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  • LOS BURROS DELANTE DE LA CARRETA.

    LOS BURROS DELANTE DE LA CARRETA.

    POR: MIGUEL BLANDINO

    ¿Contracorriente? Para nada. Siempre listos para obedecer a pies juntillas, como buenos “boy scouts” del imperio que sea, español, estadounidense o chino.

    La llamada oligarquía criolla salvadoreña, por estos días todavía dependiente del imperialismo yanqui, ha seguido puntualmente a lo largo de los últimos cinco siglos todas las instrucciones que llegan de la metrópoli sean estas cualesquiera que sean.

    Antes de 1821 la “orgullosa” y rebosante de “soberbia” oligarquía lamebotas, fue dócil al llamado del Capitán General que en Guatemala representaba al monarca ibérico. Cuando en la metrópoli peninsular se produjo el intervalo constitucional -entre 1820 y 1823- y el rey felón perdió el control férreo que había impuesto desde 1814 -y con ello su hegemonía- y las familias dueñas de la tierra en las provincias centroamericanas se declararon independientes del reino, los oligarcas de la provincia de San Salvador se embarcaron y fueron a buscar un nuevo amo en los Estados Unidos, rogando por la anexión, que fue infructuosa en lo legal, pero exitosa y vinculante en los hechos.

    Fieles sirvientes de su nuevo dueño, a su regreso al terruño, aquellos primeros vendepatrias se dedicaron a socavar la unidad del naciente imperio mexicano y lo debilitaron para que, con la ayuda del tiempo y la asfixia provocada por el embargo financiero, sus amos lo despedazaran y le arrebataran a México los territorios que hoy son los actuales estados de California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.

    Dos millones trecientos mil kilómetros cuadrados fueron arrancados y sus pobladores asesinados en un genocidio. Millones de habitantes de centenares de pueblos fueron exterminados y robadas las tierras en un latrocinio inconcebible. La extensión sustraída es equivalente, por cierto, a la superficie actual de España, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Portugal, Suiza, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Hungría y Croacia juntas.

    Sé muy bien que lo que digo líneas adelante es una idea sacrílega en este mes de la independencia que dirigieron en el siglo XIX los primeros oligarcas, y que reivindicar el proyecto político de Agustín de Iturbide y Arámburu, el efímero Agustín I, suena a broma trasnochada. Pero pienso, con entera sinceridad, y digo con plena conciencia, que tuvimos en la mano la oportunidad histórica de ser grandes y autosuficientes, como infructuosamente lo soñó también el Libertador Simón Bolívar.

    En lugar de dos docenas de fragmentos incapaces de levantar la mirada para retar al anglosajón, los cobardes jefes de las familias oligárquicas de cada territorio del continente prefirieron servirle como alfombra, para no variar, a un señor extranjero.

    En lugar de pensar en el bienestar de millones de habitantes de esta tierra, escogieron uncir su cuello al yugo del saqueador de las riquezas, con el afán de lucrar para ellos también y sus secuaces. De México al Cono Sur. De entonces, hasta la actualidad.

    El 11 de marzo de 1941 se aprobó el decreto ejecutivo An Act to promote the Defense of the United States, literalmente “ley para promover la defensa de los Estados Unidos”. Dicha ley fue derogada en septiembre de 1945. Mediante ella pagaron para asegurarse de que Europa se destrozara de norte a sur y de este a oeste, hasta los cimientos.

    La de Europa fue una guerra proxy, como se les dice ahora, o algo muy parecido a ese concepto. Los Estados Unidos mandaron comida, petróleo, armas, buques de guerra, aviones, y todo lo necesario para que se mataran entre sí las viejas casas reales.

    Aquella ley se conoce como Ley de Préstamo y Arriendo. De esa manera, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la potencia económica sobreviviente era solo una: la de los Estados Unidos. Y era también la única con poder militar suficiente disponible para imponer sus decisiones políticas sin objeción de nadie ni de ninguna clase.

    Para ocuparse de la consolidación de su hegemonía en el mundo capitalista, los Estados Unidos necesitaban concentrarse en el sojuzgamiento de lo que quedaba de los imperios coloniales que habían sucumbido devorados por las llamas de la guerra.

    Todas las antiguas familias reales y todos los gobiernos republicanos de Europa y Japón, recibirían préstamos suficientes para la reconstrucción de sus infraestructuras, civiles e industriales, a cambio de dos cosas: permitir la independencia de las que hasta el fin de la segunda gran conflagración mundial habían sido sus colonias y posesiones ultramarinas, y permitir la instalación de bases militares en sus territorios metropolitanos y, además, claro, extraer las riquezas en todas las excolonias.

    Pero, pensando estratégicamente, la potencia emergente no podía darse el lujo de distraer tiempo, dinero ni capacidades intelectuales en atender los asuntos de la gran isla-continente. América Latina tendría que aprender a auto gestionarse, bajo la tutela imperial, pero caminando sola.

    La potencia sobreviviente tenía que impulsar para ese fin descentralizador, por una parte, la autosuficiencia controlada de las economías de los países del continente americano y, por otra, la modernización política de los estados –también controlada-.

    Para ello, estableció dos líneas convergentes de trabajo: el control político a través de tiranías militares y la sustitución de importaciones. La primera línea se nutrió con la transfusión a cada país de la doctrina de seguridad nacional de los Estados Unidos a través de la nefasta Escuela de las Americas (SOA, por sus siglas en inglés), fundada en 1946 en suelo panameña; y para la ejecución de la segunda línea creó la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), como el organismo regional dependiente del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de la Organización de las Naciones Unidas, fundada en febrero de 1948, con sede en Santiago de Chile.

    La primera reforma económica de la CEPAL “sugerida” a los países latinoamericanos fue la estrategia de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI). Mediante ella se buscaba reemplazar la importación de bienes por productos elaborados por los propios países, para lo cual se requería el fomento de la industria a nivel local.

    En El Salvador, la “Revolución del 48”, encabezada por el coronel Oscar Osorio, mostró la obediencia de la oligarquía al dar ese paso al frente que exigían sus dueños. Permitieron, incluso, la redacción de una nueva Constitución Política cargada de garantías para las personas y avances en materia de democracia, como nunca antes. Democracia bajo la bota militar, sierva de la oligarquía dependiente del imperialismo.

    Pero, aunque en lo jurídico-político-administrativo y de infraestructura se avanzó sin que se presentaran problemas mayores, en la dimensión social la cuestión era poco menos que imposible. Y no por oposición oligárquica o boicot de la izquierda comunista, sino por taras objetivas, deficiencias insalvables en el corto y mediano plazos.

    La Estrategia de ISI de la CEPAL exigía como condición sine qua non la existencia de una masa de trabajadores preparados para asumir el encargo de transformar la economía. Sin embargo, la realidad era un muro de contención insalvable. Veamos:

    La mayor parte de la población vivía en zonas rurales, y estaba vinculada a actividades agrícolas que no requerían estudios de ninguna clase. Las zonas rurales carecían de los servicios básicos de energía eléctrica, agua potable, sanidad y educación. En 1950 la población completamente analfabeta era del 60% del total de habitantes del país.

    Los gobiernos militares al final de la Segunda Guerra Mundial realizaron muy bien su tarea en cuanto a las reformas institucionales para impulsar la nueva estrategia económica. Dieron vida al Ministerio de Trabajo y Previsión Social (1946), Instituto Salvadoreño del Seguro Social (1949), Ministerio de Economía (1950), Instituto de Vivienda Urbana (1950), por poner unos pocos ejemplos. Y crearon instituciones para construir las infraestructuras necesarias para la industrialización: Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Rio Lempa (1945), Comisión Ejecutiva del Puerto de Acajutla (1952), Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (1961), Administración Nacional de Telecomunicaciones (1963), porque aquellos gobernantes pensaban que hacer eso era lo necesario para hacer realidad la estrategia cepalina y asaltar el cielo.

    Solo les faltaba pensar en la gente y el desarrollo humano… Aquellos gobernantes, igual que los de ahora, no rebuznan porque las cuerdas vocales no les ayudan.

  • 2 de septiembre de 1960, luchas y sacrificios en la Habana y San Salvador.

    2 de septiembre de 1960, luchas y sacrificios en la Habana y San Salvador.

    Por: Dr. Víctor Manuel Valle Monterrosa.

    El 2 de septiembre de 1960 lo recuerdo por dos eventos que me quedaron grabados, indelebles, de por vida. Ese día, en la Habana, Fidel Castro Ruz, pronunció el histórico discurso llamado Primera Declaración de la Habana donde confirmó las bases para el proceso revolucionario cubano. El mismo día, los cuerpos de seguridad del gobierno salvadoreño del teniente coronel Lemus invadieron violentamente la Universidad de El Salvador para reprimir una manifestación universitaria.

    La recién iniciada revolución cubana había tomado caminos intolerables para Estados Unidos y gobiernos de América Latina y el Caribe que seguían sus dictados. Cuba y su intento de ejercer plena independencia en su vida política era mal vista en la región y, para concretar dicha animosidad, se llevó a cabo, en agosto de 1960, en San José Costa Rica una Reunión de Consulta de ministros de Relaciones Exteriores de la OEA con el claro propósito de amedrentar y, de ser necesario, aislar al gobierno revolucionario cubano.

    En la reunión los Cancilleres de la OEA emitieron, el 22 de agosto de 1960, una declaración que decía que la reunión de Consulta “Condena enérgicamente la intervención (…) de una potencia extracontinental en asuntos de repúblicas americanas” y “rechaza (…) la pretensión de las potencias sino soviéticas…” en ese mismo sentido.

    Sin duda, los Cancilleres se alineaban con Estados Unidos que reaccionaba a varias medidas del gobierno cubano, principalmente, las nacionalizaciones que dañaban a empresas de capital estadounidense y, sobre todo, al evidente acercamiento de Fidel Castro a la Unión Soviética, pues en febrero de ese mismo año, había ocurrido la visita de Estado a Cuba del alto dirigente soviético Anastas Mikoyan durante la cual se habían sellado acuerdos políticos, económicos y comerciales.

    Por eso, como reacción a la Declaración de San José, Fidel Castro convocó una masiva concentración en la Plaza de la Revolución el 2 de septiembre de 1960 para leer y obtener la aprobación por aclamación de la Primera Declaración de la Habana cuyo primer artículo decía que la Asamblea Nacional del Pueblo Cubano, “Condena en todos sus términos la denominada Declaración de San José de Costa Rica, documento dictado por el Imperialismo Norteamericano, y atentatorio a la autodeterminación nacional, la soberanía y la dignidad de los pueblos hermanos del Continente.”

    En un gesto teatral, al terminar de leer su Declaración, Fidel hizo pedazos una copia de la Declaración, gesto que fue aprobado por ovación por una enardecida concurrencia.

    Mientras eso sucedía en la Habana, El Salvador pasaba uno de sus incontables períodos de represión que ha sufrido a lo largo de su historia. Un tiranuelo de turno escalaba una represión que fue breve pero muy violenta. El 2 de septiembre de 1960, universitarios y trabajadores sindicalizados protestaban por la represión desatada desde el mes anterior muchos policías invadieron los recintos universitarios y golpearon con garrotes e hirieron con bala estudiantes y autoridades de la Universidad de El Salvador.

    Profanaron el edificio de la Rectoría y aulas de la Facultad de Humanidades que, desde el incendio que destruyó la sede principal de la UES en 1955, funcionaban en el antiguo edificio colegio religioso femenino Sagrado Corazón, sito en la sétima avenida, cerca de la esquina de la calle Rubén Darío, de San Salvador.

    El Rector Napoleón Rodríguez Ruiz y el secretario general Roberto Emilio Cuéllar Milla fueron cruelmente golpeados a palos y casi fallecen en las celdas de la policía nacional a donde fueron llevados. El estudiante Mauricio Esquivel Salguero murió como consecuencia de la paliza, con su cerebro triturado. Muchas víctimas de la golpiza fueron capturadas y sobrevivieron.

    Como emblema de la furia represiva de un régimen autoritario y antipopular, un anónimo uniformado la emprendió, con su yatagán, contra pinturas con los retaros del humanista Francisco Gavidia y el presidente Juan Lindo, fundador de la Universidad, con los que se había decorado el Paraninfo Universitario.

    La fotografía de esos cuadros víctima y las rasgaduras fue publicada en un folleto del periodista Adrián Roberto Aldana titulado “Lo que no se pudo decir” difundido después de la caída del tiranuelo Lemus, que se creyó omnipotente y duradero, pero cayó del poder el mes siguiente.

    Ese 2 de septiembre de 1960 marcó un mojón de la trayectoria de dos países hermanos de las Américas: Cuba afirmaba su revolución que, a pesar de todo, sobrevive después de 66 años y El Salvador iniciaba un largo y doloroso camino de luchas y esperanzas aún en la espera de una revolución que lleve a un país donde todas las personas vivan con dignidad para satisfacer sus necesidades básicas y gocen de derechos fundamentales como seres humanos.

  • Mujeres solidarias y un final de película.

    Mujeres solidarias y un final de película.

    Journaliste RP/periodista RP
    Tel: (00 41) 078 859 02 44
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  • El Salvador. La caricatura de la oposición política partidaria.

    El Salvador. La caricatura de la oposición política partidaria.

    Por: Mauricio Manzano. * (Investigador y Consultor Educativo).

    En el escenario político salvadoreño, la figura del presidente Bukele domina con una fuerza sin precedentes, sustentada en una leguleyada jurídica, con una popularidad masiva y una gestión que ha logrado resultados visibles, especialmente en el combate a la criminalidad. Sin embargo, este poder monolítico no se sustenta en la astucia de Bukele, sino en la notable debilidad de sus adversarios. La oposición política partidaria salvadoreña, especialmente los partidos tradicionales, se han convertido en una caricatura de sí misma, incapaz de ofrecer una alternativa real, por tanto, no presentan un desafío o peligro serio al régimen bukeleano

    El primer lastre de la oposición política partidaria es su propia historia. Los partidos que alguna vez gobernaron el país, como ARENA y el FMLN, no solo están marcados por décadas de polarización y estancamiento, sino también son sinónimo de múltiples escándalos de corrupción. La población, cansada de un bipartidismo que prometía cambios y entregaba más de lo mismo, les dio la espalda de forma contundente y permanente. La oposición política partidaria parece incapaz de realizar una autocrítica genuina, negándose a aceptar que el rechazo popular no fue un accidente, sino el veredicto sobre un modelo político que fracasó. Como resultado, su crítica al actual gobierno de Bukele se percibe como la queja de quienes perdieron sus privilegios, no como la voz de un proyecto político alternativo.

    Además de su pasado, la oposición política partidaria carece de un discurso que conecte con la realidad de la gente. Mientras Bukele domina las redes sociales con mensajes directos, sus aduladores y seudoacadémicos de mercado, los partidos opositores se aferran a un lenguaje formal y a menudo abstracto. Hablan de la importancia de la institucionalidad, la separación de poderes y el respeto a la Constitución, conceptos vitales para la democracia, pero que suenan sin un contenido o una solución a los problemas de una ciudadanía que durante años sufrió la violencia de las pandillas y la ineficiencia de los gobiernos. La gente no ve en estos partidos a defensores de sus intereses, sino a guardianes de un status quo que los dejó en el abandono.

    Lo más grave es la incapacidad de esta oposición política partidaria para articular una alternativa viable. Su estrategia se limita a una crítica reactiva y a menudo desarticulada de cada movimiento del gobierno. ¿Qué harían ellos para combatir la violencia si no fuera con el régimen de excepción? ¿Cómo resolverían la crisis económica sin las políticas gubernamentales? Las respuestas no son claras, la falta de una propuesta unificada, coherente y atractiva hace que sus críticas se diluyan, pareciendo meras pataletas o un eco sin resonancia. Están tan centrados en derrocar a un régimen que no se han tomado el tiempo para construir un proyecto que pueda reemplazarlo.

    En resumen, la oposición política partidaria salvadoreña actual no es una fuerza de contención, sino un recordatorio constante de por qué el poder de Bukele es tan abrumador. Su debilidad es la fortaleza del gobierno. Su incapacidad para renovarse, su discurso desfasado y su falta de una alternativa real los han condenado a la irrelevancia. Mientras no logren superar sus fantasmas históricos y conectar con las verdaderas necesidades de la población, seguirán siendo una caricatura política, condenada a mirar desde la barrera cómo un nuevo poder escribe la historia, sin poder oponerse ni siquiera con un trazo significativo.

  • EL JEFE PSICÓPATA.

    EL JEFE PSICÓPATA.

    POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.

    Hugo Marietan, es un psiquiatra y escritor argentino. Publica “El jefe Psicópata: radiografía de un depredador” en el dos mil diez. En dicha obra explora la personalidad y el comportamiento de los psicópatas en posiciones de poder. Estos individuos utilizan su inteligencia, carisma y manipulación para ascender en la jerarquía y mantener su posición de control. Se caracterizan por su falta de empatía, impulsividad y tendencia a explotar a los demás en beneficio propio. La psicopatía puede causar daño y destrucción a organizaciones y a personas que le rodean.

    Marietan analiza la figura del psicópata integrado. Centrándose en el hecho que, los psicópatas utilizan a las demás personas para lograr sus objetivos, generándoles daños psicológicos y emocionales. Por eso, el psicópata es considerado un depredador emocional, que se alimenta de la energía y emociones de los demás. Pero se camufla bajo una apariencia encantadora y seductora. Aunque carecen de empatía, remordimientos y culpa. Su principal objetivo es dominar, controlar y manipular a las personas para su propio beneficio. El jefe psicópata no solo destruye la moral y la motivación de su equipo, también tiene un impacto negativo en su salud mental desarrollándoles depresión, ansiedad, estrés crónico y baja auto estima. Son hábiles para mantener una fachada positiva ante la dirección de la empresa y sus supervisores.

    Característica básica de la psicopatía y del jefe psicopático es, la búsqueda del poder. Esta búsqueda puede ser a nivel macro, donde encontramos a psicópatas extravagantes como caudillos, líderes militares o jefes delincuenciales. Igualmente, puede ser a nivel cotidiano sobre la familia o sobre una persona. Lo importante es, que necesitan tener ascendencia sobre los humanos, a los que consideran cosas u objetos útiles para sus fines. La particularidad de ellos es la falta de escrúpulos, la falta de empatía y el egocentrismo. Son personas muy frías y controladas en sus impulsos.

