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La Modernización de la Educación en El Salvador: Avances, Desafíos y Perspectivas del Ministerio de Educación (MINEDUCYT).

Por: Dr. Oscar Antonio Alvarado Escobar. (American Andragogy University).

Resumen

El presente artículo analiza el proceso de modernización del sistema educativo salvadoreño, impulsado por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (MINEDUCYT), en el marco de la reforma “Mi Nueva Escuela” (2020–2025). Se revisan los antecedentes históricos desde las reformas estructurales de los años noventa, la evolución institucional del Ministerio y los principales programas contemporáneos orientados a mejorar la infraestructura, formación docente, currículo y uso de tecnologías digitales. A partir del análisis documental y descriptivo, se discuten los logros y los desafíos pendientes para alcanzar una educación equitativa, moderna y de calidad.

Palabras clave: modernización educativa, El Salvador, Mi Nueva Escuela, política educativa, innovación pedagógica.

Introducción

La educación salvadoreña ha experimentado transformaciones significativas en las últimas tres décadas. Desde la reforma educativa de 1995 hasta las actuales políticas de modernización, el Ministerio de Educación ha intentado responder a los retos de cobertura, calidad y equidad en un contexto de cambios tecnológicos y sociales acelerados. En 2020, el gobierno de El Salvador lanzó el programa “Mi Nueva Escuela”, un eje central de la política pública educativa, orientado a renovar la infraestructura escolar, fortalecer la formación docente, actualizar el currículo y promover la integración de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en todos los niveles del sistema.

Antecedentes históricos de la modernización educativa

La primera gran ola de modernización educativa en El Salvador se desarrolló durante los años noventa, en el contexto de los Acuerdos de Paz (1992). El Proyecto de Modernización

de la Educación Básica (PMEB, 1995–2000) impulsó la descentralización administrativa, la participación comunitaria a través de los Consejos Directivos Escolares (CDE) y la ampliación de la cobertura en zonas rurales.

Posteriormente, entre 2000 y 2015, se promovieron iniciativas orientadas a la calidad educativa, la profesionalización docente y la introducción de TIC en el aula. Sin embargo, persistieron brechas en infraestructura, desigualdades territoriales y rezagos en aprendizaje, lo que evidenció la necesidad de una segunda etapa de modernización más integral.

La investigación se basó en un análisis documental cualitativo, revisando informes oficiales del MINEDUCYT, publicaciones académicas, proyectos internacionales (CAF, BID) y artículos científicos sobre reformas educativas en El Salvador. Se identificaron ejes estratégicos de modernización, políticas implementadas, y resultados preliminares entre 2020 y 2025.

Avances recientes (2020–2025)

Con la creación del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (MINEDUCYT) y la reforma “Mi Nueva Escuela”, se han introducido acciones concretas en cuatro dimensiones principales:

Infraestructura educativa: Se proyecta la reconstrucción y equipamiento de más de 5,000 centros escolares con estándares de accesibilidad, sostenibilidad y conectividad digital.

Transformación curricular: Se promueve un nuevo currículo nacional basado en competencias, innovación y aprendizaje significativo, incorporando educación tecnológica, ciudadanía digital y pensamiento crítico.

Formación y dignificación docente: Programas de actualización pedagógica, incentivos económicos y plataformas virtuales de capacitación han fortalecido la profesionalización docente.

Modernización institucional: El MINEDUCYT ha implementado procesos de digitalización administrativa, gestión basada en resultados y coordinación interinstitucional con organismos internacionales (CAF, UNESCO, BID).

. Resultados y desafíos

Los avances observados incluyen la ampliación de la cobertura digital, la mejora en las condiciones de aprendizaje y el incremento de la participación comunitaria. Sin embargo, los desafíos siguen siendo relevantes:

· Persisten brechas rurales-urbanas en acceso a infraestructura moderna y conectividad.

· La formación docente en competencias digitales requiere mayor alcance y sostenibilidad.

· Se necesita consolidar un sistema nacional de evaluación educativa que mida el impacto real de las reformas.

En general, la modernización educativa avanza en dirección positiva, pero demanda continuidad de políticas, financiamiento estable y una mayor articulación entre niveles educativos. A manera de conclusión puedo aseverar que la modernización de la educación en El Salvador constituye un proceso de largo plazo que ha evolucionado desde la descentralización de los años noventa hasta la transformación integral impulsada por “Mi Nueva Escuela”.