
Las artes marciales como expresión religiosa.
Por: Víctor Manuel Bañuelos Aquino (IIB / UNAM – México)
Es conocido que las artes marciales en el extremo Oriente no son solamente una práctica deportiva, sino que parte de una serie de expresiones humanas que buscan generar una consciencia espiritual desde el autoconocimiento, la meditación y la contemplación. Aunque se suele hablar principalmente del caso chino y japonés, con el Kung Fu y el Karate respectivamente, lo cierto es que en otras regiones de Asia igualmente se observan sus propias expresiones como el Tae Kwan Do y el Muay Thai, de Corea y Tailandia.
A diferencia de lo que podría parecer, gracias a películas y competencias de la cultura estadounidenses más inspiradas en la fascinación por la violencia que suele caracterizar a esta región de Norteamérica, las artes marciales no son sólo una metodología para pelear, en Oriente son igualmente una filosofía de vida que a la par de mostrarle al practicante una disciplina y una actitud para la vida, también le proponen una manera de acercarse a lo trascendental desde la contemplación. Por esta razón no es de extrañar que religiones como el confucianismo y el budismo estén íntimamente vinculadas con distintas expresiones de las artes marciales. Quizá el caso del Kung Fu es el más evidente ya que tiene mucha presencia entre los monjes Shaolin, pertenecientes al budismo chan, y los templos de Wudang, vinculados al confucianismo.
Al gozar de una enorme presencia en la cultura de Oriente, no es de extrañar que haya abundante literatura al respecto como se aprecia en obras como el Libro de los cinco anillos (五輪書 [Go-rin no sho]) de Miyamoto Musashi, en la que se exponen las virtudes del guerrero en un sentido metafísico. Este libro ha tenido una gran cantidad de reimpresiones dentro y fuera de Japón, ejerciendo una titánica influencia en la cultura de masas del país del Sol Naciente, como se observa en manga, anime y videojuegos tales como Dragon Ball Z y Dragon Ball Super.
Con respecto a todo lo anterior, no es cuestión rara que esta filosofía haya llegado a todo el mundo, muchas veces gracias al poder de transmisión de la cultura gráfica y los medios de comunicación masiva. En México existe presencia de esta cultura arte marcialista, como se ve en eventos como el torneo Elite Submission League Nationals, que tuvo su última edición los días 15 y 16 de agosto del presente año, competencia que reunió a un conjunto de arte marcialistas de todo el mundo. Importante de ver es el hecho de que la mayoría de los atletas que participaron en esta reunión eran personas que guiaban su actuar y su vida a través de las enseñanzas del Jiu Jitsu en un sentido espiritual, diferenciándolos esta cuestión de los peleadores, es decir, de aquellos que solamente aprenden superficialmente el potencial destructivo de las artes del combate, sin adquirir la serie de conocimientos y disciplina de estas propuestas de Oriente.
Solo como una conclusión parcial para este tema tan hondo y emocionante, podemos decir que este ejercicio reflexivo nos muestra las maneras tan poco ortodoxas por las cuales llegan al suelo mexicano otras propuestas espirituales, muchas veces desde la filosofía vertida en los productos de consumo masivo y el deporte.