Espiritual pero no religioso: La transformación contemporánea de lo sagrado.
Por: Enrique Alfonso Romero Martínez. (Investigador independiente – México)
El origen de la expresión “espiritual pero no religioso” («Spiritual but not Religious» o SBNR, por sus siglas en inglés) surgió en el contexto anglosajón, especialmente en Estados Unidos y Canadá, a partir de la década de 1990. Aunque la idea de una espiritualidad individual ya existía, fue en este periodo cuando diversos estudios y movimientos culturales comenzaron a formalizar la expresión. Esto significa una crítica a la religión organizada en pos de la búsqueda de trascendencia personal.
En relación con lo anterior, el fenómeno SBNR implica rechazar los dogmas, jerarquías y rituales de las religiones tradicionales, buscar una conexión interior con lo divino, el universo o lo sagrado sin mediaciones institucionales, valorar prácticas como la meditación, la conexión con la naturaleza, el autoconocimiento, la sanación energética, entre otras, y considerar que la espiritualidad es un camino personal, sin necesidad de creencias fijas ni autoridad externa. Esta postura es cada vez más común en jóvenes y en contextos urbanos globalizados, ya que existe un desencanto con estructuras patriarcales, jerárquicas y moralistas, las cuales han abusado del poder y generados conflictos entre el dogma y la libertad individual.
En este ámbito, existen nuevas formas de conexión con lo sagrado, como la espiritualidad ecológica (la Tierra como ser vivo, Gaia), la meditación, el yoga y prácticas místicas sin afiliación religiosa, además del uso de enteógenos en contextos terapéuticos y espirituales urbanos. Entonces, surge la pregunta: ¿cómo se organiza lo espiritual cuando no hay institución ni jerarquía? Según los datos etnográficos, se organiza por medio de redes digitales, encuentros espontáneos, círculos de sanación, liderazgos carismáticos horizontales y una ritualidad flexible y adaptativa. Algunas de las prácticas contemporáneas incluyen una combinación de astrología, tarot, cristales, energía, canalizaciones, registros akáshicos, etc. Existe también una fuerte influencia del budismo, chamanismo y tradiciones indígenas reinterpretadas.
Este fenómeno sociocultural nos muestra el tránsito de un periodo caracterizado por la “crisis de la religión” al “giro espiritual”, en donde el auge de lo místico cobra visibilidad en una era científica y secular. Algunos ejemplos que podemos enunciar de manera breve son que, en América Latina, el fenómeno ha crecido sobre todo entre personas jóvenes, profesionistas, artistas y sectores urbanos, a menudo como reacción al catolicismo tradicional. En Europa, aparece como parte del proceso de secularización, pero con un resurgir del interés por lo místico, el esoterismo y el mindfulness. Y en Asia, algunos movimientos toman elementos de tradiciones como el budismo o el yoga, despojados de su marco religioso original.
Finalmente, es importante enfatizar que la antropología observa el fenómeno del SBNR como una transformación del hecho religioso, no su desaparición, una muestra de la desinstitucionalización de lo sagrado, donde lo divino se interioriza y es un campo fértil para el análisis de identidades fluidas, sin pertenencias fijas, pero con profundas búsquedas de sentido trascendental.
