HONDURAS, TABLERO DE AJEDREZ DE INTERESES MÚLTIPLES.
Sombras negras afectan a las elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales.
Por Leo Gabriel. (Desde Tegucigalpa).
Desde los taxistas hasta las floristas, casi todos parecen estar de acuerdo, en vísperas de las elecciones del 30 de noviembre, en la siguiente evaluación: «La presidenta Xiomara Castro, a quien la mayoría de nosotros votamos la última vez, ha demostrado mucha buena voluntad, pero no ha logrado nada; los precios han subido, los hospitales públicos están saturados y sin medicamentos, y el crimen organizado sigue siendo tan grande como siempre», se oye decir por muchas partes.
Sin embargo, según estadísticas coincidentes, la esposa del expresidente José Manuel Zelaya ha logrado reducir el umbral de pobreza del 73 % al 58%, llevar la electricidad a los pueblos más remotos y rehabilitar la mayoría de las carreteras que antes eran bastante peligrosas. El hecho de que esto le sirva de poco a su compañera de partido Rixi Moncad, actual candidata del partido LIBREa que había tenido una carrera bastante exitosa como ministra de energía y de finanzas. Este hecho se debe a la compleja situación entre las fuerzas políticas internas y externas que actualmente afectan no solo a Honduras, sino a toda la región centroamericana y caribeña.
Trump interviene
Entre ellas destaca un mensaje de Donald Trump publicada el miercoles 26 de noviembre en su plataforma TRUTH: «¿Acaso Maduro y sus narcoterroristas deben apoderarse de otro país, como lo han hecho con Cuba, Nicaragua y Venezuela? El único que defiende la democracia y lucha contra Maduro es Tito Asfura, el candidato presidencial del Partido Nacional».
Con esta declaración, el presidente estadounidense interviene directamente en la campaña electoral, tal y como ya hizo en el caso de Argentina con Milei. Peor aún: el comandante en jefe de la Flota del Caribe de los Estados Unidos había declarado el día anterior que consideraba posible que los buques de guerra estacionados en el Caribe hicieran una «escala» en Honduras de camino a Venezuela.
¿En lugar de una mujer, dos «papis para todos»?
Sin embargo, parece que Donald Trump se ha equivocado en una cosa: su candidato favorito del Partido Nacional, Tito Asfura, que se autodenomina «el papi de todos», ocupa el tercer lugar en todas las encuestas de opinión, bastante por detrás de los demás. No es de extrañar: en junio de 2009, el Partido Nacional, en colaboración con el ejército, no solo había derrocado al entonces muy popular presidente José Manuel Zelaya, sino también llevado a la presidencia por dos períodos consecutivos a Juan Orlando Hernández, condenado entretanto por un tribunal estadounidense a 45 años de prisión por tráfico de drogas.
A cambio Salvador Nasralla, un antiguo presentador de televisión de San Pedro Sula, tiene muchas más posibilidades de convertirse en la maxima autoridad del país. En las últimas elecciones fue el vicepresidente de Xiomara Castro, pero dos años después se separó de ella y ahora se presenta como candidato principal del Partido Liberal. Le beneficia el hecho de que en Honduras (con la excepción de varias dictaduras militares), el Partido Nacional y el Partido Liberal se han, durante más de un siglo, alternado en el poder. Algunas encuestas de opinión, como la del Instituto Gallup, sitúaban a Nasralla incluso por delante de Rixi Moncada. Sin embargo, la intervención de Trump en apoyo a Tito Asfura podría bajar considerablemente esta ventaja.
Los actores detrás de los personajes y su escenario amenazante
Pero, como en casi todas las elecciones, detrás de los personajes promocionados públicamente hay conflictos de intereses tangibles. Cabe señalar que Honduras siempre ha estado dominada por unas diez familias grandes, que se repartían en gran medida el poder en el país. Así, detrás de Nasralla está la familia Facussé, Pero también el partido de izquierdas LIBRE está formado en su cúpula del Gobierno por una docena de miembros del clan familiar de Manuel Zelaya.. Nasralla aprovechó esta circunstancia cuando, durante la campaña electoral, repitió como un mantra la palabra «familión» para referirse a la familia Zelaya.
Después de que los conservadores del Partido Nacional perdieran a su «padrino», Juan Orlando Hernández, que había financiado sus diversos fraudes electorales con fondos de los carteles de droga, se apoyaron aún más que antes en los mandos intermedios del ejército, por lo que algunos analistas suponen que el Partido Nacional no estaría tan interesado en ganar las elecciones, sino imposibilitarlas.
Allan Fajardo, un reconocido politólogo de la Universidad de Tegucigalpa, describe así cómo podría suceder esto el próximo domingo: «Al igual que en otras elecciones, el Consejo Nacional Electoral, compuesto por los tres partidos principales, podría ignorar bajo presiones de los partidos de la oposición el acuerdo de que solo se puede proclamar un ganador cuando se hayan contado todos los votos. Esto, a su vez, empujará a la gente a las calles y conllevará el riesgo de enfrentamientos violentos en los que intervendrían no solo la policía, sino también algunos sectores de las fuerzas armadas».
Al parecer, LIBRE ya ha dado instrucciones a sus seguidores para que no se dejen provocar, con el fin de evitar que Donald Trump y algunos gobiernos de la Organización de Estados Americanos (OEA) apuesten por la repetición de las elecciones. Sea como fuere, el próximo domingo se prevé un ambiente caldeado en Honduras.
