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CONSEJO SUPERIOR DEL TRABAJO ¿EN UNA DINÁMICA QUE DESARROLLE POSIBILIDADES DE DIÁLOGO SOCIAL, HACIA EQUIDADES E IGUALDADES SOCIO LABORALES?

Por: Róger Hernán Gutiérrez. *

Se dio la 1ª reunión de trabajo del Consejo Superior del Trabajo, y las expectativas han crecido sobremanera, en tanto es una instancia fundamental para avanzar en un ámbito donde lo laboral está totalmente disminuido y debilitado por intereses sectarios de las empresas y del gobierno, desde el 2013, y lo poco que ha trabajado se ha subsumido en que al Presidente Bukele, no ha mostrado interés alguno en reactivar la instancia, lo que ha significado para el Ministro Castro una desvaloración plena de su ejercicio público tripartito en la cartera de trabajo.

El período de quejas ante la OIT ha significado para el país una serie de polarizaciones que no han llevado a nada concreto y satisfactorio para los intereses sectoriales de las tres partes que intervienen en un diálogo social; el gobierno ha trabajado en su mala imagen por la queja de empresarios y sindicatos de ser incumplidor de la legislación laboral nacional e internacional. La ratificación de convenios ha estado a discreción y al arbitrio del gobierno y no porque haya un verdadero interés de políticas públicas en materia laboral; por ello es importante como parte de la reactivación de acercamiento y diálogo social, establecer algún contexto en el CST.

Los empresarios al igual que el sector laboral, han sido de alguna manera desarticulados por el gobierno, la postura de la ANEP y sus asociados al inicio del período de Bukele, fue señalado como nocivo al interés nacional, lo que llevó a estiras y encoges que fueron diluidos un poco con el período pandémico, no obstante, se realizó un acercamiento empresarial en mayo 2020 con el presidente, que identificó algunas reglas del juego. A los grupos sindicales, el propio Ministro de Trabajo se encargó de identificar los grupos afines, disidentes o contrarios, y trazó su ruta durante todo el período pasado.

Lo que ha significado golpes políticos que llevaron a una plena anulación del tripartismo nacional, y que llevaron a varias instituciones específicas que desarrollan temas concretos fueran siendo desarticuladas y siendo nada funcionales para el beneficio e interés de la figura del presidente, a saber el Consejo Nacional del Salario Mínimo-CNSM, el cual ha tenido poco valor y los aumentos han estado a discreción del Presidente Bukele; luego se anuló la formación profesional con el INSAFORP, que fue transformado en otra institución, para terminar con el control del sector empresarial y la apropiación en la cooptación del 1% del valor de la planilla para empresas con más de 10 trabajadores. Luego se ha seguido en disputas insulsas en el CST, y después en el sometimiento con un mayor control en el ISSS, que ha conducido en la anulación del sector empleador, médico y laboral; otorgándole más poder a la Dirección institucional, y en la anulación del Ministerio de Trabajo en el Consejo Directivo del ISSS.

Es por todo ello que un diferente CST, debe demostrar que no está con los dados cargados y amañado en favor del poder instituido, es difícil por la experiencia pensar que hay posibilidades para creer en un diálogo social realmente instituido, que trabaje por equidades e igualdades políticas y socio laborales, de beneficio sectorial y para el país. El manejo de las quejas ante la

OIT, la visita y seguimiento de misiones internacionales y de acciones que pretenden enrumbar algo diferente en la cartera de trabajo, se ha ido diluyendo y concretando en la propia reactivación del CST, la elección de sus representaciones sectoriales, con alguno que otro sesgo, y el concurso de una primera reunión de trabajo, la definición de una agenda—que no sabemos con certeza, si fue a partir de una imposición o interés propio del Ministro y gobierno.

Lo importante acá es que se ha reactivado, talvez no con la mejor representación del sector empresarial, laboral y gubernamental, lo que se traduce en esperar inoperancia, discursos demagógicos, publicidad en el canal gubernamental, poco tino al momento de tomar decisiones; además que por más que tratemos de ver con objetividad, no logramos saber qué giro ha tomado la política laboral del gobierno, en tanto continúa, la falta de libertad sindical, de derechos laborales, desarticulación sindical, los despidos selectivos y masivos, cierres de empresas e instituciones; y sobre todo una economía para el mercado de trabajo de élites económicas, clases con poder adquisitivo medio y alto, entre otros factores que no resuelven el problema del empobrecimiento, la marginación, la exclusión, el desalojo, la falta de empleo u ocupación, ni políticas públicas que mejoren los salarios y condiciones materiales de existencia.

*Sindicalista salvadoreño.

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