
COINCIDIR.
POR: MIGUEL BLANDINO.
Alberto Escobar escribió la letra, Raúl Rodríguez escribió la música y Mexicanto la grabó e hizo famosa hace cuarenta años. Se trata de “Y coincidir”, que también grabó Guadalupe Pineda.
Es una canción dulce, de versos ingenuos, sencillos, pero profundos. En una de sus partes, en la última estrofa, precisamente, dice: “Si la vida se sostiene por instantes
Y un instante es el momento de existir
Si tu vida es otro instante, no comprendo
Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio
Y coincidir…”
A nosotros nos tocó coincidir en este mundo -en este tiempo y en este espacio- con el monstruo que creíamos derrotado.
“Si navego con la mente los espacios
O si quiero a mis ancestros retornar
Agobiado me detengo y no imagino
Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio
Y coincidir…”
No puede ser casualidad, por cierto -ni determinismo religioso o esotérico- pero también coincidieron con nuestras vidas las de los niños que nacieron cuando el tirano entraba a la casa de gobierno. Y, ahora, ya van a la escuela. A primero de primaria.
Ellos no conocieron a las maras ni supieron de los pactos entre ellas y Batman. Por lo tanto no van a recordar la maldad ni la fealdad de ese pasado para nosotros reciente.
Sus vidas van a coincidir con la brecha de desigualdad inédita e inaudita. Sus vidas solo tendrán ese referente de pobreza omnipresente en contraste con la inmensa riqueza del tirano nuevo rico.
Serán la página en blanco sin sombras del miedo que hoy acogota a la gente que vivió en democracia y disfrutó de la libertad burguesa hasta que cayó en la trampa.
Hoy, cuando comienza el proceso educativo de la primera generación bajo la nueva tiranía militar fascistoide, los poderosos saben que tienen que escribir la historia a su modo en esas mentes infantiles.
Bemba le dicen en Cuba a la boca y “Radio Bemba” a las historias que se transmiten de forma oral, de boca a boca.
Habrá que poner en acción la Radio Bemba para acomodar un sustrato de conocimiento en esas mentes en proceso de formación para impermeabilizarlas contra la lluvia de mentiras y distorsiones de la propaganda oficial.
La actual juventud está paralizada porque sufrió el tratamiento de shock de la brutalidad militar explícita. Pero la batalla que viene será para defender las mentes de los niños, preservarlas y prepararlas para las batallas que la llamada “generación milenial” se abstuvo de dar y la “generación de los bumers” ya no podía dar.
Pero coincidimos los viejos y estos niños, los abuelos y los nietos, y podemos ser cómplices.