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SITUACIÓN DE PAÍS EN CUANTO AL EMPLEO Y ASPECTOS QUE EDUQUEN A LA PERSONA TRABAJADORA, ESTÁN FUERA EN LA VISIÓN DE GOBERNAR.

Por: Róger Hernán Gutiérrez. *

Esta semana se tuvo más claro la situación laboral en la empresa de maquila Impression Apparel Group S.A. de C.V. de capital asiático. En reunión exhaustiva en la sede del Ministerio de Trabajo, las partes fueron citadas para ventilar los aspectos socio -laborales y económicos que privan antes del cierre de la empresa por supuestas razones de incosteabilidad, afectando a cientos de trabajadores(as) en sus derechos laborales y sindicales.

De acuerdo al informe del abogado patronal, hay determinada incosteabilidad de la empresa que tiene sus papeles listos para presentarlos a la jurisdicción correspondiente para declarar la posible quiebra, y en consecuencia además de cortar el empleo precario a la población laboral, dejará sin cumplimiento los derechos laborales y sindicales que abarcan una situación de tal naturaleza.

La reunión fue larga, de dimes y diretes, y una posible oferta de “agarrar” hoy los ofrecimientos en dinero que no son seguros, pues luego puede ser demasiado tarde y termine el asunto sin el plato y sin la cena. El Ministro, luego de regañar, aconsejar y asesorar al respecto del problema de cierre, escuchó los planteamientos de los diferentes representantes sindicales y patronales, y el asunto no está para más tela, pues aparentemente no hay araña.

La referencia a este caso, tiene varios bemoles que son importantes de ponderar en el análisis, lo primero es claro que las argumentaciones principales de la empresa son aspectos que afectan su producción a saber: reciente incremento al salario mínimo, aranceles incrementados por Trump en el mercado estadounidense, y otros aspectos como una “inoperancia” del personal para adaptarse al momento de crisis que vive la empresa.

La autocrítica sindical es clara, demasiados sindicatos en la empresa, que jalan para un lado y para otro sin conseguir unidad sindical, nada más que una aparente estabilidad, se trata de un sindicalismo precario, con escaso discernimiento para realizar en su trabajo ventajas comparativas y competitivas que le puedan encallar hacia una mejoría de producción y cumplimiento exacto en el plano reivindicativo, de los derechos laborales y sindicales inmersos en todo el texto-contexto involucrado.

No se puede acusar a la empresa de anti sindical, pues la participación de una alta cantidad de directivos sindicales en la empresa es tal, que por ese lado no es posible establecer la defensa, pero como decimos divorciados por actitudes patronales y de conciencia sindical que se viven en el marco de las relaciones laborales—no hay contratación colectiva—esto es importante por cuanto una ley para las partes actualizada es necesaria, la maquila no existía cuando el código laboral (1972) se determinó, y las reformas no han sido incorporadas para adecuar la legislación al tipo de empresas que son estas maquilas.

Son unidades productivas, protegidas por regímenes especiales que no permiten prevenir los conflictos, ni establecer libertades sindicales en materia de contratación colectiva, en una

existencia de más de 35 años bajo dichos regímenes, empresas muy protegidas por la ley de zonas francas y depósitos de perfeccionamiento activo y de servicios internacionales, que eluden gran cantidad de impuestos de renta, municipales, aranceles y mantienen costos de producción bajo niveles de un alto proteccionismo; el salario mínimo por ejemplo no es el mismo de la industria en general, sino está por debajo, siendo claramente una industria textil.

En fin, las personas sindicalizadas manifiestan su oposición ante la medida, haciendo diversas acciones poco o nada unitarias, la empresaria asume que con tales actividades le han faltado el respeto, y aparentemente es una situación nada rescatable, por la falta de diálogo social que ha imperado por largos años con la gerencia. Esto hay que darle un análisis, este tipo de empresas tienen en materia de niveles de supervisión, nivel de jefaturas y la propia unidad de recursos humanos, unidades poco o nada funcionales, cerradas, de poca visión hacia los derechos laborales y sindicales, que evita una buena relación laboral productiva y respetuosa.

El Ministro, no da pauta a que el conflicto laboral se resuelva en beneficio de quienes perderían su estatus laboral, engrosando a la alta cantidad acumulada de población laboral que ingresa a la categoría de desempleada. Las políticas públicas en la materia laboral siguen faltando, sobre todo que no se trata del primer caso—las maquilas—es y ha sido un feudo de eterno conflicto, de incumplimientos laborales, de conculcación de derechos consagrados en pro de la persona trabajadora. En tiempo de arena, este tipo de regímenes surgieron para suplir la alta tasa de desempleo, y con este precario e inestable empleo se pretendió “mejorar” la economía.

Lo cierto es que no se lograron reducir los niveles de desempleo y mejorar la productividad laboral. Y hasta hoy persisten importantes brechas, en relación con la posibilidad que tienen las personas trabajadoras de participar en el mercado de trabajo y obtener un empleo de calidad.

*Sindicalista salvadoreño.

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