
China. Pekín responde a restricciones de EE.UU.
El Gobierno de la República Popular China expresó este martes su “firme oposición” y “profunda insatisfacción” ante las nuevas medidas unilaterales impuestas por Estados Unidos contra los sectores marítimo, logístico y de construcción naval chinos luego de que Washington inició la aplicación de tasas portuarias y restricciones adicionales en el marco de la llamada Sección 301.
En una declaración, el portavoz de Ministerio de Comercio (MOFCOM) subrayó que la posición de Beijing “sigue siendo coherente y firme” frente a la política arancelaria de Washington: “Si Estados Unidos decide luchar, China lo llevará hasta el final. Si decide negociar, la puerta de China seguirá abierta”.
El gigante asiático instó a Washington a rectificar sus prácticas erróneas, abandonar las amenazas y retomar el diálogo basado en la igualdad y el respeto mutuo. “Estados Unidos no puede buscar el diálogo y, al mismo tiempo, intimidar con nuevas sanciones; esa no es la forma correcta de relacionarse con China”, enfatizó el portavoz.
El MOFCOM denunció que Washington inició la aplicación de tasas portuarias y restricciones adicionales en el marco de la llamada Sección 301, ley que permite la imposición de sanciones sin aval internacional.
En respuesta, China anunció una tarifa portuaria especial para buques vinculados a EE.UU., incluyendo aquellos de bandera estadounidense, construidos en el país norteamericano o con participación de capital estadounidense, según explicó el portavoz del Ministerio.
El MOFCOM calificó la acción de Washington como una violación flagrante de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y del principio de reciprocidad establecido en el acuerdo de transporte marítimo China–EE.UU.
“Estas medidas otorgan ventajas desleales a determinadas empresas navieras y astilleros extranjeros, discriminan a las industrias chinas y perjudican gravemente sus intereses legítimos”, afirmó.
El Ministerio también advirtió que las políticas estadounidenses aumentan los costos del comercio internacional, debilitan la competitividad de los puertos de EE.UU. y alimentan la inflación interna, un efecto que incluso —subrayó— ha sido criticado por sectores industriales norteamericanos.
Días atrás, China endureció los controles a la exportación de metales de tierras raras y magnetos, materiales esenciales para la industria tecnológica y de defensa de Estados Unidos, y comenzó a aplicar una tarifa portuaria especial a los buques vinculados al país norteamericano.
Beijing argumenta que estas medidas están plenamente respaldadas por su legislación nacional, incluyendo la Ley de Seguridad Nacional, la Ley Antisanciones Extranjeras y las Regulaciones sobre Transporte Marítimo Internacional.
Además, el Gobierno chino colocó en una lista de contramedidas a las empresas extranjeras que colaboraron con la investigación estadounidense y anunció el inicio de investigaciones propias sobre actos que afecten la seguridad y el desarrollo de su industria naval.
El portavoz del MOFCOM recalcó que China “no desea, pero tampoco teme” una guerra comercial, y reafirmó que, pese a las tensiones, ambas potencias mantienen canales activos de comunicación.
“Las cuatro rondas de consultas celebradas hasta la fecha han demostrado que, sobre la base del respeto mutuo, China y Estados Unidos pueden encontrar soluciones a sus diferencias”, concluyó.