    Tienen claridad a donde quieren llegar. Gozan de un entusiasmo para auto empujarse a la cima del poder. Tienen una energía extra para subir al poder. El psicópata en ascenso tiene una energía suplementaria. Cuando el psicópata está al mando es un sujeto impiadoso, no tiene miramientos de las consecuencias de sus acciones sobre los otros y nadie lo aparta de su objetivo. Si alguien lo parta de su objetivo, va a intentar hacer todo lo posible para que la persona abandone su oposición. El psicópata hace sus actos psicopáticos sin pagar la consecuencia de ellos.  Esto, para que no sea señalado como el autor de esas acciones negativas. El jefe psicópata no es el enloquecido que presentan los medios. Este frenético es más bien un neurótico insensato que tiene poder. El psicópata es un ser sereno y frio, nada que ver con el exaltado que presentan las películas.

    El jefe común siempre anda buscando consenso, hace equipo, establece cierta horizontalidad del poder y tiene mucha capacidad de delegar. El jefe psicópata es verticalista, es un jefe militar al mando. La orden baja desde él y se hace lo que él dice. Cuando un jefe normal comete un error, entre todos soportan las consecuencias de ese error. En el jefe psicópata cuando se equivoca, son los de abajo los que tienen la culpa. Establece una defensa aloplástica, “los otros han hecho que mi orden sea distorsionada”. Otra característica del jefe psicópata es, que es persuasivo. Su capacidad de persuasión no la tienen ningún otro ser humano. Otra característica del psicópata es, hacer que los otros hagan. Entonces, nos encontramos con una persona equilibrada, serena, agradable, carismática, con capacidad de persuasión, hace hacer y es indiferente a las consecuencias de sus actos sobre los demás.

    El psicópata es funcional a un sistema de empresas, involucrado en los resultados y no en la calidad de vida de los subordinados. Donde hay un jefe psicópata, impera un clima laboral de tensión. Pequeñas cosas generan desasosiegos desproporcionados. Pequeñas escusas se convierten en grandes problemas. Esto provoca un alto grado de tensión, que desemboca en llevar a la gente al agotamiento. Con lo anterior se consigue que se instale el miedo, la inseguridad y las sospechas entre el grupo humano que dirige. Siempre se sospecha del neurótico que tiene al lado, ya que las personas normales no aguantan esta atmósfera y se van. Pero los neuróticos están fascinados con el psicópata. Hay un encantamiento y una fascinación en todos los aspectos. Este es el tipo esclavizado, el chupamedia, el que va a cumplir las órdenes del psicópata.

    Igualmente, otra persona será la que hará el trabajo sucio del psicópata. Mientras que el jefe psicópata permanece con su traje implacable, otro es el que se ensucia. El jefe común puede ser una persona con mal carácter, un cascarrabias, es decir, un colérico, pero, cuando las situaciones lo ameritan, son paternales. El jefe psicópata nunca va a hacer eso. Los jefes psicópatas se encuentran en todos los ámbitos. Los psicópatas se disfrazan de policías, militares, políticos, religiosos y artistas para hacer sus psicopatías.

    Las figuras políticas relevantes, influyentes o de gran calibre, son psicópatas porque el psicópata ama el poder. Usa a las personas para obtener más poder, las transforman en cosas para su propio beneficio. Esto no quiere decir que todos los políticos o líderes son psicópatas, pero, sí que el poder es un ámbito dónde ellos se mueven como pez en el agua.

    La psicopatía es una manera de ser en el mundo. Es una variante poco frecuente del ser humano que se caracteriza por el afán desmedido de poder, protagonismo y ajusticiamientos. Funcionan con códigos propios. Están dotados para ser capitanes de tormenta, por su insensibilidad y tolerancia a situaciones extremas de tensión. En la psicopatía no hay tipos, sino, grados e intensidades diversas. Hay un tres por ciento de la población con características psicopáticas. La relación de género es de tres varones por cada mujer. Una característica básica del psicópata es la mentira. Es un mitómano, es decir, presenta una tendencia compulsiva por mentir.

    Un dirigente común sabe que tiene que cumplir su función en un tiempo determinado, cumplida su misión se va. Al psicópata, una vez está en la cima no lo saca nadie. No se larga del poder, mucho menos lo delega. Otra característica es la manipulación que hace de la gente. La gente bajo su efecto persuasivo es capaz de hacer cosas que de otro modo no haría. Son gente sojuzgada. Este tipo de líderes no toman a los ciudadanos como personas con derecho, los toman como cosas.

    El psicópata trabaja para sí mismo, aunque su discurso diga lo contrario. Para el líder político con estas características, personas y dinero para comprar voluntades tienen que estar a su servicio. Utilizan el dinero como elemento de presión. Su dar no es un dar desinteresado, ni movido por la sensibilidad de ayudar a quien no tiene. Es un uso de las personas para construir su propio poder. El acto psicopático, le quita a la gente la capacidad de elegir. La gente que manipula está en desventaja económica tan así que no tienen otra salida: o como y lo hago o no lo sigo y no como.

    La psicopatía siempre utiliza la bandera supra personal para ocultar sus verdaderas intenciones, presentándose como abanderado de algo más grande. Banderas a las que puede apelar son el hombre nuevo, el proyecto nacional, la liberación de la raza superior, la nación y la patria. La psicopatía siempre necesita buscar un enemigo para aglutinar. El psicópata no se adapta a la tranquilidad, necesita de la crisis para ser reconocido como salvador. Las sociedades lideradas por políticos psicópatas viven de crisis en crisis.

    El talón de Aquiles del psicópata es la frustración de sus planes. Cuando apuesta por un proyecto, pone todo en él y no le sale. El psicópata se desorganiza y empieza a hacer tonterías. Cuando el psicópata político se aferra al poder, hace falta un motón de líderes normales u otro psicópata pesado que se le contraponga. Entre muchos se puede lograr sacar al dirigente psicópata o al menos reducir su poder. Hay que aprender a no elegirlos. Si uno va entendiendo como es su mecanismo, los puede distinguir y votar por otros líderes.

    En resumen, el psicópata con poder es un depredador voraz e impiadoso. Marietan describe que su narcisismo, le devuelve una imagen embellecida que justifica su accionar. No hay resquicio para el error propio. Sin error no hay arrepentimiento y sin arrepentimiento no hay corrección de rumbo, sino, persistencia. Su obrar psicopático se ajusta a sus códigos propios, que lo hacen impermeable e intolerante a las críticas. El que lo crítica no es un adversario, sino, un enemigo.

  • La lucha entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa.

    La lucha entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa.

    Desde hace más de ocho meses, Culiacán vive bajo una ola de violencia que mantiene a la población en constante temor y confinada al caer la noche.

    Culiacán lleva más de ocho meses sufriendo la violencia generada por la disputa interna del Cártel de Sinaloa entre las facciones de la Chapiza y la Mayiza. Los primeros, herederos del Chapo Guzmán, portan el logotipo de una rebanada de pizza; los segundos, continuadores del Mayo Zambada, de un sombrero norteño. El objetivo de los dos grupos es acabar con el otro, lo que ha llevado a la capital sinaloense a un estado de “narcopandemia”: la población se abstiene de salir de sus hogares y, si lo hace, sabe que debe regresar antes de que caiga el sol, pues la noche es el momento en el que ocurren los enfrentamientos más violentos.

    Ante este escenario de incertidumbre y terror, la duda que surge a cada instante es: ¿cuándo terminará esta situación? Aunque es difícil de responder, comienzan a aparecer indicios de que los del sombrero podrían hacerse con el control de la capital.

    Sinaloa, conocida como “el granero de México” porque es el estado agrícola más importante del país, es también el lugar donde se originó la siembra de amapola y marihuana en México. Ya en el siglo XIX había pequeños cultivos en la sierra, pero fue a partir de la década de 1940 cuando la producción se incrementó debido a la demanda que se originó en Estados Unidos a raíz de la Segunda Guerra Mundial.

    El nacimiento del Cártel de Guadalajara, en la década de los 80, cambió las reglas del juego del narcotráfico. Sus fundadores, los sinaloenses Félix Gallardo, Caro Quintero y Fonseca Carrillo, demostraron que el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos era un negocio muy lucrativo del cual todos querían formar parte. Rápidamente empezaron a surgir narcotraficantes, organizaciones criminales y brazos armados, todo esto ante un Estado mexicano que, por complicidad o incapacidad, no logró enfrentar el problema de manera efectiva.

    En 2018, la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, del partido Morena, prometía un cambio de rumbo en materia de seguridad, ya que en campaña afirmaba que acabaría con la violencia, regresando a los soldados a sus cuarteles y atacando las causas que llevan a las personas a delinquir y unirse al crimen organizado, lo que permitiría una pacificación y la reconciliación entre los mexicanos.

    Sin embargo, la realidad del país al concluir su sexenio fue otra: se registraron 199.952 mil homicidios, superando las cifras del sexenio de Calderón, con 120.463, y de Peña Nieto, con 156.066 (Vela, 2024). En materia de desaparecidos, se registraron más de 50.000 al final de su mandato, y en lo que respecta a las fuerzas armadas, no hubo un regreso a los cuarteles; al contrario, se empezó a emplear a los militares en funciones que normalmente no son de su competencia. Se creó la Guardia Nacional bajo el mando del Ejército, y, según Global Firepower (2025), México cuenta con 412.000 soldados en activo, lo que lo convierte en el país de América Latina con más militares, superando a Brasil y Colombia.

    Este escenario no fue obstáculo para que Morena arrasara en las elecciones del 2024, dejando a una oposición disminuida. Unos días después de asumir la presidencia, Claudia Sheinbaum presentó la Estrategia Nacional de Seguridad del Gobierno de México, basada en cuatro ejes: atender las causas, consolidar a la Guardia Nacional, fortalecer la inteligencia e investigación y coordinarse con los gobiernos estatales. Esto representa una continuación de la política implementada por su antecesor, pero con un discurso renovado.

    El Cártel de Sinaloa ha logrado sobrevivir al PRI y al PAN. La política de seguridad implementada por Morena no ha significado un debilitamiento de la organización: han operado como normalmente lo hacen, y con Claudia Sheinbaum parece que continuará esta tendencia. La amenaza, en realidad, proviene de quien actualmente ocupa la Casa Blanca. Donald Trump ya designó como terroristas a los cárteles mexicanos. Los narcotraficantes saben que, de ser capturados y extraditados a Estados Unidos, enfrentarían cadena perpetua. La ofensiva proviene de Estados Unidos, tanto contra el gobierno mexicano, por no detener el tráfico de fentanilo, como contra los cárteles, responsables de su producción y exportación.

    La captura en Estados Unidos del Mayo Zambada fue lo que desató la violencia en Culiacán y la fractura del Cártel de Sinaloa. La aparente traición por parte de una familiar del Chapo facilitó que el Mayo subiera a un avión que aterrizó en Texas, donde fue capturado. Inmediatamente, tanto los herederos del Chapo como los del Mayo comenzaron a disputarse el control del cártel. Sin embargo, ahora saben que, de ser capturados, pueden ser extraditados a Estados Unidos y que su vida termine entre rejas. Saben que no hay vuelta atrás, y han usado todo su arsenal.

    Durante los ocho meses de enfrentamiento entre la Chapiza y la Mayiza, se ha señalado que quienes han perdido más miembros han sido los sucesores del Chapo Guzmán. En lo que respecta a los objetivos prioritarios, los de la pizza se han llevado la peor parte, ya que, hasta marzo, las fuerzas federales habían capturado a once de sus operadores, mientras que de la Mayiza solamente habían sido seis (Aispuro, 2025). A estas capturas se suma el operativo realizado por el Ejército mexicano a principios de año para capturar a Iván Archivaldo Guzmán, quien, según The Wall Street Journal, habría logrado escapar a través de túneles, como en algún momento hizo su padre, el Chapo.

    En los últimos días, la noticia de que Ovidio Guzmán, también hijo del Chapo, se declaró culpable de narcotráfico y colaboraría con el gobierno sería un duro golpe para los Chapitos. El secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, confirmó la salida del país de 17 familiares de Ovidio hacia Estados Unidos como parte del proceso de negociación entre el narcotraficante y las autoridades estadounidenses.

    El escenario que se puede presentar es el siguiente: el grupo de los Chapitos sería diezmado ante la captura de personajes estratégicos, y las declaraciones de Ovidio Guzmán al gobierno de Estados Unidos incidirían en las finanzas y en los puntos de producción y distribución de drogas de la organización. Ante esto, la Mayiza lanzaría ofensivas que terminarían por darle el control de Culiacán y otros poblados colindantes con la capital.

    Este escenario muy probablemente daría lugar a otro: al estar Culiacán bajo el dominio de los del sombrero, los hombres de los Chapitos se trasladarían a otros poblados o ciudades, como Los Mochis o Guasave, donde se encontrarían con otros cárteles con un nivel de fuerza considerable, como el de este último. La violencia generada por el narcotráfico se terminaría en Culiacán, pero se trasladaría a otras regiones del estado, principalmente zonas rurales y agrícolas. Al ser Sinaloa el principal productor de alimentos del país, esta situación podría afectar a la producción y provocar un aumento en los precios.

    México, históricamente, ha sido un país tanto de tránsito como de producción de drogas, y, particularmente, Sinaloa es uno de los principales productores de marihuana, amapola y, en los últimos años, fentanilo. Esta condición tiene un siglo, y difícilmente cambiará ante un mercado estadounidense que demanda este tipo de drogas y una política de seguridad del Estado mexicano que no ha buscado terminar con el problema, sino contenerlo. Los cárteles sinaloenses parecen una hidra de mil cabezas: un virtual triunfo de la Mayiza en Culiacán desencadenaría el nacimiento de otras organizaciones.

    Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad del Valle de México. Doctorando en ciencia política de la Universidad de Guadalajara y máster en Asuntos Políticos y Políticas Públicas del Colegio de San Luis.

  • Mercados que atesoran cajas negras: El centralismo devorador en El Salvador.

    Mercados que atesoran cajas negras: El centralismo devorador en El Salvador.

