
Lo sagrado y lo profano en líderes religiosos.
Por: Elio Masferrer Kan. *
La imagen de los liderazgos religiosos son un tema recurrente y considero importante analizar aspectos estructurales y coyunturales del liderazgo religioso para una mejor comprensión de su papel, tanto al interior de su iglesia, en tanto estructura burocrática institucional, como su percepción en los diferentes sistemas religiosos o articulaciones de creencias y relatos míticos y simbólicos asociados a su propuesta religiosa, que de alguna manera se articulan y en muchos casos definen su relación con la sociedad, a la vez que son elementos icónicos que sintetizan las características de su presencia social. Esta multiplicidad de factores son las que dificultan en muchos casos un abordaje objetivo de la cuestión.
Las grandes iglesias que poseen un grado importante de institucionalización tienen un abordaje peculiar, la imagen institucional se remite a una o varias experiencias fundantes, como es el caso del judaísmo, el cristianismo o el islam, donde incluso pueden compartir al profeta Abraham o a Jesús de Nazareth. En otras religiones, como la figura de Buda, no es excluyente de las propuestas de las religiones locales, sino que representa un modo peculiar de vivir su experiencia religiosa, en la búsqueda de su interioridad personal, con un énfasis relativo en la organización social y eclesiástica.
La sociedad ha sido conmovida por la difusión de documentales que registran, con fuertes testimonios, abusos de líderes religiosos; durante mucho tiempo las asociaciones religiosas señaladas rechazaron vehementemente las acusaciones y señalaban a los denunciantes como personas interesadas en obtener algún tipo de beneficio personal, sin embargo, la contundencia de los testimonios inclina la balanza del lado de los denunciantes. Me parece importante analizar las razones por las cuáles los feligreses descartan o rechazan la calidad de las denuncias y los denunciantes.
En el caso del catolicismo los abusos sexuales de los sacerdotes han existido desde hace siglos y está sólidamente documentados en investigaciones históricas, en México destacan las realizadas por el Seminario de Historia de Mentalidades de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Las recientes acusaciones contra los abusos de sacerdotes católicos han debilitado seriamente la credibilidad de la Iglesia y obligaron al papa Francisco a la adopción de fuertes medidas para controlar los daños institucionales. Como está fehacientemente documentado la Iglesia Católica puso por delante el prestigio institucional, por encima de los criterios de justicia y atención a las víctimas. Las medidas adoptadas recientemente han sido rechazadas por las víctimas de los abusos por ser tibias, manteniendo el silencio y la protección de los pederastas, “cambiando un poco para que no cambie nada”.
Las acusaciones contra la cúpula de la Luz del Mundo son más complejas pues esta iglesia ha tenido una sucesión dinástica y desde su fundación ha sido dirigida por tres consanguíneos, el abuelo, el padre y el nieto del fundador, asignándole al máximo líder un carácter sacralizado como Apóstol.
Esta peculiaridad les dificulta cualquier estrategia de recambio como fue en el catolicismo. No puede reconocer que el Apóstol tuvo comportamientos profanos o sacrílegos pues pone en duda toda la legitimidad de la organización. En este caso la defensa consiste en la teoría de una conspiración destinada a destruir la Iglesia por miembros de otras iglesias “envidiosos por sus avances exitosos”.
En México, después de las reformas constitucionales de 1992 en materia religiosa se otorgó personalidad jurídica a las iglesias, con la figura de asociaciones religiosas, estas tienen una serie de derechos y obligaciones, correspondiéndole a la Dirección General de Asuntos Religiosos la aplicación de sanciones cuando se viole la Ley.
“ARTÍCULO 12 Bis.- Los ministros de culto, los asociados y los representantes de las asociaciones religiosas, incluyendo al personal que labore, apoye o auxilie, de manera remunerada o voluntaria, en las actividades religiosas de dichas asociaciones, deberán informar en forma inmediata a la autoridad correspondiente la probable comisión de delitos, cometidos en ejercicio de su culto o en sus instalaciones. Cuando se cometa un delito en contra de niñas, niños o adolescentes, las personas a que se refiere el párrafo anterior deberán informar esos mismos hechos en forma inmediata a los tutores o a quienes ejerzan la patria potestad de aquellos. Artículo adicionado DOF 19-08-2010”.
En esta perspectiva las autoridades mexicanas deberían investigar a las asociaciones religiosas señaladas en documentos de público conocimiento y dar una opinión fundada en forma adecuada y consistente, de no hacerlo serían omisos en el cumplimiento de sus obligaciones legales y estarían confiriendo de hecho inmunidad o fuero a los líderes religiosos lo cual contradice el carácter laico y la historia del estado mexicano, lo más saludable para una sociedad democrática es la garantía de la aplicación de la ley y la garantía del pleno ejercicio de los derechos humanos y particularmente de los derechos de las niñas y niños.
*Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH