayib Bukele, la criminalización de la protesta y el desmantelamiento de las organizaciones sociales. «No nos desarticularon, cambiamos de escenario».

    Ambas en el exilio, Ivania Cruz y Zenayda Serrano llevan años luchando por los derechos humanos en El Salvador. Aunque su activismo comenzó antes de que Nayib Bukele tomara el poder, como parte de los equipos de las organizaciones Unidech y Mufras-32, respectivamente, su oposición a las políticas impulsadas por este ha sido férrea. Desde la representación de presos políticos hasta la defensa del medio ambiente, las organizaciones y sus activistas han convertido su labor en una herramienta fundamental para contrarrestar el discurso oficialista de Bukele y su régimen de excepción.

    Ha sido esta oposición la que finalmente las ha forzado a abandonar su país. Físicamente en Bilbo, pero mentalmente en El Salvador, Cruz y Serrano trabajan desde -y con- diversas organizaciones de Euskal Herria para concienciar y transmitir lo que la población salvadoreña vive a diario. Frente a uno de los regímenes que más provecho ha sacado de las redes sociales para imponer su narrativa, las dos activistas exiliadas confían aún en alzar la voz por un El Salvador donde la seguridad y los derechos humanos sean compatibles.

    ¿Qué es Unidech y por qué surge?

    Ivania Cruz: La organización nace en el año 2019 como un colectivo de líderes comunitarios y un equipo de abogados que tiene como función principal la defensa de activistas y voluntarios que se oponen al régimen. Con la llegada de [Nayib] Bukele se vió que proyectos de infraestructura, turísticos, etc. suponían una amenaza, no solo al medio ambiente, sino principalmente a la población. Así, Unidech tuvo la lucha contra los desalojos como una de sus líneas de acción, que luego se expandiría a más ámbitos.

    La organización forma parte del Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular, que aglutina a 35 organizaciones feministas, sindicales y de derechos humanos, entre otras. También tenemos alianzas con Movir, un movimiento de víctimas reprimidas por el régimen. A pesar del panorama oscuro en El Salvador, la organización ha mostrado mucha resistencia.

    ¿Cuál es el objetivo de Mufras-32?

    Zenayda Serrano: Es una organización comunitaria fundada en 2001 como alternativa de desarrollo económico frente al extractivismo. Nuestra zona de actuación es principalmente San Isidro, una zona minera.

    Gracias a la lucha constante de comunidades y organizaciones sociales, en 2017 logramos que se prohibiera la minería metálica en El Salvador, siendo el único país del mundo en lograrlo. Los proyectos extractivistas contra los que luchamos no solo roban recursos, sino también vidas humanas por su alta contaminación. Están condenando a nuestra gente a enfermedades renales y a enfermedades cancerígenas que provocan una vida sumamente dolorosa, y nosotros luchamos por pararlo.

    ¿Con quién trabajan dentro y fuera de El Salvador?

    Z.S.: Mufras-32 es parte de la Red-DESC (Red de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), presente en ochenta países y conformada por más de trescientas organizaciones. Hemos trabajado en redes y mesas temáticas desde nuestros inicios. Primero en la Mesa Progresista local por la Minería, luego en la Mesa Nacional contra la Minería Metálica.

    Junto con las demás organizaciones, apostamos por un desarrollo humano sostenible, especialmente en países como El Salvador, donde se prioriza el extractivismo y el turismo, olvidando que somos un país densamente poblado. La gente merece condiciones mínimas de vida y los Gobiernos deben garantizarlas.

    ¿Qué consecuencias tiene no poder registrar legalmente sus organizaciones?

    I.C.: Desde 2021 ha habido una persecución directa a organizaciones como la nuestra. Se allanaron siete sedes de ONG acusándolas de mal manejo de fondos públicos. Pero también confiscaron información de sus cooperantes. Ahora criminalizan la falta de inscripción legal: yo misma tengo orden de captura por ‘agrupaciones ilícitas’, un delito antes utilizado para las pandillas.

    A las organizaciones con personería jurídica, la Ley de Agentes Extranjeros les exige nuevos requisitos en 90 días, a pesar de que ya estaban fiscalizadas por la Corte de Cuentas y auditorías externas. Esto no solo afecta a ONG independientes, sino también al Gobierno mismo cuando trata de recibir ayuda internacional.