    Por: Miguel A. Saavedra.
    En el torbellino coyuntural de El Salvador, donde el poder se concentra como un agujero negro succionando todo a su paso, los mercados municipales han caído en la trampa del centralismo. Este sistema no solo atesora instituciones y actividades rentables para engordar las «cajas negras» del régimen esos fondos opacos que nadie audita ni explica, sino que teje una fina red de clientelismo y corrupción bajo la máscara de eficiencia y calidad de servicios. Es otro maquillaje concentrador que encubre manejos turbios, donde el dinero público desaparece en un laberinto de favores y comisiones.
    Ya lo vimos venir cuando crearon la Asociación del Centro Histórico, esa oficina que cobra por permisos de funcionamiento de negocios , construcción y remodelación en las grandes ciudades; la Dirección de Obras Municipales (DOM), que monopoliza las mega obras en todo el país y ha sido señalada por irregularidades y riesgos de corrupción; los agro mercados que compran a importadores «amigos» del círculo cercano; la Autoridad Nacional de Residuos Sólidos (ANDRES), que se apodera de la recolección de basura, quitando ingresos a las alcaldías; y ahora, desde Casa Presidencial, manejan la Red Nacional de Hospitales, con una orientación clara hacia la gradual privatización de servicios médicos.
    Todo esto, orquestado para que la gente agradezca y endose su apoyo al presidente como «el único que resuelve», aunque los problemas sociales y económicos sigan igual o peor. En el proceso, se apartan funciones, tasas e ingresos de las municipalidades, dejando a las alcaldías como cascarones vacíos.
    La concentración en la Dirección Nacional de Mercados (DNM) es el último golpe centraliza el control de mercados y plazas públicas, descalabrando la relación de las municipalidades con la gente y sus fuentes de ingresos para operar. ¿Eficiencia? Más bien, un pretexto para canalizar fondos hacia el «centralismo de todo», lejos de la fiscalización local. Los negocios donde han metido mano suelen fracasar o desquebrajarse pronto, porque los convierten en «cajas» que estiran hasta reventar.
    El ejemplo perfecto: el Mercado Cuscatlán, que hace una década, cuando el actual presidente era alcalde de San Salvador, lo vendió con su locuacidad grandilocuente como «el mejor y más moderno de toda Centroamérica».
    Hoy, es un símbolo de fracaso, con pérdidas millonarias y deudas que superan la decena de millones. Y ahora, repiten el show con el Mercado San Miguelito, que aseguran costó $34 millones, y que sus instalaciones modernas solo se encuentran en Europa según dijo el presidente; pero que el día después de su inauguración, una tormenta vespertina voló láminas del techo central como una señal misteriosa, casi de presagio, de pactos con el lado oscuro.
    Modus Operandi: El arte de la opacidad.
    El patrón es claro en su cinismo, identifican bienes y servicios rentables que pasan a formar parte de figuras público-privadas, favoreciendo un ecosistema donde el Estado se convierte en socio de intereses ocultos.
    – Se contratan propiedades e inmuebles a precios sobrevalorados, asegurando comisiones jugosas que regresan al contratante o al círculo de poder.
    – Cuentan con un grupo de proveedores de «alta confianza», vinculados a funcionarios del partido oficial Nuevas Ideas o recomendados por el núcleo gobernante.
    – Se ha confabulado un sistema que ordeña, deriva y triangula recursos del presupuesto nacional, préstamos y donaciones hacia un «hoyo negro» sin fondo esas cajas negras manejadas desde CAPRES y sus lugartenientes, que transfieren fondos para una acumulación sin fin.
    De ahí se explica cómo el partido oficial no solo obtiene fondos de los más de 34 mil empleados incorporados al Estado desde su llegada, sino que ahora dispone de recursos blanqueados para campañas. Si las elecciones fueran mañana, tendrían fondos de sobra para propaganda y movilidad territorial, con el bonus de instituciones públicas que hacen «lado» al régimen.
    La red de mercados es solo otra pieza en este rompecabezas armado que deja de apoyar lo público a través de las municipalidades, quitándoles ingresos y administración, para nutrir un ecosistema de negocios fantasmas y elefantes blancos que aportan cientos de miles hasta millones a las cajas negras del grupo gobernante. Es un consorcio de empresas que expolian el dinero público para instituciones oscuras. Y en este laberinto de opacidad, los mercados no son solo centros de comercio, sino portales a ganancias desviadas que financian lujos invisibles para el pueblo, pero palpables para la élite.
    «El lujo de ellos, la carencia de todos» Cuando el lujo se paga con lo que le falta al pueblo.
    El periodismo investigativo ese que incomoda, que se infiltra en las grietas del silencio oficial apenas logra, a cuentagotas, sacar a luz los retazos de una verdad que los círculos gobernantes quisieran enterrar bajo decretos, propaganda y censura. Lo revelado hasta ahora apunta a un patrón evidente con la dinámica de crear figuras legales que encubran negocios blindados, ingresos fijos y seguros, diseñados no para sostener al país, sino para lubricar la maquinaria de poder, riqueza y ostentación de una élite que se multiplica en el lujo mientras predica austeridad y se castiga con «medicina amarga al pueblo».
    ¿De dónde provienen algunas ganancias?
    En 2022, el gobierno lanzó la Chivo Wallet, presentada como un “neobanco” destinado al intercambio entre dólares y Bitcoin, además de servir como canal para recibir remesas del exterior. En ese marco, se anunció la entrega de 30 dólares en Bitcoin a un millón de personas. Sin embargo, nunca se verificó si realmente esa cantidad fue entregada y si alcanzó al número de beneficiarios reales anunciado.
    La narrativa oficial aseguraba que esos 30 dólares, guardados en Bitcoin, convertirían a los sectores populares en futuros inversionistas. En la práctica, la mayoría de las personas utilizaron ese bono como un simple vale para compras en el supermercado, sin convertirse en “pequeños ahorradores digitales” ni los «nuevos ricos por el Bitcoin» que se prometió en la mentira #100.
    Quienes sí aprovecharon el esquema fueron funcionarios y allegados al poder: con altos ingresos cuyo origen en muchos casos no se ha transparentado compraron Bitcoin a un precio promedio de 23 mil dólares. Con la revalorización posterior de la criptomoneda, a finales de 2024 superó los 100 mil dólares por unidad, multiplicaron su inversión hasta por cinco veces.
    Esa operación explica, el origen de una parte de la riqueza repentina de ciertos grupos de poder vinculados al partido oficial y a altos funcionarios del gobierno, aunque no se haya reconocido públicamente.
    Mientras tanto, al llegar a 2025, la realidad de la mayoría de la población sigue siendo la misma o incluso peor. En contraste, quienes concentraron esas ganancias continúan acumulando propiedades, bienes y capital, asegurando su permanencia y reelección en cargos políticos o, en el peor de los casos para ellos, garantizando una jubilación suficiente para vivir décadas sin necesidad de trabajar. Los pobres no se volvieron ricos con los $30 en Bitcoin y el espectacular proyecto de adopción Bitcoin vendido al mundo, la «Chivo Wallet» proyecto privado financiado con fondos públicos , terminó con millonarias pérdidas, marcada por glitches, baja adopción (menos del 5%)y críticas internacionales, al gobierno bitcoinero no le importa pues al fin y al cabo, no es su dinero, sino lo saqueado de los fondos públicos, préstamos y donaciones que deberían paliar la pobreza, no engordar carteras opacas.
    De esas operaciones opacas, conocidas solo por quienes las ejecutan, pero invisibles para la ciudadanía, surge la actitud de prepotencia y molestia de quienes creen no tener que rendir cuentas. Así, la familia presidencial, ciertos diputados, dirigencia del partido oficialista , funcionarios y sus círculos cercanos aparecen, casi de la noche a la mañana, como nuevos millonarios: propietarios de mansiones, cancelando créditos a largo plazo en apenas tres cuotas, viajando en jets privados, moviendo fondos en bancos offshore en Europa o el caribe y protagonizando un nivel de derroche que ni siquiera los préstamos más generosos del banco estatal rebautizado popularmente como “Banco Diputecario” por su cartera de préstamos hecha a la medida de diputados y altos funcionarios podrían justificar o cubrir.
    Allí, entre transacciones que nadie supervisa, se recicla el dinero fresco y recurrente que alimenta la maquinaria. Y de esas operaciones opacas para la ciudadanía, cristalinas solo para los beneficiarios (del grupo exclusivo de poder). Tas el fracaso del intento de bitcoinizar a la gente para encubrir sus transacciones ahora han creado una oficina nacional para gestionar criptomonedas, que cuenta con asesoría internacional con sueldo presidencial de consultor de transnacionales, el gasto no importa pues el fondo público paga.
    La incógnita no es si habrá un día en que se destapen las bóvedas digitales donde se resguarda esta información porque ya están en la nube, listas para ser abiertas, sino qué sucederá cuando las trazas de la blockchain, aunque complejas, permitan determinar de dónde salió cada dólar y quién lo inyectó en la maquinaria. Ese será el momento de la verdad y el instante en que el castillo de naipes del poder, sostenido en humo y criptos, revele que su grandeza no era más que una pirámide de papel disfrazada de modernidad.
    Cuando llegue el momento en que se confirme lo que intuíamos sobre esa riqueza repentina y esos caprichos obscenos no fueron por milagro o magia de la economía ni por aciertos de buen gobierno, sino simples atajos financieros, un “mercado negro disfrazado de honestidad con etiqueta” pero que sus transacciones apestan a casino exclusivo. Lo sorprendente no será descubrirlo ya lo olíamos, sino comprobar que estaba registrado en ceros y unos desde el principio. Solo que, a nosotros, el pueblo, nos dejan fuera del dato o nos mantienen distraidos mientras su negocio está en marcha. Porque, al final, como recuerdan las viejas escrituras, nada permanece oculto bajo el cielo ni enterrado en la tierra.
    Si alguna vez, después de esos 7 años de reserva de información que parecen eternos, el pueblo supiera qué han hecho con los recursos y todo lo que esconden… ¿qué reacción tendrían? Quizá ninguna, porque buena parte de la población ya no se inmuta y se ha acostumbrado a la precariedad sin servicios, atención ni apoyo social. Aún no salen de la burbuja publicitaria, ese escenario de luces y show que se intensifica cuando el régimen sufre caídas de popularidad en redes y medios.
    Es normal y observable que, tras crisis de imagen, y caídas de popularidad y enojo reflejado en redes, surjan nuevos ángulos de marketing y persuasión como spots en TV cada 5 minutos, masivos posts en redes, y especialmente las cadenas de radio y TV obligadas donde el mensaje presidencial son ahora más largos, no menos de 90 minutos. Orientado por asesores de imagen, el gobernante usa un collage confuso de temas sin relación, medias verdades recortadas en la parte que le afecta, disfrazadas como sabiduría popular. Un guion que incluso envían a youtubers internacionales, quienes lo replican como reflexiones de gurús.
    La respuesta oficial se reduce a un sarcástico “¡muy bien y gracias!”, mientras el centralismo avanza como una aplanadora, imparable en su afán por desmantelar la democracia local bajo el maquillaje de un falso progreso. Pero los maquillajes siempre se corren: ¿hasta cuándo durará el espectáculo antes de que el techo se desplome y la verdad se imponga, o la propia blockchain esa que prometieron como sinónimo de transparencia exhiba sin piedad el lujo ostentoso financiado con las carencias de todos?
    La respuesta oficial: “¡muy bien y gracias!”
    Todo este desfalco, desvío de fondos e inversiones especulativas estilo casino, lejos de proyectos que palíen las urgencias sociales hospitales desabastecidos, escuelas en ruinas, barrios y colonias sin agua ni empleo, se ha naturalizado como si fuese parte del paisaje político, mientras el centralismo avanza como un rodillo, imparable en su afán de desmantelar lo poco que queda de democracia local bajo el disfraz de modernidad, eficiencia de servicios y “progreso”.
    La farsa tiene fecha de caducidad: la pregunta no es si caerá, sino cuándo. ¿Cuánto tiempo más podrá sostenerse el show antes de que el techo se vuele por completo, o de que la trazabilidad de la blockchain esa memoria digital imposible de borrar termine por desnudar el verdadero origen del lujo y las fortunas?
    El riesgo es evidente cuando cada aplauso ciego y cada silencio cómplice nos empujan, no hacia un país con futuro, sino hacia un espejo que nos devuelve la imagen de la precariedad, la ruina institucional y el desgobierno que alimenta la miseria. Nos acercamos, paso a paso, a parecernos más a Haití: empobrecidos, saqueados y convertidos en un experimento fallido de lo que alguna vez se llamó República. Y si no se rompe el embrujo ahora, lo que hoy se disfraza de modernidad terminará siendo recordado como «la más descarada estafa política, nunca vista en nuestra historia.»
    Pero aún hay margen que no nos han quitado y que enseña que los pueblos despiertan cuando comprenden que la resignación, no debe ser destino ni opción.
    Solo con la acción colectiva, el reclamo ciudadano y la fuerza de la memoria tendremos herramientas capaces de detener la decadencia y devolver dignidad al porvenir. El futuro no está escrito y depende de la valentía de quienes se atrevan a romper silencios y el miedo para construir, desde abajo, la República que nos han arrebatado.
  • Religiones e identidades. Santos patrones y congregaciones evangélicas.

    Religiones e identidades. Santos patrones y congregaciones evangélicas.

    Por: Elio Masferrer Kan. *

    La construcción de nuevas identidades está relacionada con un conjunto de prácticas sociales que permiten afrontar los desafíos personales, articulados a nuevas realidades socioculturales. Esto es importante tener en cuenta para comprender los desafíos contemporáneos.  La llegada de los europeos al continente americano estuvo asociada con situaciones catastróficas en términos sociales y humanos.

    La instalación de un nuevo orden social y político era el interés de los conquistadores para extraer las riquezas de los pueblos dominados, se produjo así un doble movimiento, la descomposición y saqueo de las nuevas tierras, a la vez que quienes se quedaban y no regresaban trataban de instalar un nuevo Orden social, cultural y político, esto iba asociado con una catástrofe demográfica. La muerte del 85% de la población como resultado de epidemias de nuevas enfermedades para las cuáles los ahora llamados indios no tenían anticuerpos. Agregándole la tristeza de la imposición de trabajos forzados y la esclavitud de los sobrevivientes.

    La conquista de las nuevas tierras estaba acompañada de la eliminación de las religiones de los pueblos conquistados y la imposición del catolicismo español, forjado en la expulsión y conversión forzada de musulmanes y judíos que serían despojados y expulsados del territorio controlado por los Reyes Católicos.

    La toma de Tenochtitlan por los castellanos implicaría un doble movimiento, la imposición de un nuevo orden y la construcción de un nuevo catolicismo adaptado a la nueva situación. El instrumento asumido fue la imposición del culto a nuevas imágenes religiosas que asumían la forma de Santos patronos y Vírgenes redentoras. Esta situación le permitiría al catolicismo sobrevivir al proceso independentista del siglo XIX.

    La construcción del catolicismo nacional se transformaría en el principal obstáculo para la construcción de las nuevas naciones americanos. Cómo innovar y asumir las novedades de la modernidad con una iglesia católica, que veía esa modernización como una amenaza a su predominío en la conciencia de sus feligreses.

    La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por conflictos y difíciles negociaciones con las jerarquías católicas que debían asumir que sus catecúmenos eran ciudadanos de nuevos países y que debían compartirlos con nuevos estados y sus oligarquías políticas, más interesados en negociar con Inglaterra y Estados Unidos que eran potencias protestantes, para ello debían asumir la libertad de cultos, entender que sus feligreses podían seguir de católicos pero que la mentalidad construida durante la Colonia española ya no era viable en las nuevas realidades. Surgía así la disputa por la nación.

    Los liberales impusieron un nuevo orden que implicaba reducir la religión católica al ámbito personal, a la vez que apoyaban la inclusión de nuevas religiones más asociadas con la noción de acompañamiento de los nuevos cambios culturales. La disputa por la nación, la construcción de nuevas identidades nacionales implicaba el pluralismo religioso y también el derecho a la increencia, a no creer o que cada ciudadano construyera su propio sistema religioso y nuevos valores culturales asociados con otras partes del mundo. La Iglesia Católica había perdido el uso de la Inquisición que en la Colonia había empleado para destruir las novedades religiosas y la domesticación de las conciencias.

    A la construcción de las nuevas identidades nacionales se le asociaba la posibilidad de compartir nuevas creencias religiosas, obligando así a los protestantes a transformarse en cristianos evangélicos nacionales, de la misma manera que se construían catolicismos nacionales que se desligaban de los catolicismos europeos.

    La construcción de las identidades nacionales implicaba la subordinación de las identidades étnicas de los pueblos originarios y la subordinación de todas las iglesias al respectivo proyecto nacional. Para ello debían obligar a la construcción de nuevas religiosidades, “que le daban al Cesar (el estado nacional) lo que era del Cesar, y a Dios, (su personal lectura religiosa), lo que era de Dios.

    Este proceso es clave para comprender las nuevas identidades en los procesos migratorios internacionales, los migrantes pueden convertirse a nuevas iglesias o mantener su religión asumiendo las “lecturas” de los países donde ahora viven, en estos procesos de cambio adaptándose a las nuevas realidades; será la lengua del país originario el refugio de la identidad nacional, pues la conversión a nuevas iglesias es en muchos casos el vehículo para relacionarse en las nuevas situaciones y desafíos que deben asumir.

    Las religiones cristianas retoman a Jesús de Nazareth quien propuso que “la verdad nos hará libres”, asumir las nuevas realidades estará relacionado con la construcción de la libertad de los migrantes que quieren mejorar sus condiciones de vida. El desafío es para las iglesias, como acompañan a sus feligreses en las nuevas realidades, si no lo hacen la conversión a nuevas religiones será la respuesta lógica de quienes quieren mejorar sus condiciones de vida en su tierra natal o en nuevos espacios de lucha por su existencia-

    * Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH

  • EXISTE ALGUNA POLÍTICA PÚBLICA EN LO LABORAL CAPAZ DE HACER CAMBIOS SUSTANTIVOS EN EL MERCADO DE TRABAJO SALVADOREÑO.

    EXISTE ALGUNA POLÍTICA PÚBLICA EN LO LABORAL CAPAZ DE HACER CAMBIOS SUSTANTIVOS EN EL MERCADO DE TRABAJO SALVADOREÑO.

    Por: Róger Hernán Gutiérrez.

    En todos estos años de ejercicio gubernamental, pasado y presente, en lo ministerial en la cartera de trabajo y previsión social, no ha existido ninguna política laboral en la materia socio laboral; situación que denota la escasa visión estratégica que el actual gobierno pone a la situación del empleo—del trabajo como razón sustancial para mejorar los ingresos, el bienestar por la satisfacción de las necesidades básicas para una existencia digna y decente, entre otras cosas primordiales para un desarrollo económico sustantivo para las familias y la comunidad a la que pertenecen estas poblaciones laborales.

    Una política pública en lo laboral debe corresponder con un sistema salarial adecuado, protección, cumplimiento y ejercicio cabal de los derechos laborales inherentes al tipo y clase de trabajo que existe y se pretende impulsar en lo estratégico. El reflejo de esta ausencia de una política laboral es el propio ejercicio de la cartera de trabajo; donde elementos y procesos esenciales para propender al respeto de los derechos humanos inherentes al trabajo y condiciones laborales para su protección y defensa no han existido. Con ello la prioridad gubernamental no tiene nada que ver con los ingresos básicos, que pudieran garantizar para todas las personas que laboran el bienestar familiar y de la comunidad.

    Esto a nuestro entender es básico, por cuanto daría pauta a pensar que el gobierno actual había tomado como decisión política importante trabajar en el desarrollo y defensa de los derechos de la clase trabajadora, y no de los intereses de la clase dominante. El tiempo nos dio la razón, y el trabajo, ocupación o empleo, no ha tenido la política pública capaz de fortalecer lo que se tiene y crear nuevos puestos de trabajo. Esta forma de ver el trabajo ha llevado a que haya decrecido, que los pocos puestos se concentren en actividades económicas de comercio y servicios, de poco valor agregado y en una reducción de la producción para dinamizar la economía y una alta concentración de la riqueza producida.

    El modelo económico impulsado fue continuar con la dinámica de las remesas como parte del producto interno bruto, y elemento vital para el sostenimiento del consumo necesario para la compra de los escasos bienes y servicios producidos en un mercado interno sumamente restringido y con poca capacidad adquisitiva, por el alto subempleo y la alta informalidad laboral, sin derechos, sin remuneración y protección social. Este marco del mercado laboral no ha sido del interés gubernamental y el actual ministro de Trabajo sólo ha seguido la senda del menor esfuerzo, una acción invalidante e indecente de dicha cartera, a efecto de no hacer olas que puedan llevarlo a señalamientos del presidente, que le arriesguen su puesto de trabajo.

    Se continuó con un mayor desmontaje de la poca institucionalidad pública, que dejó arena en su ejercicio, reduciendo el personal de secretarías existentes para potenciar los derechos como la educación, la salud, las comunicaciones, la materia fiscal, la formación profesional, la vivienda, la cultura, la previsión social, resultando en servicios públicos cada vez más deficientes para la ciudadanía en general. Mayor desprotección laboral al faltar a derechos adquiridos contemplados en la ley del servicio civil, Constitución de la República, contratación

    colectiva, en el otorgamiento de indemnizaciones, en la protección para los derechos a pensiones (vejez, invalidez y sobrevivencia), salud médico-hospitalaria, formación profesional y demás derechos humanos contemplados en la materia sociolaboral.

    Sin existencia de programas básicos, ni la capacidad del Estado para desarrollar la economía y el mercado de trabajo, acorde a los apoyos esenciales al sector empleador y sector laboral. Escasez financiera en la cartera de trabajo, que llevó a vender sus servicios públicos, incapaz de llevar alguna planeación estratégica que desarrolle las actividades económicas en al agro y la industria como elementos de mayor dinámica productiva; y hasta ahora una alta deficiencia en materia de gestión de datos y tecnologías de información y comunicaciones entre otras. Siendo los anuncios gubernamentales y de empleadores bastante sesgados, incoherentes en la práctica, y de poca utilidad para la fuerza de trabajo que necesita y se propone para impulsar una economía solidaria.

    EL ministro de Trabajo ha mostrado poca voluntad en su gestión, pero igual ha continuado a la base con un sindicalismo de viejo cuño, incapaz de proponer sus intereses de manera autónoma e independiente, esta escasa presión no permite que las cuestiones laborales tengan la vitalidad necesaria para mejorar la microeconomía de la gente. El trabajo decente, sigue faltando, y las intenciones para un mejoramiento al respecto, caen en saco roto por el alto endeudamiento del gobierno, sin políticas fiscales progresivas, la alta concentración de la riqueza en grupos mínimos dominantes; y un empresariado negativo que se queja que no tiene la seguridad jurídica, como tampoco la voluntad para invertir con el riesgo necesario.

    Se requieren dinámicas básicas para una alta participación del sector laboral, y dentro de la política pública la incorporación de un diálogo social, con la información y datos necesarios para un debate franco y sincero para darle rumbo al país y lo socio económico.

    • Sindicalista salvadoreño.
  • Jóvenes pianistas realizan hazaña en Europa.

    Jóvenes pianistas realizan hazaña en Europa.

    Conozco dos músicos jóvenes pianistas salvadoreños que han sido admitidos en uno de los centros con más prestigios a nivel mundial, me refiero al Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, considero que es un logro tanto a nivel personal para ellos como a nivel nacional, pues son los primeros salvadoreños en ser admitidos y uno de los pocas personas de Latinoamérica, pues es una institución en la que ser admitido es demasiado complicado, ya que existe una competencia y pruebas muy exigentes y estos dos chicos ponen en alto el nombre del País.
    Sus nombres son: Ángel Perdomo de 21 años y Wilfredo Inestroza de 27 años, los dos pianistas salvadoreños.
  • COINCIDIR.

