HONDURAS. Salen a la luz audios filtrados que revelan negociaciones millonarias con consejera opositora del CNE.
Cuando restan pocos días para las elecciones generales del 30 de noviembre, Honduras enfrenta un nuevo terremoto político tras la filtración de siete audios que exponen conversaciones entre Cossette López (consejera electoral del Partido Liberal), representantes de los partidos Nacional y Liberal (opositores, de derecha) y empresarios para desconocer la eventual victoria de la candidata de la izquierda, Rixi Moncada, a quien favorecen los sondeos, y en su lugar proclamar presidente a Salvador Nasralla utilizando el sistema TREP (Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares).
El contenido, divulgado a través de medios de comunicación, muestra un entramado de presiones, negociaciones irregulares y coordinaciones al margen de la ley para boicotear los comicios, alterar los resultados y evitar una nueva victoria popular que profundice la refundación del país, iniciada por el Partido Libertad y Refundación (Libre) y sus seguidores.
La filtración confirma la existencia de una estructura político-empresarial que desde hace semanas había sido advertida a partir de 26 audios que se hallan bajo investigación. Entre las voces más comprometidas en los audios se encuentra Cossette López, quien aparece como un nodo de articulación entre diputados, operadores militares, empresarios y otros funcionarios del sistema electoral. La autenticidad de estos materiales fue confirmada por un peritaje internacional.
En las conversaciones de Cossette López se evidencia una clara coordinación para retrasar, bloquear o manipular el reconocimiento oficial de los resultados, aprovechando vacíos institucionales y debilidades operativas del Consejo Nacional Electoral (CNE). Se le escucha claramente pedir a un interlocutor desconocido coimas de 7 millones en lugar de tres millones por su papel activo en el sabotaje electoral.
Otro de los protagonistas es Tomás Zambrano, jefe de bancada del Partido Nacional y candidato a diputado, cuyo nombre vuelve a situarse en el centro del escándalo tras revelarse estos audios.
La filtración lo muestra conversando con una técnica en telecomunicaciones (cuya identidad aún no se conoce) sobre las posibilidades de atenuar la señal de internet en diversas zonas, simular fallas climáticas o apelar a otras vías que impidan la trasmisión de resultados electorales.
Zambrano pacta un encuentro con esa persona y le ofrece un número telefónico «irrasteable», «el que nos dio aquella gente de afuera, vos sabés», dice claramente. En otros intercambios, se discuten tácticas para reorganizar fuerzas internas, presionar al Tribunal Electoral y preparar la posible proclamación de Nasralla como presidente, aun en contra de la tendencia irreversible del escrutinio oficial.
La conversación entre Zambrano y esta persona reaviva un debate urgente sobre la integridad del proceso electoral y la necesidad de reforzar todos los mecanismos de auditoría, conectividad y transparencia del TREP.
La crisis se profundiza con la implicación de Miriam Barahona, magistrada del Tribunal Electoral en representación del Partido Liberal. Su ya polémica decisión de inscribir a dos candidatos constitucionalmente inhabilitados —resolución adoptada en un pleno incompleto junto al representante del Partido Nacional— fue calificada como prevaricato judicial y ahora aparece contextualizada dentro de una red de acciones concertadas para favorecer intereses partidarios.
La presencia de Barahona en fragmentos de los audios sugiere que sectores del aparato electoral habrían participado activamente en la operación política.
La figura de Salvador Nasralla, candidato presidencial del Partido Liberal, emerge como uno de los ejes del complot. Se puede escuchar una conversación suya con el empresario Eduardo Facussé, integrante del reducido grupo de familias que domina el poder económico en Honduras, quien admite que habló con el candidato Nasry Asfura (candidato del Partido Nacional) para potenciar la imagen de aquel y que EE.UU. está dando su apoyo, dice explícitamente.
Cabe recordar que Nasralla fracasó días atrás al intentar buscar apoyo entre legisladores y otros políticos de EE.UU. para robar las elecciones.
En varias conversaciones se trazan rutas para posicionar a Nasralla como ganador mediante el uso del TREP, aprovechando su rapidez y su exposición mediática para instalar una narrativa de victoria antes de que concluya el conteo definitivo.
La estrategia implicaría un esfuerzo conjunto entre operadores electorales, actores privados y dirigentes partidarios, lo que da cuenta de la magnitud de la conspiración. Días atrás la candidata Rixi Moncada denunció que el bipartidismo —en referencia a los partidos Liberal y Nacional— hackeó el TREP para colocar actas prelaboradas y falsear el resultado, en una reedición del guion que siguió sin éxito la derecha extremista en Venezuela.
En este entramado también aparece el nombre del empresario Facussé, opositor abierto a la Ley de Justicia Tributaria, iniciativa del Gobierno orientada a desmontar las exoneraciones fiscales que benefician a grandes conglomerados empresariales.
Su mención en las grabaciones sugiere que sectores corporativos pudieron tener un interés directo en la configuración del escenario político posterior a las elecciones, en la medida en que un eventual Gobierno adverso a sus privilegios podría afectar sus operaciones. En los audios también se escuchan las voces de otras personas, hasta el momento pendientes de identificar.
Los audios corroboran la desesperación de la derecha opositora ante la posibilidad real de la derrota en las urnas y su intención de violentar las reglas democráticas para llegar al poder a cualquier costo.