    Nuestra Constitución reconoce el derecho de asociación sin exigir inscripción legal, y muchas organizaciones comunitarias funcionan de hecho, no de derecho. Así, utilizan una herramienta administrativa para usos penales.

    Z.S.: La imposibilidad de inscribir afecta directamente a la población. Las comunidades saben que hemos llevado más desarrollo sostenible que el propio Gobierno: salud, educación, alimentación. El Gobierno hace proyectos desde un escritorio, desconectados de la realidad. Nosotros vivimos en las comunidades.

    ¿Cómo enfrentan el discurso oficialista del Ejecutivo?

    Z.S.: Bukele tiene a su disposición toda la estructura del Estado para publicitar su versión de la realidad, pero esa imagen es un espejismo. No se cuenta lo que realmente pasa: desapariciones, cuerpos mutilados en las calles, feminicidios. ¿Quién responde por esas vidas? El régimen de excepción no protege al pueblo, sino que lo criminaliza.

    Hay más de 400 muertes bajo custodia estatal, muchas en cárceles mixtas, donde las mujeres sufren violaciones y abortos forzados. Algunas llevan tres años sin contacto con sus familias. Queremos que se sepa esto para que la gente tenga más información y pueda juzgar por sí misma.

    El Salvador es un país hermoso, pero se ha vuelto invivible. Bukele está arrancando a su pueblo como si fueran árboles inservibles, pero somos madera fuerte. Vamos a seguir ahí, denunciando.

    I.C.: El régimen está creando una próxima ola de violencia. Arrestan jóvenes al azar y los mezclan con criminales de alto nivel; no hay programas de prevención ni mejoras en salud, empleo o educación. Es solo una ‘seguridad’ superficial, que no resolverá los problemas de fondo.

    ¿Pueden convivir los derechos humanos con la seguridad en El Salvador?

    Sí, son compatibles. El Salvador ya contaba con leyes que criminalizaban a las pandillas. Si se hubieran aplicado correctamente con investigaciones serias, no habría sido necesario un régimen de excepción prolongado. La Constitución permite medidas excepcionales por 30 o 60 días, no indefinidamente.

    El problema no es la falta de leyes, sino la falta de voluntad. ¿Por qué contenedores con droga que salen del puerto en El Salvador aparecen en España o Panamá y nadie investiga? ¿Por qué el presidente no se pronuncia? En San Isidro, donde está la mina, el régimen se impuso con fuerza, pero no detuvieron a los verdaderos pandilleros, que luego aparecieron en EEUU y México. Entonces, ¿cómo salieron? ¿Quién los dejó ir?

    I.C.: Denunciamos eso y sufrimos persecución. Mi familia ha vivido amenazas, vigilancia y tuvimos que desplazarnos tres veces por la violencia. Mi padre fue detenido al inicio del régimen. El punto final fue cuando llamaron del colegio de mi hija: un carro sin placas estaba vigilando. La Policía no quiso intervenir. Eso nos obligó al exilio.

    El régimen se está utilizando para silenciar voces críticas, no para proteger a la ciudadanía. Es un abuso del poder, que crea más violencia y destruye a las familias. Pero aún en el exilio, seguiremos resistiendo.

    Ahora, desde el exilio, ¿cuáles son sus siguientes pasos?

    Z.S.: Como Mufras-32 no nos hemos desarticulado, solo hemos cambiado de escenario. Vamos a seguir denunciando. Tenemos una gira prevista por Bruselas, así como acciones en Ginebra y ante Naciones Unidas. Queremos que la comunidad internacional conozca lo que pasa.

    Seguimos trabajando con los líderes comunitarios y los abogados que mantienen los casos abiertos. No vinimos al exilio por falta de trabajo o una vida estable; al contrario, tuvimos que dejar todo atrás. Pero me sentía secuestrada en mi propio país. Tenía que salir de allí.

    I.C.: A Unidech tampoco nos lograron desarticular. Hay un grupo de líderes comunitarios y abogados que todavía mantenemos la defensa de algunos casos legales.

    He vivido en carne propia lo que muchas mujeres enfrentan: tener un familiar preso, hacer filas para entregar paquetes, sufrir acoso, ser estigmatizada. Eso no me quita las ganas de luchar, al contrario, me quita el miedo. Respondemos a la represión con más resistencia.

    Por Markel de Bilbao Catediano, Naiz.