    COINCIDIR.

    POR: MIGUEL BLANDINO.

    Alberto Escobar escribió la letra, Raúl Rodríguez escribió la música y Mexicanto la grabó e hizo famosa hace cuarenta años. Se trata de “Y coincidir”, que también grabó Guadalupe Pineda.
    Es una canción dulce, de versos ingenuos, sencillos, pero profundos. En una de sus partes, en la última estrofa, precisamente, dice: “Si la vida se sostiene por instantes
    Y un instante es el momento de existir
    Si tu vida es otro instante, no comprendo
    Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio
    Y coincidir…”
    A nosotros nos tocó coincidir en este mundo -en este tiempo y en este espacio- con el monstruo que creíamos derrotado.
    “Si navego con la mente los espacios
    O si quiero a mis ancestros retornar
    Agobiado me detengo y no imagino
    Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio
    Y coincidir…”
    No puede ser casualidad, por cierto -ni determinismo religioso o esotérico- pero también coincidieron con nuestras vidas las de los niños que nacieron cuando el tirano entraba a la casa de gobierno. Y, ahora, ya van a la escuela. A primero de primaria.
    Ellos no conocieron a las maras ni supieron de los pactos entre ellas y Batman. Por lo tanto no van a recordar la maldad ni la fealdad de ese pasado para nosotros reciente.
    Sus vidas van a coincidir con la brecha de desigualdad inédita e inaudita. Sus vidas solo tendrán ese referente de pobreza omnipresente en contraste con la inmensa riqueza del tirano nuevo rico.
    Serán la página en blanco sin sombras del miedo que hoy acogota a la gente que vivió en democracia y disfrutó de la libertad burguesa hasta que cayó en la trampa.
    Hoy, cuando comienza el proceso educativo de la primera generación bajo la nueva tiranía militar fascistoide, los poderosos saben que tienen que escribir la historia a su modo en esas mentes infantiles.
    Bemba le dicen en Cuba a la boca y “Radio Bemba” a las historias que se transmiten de forma oral, de boca a boca.
    Habrá que poner en acción la Radio Bemba para acomodar un sustrato de conocimiento en esas mentes en proceso de formación para impermeabilizarlas contra la lluvia de mentiras y distorsiones de la propaganda oficial.
    La actual juventud está paralizada porque sufrió el tratamiento de shock de la brutalidad militar explícita. Pero la batalla que viene será para defender las mentes de los niños, preservarlas y prepararlas para las batallas que la llamada “generación milenial” se abstuvo de dar y la “generación de los bumers” ya no podía dar.
    Pero coincidimos los viejos y estos niños, los abuelos y los nietos, y podemos ser cómplices.

  • Las escuelas no crean criminales.

    Las escuelas no crean criminales.

    Por: Mauricio Manzano. *

    El aula no es la calle: las escuelas no crean criminales. Existe una narrativa peligrosa y constante en el discurso político del gobierno y de sus seudo-académicos: la idea de que los centros escolares públicos, especialmente en zonas desfavorecidas, son «fábricas de pandilleros y criminales». Esta percepción alimentada por la cobertura mediática ha llevado a la criminalización de las aulas, y a la presencia creciente de agentes de la policía y militares. Sin embargo, el análisis riguroso basado en evidencias producto de investigaciones académicas ha mostrado que esta noción no solo es falsa, sino que también desvía la atención de las verdaderas causas del origen de las pandillas y de la criminalidad en general, de hecho, no sólo es falsa, además, es maligna y agrava el problema.

    La narrativa que pretende hacer creer que las escuelas son «semilleros de las pandillas y de un comportamiento delictivo» ignora las profundas raíces sociales y económicas de la criminalidad. Las investigaciones sobre la criminalidad coinciden en que los factores más influyentes en el desarrollo de una conducta criminal son el resultado de la pobreza, la falta de oportunidades, la inestabilidad familiar, la exposición a la violencia en la comunidad y las desigualdades sistémicas. La escuela nunca ha sido una incubadora de estos problemas, al contrario, a menudo ha sido el único espacio seguro y estructurado en la vida de muchos jóvenes en zonas que enfrentan estas circunstancias.

    Los criminales o pandilleros no se «hicieron» en la escuela. Al contrario, los estudios demuestran que las jóvenes que abandonan el sistema educativo o que tienen experiencias negativas de exclusión son mucho más propensas a involucrarse en actividades delictivas o pandilleriles. La escuela pública en lugar de ser el origen del problema con frecuencia ha sido una de las instituciones más importantes para combatirlo. Un entorno educativo seguro y de apoyo, con acceso a consejeros profesionales, programas extracurriculares y una atención individualizada, puede ser el factor decisivo que aleja a un joven del camino de la delincuencia y las pandillas.

    La criminalización de las escuelas y la militarización crea un círculo vicioso. Un incidente menor, como la falta de disciplina o una pelea en los corredores, que antes se habría resuelto con una sanción disciplinario o suspensión temporal, ahora puede resultar en una intervención policial o militar, en un arresto bajo el régimen de excepción y en un centro penal, acciones que ya hay registros, el caso de la captura y acusación por agrupaciones ilícitas de más de 40 jóvenes estudiantes de diferentes institutos.

    Estas acciones introducen a los estudiantes en el sistema de delincuencia juvenil, los estigmatiza y los priva de la oportunidad de aprender y crecer. La exclusión educativa y el abandono o expulsión de los jóvenes de las aulas, los empuja directamente hacia las calles, donde el riesgo de caer en grupos delincuenciales se puede disparar. En efecto, al tratar a los estudiantes como criminales, el sistema les ayuda a convertirse en lo que se temía que serían.

    Para abordar la criminalidad juvenil, debemos dejar de culpar a las escuelas e invertir en ellas como herramientas de prevención y desarrollo humano y social, esto significa destinar recursos a programas de apoyo social y de salud mental, reducir el número de estudiantes por aula, invertir en infraestructura, en docentes bien formados, con un modelo educativo claro, evaluaciones formativas y crear una cultura de respeto en lugar de una de miedo. La solución no es más vigilancia y castigo, sino más empatía y oportunidades.

    Los criminales no se forman en las escuelas; se hicieron en la calle, y las pandillas criminales nacieron en otro país. La escuela con frecuencia era la única esperanza que tenían de poder escapar de ella. Es hora de dejar de criminalizar a nuestras instituciones educativas y empezar a verlas por lo que son: los faros más importantes en la lucha por un futuro mejor.

    *(Investigador y Consultor Educativo).

  • Democracias pervertidas.

    Democracias pervertidas.

    Por: Luis Pásara/Latinoamérica21

    La aprobación de la reelección indefinida en El Salvador, que abre el camino para que el presidente del país, Nayib Bukele, se perpetúe en el cargo, y la pantomima mediante la cual Nicolás Maduro se ha proclamado ganador en las recientes elecciones venezolanas nos ponen de cara a lo que son realmente los regímenes políticos en la región. ¿Son democracias? Si la democracia consiste en algo más que depositar un voto periódicamente, la respuesta es no.

    ¿Son “democracias fatigadas”, el término con el que se propone recientemente etiquetar a estos regímenes? Pero, un momento, ¿de perseguir qué empeños se fatigaron? La fatiga sobreviene luego de un esfuerzo que usualmente permite un logro determinado, pero deja exhausto al esforzado. Llamar fatiga a lo que ocurre en nuestros regímenes políticos sugiere, aunque no se lo proponga, que en algún momento estas “democracias” —las comillas son intencionadas— fueron regímenes democráticos que ahora han perdido fuerza para seguir desarrollándose como tales. ¿Fue así?

    Si sometemos a pruebas relativamente simples aquello que hemos padecido en la región, los resultados suscitan muy serias dudas. Tomemos el equilibrio de los poderes del Estado. ¿En qué países de la región el poder judicial ha servido como contrapeso al ejercicio del poder por parte del Parlamento y el ejecutivo? En la Costa Rica de otra época ocurría, pero ahora no es tan claro. Ni siquiera en Uruguay —país al que usualmente se adjudica una tradición democrática sin recordar el negro periodo dictatorial entre 1973 y 1985— los jueces han estado a la altura de su función.

    Tomemos un caso de mayor rango: la igualdad de derechos, un componente indiscutible de la noción de democracia. ¿Qué grado de igualdad de derechos han alcanzado los ciudadanos en nuestros países? Si no nos basta la respuesta que surja de Constituciones y leyes mentirosas y vamos a la realidad, la igualdad de derechos es una meta muy lejana en todos o casi todos los países latinoamericanos. Pobreza, niveles rudimentarios de educación y otros obstáculos formidables impiden ejercer derechos en condiciones de igualdad.

    Y en los países en los que sí se han dado pasos hacia esa meta, con frecuencia ese avance ha sido posible gracias a gobiernos a los que vacilaríamos antes de etiquetar como democráticos. Pongamos dos ejemplos. Juan Domingo Perón en Argentina abrió paso a ciertos niveles de igualdad social mediante el fortalecimiento del poder sindical —al que, desde luego, cooptó y mantuvo bajo control político—. Por otra parte, un gobierno nacido de un golpe militar y un fraude electoral subsiguiente, como el de Manuel Odría en el Perú, introdujo el derecho a voto de las mujeres y estableció la seguridad social pública.

    Si lo que hemos tenido difícilmente han sido algo más que regímenes en los que, durante ciertos periodos, se ha podido votar, ¿por qué sostener, pues, que estamos ante

    “democracias fatigadas”? Más bien, la tendencia que comprueban reiteradamente las encuestas es el crecimiento de los ciudadanos fatigados: hombres y mujeres que se declaran insatisfechos con la “democracia” que tienen, una que simplemente les permite designar periódicamente a quién frustrará sus expectativas.

    En ese cansancio han surgido y se extienden las democracias pervertidas, que son regímenes que mantienen el sufragio y responden a alguna demanda social extendida al tiempo que pretenden, con buenos o malos manejos, eliminar cualquier oposición. El crecimiento del delito y la inseguridad han dado oxígeno a propuestas como la de Bukele, que, a cambio de contrarrestar la delincuencia de las maras, está extinguiendo los derechos básicos de los salvadoreños.

    El caso de Daniel Ortega, en Nicaragua, y el de Maduro son ejemplos de hasta dónde puede llegarse en formas de perversión a las que de buena fe nadie podría considerar democracias. Ortega y su mujer, Rosario Murillo, no conocen límites. Ni siquiera guardan las apariencias y encarcelan sin disimulo a quien ose oponérseles. Maduro se mantiene echando mano a cualquier recurso, a costa de millones de venezolanos que han dejado el país no solo por razones políticas sino, sobre todo, económicas. Y de Cuba no resulta necesario ocuparse en este triste repaso.

    Así pues, incluso en los ejemplos degenerativos de perversión, el origen no ha estado en “democracias fatigadas” sino en democracias fracasadas que no ofrecen resultados positivos para la vida de sus ciudadanos. De ahí que, junto a la insatisfacción, las encuestas detecten la pérdida de fe democrática entre los ciudadanos. Ese es el panorama.

  • EL EVANGELIO SEGÚN EL MERCADO: LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD Y FARISEÍSMO MODERNO.

    EL EVANGELIO SEGÚN EL MERCADO: LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD Y FARISEÍSMO MODERNO.

    Por: Walter Raudales.
    “Predican milagros, cosechan fortunas, anestesian conciencias. ¡Luces, cámaras… PROSPERIDAD!”
    El Evangelio según los Nuevos Fariseos.
    Ponen la fe al mejor postor, con luces LED, jazz progresivo y cuotas sin intereses. Dicen que la fe mueve montañas, pero la versión contemporánea esa llamada Teología de la Prosperidad parece tener otro objetivo: inmovilizar la compasión y blindar el statu quo. Bienvenidos al evangelio de los nuevos fariseos: guías-influencers con micrófonos inalámbricos, sonrisas de vendedor de seguros, voz dramática ensayada y una habilidad magistral para convertir la angustia espiritual en un negocio escalable.
    El sermón se ha transformado en megashow: luces de neón, humo artificial, pantallas gigantes, música que coquetea con Coldplay y un predicador que parece más showman que guía espiritual. Lo sagrado se ha vuelto espectáculo. El sermón ya no incomoda ni cuestiona, porque incomodar a un feligrés sería tan arriesgado como molestar a un cliente VIP de Amazon Prime. Y mucho menos contradecir desde la perspectiva de la fe medidas, políticas y/o leyes injustas de los gobernantes, pues les es más “ventajoso y conveniente” sumarse y endosar sin reparo a las narrativas oficiales del poder.
    De la cruz al Rolex: Mercaderes de Púlpito.
    En este credo empresarial, el púlpito funciona como call center y delivery espiritual: se venden y entregan paquetes de salvación con facilidades de pago y se aceptan todas las tarjetas de pago. El sacrificio quedó archivado en una bodega con olor a naftalina o incienso. Hoy, la gracia divina se mide en billetes y la bendición se exhibe en relojes de oro regalados por presidentes agradecidos.
    La fórmula es simple: tú das, Dios multiplica. Una transacción perfecta para un siglo adicto al consumo rápido y a los atajos emocionales.
    Vende la idea de que la complejidad del mundo se reduce a una transacción simple: tú das (dinero), Dios te devuelve multiplicado. Es una fe cómoda, divertida, que no exige confrontar las realidades latentes de injusticia. ¿La crisis del vecino? ¿o del pastor de una iglesia hermana preso por defender su comunidad? Problema suyo. ¿Los cautivos inocentes sin juicio? ¿Los vecinos despedidos? Su pecado los ha llevado allí., y hacen común la expresión de «mientras no me afecte a mí, yo estoy en paz con Dios». Es una teología del privilegio egoísta.
    Cada quien que compre su salvación.
    Al final, la lógica es tan cruda como conocida: que cada quien compre su salvación en este mundo. En sociedades donde el más vivo sobrevive, la fe termina convertida en un mercado persa de promesas. Basta ver esas iglesias brasileñas que se han expandido por toda América Latina con slogans como “Pare de Sufrir”. Miles de personas entran cada día con la esperanza de un milagro, y mientras tanto, en el estacionamiento trasero, relucen los Mercedes-Benz y esos BMW de los predicadores. La paradoja es casi obscena: multitudes de fieles entregando sus últimos ahorros para sostener un evangelio que predica austeridad, pero se pasea en autos blindados.
    La teología de la prosperidad, entonces, no es una verdad espiritual: es un mecanismo de legitimación religiosa del privilegio que convierte la fe en un instrumento para culpar a las víctimas y santificar a los poderosos, aunque su riqueza venga manchada de injusticia.
    Es una falacia bien orquestada para que nadie cuestione el sistema que produce desigualdad, sino que más bien se admire a quienes triunfan en él sin importar cómo lo hayan logrado y se desprecie a quienes fracasan haciéndoles creer con una desfachatez idiota que ¿estar mal es porque Dios así lo quiere … falso, pues enseña y pregona que vivamos bien con los recursos necesarios y quizá hasta en abundancia, no quiere vernos en desgracia y con falta de oportunidades.
    Características del negocio disfrazado de fe.
    Marketing emocional: predicadores que dominan el storytelling, la música y la psicología del consumidor mejor que los Evangelios. Exclusividad social: pertenecer a la iglesia no solo te salva; te eleva de “perdedor” a “ganador”. Los pobres son vistos como pecadores sin fe suficiente.
    Espiritualidad de confort y atajos emocionales: un rebaño entretenido, cómodo, sin compromisos con la pobreza, la injusticia o la crisis ambiental, de sus situaciones políticas y sociales de su entorno.
    Éxito como señal divina: si prosperas es porque Dios te bendice; si eres pobre, es porque “algo malo haces o eres”. Una falacia que legitima incluso la corrupción de políticos y élites que también acumulan riqueza.
    De la fe al mercado político
    Aquí no hablamos solo de templos; hablamos de maquinarias de poder. Durante las elecciones, es conocido que estas iglesias negocian directamente con candidatos: “Yo te entrego mi rebaño, tú me garantizas influencia y protección”. El resultado es una simbiosis perversa: el político obtiene una base de apoyo ferviente y acrítica, y el traficante de la fe acumula bienes y prebendas, validando así su propio discurso de prosperidad.
    El ciudadano que cae en esta red no es un ingenuo; es un buscador de pertenencia en un mundo fracturado. Pero lo que encuentra es un espejismo de comunidad. Se convierte en un feligrés-cliente y en un ciudadano-elector que vota no por un programa de gobierno, sino por la recomendación que hacen a su rebaño.
    Lo sagrado se convierte en vivero de votos dóciles y en un termómetro de desmovilización social. Mientras tanto, el ciudadano común cree que ejerce su fe, cuando en realidad su voto ha sido canjeado como moneda de cambio en una transacción cínica.
    La teología de la prosperidad encaja como anillo al dedo con proyectos conservadores. En EE.UU., iglesias bautistas y pentecostales financiaron campañas presidenciales, llegando incluso a vender Biblias a 60 dólares para apoyar a Trump. En América Latina, muchos de estos movimientos se han vuelto brazos electorales de partidos de derecha, legitimando políticas que atacan minorías sexuales o el derecho de las mujeres, mientras hacen la vista gorda ante la pobreza estructural y la devastación contaminación ambiental por explotación de recursos naturales por trasnacionales, ambiental como en el caso de Brasil y de la persecución campal contra la inmigración que se está ejecutando en distritos de los EEUU.
    La paradoja del sacrificio ausente
    Estos movimientos rehúyen el sacrificio compartido. La fe ya no consiste en cargar la cruz del prójimo, sino en construir un relato personal de bienestar y prosperidad. El sufrimiento del vecino, el hambre del barrio o la prisión injusta de cientos bajo regímenes de excepción, simplemente no importan mientras no golpeen mi burbuja de paz con Dios.
    Espiritualidad de confort: un rebaño cómodo, entretenido, sin compromisos con la pobreza, la injusticia o la crisis ambiental.
    Éxito como signo de gracia: los pobres no son víctimas de sistemas opresivos, sino “perdedores castigados por su pecado”.
    Sociología de un virus rentable.
    Tanto en América Latina como en El Salvador ha sido y es terreno fértil para esta mutación religiosa donde abunda la desigualdad crónica, instituciones debilitadas y millones de personas buscando guía y búsqueda existencial. Lo que empieza como consuelo se transforma en subcultura del egoísmo. La comunidad deja de ser un espacio solidario y se vuelve un club exclusivo de “elegidos”, frente a un “ellos” que son los fracasados, castigados por su pecado.
    El resultado es un ciudadano despolitizado y dócil, convencido de que no hay que denunciar injusticias, sino prosperar dentro de ellas. Esta doctrina es el sedante perfecto: anestesia la indignación y convierte la fe en un escudo contra la empatía.
    El contraste brutal: templos de oro, feligreses de cartón
    El esplendor arquitectónico de estos templos con sus auditorios climatizados, pantallas gigantes, luces robóticas y sistemas de sonido que envidiaría cualquier sala de conciertos contrasta de manera hiriente con la realidad cotidiana de sus fieles.
    Mientras los pastores predican desde escenarios que parecen sets de televisión, muchos de sus seguidores regresan a casas de lámina corroída, a orillas de ríos contaminados, quebradas vulnerables o colonias populares de clase media en declive.
    El lujo de la infraestructura no es solo un símbolo de poder, sino también una estrategia: impresiona, intimida y convence. La parafernalia del templo se convierte en un argumento en sí mismo: “Mira cómo Dios nos bendice, mira lo grande que es esta obra”. Y así, quienes apenas sobreviven en condiciones precarias creen encontrar en ese espectáculo una prueba de que también ellos, algún día, podrán “ascender”.
    Pero la paradoja persiste: la fe que debería unir y dignificar a la comunidad termina profundizando la brecha de desigualdad, con templos que brillan como palacios y feligreses que vuelven a dormir bajo techos endebles.
    La paradoja brutal
    La caridad, cuando existe, se administra como campaña de marketing con selfies, coberturas de prensa y frases motivacionales para Instagram. Compartir el sufrimiento del prójimo deja de ser virtud; ahora es un error estratégico. La fe se vuelve narcisismo espiritual, un espejo que confirma mi éxito como marca personal muy parecido a la forma de propaganda gubernamental que han masificado en estos últimos años.
    Lo irónico es que en nombre de un evangelio que alguna vez denunció a los poderosos, se legitiman ahora las estructuras que perpetúan desigualdad. En lugar de mover montañas, esta teología levanta muros entre los “elegidos” y los “condenados”.
    La mercantilización de la fe: ofrendas, lujo y vanidad
    En este nuevo mercado espiritual, hasta la limosna se convierte en espectáculo. No basta con dar: se exige cómo dar, con qué actitud, con qué cantidad y hasta con qué tarjeta de crédito. Cuando alguien se atreve a dejar unas monedas, se le recrimina desde el púlpito: “¡Que no suene, hermano!”, como si la salvación estuviera tarifada y las monedas fueran indignas de Dios.
    Los líderes de estas corrientes no se esconden. Lucen con orgullo sus relojes Rolex, sus trajes de diseñador y sus vehículos de lujo, símbolos de éxito que —dicen— son fruto de la bendición divina. Algunos hasta presumen de que esas piezas fueron obsequios de expresidentes agradecidos, y se ufanan de que su brillo causa “envidia en los críticos”.
    En esta lógica perversa, el pastor se convierte en influencer espiritual, que no solo predica, sino que también marca tendencia: cómo vestirse, qué consumir, cómo ofrendar. La fe se reduce a un contrato comercial en el que el creyente invierte esperando una ganancia en forma de prosperidad personal.
    La limosna deja de ser un acto de desprendimiento para transformarse en un rito de inversión, donde el diezmo es más parecido a una transacción bursátil que a un gesto de solidaridad. El altar ya no es un lugar sagrado: es la vitrina de un show donde el lujo del líder es prueba de éxito y, supuestamente, señal de que Dios “cumple sus promesas”.
    Desenmascarar el espejismo.
    En América Latina y de manera palpable en El Salvador la teología de la prosperidad encuentra terreno fértil en sociedades atravesadas por desigualdad y fragilidad institucional. Lo que nace como consuelo espiritual termina moldeando subculturas del egoísmo, donde la solidaridad se percibe como debilidad y la fe se mide en estatus.
    Estas comunidades crecen como hongos tras la lluvia, colonizando barrios y ofreciendo pertenencia a cambio de docilidad política. Más que mover montañas, esta ideología levanta muros: divide a los “bendecidos” de los “condenados”, anestesia la conciencia colectiva y perpetúa un ciclo de exclusión con el disfraz seductor de la espiritualidad.
    No se trata de atacar a quienes encuentran refugio en estas prácticas. La espiritualidad es un derecho profundo, un consuelo legítimo en tiempos de angustia. Lo que se cuestiona es el secuestro de lo sagrado: cuando la esperanza se convierte en mercancía, la fe en espectáculo y la salvación en negocio, no hablamos de religión, sino de mercado.
    El Evangelio de la Prosperidad no es fe; es un fetichismo financiero, un negocio piramidal donde los de arriba siempre ganan y los de abajo cargan la culpa por no tener “fe suficiente”. Han vaciado los símbolos sagrados de su contenido transformador para venderlos como productos premium. Esta práctica del evangelio «cómodo » y con atajos convenientes los coloca bien lejos de la denuncia del pecado social y de las estructuras de poder injustas que se viven sus feligreses en la comunidad, barrio o colonia, el lugar de trabajo y en la sociedad en general.
    Ante el silencio y complacencia que mantienen bien vale recordar estos potentes versículos:

    Ezequiel 33:7-9

    7.A ti, hijo de hombre, te he puesto como centinela para la casa de Israel, apenas oigas que una palabra sale de mi boca, tendrás que advertírselo de mi parte.

    8.Cuando diga al malo: «¡Malo, vas a morir!», si no le hablas, si no haces que se preocupe por su mala conducta, el malo morirá debido a su pecado, pero a ti te pediré cuenta de su sangre.

    9.Al contrario, si le has llamado la atención al malo por su mala conducta y no se aparta de ella, si no deja su mala conducta, morirá debido a su pecado y tú nada tendrás que temer.

    ➡ Este versículo destaca la responsabilidad de denunciar la injusticia: no se puede permanecer en silencio ante el pecado o la corrupción.

    2. Proverbios 31:8-9

    «Abre tu boca por el mudo, por los derechos de todos los desdichados. Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende la causa del pobre y del necesitado.»
    ➡ Insta a hablar en defensa de los que no pueden defenderse, combatiendo la opresión y la injusticia social.

    Desenmascararlos no es atacar la fe de la gente; es defenderla. Porque la verdadera fe esa que incomoda, que denuncia, que se arremanga ante la injusticia nunca se pareció a un reality show ni a un contrato financiero con el cielo.
  • ¿CUÁL ES LA FUENTE OBJETIVA DE LA INDISCIPLINA EN LOS CENTROS ESCOLARES?

    ¿CUÁL ES LA FUENTE OBJETIVA DE LA INDISCIPLINA EN LOS CENTROS ESCOLARES?

    Luis Arnoldo Colato Hernández, Educador.

    Durante la pasada reinauguración de un mercado que se incendió en el centro capitalino, el caudillo ha referido en su disperso discurso que “…ha regresado la disciplina a las escuelas…”.

    Esto en el marco del reciente nombramiento de una militar sin cualificación pedagógica como ministra, que el pasado lunes visitará en uniforme de campaña un par de centros escolares, saludando a algunos estudiantes, para luego partir sin una revisión exhaustiva del estado de la infraestructura, cruzando apenas formalismos intrascendentes con el personal.

    Ahora bien, todos sabemos que la escuela pública los pasados treinta años fue blanco de las pandillas, espacios territoriales, semilleros para nutrirse, terrenos en los que cometieron sus felonías, que los docentes lo abordaron apenas reduciéndose a su labor, lo que no es condenable, pues además todos sabemos que las pandillas conforman una extensión de la partidocracia, y fueron protegidas por esta.

    Cualquier acción que emprendieron algunos docentes para enfrentarlas y purgarlas de las instalaciones escolares chocó con ese hecho, lo que redundo en que fueran perseguidos, teniendo que reubicarse junto a sus familias.

    Y algunos, todos lo sabemos, fueron asesinados.

    Ahora se presenta este personaje que ha robado el ejecutivo con la complicidad del ejército y de la partidocracia más rancia del país, que es el artífice de uno de los pactos más humillantes para el estado salvadoreño por las concesiones que hizo y sigue haciendo para con esas estructuras terroristas, a pretender aleccionar a la comunidad educativa sobre disciplina, cuando no es capaz de disciplinar a sus cercanos en lo tocante al erario público, instalando en el cargo de ministra de educación a una persona que sencillamente carece de los créditos académicos para ello, con un discurso sensacionalista para además ocultar que esa indisciplina referida, responde al descrédito al que ha reducido al estado salvadoreño bajo su dirección, por lo insolvente y amoral, pretencioso y superficial, que en seis años, además de logros estéticos y maquillados, no puede presentarnos más.

    Pero es cierto, esa indisciplina es real.

    Si bien responde en alguna medida a que la escuela incumple con su propósito por las limitaciones que se le han impuesto, por los recortes que ha sufrido bajo este régimen ilegal, responde sobre todo a la condición de sus familias, desestructuradas bajo la presión de un modelo que los excluye, persigue por su condición de pobres, que los asedia militarmente en sus comunidades, negándoles empleo y salario digno, salud integral o educación de calidad, abandonándolos a su suerte y urgiéndolos a emigrar, para que sean ellos, los desheredados, los que sustentan al fracasado modelo asegurando los privilegios para los de siempre.

    Ya sabes, males estructurales.

    Que los educandos sufren.

    No, el problema no está en la escuela si bien debe resolver lo que le toca, está en el modelo económico que nos aliena, en el esquema partitocrático que nos corrompe, en la milicia que nos secuestra, tortura y asesina.

    En el personaje que robó la presidencia.

  • BOLIVIA. La crisis del MAS y lo que vendrá: ¿20 años no es nada?

    BOLIVIA. La crisis del MAS y lo que vendrá: ¿20 años no es nada?

    Por: Aram Aharonian. *

    El Movimiento al Socialismo (MASenfrenta su mayor crisis en dos décadas, marcado por la fragmentación interna y acusaciones de corrupción, que salieron virulentamente a la intemperie justo antes de las elecciones presidenciales, donde sus diferentes candidatos fueron holgadamente derrotados por los candidatos de derecha y ultraderecha.

    Mientras Bolivia celebraba la semana pasada el bicentenario de su independencia, el ambiente en las calles y en el campo distaba mucho de ser festivo. El hundimiento de uno de los programas progresistas más radicales de cuantos surgieron en los primeros años de este siglo en América Latina debe ser motivo de reflexión y de autocrítica no solo para el progresismo boliviano, sino para fuerzas democráticas de América Latina.

    El colapso del MAS obedece a múltiples factores y su análisis tomará tiempo, pero no es de ninguna manera sorpresivo. Llevaba años alejándose de las bases sociales que la llevaron al poder, mientras la crisis económica erosionaba su propuesta y la derecha intentaba –vía desestabilización económica e incluso golpes y tentativas de golpe de Estado- recuperar el poder.

    Si bien la descomposición interna del MAS era inocultable en noviembre de 2019, cuando, Evo Morales pretendía reelegirse por cuarta ocasión, se desencadenó un violento golpe de Estado –respaldado por la Organización de Estados Americanos–, que instauró un régimen de facto, interrumpió durante tres años las políticas masistas y dislocó la mayor parte de los logros económicos, políticos y sociales conseguidos en los años anteriores.

    Cuando el MAS recuperó la presidencia, en los comicios de 2020, con Luis Arce Catacora al frente, era ya una fuerza política carcomida por los disensos internos, las pugnas por el poder y el agotamiento de su programa y el cansancio de sus bases ante el egoísmo ¿o egocentrismo? de sus dirigentes.

    Para los analistas, el colapso interno del MAS plantea preguntas acuciantes sobre el futuro de los movimientos indígenas dentro del Estado plurinacional boliviano. El 41 % de la población boliviana es indígena, la segunda más alta de América Latina, con una historia de 500 años de marginación y opresión racial. Morales, que gobernó entre 2005 y 2019, fue el primer presidente indígena de Bolivia, y el MAS se constituyó históricamente en torno a movimientos indígenas y campesinos.

    Lo evidente es que el éxito del MAS, y a la vez su mayor error, fue centrar todo un proyecto político en torno a una sola figura: Evo Morales, lo que significó el debilitamiento y desarticulación del movimiento indígena, pero también abrió la desperdiciada oportunidad de repensar un proyecto político indígena al margen de la tutela partidista y caudillista.

    El resultado de las elecciones últimas es una tragedia para el futuro del movimiento popular en general y del indígena en particular. En los años de esplendor del gobierno masista –con Evo presidente y Arce ministro de Economía- el programa popular consiguió reactivar la economía con tasas promedio de 5 por ciento, disminuyó la pobreza extrema de 36.7 a 16.8 por ciento de la población. Asimismo, reivindicó con firmeza la soberanía nacional y concretó muchos e importantes avances en materia de derechos.

    El declive del MAS no se puede entender sin reconocer la desconexión entre los movimientos sociales y sus propias bases», explica Roger Adán Chambi, abogado e investigador aimara. «El movimiento social dejó de ser un movimiento y se convirtió en un brazo más del poder, a menudo cegado por el clientelismo y el reparto de cargos».

    Durante los últimos dos años, las bases del MAS se vieron envueltas en amargas y prolongadas divisiones entre las facciones «evista» y «arcista». La primera apoya a Morales y la segunda al actual presidente, Luis Arce, a quien Morales nombró como su sucesor.

    La disputa llevó a un estancamiento político, con los representantes evistas bloqueando la legislación del Gobierno de Arce relacionada con el gasto financiero, lo que agravó el panorama económico.

    Evo Morales anunció el lunes que respeta los resultados electorales, pero destacó la candidatura de Edman Lara y le atribuyó la victoria electoral del PDC, por sobre la figura de Rodrigo Paz. “Soy muy sincero: no es que Rodrigo Paz ha ganado. Yo diría, ha ganado el capitán Lara”, indicó. Lara es un expolicía, estrella de TikTok y fue el candidato a vicepresidente de Paz.

    En el período previo a las elecciones, los partidarios de Evo emprendieron una serie de bloqueos, principalmente en su bastión de la tropical Cochabamba, que impidieron la circulación de vehículos y alimentos en todo el país. Morales no podía presentarse a las elecciones porque carecer de un partido oficial bajo el cual presentarse y porque se lo prohíben los límites constitucionales que impiden la reelección indefinida.

    Los enfrentamientos por los bloqueos culminaron en junio con un violento enfrentamiento en la localidad de Llallagua, un estratégico centro minero urbano con conexiones con la zona cocalera del Chapare y con los ayllus (comunidades indígenas) del Norte de Potosí. Tres policías y un campesino murieron en los enfrentamientos cuando los bloqueadores evistas protestaban por el rechazo a la candidatura de Morales definido por la autoridad electoral.

    En medio de una creciente reacción pública contra los impopulares bloqueos, la decisión de Arce de enviar unidades especiales de la policía para sofocar las protestas marcó un punto de inflexión.

    Dada la disminución de sus reservas de gas y petróleo, Bolivia importa la mayor parte de su combustible y subvenciona su costo, pero gracias a las restricciones fiscales ya no puede hacerle frente al pago de la deuda y a las subvenciones. Bolivia destinó más de 3000 millones de dólares a subvenciones al gas el año pasado. Su deuda externa se situaba en 13 300 millones de dólares a finales de 2024, con unas reservas de divisas en un mínimo histórico.

    La falta de dólares se debe a la fuerte caída de las exportaciones de hidrocarburos, cuyos beneficios constituían la base del programa económico redistributivo del MAS durante las dos últimas décadas. El tipo de cambio informal del dólar ronda ahora los quince bolivianos, más del doble del tipo oficial de 6,97.

    El proceso electoral puso de manifiesto dos problemas subyacentes. Una, la desarticulación del movimiento popular, que perdió su capacidad histórica para marcar la agenda política e incorporar sus reivindicaciones al debate electoral público, algo que la desintegración del MAS no hizo más que agravar al fragmentar aún más sus bases.

    Por otro lado, ante una crisis económica creciente, la única solución que surge es la exacerbación de un capitalismo extractivo centrado en el litio, la exploración de nuevos hidrocarburos y, sobre todo, la profundización del modelo agroindustrial y minero.

    A partir de 2026, y dependiendo del resultado de la segunda vuelta a realizarse en octubre, el gobierno estará en manos del centroderechista Rodrigo Paz, beneficiario de la pérdida de apoyo popular al MAS, o del neoliberal Jorge Quiroga, abanderado opositor a las políticas sociales y de inclusión del periodo masista.

    No es de descartar que estos exponentes de la oligarquía boliviana adopten una política persecutoria y represiva en contra de los sectores populares.

    Con la derecha (o ultraderecha) en el poder, la reestructuración económica parece inevitable. Los préstamos del FMI y del Banco Mundial podrían implicar duras medidas económicas que traerían recuerdos de los brutales años de ajuste neoliberal de la década de 1980.

    La eliminación de los subsidios a los combustibles y los alimentos, de los que dependen los más pobres de Bolivia, probablemente desencadenaría un nuevo ciclo de agitación social. Sean cuales sean los resultados de las elecciones, está claro que la era dorada del MAS terminó en una amarga discordia y que el Estado plurinacional se enfrenta a un futuro sombrío.

    Nada bueno se puede esperar de Tuto Quiroga, representante de los intereses del capital estadounidense y de las élites tradicionales de Bolivia, quien ya ocupó la presidencia durante un año, de 2000 a 2001, y fue vicepresidente de 1997 a 2001 en el gobierno del exdictador Hugo Banzer.

    Sus propuestas incluyen recortes del gasto para reducir el déficit fiscal y planes para estabilizar el tipo de cambio del dólar, financiados por un programa de rescate internacional de 12.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

    Casi 20 años atrás, el domingo 18 de diciembre de 2005, una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) presidida por el exmandatario colombiano Andrés Pastrana, intentó imponer el imaginario de un triunfo del derechista Jorge Quiroga sobre el líder indígena Evo Morales, en base a cómputos paralelos realizados por la ONG venezolana Súmate, presidida por María Corina Machado. La maniobra fue neutralizada por la veeduría de la misión del Observatorio en Comunicación y Democracia. 

    La incógnita está en boca de todos: ¿Por quién votarán los masistas en la segunda vuelta? Paz espera que sea por él, pero…

    *Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

  • De «Seguridad Manipulada» a «Inseguridad de Derechos».

    De «Seguridad Manipulada» a «Inseguridad de Derechos».

    Por: Miguel A. Saavedra.
    La Asamblea Legislativa de El Salvador, dominada por el oficialismo, aprobó en sesión reciente extender a la Fiscalía dos años más para presentar acusaciones contra miles de personas capturadas bajo el régimen de excepción. Una decisión que, en lugar de fortalecer la justicia, prolonga la incertidumbre y multiplica el sufrimiento.
    Hasta agosto de 2027 podrán mantener a seres humanos tras las rejas, muchos de ellos encarcelados desde marzo de 2022, sin juicio, sin pruebas concluyentes, sin voz. ¿Qué nombre merece esto sino prisión sin justicia?
    Nos preguntamos: ¿es justicia mantener a inocentes tres años encerrados sin ser escuchados? ¿Qué nivel de certeza puede tener un juicio colectivo de 300 personas al mismo tiempo? ¿Qué clase de dignidad y causa individual se puede sostener en expedientes masivos que reducen vidas a simples números estadísticos?
    Los funcionarios celebran la captura de más de 88 mil personas, pero ocultan lo esencial: cuántos son verdaderamente culpables y cuántos son víctimas de una maquinaria que sacrifica inocentes en nombre de la seguridad.
    Si somos hijos del mismo Dios y ciudadanos de un mismo país, exigimos justicia pronta, cumplida y verdadera. No queremos una justicia que se alimente de la demora y la prórroga, sino una justicia que mire de frente la verdad de cada caso.
    Porque justicia no es esperar tres, cinco o diez años para demostrar inocencia.
    Justicia no es prolongar la esperanza hasta volverla desesperación.
    Justicia no es callar la voz de quienes hoy languidecen en prisión sin haber sido juzgados.
    A los que legislan: pedimos no conviertan la justicia en un calendario interminable.
    A la Fiscalía: no hagan de la prórroga un método para esconder la incapacidad de investigar.
    A la sociedad: no normalicemos la injusticia envuelta en el discurso de seguridad.
    Hoy lo decimos con claridad: justicia tardía es justicia negada.
    Y no podemos pasar por alto una sospecha inevitable: qué casualidad que la prórroga para investigar casos se extienda justo hasta el 2027, el mismo año en que el presidente ha convocado a elecciones para intentar reelegirse —por tercera vez— junto a sus diputados.
    ¿Cuántos más serán llevados bajo el manto acusador del régimen de excepción para asegurar un clima de miedo y control político? ¿Cuántos inocentes pagarán con su libertad la estrategia electoral del poder?
     Indudablemente hemos pasado de: la «Seguridad Manipulada» a la nueva «Inseguridad de Derechos»
    Despierta, ciudadano: la verdadera seguridad no se reduce a caminar sin pandillas acechando en las sombras, sino a vivir en un sistema donde tus derechos no sean el precio a pagar por esa ilusión de paz. ¿De qué sirve salir a la calle «tranquilo» si el sistema judicial está arrodillado ante el poder político, convertido en un simple sello de goma para los caprichos del Ejecutivo? cuánta falta nos hace un sistema judicial independiente que no obedezca ciegamente al presidente de turno y que sea el pilar de cualquier sociedad libre, pero en El Salvador, bajo el interminable estado de excepción, se ha evaporado, permitiendo que miles languidezcan en prisiones sin juicio justo.
    Y no hablemos solo de eso: ¿dónde queda el acceso a información libre y medios críticos, sin que periodistas sean perseguidos, exiliados o silenciados por «desinformar» al cuestionar al régimen? Exige transparencia real, con libre acceso a los datos públicos de cada ministerio, institución gubernamental o municipalidad no las migajas filtradas por propaganda oficial que oculta corrupción y abusos. Porque sin eso, ¿cómo sabes si tu «seguridad» no es solo un velo para encubrir nepotismo, despilfarro o negociaciones oscuras con las mismas pandillas que antes «negociaban» con el gobierno?
    Ahora, prevalece el golpe bajo si te capturan por «algún motivo» que bien podría ser un rumor, una denuncia anónima o simplemente estar en el barrio equivocado–, ¿dónde está el debido proceso? ¿El derecho a una defensa pública o particular efectiva, sin que te pudras en una celda por años? Hoy, bajo este estado de excepción prorrogado por 41 veces hasta al menos agosto 2025, y con la reciente extensión de detenciones preventivas hasta 2027, ¡más de 88,000! Está bueno dice la población, pero es justo que también se pongan a pensar que miles de ellos permanecen encerradas solo porque había que hacer un numero de captura s al día y que por vivir en zonas pobres había que llevarlos, muchas sin cargos formales, sin pruebas concretas, y algunas ya superando los tres años de cautiverio arbitrario. Ellos justifican: «Hay tantos capturados que no damos abasto». Pero ¿qué pasa con esos miles de inocentes familias destrozadas, vidas truncadas que llevan más de tres años pudriéndose en hacinadas prisiones, víctimas de torturas, enfermedades y muertes en custodia? ¿Quién pagará por los daños irreparables, trabajos y estudios perdidos, las indemnizaciones por años robados? ¡Vaya justicia! ¿Esto es lo que querías, ciudadano? Claro, sé estricto con los delincuentes nadie lo niega, pero ¿por qué aplicar la misma receta brutal a todos, sin discriminación, sin eficiencia investigativa? Y para los que les gusta y se reconfortan con la venganza esas personas son igual de inocentes que sus familias destrozadas por la violencia irracional de los grupos criminales ¿Dónde está la «pronta y cumplida justicia» que proclama la ley, cuando el sistema colapsa bajo masivas detenciones y prórrogas eternas?
    Y cabe preguntarse, con indignación: ¿por qué, en casos políticos similares con mismos hechos, mismas circunstancias, a unos les dan juicios rápidos y libertad exprés (ej. caso Lara, Acevedo y otros cercano a poderes aliados), mientras a otros, por saña política, dedicatoria o simple venganza personal y política, los hunden en las celdas por años?
    La justicia sigue mordiendo selectivamente, según quién le da órdenes a la serpiente un Ejecutivo que controla todo, desde jueces hasta fiscales. ¡Basta de anestesia colectiva! Esta «seguridad» es una trampa: despierta antes de que tus derechos sean el próximo sacrificio en el altar del caudillo eterno. Exige más, porque mereces un país donde la ley proteja a todos, no solo sirva al poder.
    De la Seguridad Manipulada a la “Inseguridad de Derechos”
    El gran truco de los nuevos caudillos es vender seguridad como el único bien supremo, aunque ello implique despojar a la ciudadanía de todas las demás libertades.
    En El Salvador, la narrativa es clara: “Ahora puedes salir a la calle sin miedo, visitar a tu familia, ir de paseo con tranquilidad”. Y sí, es cierto que las pandillas ya no dominan los barrios como antes. Pero ese logro, presentado como victoria absoluta, oculta un costo silencioso: la normalización de la inseguridad de derechos.
    Porque seguridad no es solo ausencia de pandillas en la esquina. Seguridad también significa:
    Tener garantías legales para no ser detenido arbitrariamente.
    Poder expresarse sin miedo a represalias.
    Contar con un sistema judicial independiente que no obedezca al poder político.
    Acceder a información libre y medios críticos.
    Confiar en que tu futuro no depende del capricho de un gobernante.
    Vivir hoy y mañana con certeza de que los derechos fundamentales estarán intactos.
    El problema es que el discurso oficial instala en la mente colectiva que la seguridad física inmediata equivale a seguridad total, invisibilizando que la libertad se erosiona día a día. La población se conforma con caminar tranquila en la noche, aunque al mismo tiempo se le arrebaten derechos esenciales para construir una vida digna y plena.
    Es el triunfo de una ilusión: un país donde puedes pasear sin miedo, pero no puedes pensar, criticar o disentir sin riesgo. Una sociedad anestesiada que celebra la jaula porque le pintaron los barrotes de un color más bonito.
    Hablando claro del tema concluimos
    La seguridad verdadera no es un regalo del poder, es un derecho que incluye libertad, justicia, salud, educación, oportunidades y dignidad. Y ese es el punto en el que debemos hablar con confianza y sin rodeos:
    [Si hoy aceptas que la seguridad de moverte sea lo único], mañana también tendrás que aceptar que te prohíban respirar o mirar el sol con tal de que te dejen caminar por el parque (solo mira los miles de inocentes sin juicio legal y sin nada que deber). No te conformes con ese espejismo.
    La sociedad debe aspirar y exigir más: exigir un país donde caminar sin miedo no sea a cambio de silenciar tu voz, ni de hipotecar los derechos de tus hijos. Porque la seguridad que se sostiene en la represión es frágil y se desmorona; en cambio, la seguridad que se sostiene en instituciones libres y en ciudadanos críticos, esa sí perdura.
  • La democracia hoy: entre la fatiga y la urgencia de la renovación.

    La democracia hoy: entre la fatiga y la urgencia de la renovación.

    Gran parte de la humanidad se encuentra en una encrucijada política. Ante una realidad marcada por la creciente insatisfacción ciudadana, el deterioro de las instituciones y el ascenso de liderazgos personales por encima de las estructuras colectivas, los países con regímenes democráticos viven lo que vengo denominando desde 2018 en una situación de “democracias fatigadas” y que ahora está en camino de entrar en un escenario de posdemocracia.

    He identificado dos rasgos centrales de este desgaste a base de la experiencia latinoamericana: por un lado, la fragmentación y el debilitamiento de los partidos políticos, que han perdido su capacidad de representación colectiva y democrático-participativa; por otro, el reemplazo de la política programática por candidaturas personalistas, construidas con ayuda de expertos en comunicación más que con una visión ideológica coherente. Esta tendencia ha erosionado la identificación ciudadana con los partidos, debilitando el vínculo entre sociedad y representación política.

    El escenario digital ha profundizado este fenómeno. La inmediatez, la manipulación informativa, el anonimato y la “economía de la atención” han reforzado los patrones de una sociedad líquida donde los ciudadanos demandan respuestas rápidas, pero también se sienten cada vez más alienados del sistema político. No debe olvidarse que sólo el 6,7% de la población mundial utilizaba Internet en 2000, frente al 67,4% actual y que al inicio del siglo no existía ninguna de las redes sociales que se usan hoy.

    La fatiga democrática no necesariamente anuncia el colapso; aún persisten frágiles vectores de esperanza, como los procesos electorales libres, competitivos y periódicos que siguen operando como anclajes fundamentales, incluso en contextos convulsos. Esta continuidad institucional confiere legitimidad y mantiene abierta la posibilidad de reinvención democrática.

    Junto a ese diagnóstico, hay cierto consenso a la hora de alertar sobre amenazas concretas al ejercicio democrático: la desigualdad lacerante, la penetración del crimen organizado, la desinformación, la polarización extrema y la militarización de ámbitos civiles erosionan la confianza democrática y empujan hacia soluciones autoritarias.

    Otro factor estructural es el debilitamiento institucional. En este sentido, la concentración de poder en el Ejecutivo, el ya referido debilitamiento de los partidos, la corrupción sistémica y la carencia de expectativas realistas entre la ciudadanía minan la calidad del sistema democrático. Esta combinación también erosiona el capital social, alimentando una cultura política individualista, desconfiada e incluso apática.

    Además, la persistencia de problemas estructurales—como la inseguridad cotidiana, la precariedad laboral, el acceso limitado a servicios básicos o una educación desigual—convierte al Estado en un referente conflictivo: se le exige control y protección, pero muchos procesos democráticos no han logrado garantizar justicia social ni seguridad real. La frustración acumulada encarna otro tipo de riesgo: retroceder hacia versiones autoritarias o abandonar la legítima demanda de participación.

    Entonces, ¿hay un camino a seguir? Resulta urgente llevar a cabo un ejercicio urgente de reactivación democrática. Restaurar la legitimidad institucional a través de una mirada crítica sobre qué significa, hoy, ser parlamentario, partido, institución. Rescatar la política como vocación profesional, no como mero trampolín personal. Proteger las reglas del juego: elecciones libres y confiables, por supuesto, pero, a la vez, reformar los partidos ateniéndose a los cambios profundos registrados en la sociedad virtual. Pero también establecer límites claros al ejercicio del poder y, sobre todo, reintegrar a la tecnología democráticamente, no ceder ante el dominio de las megacorporaciones empresariales.

    Surge así la necesidad de cuatro renovaciones urgentes:

    1. Renovar partidos e instituciones: recuperar su capacidad de mediar, de articular demandas colectivas, de formar liderazgos legítimos y conectados con la ciudadanía.

    2. Modernizar la democracia sin perder su esencia: usar la tecnología y la IA para ampliar la participación, la deliberación y la transparencia, alejándolas del dominio corporativo.

    3. Fortalecer el Estado social democrático de derecho: no como modelo estatista, sino como horizonte institucional que brinde respuestas reales frente a la inseguridad, la desigualdad y la fragmentación social.

    4. Revalorizar el capital político y social: fortalecer la sociedad civil frente a la pulsión maximalista del individualismo, restablecer la confianza en la política y recuperar espacios de deliberación pública.

    En suma, la democracia latinoamericana enfrenta retos profundos, estructurales y contemporáneos: fatiga institucional, actores individualistas, imposición del capital digital, y el déficit estatal para responder a las demandas de la ciudadanía. Pero aún se puede contar con herramientas democráticas: las urnas, las reglas, la ciudadanía, incluso la tecnología si se encauza con visión pública. El desafío es, precisamente, usar esas herramientas desde la propia democracia, sin renunciar a ella ni a su capacidad de regeneración. Solo así se podrá transformar la fatiga en impulso, y evitar la astenia. Solo así se podrá soslayar la amenaza de la posdemocracia, esa suerte de limbo político que se yergue atenazado por el incremento de las autocracias de diferente cuño y el debilitamiento global e imparable de la calidad media de la democracia en el que el mundo está inmerso.

    https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/la-democracia-hoy-entre-la-fatiga-y-la-urgencia-de-renovacion-BF15546610

    Columna de opinión en La estrella de Panamá del 27 de agosto de 2025

     

  • PSICOLOGÍA. Narcisismo, psicopatía y maquiavelismo: la tríada oscura,

    PSICOLOGÍA. Narcisismo, psicopatía y maquiavelismo: la tríada oscura,

     Un vago constructo para explicar lo peor de la personalidad.

    Este concepto cotiza al alza como campo de análisis en psicología y su uso popular se ha ido generalizando. Una alta indefinición y varias flaquezas metodológicas ponen en duda su validez científica

    El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk en la ceremonia de toma de posesión de Donald Trump como 47.º presidente en enero de 2025, Washington (Estados Unidos).El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk en la ceremonia de toma de posesión de Donald Trump como 47.º presidente en enero de 2025, Washington (Estados Unidos).Ricky Carioti (The Washington Post/Getty)

    En un libro publicado hace dos años, Rosa Díez —socialista renegada y fundadora del partido UPyD— aseguró que los “comportamientos” de Pedro Sánchez “se ajustan como un guante a la personalidad descrita en psicología como tríada oscura”. El presidente del Gobierno condensa, según Díez, las tres patas del taburete sobre el que se alza el mal en estado puro: narcisismo, psicopatía y maquiavelismo. Una acusación a la ligera (que se sepa, la política vasca no sometió a su ex-compañero de partido a un riguroso test de personalidad) que ejemplifica un nuevo fenómeno de contagio cultural made in USA en torno a las sombras de la psique. En él convergen endebles pilares científicos y un cierto desmadre mainstream.

    Con su morboso magnetismo, el término ha ido ganando popularidad en EE UU antes de proyectarse hacia el resto del mundo y explotar en mil ramificaciones virales. Hoy proliferan definiciones de la tríada oscura a gusto del consumidor en las que se estira o desvirtúa su sentido original, ya de por sí voluble. Abundan guías para identificar a sus encarnaciones cuando estas acechan a nuestro alrededor. Mientras, la etiqueta corre de boca en boca, ya sea para categorizar con barniz empírico las excentricidades de Elon Musk o las siniestras estratagemas de ese compañero de trabajo que, juzgamos, nos está haciendo la vida imposible.

    La expresión fue acuñada en 2002 por Delroy Paulhus y Kevin Williams en su publicación The Dark Triad of Personality […], que vio la luz en Journal of Personality Research, una revista menor. Su tesis es que estos tres rasgos de personalidad coexisten con manifestaciones propias y, en algunos individuos, se solapan para constituir un núcleo común de fuerte arraigo. Desde entonces, el tirón académico de la tríada oscura no ha parado de crecer. Hoy circulan miles de estudios en cuyo título figura tan enigmático constructo, una mina para evocar desde subterráneas mafias orientales hasta el triángulo del casco por el que respira asmáticamente el maléfico Darth Vader.

    “No creo que sus creadores sean unos genios del marketing o pensaran que estaban fundando una nueva área de investigación, pero lo cierto es que el término resulta idóneo para hacer ciencia de calidad dudosa y periodismo clickbait”, afirma Josh Miller, profesor de la Universidad de Georgia (EEUU), que en 2019 diseccionó en un artículo las flaquezas de la extensa literatura sobre el asunto. Según Miller, gran parte de las investigaciones se basan en cuestionarios realizados por unas 200 personas. En ellas se suelen cruzar las puntuaciones sobre maquiavelismo, psicopatía y narcisismo con un comportamiento o inclinación concretos: gustos sexuales, éxito laboral, patrones relacionales, preferencias políticas…

    La profesora británica Minna Lyons, que hace unos años publicó un libro sobre la tríada oscura y hoy se ha alejado de sus postulados, constata la fascinación que este campo de análisis ejerce sobre las nuevas hornadas de psicólogos: “A mis alumnos les encanta, lo encuentran terriblemente sexy y muchos me proponen trabajos al respecto”. La supuesta facilidad metodológica que ofrece su análisis y el poder seductor del reclamo como síntesis de la maldad explican, en gran medida, por qué la tríada oscura está tan en boga en las facultades de psicología de medio mundo.

    La vaguedad conceptual también contribuye a su éxito. Y, al mismo tiempo, agudiza la confusión que la rodea. Varias preguntas flotan en el aire. ¿Hemos de poner el foco en cada parte por separado o en el eje compartido que aglutina a estas tres facetas de la personalidad? ¿Existe realmente, como ente observable, esa intersección de narcisismo, psicopatía y maquiavelismo? ¿Por qué focalizarse en estos tres rasgos y no en otros (de hecho, varios autores hablan de tétrada oscura, con el sadismo como cuarto elemento)?

    Las respuestas se muestran esquivas. Tras más de dos décadas de existencia, aún no se han pulido los contornos de la tríada oscura, que a Jaime García-Fernández, investigador de la Universidad de Oviedo, se le antoja reduccionista como paradigma. Él y sus colaboradores están trabajando en una “batería psicométrica de nueve rasgos de la personalidad socialmente aversiva con entidad suficiente para ser diseccionados de forma independiente”. No obstante, García-Fernández sí otorga “validez científica” al constructo. Siempre que no perdamos de vista su “brutal solapamiento teórico” y lo abordemos como escala de grises, espantando tentaciones maniqueas. En su uso académico o a pie de calle, a la profesora Lyons le repele nuestra pulsión ancestral por trazar líneas divisorias entre las mentes lúgubres y las, digamos, normales: “Esa idea de que hay gente mala ahí fuera que, por supuesto, no somos nosotros”. Y Miller abomina del propio término oscuro, que juzga “acientífico, sensacionalista y superficial”.

    Al medir, prosigue Lyons, los rasgos de la tríada (u otros hostiles, según otra etiqueta de uso habitual en psicología de la personalidad), abunda el laissez faire. “Es un auténtico lío”, resume. En las investigaciones circulan incontables cuestionarios y escalas que, con afán clarificador, no han hecho sino echar más leña al fuego del desconcierto. Uno de los más utilizados, que contiene 12 ítems, fue bautizado por sus autores con otra denominación (la docena sucia) que tira de gancho léxico para remitir a los rincones más innobles de la condición humana.

    Cameron Kay, de la Universidad de Oregón, expuso en una revisión de 2022 las debilidades metodológicas que socavan la robustez de la literatura sobre el tema. “Resulta frecuente que, bajo el nombre narcisismo, por ejemplo, demos por hecho que se está evaluando más o menos lo mismo, cuando en realidad se trata de cosas muy diferentes”, afirma por videoconferencia. En sentido inverso, abundan tests en teoría diseñados para ponderar rasgos diversos (pongamos por caso maquiavelismo y psicopatía) que, al acercar la lupa, se observa que tratan de cuantificar cosas casi idénticas.

    El término, opinan los cuatro expertos consultados, es además terreno fértil para la estigmatización del prójimo, sobre todo en atmósferas polarizadas y proclives a las etiquetas de quita y pon. García-Fernández dice que “se está empezando a utilizar, también en España, para acallar o desprestigiar a otras personas”. Sin matices ni contexto, con el sambenito presto a ser colgado en cuanto algo en el otro nos chirria. “A la gente le encanta pensar que los rasgos hostiles de personalidad son categóricos, que los tienes o no, cuando la evidencia nos dice que suelen ser de naturaleza cambiante”, añade Kay.

    Otro frente de controversia se halla en la frontera —tan difusa en salud mental— entre lo patológico y lo, por así decirlo, no estrictamente insano. Los creadores de la tríada oscura especificaron que esta se refería a niveles de narcisismo o psicopatía elevados, pero que no entraban en los dominios del trastorno. Quizá por ello —porque sería un rasgo de personalidad y no una enfermedad— se permitieron la licencia de utilizar el adjetivo oscuro en una época en la que tanto se cuida (al menos en entornos clínicos y académicos) la forma de referirnos a individuos aquejados de patologías mentales. “Ya no llamamos locos a la gente que sufre un trastorno psicótico”, dice Miller, a quien la terminología elegida por Paulhus y Williams le parece “de otra época”, resuma ciertos tipos de personalidad o una afección digna de ser tratada.

    Como en las parábolas moralizantes o en las películas de buenos y malos, a la tríada oscura le ha salido un reverso lleno de luz y bondad. Ideada en 2018 por Laura Johnson, la tríada luminosa se compone de empatía, compasión y altruismo. Y, como su hermana lóbrega, también padece de indefinición y brumas metodológicas, aunque ello no haya impedido que esté experimentando su propio boom (aunque menor) investigador y mediático. Si hay quien blande, ante los seres tildados de tóxicos, la inagotable positividad de las personas vitamina, quizá a algunos consuele saber que, aunque la tríada oscura ronde nuestras vidas, siempre nos quedará el lado claro de la fuerza.
  • De Gaza a Cisjordania, el interminable martirio de los palestinos.

    De Gaza a Cisjordania, el interminable martirio de los palestinos.

    En el último par de años han aparecido abundantes obras referidas a lo que frecuente y erróneamente se denomina “conflicto entre Israel y Palestina”. Muchos de esos libros reconstruyen con precisión la naturaleza colonial del problema y contribuyen a comprender mejor los factores de la actual conflagración en Oriente Medio. Algunos también permiten cobrar conciencia de la responsabilidad y la complicidad de Occidente en la guerra y genocidio en Gaza, mientras que otros echan abajo la propuesta de una quimérica “solución de los dos Estados”.

    El 7 de noviembre de 2023, un mes después de los ataques palestinos en Israel y mientras el “infierno” prometido por el primer ministro Benjamín Netanyahu se abatía sobre la Franja de Gaza, Fayard, el por entonces editor francés de La limpieza étnica de Palestina (1), obra del historiador israelí Ilan Pappé publicada por primera vez en inglés en 2006, decidió detener la comercialización del libro pese al aumento de la demanda. El sello del grupo Hachette, adquirido en junio de 2023 por el multimillonario de ultraderecha Vincent Bolloré, adujo que el contrato con Oneworld, el editor original, había caducado. Pero lo más probable es que el verdadero motivo de esa decisión estuviera relacionado con el carácter comprometido del libro de Pappé, intelectual antisionista y uno de los principales exponentes de los “nuevos historiadores” israelíes, cuyos trabajos han desmontado el relato nacional sobre la creación del Estado de Israel (proclamado el 14 de mayo de 1948). El ensayo, reeditado finalmente en Francia por la editorial La Fabrique, es considerado una obra de referencia sobre la dimensión colonial del proyecto sionista que, a finales del siglo XIX, promovió el proyecto de creación de un Estado judío en Palestina.

    En esta obra, Pappé se dedica a refutar, con el respaldo de pruebas, el argumento israelí según el cual el éxodo de 800.000 palestinos en 1948 (de una población total de 1,4 millones por aquel entonces) se debió a desplazamientos voluntarios para huir de los combates durante la guerra entre Israel y los ejércitos árabes (15 de mayo de 1948-20 de julio de 1949). En opinión de Pappé, se trata de un “mito” y una “pura invención” destinados principalmente a ocultar la responsabilidad de Israel en la Nakba (‘catástrofe’) palestina. Es más: el historiador explica que el exilio masivo fue el resultado directo de “la expulsión sistemática de los palestinos de vastas regiones del país”, así como de la destrucción y los abusos perpetrados por las tropas judías tras la aprobación por parte de las Naciones Unidas, el 29 de noviembre de 1947, de la partición desigual de Palestina en dos Estados. Unas acciones que siguió llevando a cabo el Ejército israelí (creado en la primavera de 1948) con el fin de garantizar la homogeneidad étnica del Estado atribuido a los judíos y aumentar su territorio.

    El paradigma de la limpieza étnica

    A partir de la consulta de archivos militares y administrativos de primera mano, de diarios de responsables políticos, así como de documentos palestinos, entrevistas con supervivientes o testigos oculares, Pappé refiere un “considerable número de atrocidades” cometidas por los sionistas contra los “autóctonos” árabes: ejecuciones sumarias, grandes masacres, bombardeos de pueblos, violaciones, creación de “campos de trabajo especiales”, pillajes, … También detalla cómo los dirigentes judíos dieron los últimos retoques al “plan de limpieza étnica” (el plan Dalet) el 10 de marzo de 1948: más de dos meses antes del comienzo del conflicto árabe-israelí. Cuando estalló la guerra, “las fuerzas judías ya habían logrado expulsar con el uso de la violencia a cerca de 250.000 palestinos”, explica Pappé. Menos de un año después, cerca del 60% de la población palestina se pudría en campos de refugiados repartidos entre Cisjordania, la Franja de Gaza y los países vecinos. Israel, por su parte, conquistó un tercio de territorio suplementario en relación con lo que estipulaba el plan de “reparto” de la ONU y ocupó el 78% de la Palestina histórica (echó mano al 22% restante tras la guerra de junio de 1967).

    El estudio de Ilan Pappé, que revela las circunstancias que rodearon al nacimiento de Israel en 1948, arroja luz sobre la naturaleza colonial y racista del sionismo, que preconiza la sustitución de una población indígena por otra venida de fuera. Esta depuración étnica no puede sino apoyarse en una lógica de exterminio y “debe arraigar en nuestra memoria y nuestra conciencia —escribe el historiador— en tanto que crimen contra la humanidad”. Es por ello por lo que defiende un cambio de enfoque en lo que atañe a las condiciones de formación del Estado israelí, que no se constituyó a raíz de una “guerra de independencia” —como sostiene el discurso establecido—, sino que se construyó sobre la base del espolio de un país: Palestina. “El paradigma de la limpieza étnica debe sustituir al de la guerra”, considera Pappé.

    En el prólogo incluido en la nueva edición francesa de su obra, el historiador señala que este concepto de limpieza étnica también puede aplicarse a la política israelí perpetuada desde hace más de ochenta años sobre los palestinos de Israel o de los territorios ocupados —algo que ellos mismos califican de “Nakba continua”—. Dicho de otro modo: “Aún no hemos salido de ese periodo histórico”, como sostiene Pappé. De ello dan fe las expulsiones masivas realizadas por todo el país, además de en Jerusalén Este y en Cisjordania, con el propósito de “crear nuevas realidades demográficas sobre el terreno” y profundizar en la judaización de toda la región “desde el río hasta el mar” por medio de la creación de nuevas colonias. Cisjordania (incluido Jerusalén Este) tiene una superficie de 5660 km² y comprende en la actualidad cerca de 300 “implantaciones” israelíes en las que residen 750.000 colonos, frente a 3,3 millones de palestinos.

    Por más que estas prácticas sean ilegales desde el punto de vista del derecho internacional, Tel Aviv puede contar con “la apatía” y “la persistente indiferencia” de los dirigentes políticos y los medios de comunicación occidentales. Pappé explica que, de igual modo, las masacres perpetradas por el Ejército israelí en 1948 no suscitaron por entonces “la menor reacción entre los redactores jefe de los periódicos, los responsables de la ONU o los líderes de las organizaciones internacionales”, pese a estar perfectamente al corriente de lo que sucedía. En opinión del historiador, el “mensaje de la comunidad internacional a Israel era claro: la limpieza étnica de Palestina, por ilegal, inmoral e inhumana que fuera, sería tolerada”. Hoy en día, el régimen israelí sigue sabiendo que goza de una casi total impunidad debida a su estatuto excepcional, pero también al apoyo de Estados Unidos y Europa.

    El último libro de Ilan Pappé, escrito a la luz de la situación actual en Palestina, busca ser una obra divulgativa y, a la vez, una herramienta de sensibilización (2). En concreto, dedica un capítulo al “contexto moral y político del 7 de octubre de 2023”. Según Pappé, el incendio llevaba mucho tiempo alimentándose debido al “implacable asedio impuesto a Gaza desde hace 17 años” y las devastadoras guerras contra el enclave emprendidas por Tel Aviv en este tiempo, por no hablar de la cuestión de los miles de prisioneros políticos palestinos en cárceles israelíes, las provocaciones de los colonos en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén Este, etc. También recuerda que la Franja de Gaza —a donde llegaron más de 200.000 palestinos en 1948 (3), parte de los cuales eran originarios de las localidades circundantes— fue creada por Israel como entidad geográfica que sirviera de vasto “recinto cerrado para llevar a cabo la limpieza étnica de otras regiones de la Palestina histórica”. Este territorio de 365 km², que antes de los sucesos de 1948 contaba con 80.000 habitantes (35.000 de los cuales se concentraban en la ciudad de Gaza), alberga hoy a más del 70% de los refugiados y sus descendientes.

    La mayor parte de los gazatíes —de los cuales el 65% tienen menos de 25 años— han crecido bajo los bombardeos y el asedio militar israelí (terrestre, aéreo y marítimo) impuesto en 2007. “Los combatientes de Hamás que atacaron Israel el 7 de octubre —señala Pappé— eran en su mayoría jóvenes que aprendieron el lenguaje de la violencia bajo las bombas que Israel había arrojado sobre ellos”. Desde los ataques, la solidaridad con Israel mostrada por los dirigentes occidentales ha sido interpretada por el régimen israelí como una luz verde para castigar de manera colectiva a los más de dos millones de personas que viven en la cárcel a cielo abierto que es Gaza.

    https://www.lemondediplomatique.cl/2025/08/de-gaza-a-cisjordania-el-interminable-martirio-de-los-palestinos.html#partage

  • ¿CUÁN DETERMINANTE ES LA DISCIPLINA PARA BIEN EDUCAR?

    ¿CUÁN DETERMINANTE ES LA DISCIPLINA PARA BIEN EDUCAR?

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández, Educador.

    Capital, sin ella no es posible siquiera una clase.

    Empero para que sea funcional debe ser construida, no impuesta.

    Si la disciplina que se busca es el temor, se obtiene mediante amenazas, burlas, hacer correr falsos contra aquel que quiero reducir, manipular notas, volverlo blanco de la burla de todos, aislarlo, o rayanamente agredirlo físicamente, sin contemplación, y también a sus cercanos en el ánimo de que se entienda el mensaje.

    Ves, fácil.

    Pero también injusto y amoral.

    Y sobre todo excluyente.

    la educación no es un proceso que se reduce a aprender de memoria cuales son las cabeceras departamentales, el nombre de los principales representantes de tal movimiento literario, que refiere tal o cual artículo de la constitución, cuantos son los huesos que componen el cráneo y cuál el nombre de cada uno, o cuál es el resultado de la derivada de 6x, nada más equivocado si bien todo relevante; supone sobre todo aprender de los demás, a valorarlos, a estimarlos porque son mis iguales, y por tanto indistintamente a su lugar en el escalón social, el color de su piel, la fe que profesa, su postura política, estatura, etcétera, con los mismos derechos y privilegios que yo.

    Dicho de otra manera, antes de asimilar crudos datos, se deben privilegiar los valores morales y éticos, simplemente porque determinaron siempre nuestra humanidad.

    Dicho esto, es claro que uno de los valores que el educador debe procurar que los alumnos observen, es el del orden, que algunos entienden por disciplina.

    En nuestros cuarteles los militares saludan, hacen las camas, visten ordenados, portan un corte adecuado en el cabello, todo bien.

    Pero también cometen crímenes.

    A lo largo de su historia la institución castrense ha realizado una sola misión de manera exitosa: asesinar a nuestro pueblo. Reprimirlo junto a los cuerpos de seguridad.

    La defensa territorial, que es su propósito, nunca, cualquiera lo puede corroborar históricamente, la ha atendido, y sólo en una ocasión sumó sus recursos a los del resto de CA, alcanzando una victoria completa sobre el enemigo.

    Porque la unidad en la justicia siempre triunfará.

    El resto de su historia es ignominiosa.

    Incluso se atrevieron a desobedecer a una autoridad judicial cuando ésta demandó las minutas sobre una de tantas matanzas que cometió contra nuestro pueblo.

    Ah, pero siempre están presentables, si bien no tienen los pantalones para admitir sus crímenes.

    La presentación no es lo más importante cuando hay hambre, cuando el cabeza de familia ha sido detenido arbitrariamente desde hace dos años, cuando no hay empleo, cuando la familia está desintegrada porque alguien tuvo que marchar al norte para ayudar económicamente desde allá.

    Cuando donde reside el educando es asediado por el ejército, atestiguando el secuestro de sus amigos y vecinos.

    Por ser pobres.

    Si, es importante que el educando vista y se vea adecuadamente, pero antes, es más importante resolver los problemas de fondo que son estructurales, que dependen de la administración.

    No de un corte de cabello.

     

  • El auge del capitalismo autoritario.

    El auge del capitalismo autoritario.

    Por: Sebastián Godínez Rivera. *

    En el libro La crisis del capitalismo democrático, Martin Wolf analiza cómo el orden liberal que se estableció con el triunfo de Estados Unidos sobre la Unión Soviética, basado en la democracia y el libre mercado, hoy se ha fracturado. Si bien no se trata del “fin de la historia”, como afirmó en su momento Francis Fukuyama, sí se estableció un modelo de producción ligado a un régimen específico, es decir: el capitalismo y la democracia.

    Si bien en la actualidad las constantes crisis y la creciente desigualdad se han traducido en un aumento del malestar con la democracia, no ha pasado lo mismo con el capitalismo. Mientras que el mundo se ha llenado de autócratas iliberales que amenazan la democracia, el modo de producción capitalista permanece intacto.

    En un mundo en crisis y con tantos líderes iliberales, el autoritarismo se ha vuelto una constante. Tanto Donald Trump en Estados Unidos como Javier Milei en Argentina, Nayib Bukele en El Salvador o Daniel Noboa del Ecuador han sido catalogados como líderes autoritarios surgidos de la reacción del mercado. Con este panorama, podría decirse que el mundo está viviendo el auge del capitalismo autoritario.

    La seducción por el autoritarismo crece, según estudios como V-DEM. Por su parte, los datos del Latinobarómetro y el Eurobarómetro muestran que la gente está dispuesta a someterse a un régimen autoritario siempre y cuando brinde seguridad, estabilidad económica, empleo y bienestar individual.

    Desde la crisis de 2008-2009 el libre mercado ha ido afectando a las democracias occidentales. Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania vieron un estancamiento en sus economías, lo que impactó en el pluralismo. El establishment intentó subsanar las desigualdades sin éxito, pero surgieron voces que movilizaron los sentimientos de malestar, que encontraron resonancia en la ciudadanía. La aparición de partidos antisistema o líderes carismáticos fue bien recibida por muchos ciudadanos que buscaban algo nuevo sin importarles que el cambio afectara a la democracia.

    Mientras Occidente se estancaba, otras naciones mantenían su crecimiento y China, Singapur y la India se erigieron como bastiones del auge capitalista. Muchas naciones sin democracia –como la conocemos–, con límites a los derechos humanos y sin posibilidad de cuestionar el statu quo se vieron beneficiadas por la bonanza económica, lo cual llamó la atención en muchas partes del mundo. Mientras la democracia que prometía igualdad y progreso decepcionaba a las mayorías, el autoritarismo parecía un camino viable.

    La tercera ola de la democratización, de acuerdo con Samuel Huntington, no logró la germinación del pluralismo y tampoco creó economías competitivas. En América Latina, el ascenso de outsiders ha sido una constante. Tras casi quince años de gobiernos progresistas, la derecha se fortaleció como resultado del ascenso de Donald Trump en Estados Unidos. Esto impulsó a personajes radicales como Jair Bolsonaro en Brasil, Nayib Bukele en El Salvador, Javier Milei en Argentina o Daniel Noboa en Ecuador. Todos estos líderes juegan dentro de las reglas del capitalismo y, asociados con las élites económicas y con el deseo de reactivar las economías de sus naciones, han mermado la democracia. De hecho, ciertos analistas consideran que sus victorias representan una reacción agresiva del mercado.

    Lo cierto es que los proyectos de reducción de la burocracia y la simplificación administrativa de Milei y Noboa no entusiasman a la población. La denuncia de la crisis económica por parte del peronismo en Argentina y el miedo hacia Rafael Correa y su Revolución Ciudadana en Ecuador fueron armas para capitalizar los votos. Mientras que la inversión en criptomonedas del bukelismo no es una preocupación para los salvadoreños, su mano dura contra las pandillas ha disparado su popularidad.

    En este contexto, la reciente aprobación en el Congreso de El Salvador de la reelección indefinida coloca a Bukele en la antesala de una autocracia cerrada. En Ecuador, Noboa pugna por un régimen híbrido y el populismo punitivo, mientras que en Brasil el bolsonarismo muestra músculo y cuestiona el papel de los jueces y el gobierno de Lula Da Silva.

    En definitiva, el mundo se ha reconfigurado con el autoritarismo de ciertos líderes carismáticos, lo cual está dando lugar a una nueva era: el capitalismo autoritario.

    Sebastián Godínez Rivera es cientista político. Graduado en la Universidad Nacional Autônoma de México (UNAM). Diplomado en periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién.

  • El Salvador. ¿QUE SE TRAE BAJO LA MANGA PARA EDUCACIÓN EL RÉGIMEN?

    El Salvador. ¿QUE SE TRAE BAJO LA MANGA PARA EDUCACIÓN EL RÉGIMEN?

    Luis Arnoldo Colato Hernández, Educador.

    ¿Sabes de donde viene el modelo educativo?

    No es de Atenas como la mayoría supone.

    De Lutero.

    Lutero vio la necesidad de financiarse cuando se separó de la iglesia católica, para lo que descubrió el potencial que ofrecía el que los nuevos prosélitos que captaba lo hicieran, lo que calculo lograría reintroduciendo el diezmo.

    Para ello envió cartas a los gobernantes alemanes que lo protegían para urgirles a imponer la instrucción pública, para que todos los niños en edad escolar tuvieran la obligatoriedad de asistir a las nuevas escuelas, vendiendo su idea haciéndoles ver que de ese modo el estado no tendría ya que seguir cubriendo los gastos de la reforma, lo que rápidamente aquellos entendieron que, al apropiarse ese modelo de educación, podrían manipularlo para generarse también ingresos para ellos, como para establecer normas comunes por su medio.

    Es decir; todo era cuestión de cuánto se ganaría.

    Federico el Grande lo retoma y lleva al modelo a su tácito esquema actual, el que conocemos, transformándolo en una proyección del ejército, para que a su vez fuera la escuela la fuente nutricia de aquel, lo que llevó en menos de veinte años a Prusia a convertirse en el primer poder militar de la historia moderna.

    El soldado ya no necesitaba que alguien le gritara órdenes, simplemente tenía que leerlas, lo que permitía a la institución castrense reproducirlas «n» veces de acuerdo a su necesidad.

    El estado tiene entonces en la escuela un semillero con el que tutela el pensamiento colectivo, al que modela mediante los programas de estudio.

    Es decir, conforma la escuela una mera herramienta que más allá de reproducir los graves propósitos pedagógicos que apreciamos en los manuales con que se forman los nuevos educadores, es un espacio en el que el estado establece los parámetros con los que modela conductualmente a sus ciudadanos, lo que apreciamos por ejemplo en la cortesía y orden del estudiante japonés y oriental en general, o en el memorismo bancario que también en general desarrolla el estudiante occidental, para citar dos ejemplos.

    Ese memorismo para el caso no tiene el propósito de promover la reflexión o la interpretación de hechos y datos que, por otro lado, simplemente absorbe, sin buscar la comprensión, sino sencillamente ser capaz de repetirlos y reproducirlos.

    Por supuesto existen las excepciones, que dependen de educadores comprometidos y hasta idealistas, pero no son la regla, sino meras peculiaridades.

    Así, debes haberlo calculado ya, el propósito de colocar en el cargo de ministro de educación a una militar no tiene otro propósito que el de retomar precisamente sus orígenes por parte del régimen, orillando a abandonar cualquier resquicio de la libre cátedra para en cambio imponer el orden castrense, es decir, la sujeción de la cerviz.

    Porque el propósito es reducir a la escuela a su mínima expresión, a ser solo una extensión del ejército, a disponerla para favorecer la privatización a favor de los de siempre.

    El juego que conocemos.

     

  • La paradoja de la apariencia: gobiernos que exigen lo que no ofrecen.

    La paradoja de la apariencia: gobiernos que exigen lo que no ofrecen.

    Por: Mauricio Manzano. (Investigador y Consultor Educativo).

    En las imposiciones políticas a menudo surgen temas que revelan profundas hipocresías. Uno de los más recientes es el memorando, girado por la ministra de educación, en el cual ordena y amenaza a directores de escuelas e institutos el cumplimiento de los estudiantes de educación pública una «buena presentación», uniformes impecables, cabello corto y una apariencia pulcra, mientras ellos mismos dan un ejemplo de todo lo contrario: diputados, ministros, asesores y directores con una presentación inadecuada, tatuados como vallas publicitarias, el mismo presidente hace alarde de su gorra con la visera hacia atrás.

    Esta contradicción no es un simple detalle estético; es una paradoja moral que socava la autoridad de la propia credibilidad o institución que representan.

    La lógica detrás de la exigencia de una buena presentación es que la disciplina externa conduce a la disciplina interna. Que el orden en la vestimenta prepara a los jóvenes para un futuro de respeto y seriedad. Pero esta premisa se desmorona cuando quienes la predican son un vivo ejemplo de falta de ética, de un comportamiento inapropiado y de corrupción. No es raro ver a ministros involucrados en escándalos, en discursos agresivos o en actos que distan mucho de lo que se considera una conducta ejemplar.

    El problema no es la vestimenta en sí, sino el mensaje de la doble moral. Cuando un gobiernos que ha sido visto en imágenes o videos de comportamiento poco ético o que ha sido señalado por malos manejos y poca transparencia exige a los estudiantes que se vean como ciudadanos modelo, el mensaje que se envía es confuso y para los jóvenes cínico. Los jóvenes de hoy no son ingenuos, son expertos en detectar la falta de autenticidad.

    Esta doble vara de medir les enseña que la apariencia es más importante que la verdad, que las normas son para los que están abajo en la jerarquía social, y que el poder se ejerce a través de la imposición arbitraria, no del ejemplo. La lección que se llevan no es sobre el respeto, sino sobre la hipocresia. El mensaje que les están enviando es que la verdadera decencia no importa tanto como la aparentarla.

    El verdadero liderazgo no se basa en dar órdenes, sino en ser un modelo a seguir. Un gobierno o ministro que exige honestidad debe ser honesto, trasparente y rendir cuentas claras a la sociedad. Un líder que exige respeto debe ser respetuoso, y la primera falta de respeto es amenazar a los educadores mal pagados y a los estudiantes con una educacion sin infraesrructura adecuada, ni un modelo educativo claro. Un ministro que pide a los jóvenes que sean el futuro del país debe demostrar con sus acciones que él mismo es un ejemplo digno de seguir.

    Si queremos que los jóvenes crean en el sistema, en las instituciones y en los valores cívicos, no podemos darles la espalda con nuestras propias acciones. La verdadera «buena presentación» no se mide por la raya de su pantalón o por el peinado, sino por la rectitud de su carácter y la integridad de su conducta. La sociedad no necesita ministros que solo sepan dar órdenes, sino líderes que inspiren con su ejemplo. De lo contrario, seguiremos produciendo generaciones que, al igual que sus líderes, aprenden a vestir un traje sin habitar la ética y la moral.

  • CIUDADANÍA 3.0

    CIUDADANÍA 3.0

    Por: Pacífico Chávez.

    La confianza en los partidos políticos viene en disminución desde varios años atrás, tanto es así que un 65% de la población no tiene preferencia por ninguno de los partidos existentes según resultado de la encuesta de la UCA de junio del corriente año

    En una democracia sana, que va consolidándose en el tiempo, la participación ciudadana es una de las características importantes, esto le da a la democracia un nivel de calidad, de excelencia, porque la relación democracia y participación ciudadana es directamente proporcional, a más participación ciudadana más democracia

    Pero esta participación ciudadana requiere de dos tipos de personas con una virtud por excelencia: el primer grupo de personas que se necesita son Lideres maduros, entendiendo la madurez como el despojo del ego-ismo, superando el yo por los demás. El niño muestra madurez cuando deja de ser el centro de todo y es capaz de tener gestos de generosidad y consideración con sus padres y hermanos, comienza a tener renuncias a caprichos por el bien de toda la familia, son los primeros signos de madurez. Un líder egocéntrico es de mucho peligro porque lo único que le interesa es su reputación, su imagen y no el bienestar del grupo que dirige. ¿Como se puede confiar en el liderazgo de un inmaduro?

    El segundo grupo y más grande es de personas educadas en ciudadanía, una que entiende de democracia, estado, república, que conoce sus deberes y derechos constitucionales, sobre los diferentes roles y responsabilidades dentro del gobierno y sus instituciones, ciudadanos que tienen clarísimo el porqué de los derechos humanos y su defensa, que votar no es democracia, y que uno de los supremos valores es la libertad en todos los ámbitos y que la paz no puede existir sin justicia pronta, igual e independiente y por supuesto no hay que olvidar que también está listo a exigir de las autoridades la rendición de cuentas del trabajo para el que fue elegido.

    Y en estos dos grupos de personas debe estar sentada firmemente como base la virtud de la integridad.

    Para entender la integridad la lectura del siguiente cuento puede ayudar:

    En un reino lejano, el emperador decidió que era hora de buscar un esposo para su hija. Convocó a todos los solteros del reino y les presentó un desafío único: «Les daré a cada uno una semilla diferente.

    En seis meses, deben traerme la planta que hayan cultivado en una maceta. El joven que presente la mejor planta se casará con la princesa».

    Uno de los jóvenes, lleno de esperanza, plantó su semilla, pero no logró que germinara. Mientras tanto, los demás jóvenes del reino compartían y presumían de las hermosas plantas y flores que habían crecido en sus macetas.

    Transcurridos los seis meses, los jóvenes se dirigieron al palacio con sus exóticas y hermosas plantas. Entre ellos, con vergüenza y la cabeza gacha, iba el joven cuya semilla no había brotado, llevando consigo su maceta vacía. Los otros se burlaban de él y se jactaban de sus propias plantas.

    Cuando el emperador llegó, inspeccionó todas las macetas con gran interés. Tras observarlas todas, llamó a su hija y, para sorpresa de todos, eligió al joven con la maceta vacía.

    El emperador explicó: «Este joven será el heredero del trono. A todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos intentaron engañarme plantando otras semillas. Sin embargo, este joven fue honesto y valiente al presentarse con su maceta vacía. Ha demostrado ser sincero, leal y valiente, cualidades esenciales para un futuro rey y merecedoras de mi hija».

    El mundo, las sociedades, los partidos políticos están en crisis porque ha habido ausencia de integridad, sobre todo de sus lideres. Un líder que miente constantemente, que tiene un discurso un día y al otro dice lo contrario, que dice que no hará tal cosa, pero termina haciéndolo no es merecedor de confianza para guiar a un colectivo.

    La integridad y la honestidad son tesoros que superan cualquier logro material o reconocimiento superficial. Mantenerse fiel a principios y valores, incluso cuando se enfrenta a la tentación de ganar privilegios en situaciones donde para obtenerlos se debe renunciar o ir contra lo que se tiene como base de vida no debería ser extraño.

    Los partidos políticos son el modo de ejercer una ciudadanía colectiva ya que según el artículo 85 de la Constitución son los partidos políticos el único instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del Gobierno y en el número 72 se expresa como derecho de todo ciudadano la posibilidad de asociarse a un partido político existente o bien constituir uno totalmente nuevo.

    Los partidos tienen una gran responsabilidad en el juego democrático, ignorar su funcionamiento es un craso error, es más que necesario que la sociedad conozca como se financian, quienes son sus autoridades, cuáles son sus procesos internos para llevar candidatos y si tienen varios años de existencia cual ha sido su trayectoria y si ya fueron gobierno cómo fue su desempeño.

    El que un partido político sea calificado como integro requiere que sus miembros, dirigencia y afiliados, vivan con integridad, sin nada que esconder, sin mascaras, ni trucos, muchos menos con tratos bajo la mesa, accionar con autenticidad en su máximo posible. ¿Es utópico aspirar a la integridad en política? ¿Es iluso creer que una persona pueda desenvolverse de manera íntegra en el ámbito de la política? ¿Existen las personas íntegras?

    Es urgente la construcción de una ciudadanía democrática, representativa y deliberativa que tenga como base la integridad, si es posible porque hay por todos lados personas de una sola pieza, están allí y son muchos, crecen junto a la mala hierba, pero son más, solo deben activar su ciudadanía con responsabilidad.

    «En el jardín de la vida, no todas las semillas brotan, pero la honestidad y la integridad siempre florecen. Hay que ser como el joven con la maceta vacía: mantén tu verdad, incluso cuando estés rodeado de mentiras y vanidad. En la autenticidad y la sinceridad se encuentra el verdadero camino hacia la grandeza y el respeto.»

  • Libro: «SOBRE EL PODER».

    Libro: «SOBRE EL PODER».

    POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.

    El filósofo, ensayista y teólogo surcoreano, Byung-Chul Han, publica el libro “Sobre El Poder”, en el dos mil cinco. La edición española aparece en el dos mil dieciséis. El libro “Sobre El Poder”, es una crítica a las nociones tradicionales del poder. El poder disciplinario, ejercido por la coerción y la prohibición, ha sido reemplazado por un poder seductor y sutil que opera a través de la libertad, la positividad y la auto explotación.

    El poder disciplinario prohíbe y castiga, busca normalizar y hegemonizar a los individuos confinándolos en instituciones. Por ejemplo, el panóptico de Jeremy Bentham. El poder pastoral se basa en la guía y la manipulación a través del “pastor” espiritual, que conoce todas las “verdades” del individuo. Como es el marketing y la literatura de auto ayuda. En el poder neoliberal no ejerce coerción, el individuo se convierte en su propio supervisor y explotador, porque se siente libre y empoderado. Es una forma de dominación interna que presiona a ser productivo, optimizar el rendimiento y mostrar positividad. El poder neoliberal es efectivo, porque el individuo se está realizando a sí mismo, sin darse cuenta que está trabajando para el sistema. Por ende, la auto explotación nunca se detiene generando fatiga mental y agotamiento crónico. En el poder neoliberal, el individuo no tiene un enemigo visible contra quien rebelarse, porque el explotador y el explotado son la misma persona.

    La noción habitual del poder es la coerción y el dominio sobre los otros. En esto se dan cita varios elementos: la fuerza, la opresión, la jerarquía, la destrucción y el estruendo. El poder exige obediencia, neutraliza la voluntad, se irradia desde arriba hacia abajo; opera negando, quitando, eliminando, inhibiendo, restringiendo, etc. y se deja notar de manera aparatosa. Lo que brinda poder al poderoso es la posibilidad de imponer sanciones negativas al otro. Pero cuando la amenaza deja de surtir efecto, se acaba el poder.

    El poderoso tiene que ser libre, debe de tener margen de maniobra y capacidad de elección para tomar una decisión. Si no tiene capacidad de movimiento y está encajonado por las circunstancias, estará expuesto a la decisión, estará coaccionado por esa decisión. Si no es libre no tiene poder. El poderoso tiene que poder elegir o escoger entre varios cursos de acción. Si no puede decidir, estará siendo obligado por algo o por alguien y no tiene poder.

    Lo decisivo en el poder como libertad estará en motivar a los otros individuos, estará en persuadirlos hasta conseguir que quieran por sí mismos, lo que quiere el poderoso. El poder trata de hacer que la voluntad del otro se amolde voluntariamente a su voluntad. El poder trata de configurar el futuro del que realizará la acción. Por eso, trabaja sobre los entornos de la acción. Actúa como catalizador, provoca y acelera una reacción, hasta hacer arrancar una acción. El que ejerce el poder es un titiritero que mueve los hilos, consigue transformar los improbable en algo imposible. La voluntad del Yo del poderoso puede actuar a través de los otros, mediante coerción o mediante la libre decisión del otro.

    Mediante la coerción, el poder es frágil porque la intermediación es débil. Mediante la libre decisión del otro, el poder capacita al Yo del poderoso para continuar en el otro, para verse a sí mismo en el otro. El poder, como coerción o como libertad, se diferencian en el grado de intermediación del poderoso con los súbditos. El poder siempre está inscrito en un proceso de comunicación. Un Yo del poderoso trata de decirle algo a algún otro: haz esto, haz aquello por las malas (coerción) o por la buenas (libertad). Aunque el poder como violencia pura y ciega no es poder, porque no hay intermediación. La aparición de la violencia es el fracaso del poder. El poder se diferencia de la pura violencia por el sentido, es decir por la relación, comunicación e intermediación.

    Han confirma la vertiente positiva del poder como creador y transformador de la realidad. El poder crea formas. Por sí mismo, no se basa en la represión ni en la violencia. El poder va tejiendo un nexo de costumbres, se va haciendo cotidiano, se automatiza hasta hacerse continuo y obvio. Efectivamente, el Yo del poderoso quiere imponer su decisión, su elección, su perspectiva sobre la voluntad del otro. El otro hace lo que el Yo del poderoso quiere. El Yo del poderoso entabla una tremenda sensación de libertad, cuando no encuentra trabas en la voluntad del otro. El otro se comporta como una materia pasiva y se limita a padecer la voluntad del Yo del poderoso. El otro percibe su falta de libertad y la distribución asimétrica de la libertad. Ante esta inestabilidad, el poder puede establecer una relación más sólida, cuando logra la capacidad de recobrarse a sí mismo en el otro.

    La primera relación del poder con el otro es exteriorizada. El otro puede obedecer al Yo del poderoso, pero, no ha interiorizado en sí mismo el Yo del poderoso. Cuando ocurre la interiorización, es decir, cuando se ha asimilado lo distinto poco a poco hasta hacerlo idéntico, el otro obedece al Yo del poderoso porque ha asumido su elección, su decisión, su perspectiva en su propio yo. El poder, dirá Han, es un fenómeno de interioridad y subjetividad. Lo decisivo en la cuestión del poder es, el grado de intermediación entre el Yo del poderoso y el otro. A mayor conexión, relación y comunicación con el otro, mayor será el poder.

    El soberano teológico es poseedor de un poder absoluto que prevalece “sobre toda norma jurídica positiva”. El soberano teológico niega la intermediación con sus súbditos al suspender la normativa jurídica. El soberano absoluto va configurando un círculo de poder conformado por ministros, secretarios, consejeros y expertos. El soberano no puede alcanzar a todo el mundo, la solución operativa es que el soberano alcanza a su círculo de poder y estos son los que alcanzan a los súbditos. El aparato de poder aísla al soberano de la realidad, elimina la intermediación y termina sustrayéndole todo el poder.

    El soberano formal procura que la normativa jurídica tenga vigencia. El soberano formal tiene un poder relativo. Tiene que establecer un aparato organizado de poder, por lo que la intermediación vuelve a disminuir. En las sociedades moderna, el poder está sometido a una dispersión, división y multiplicación de centros desde donde irradiarse.

    El poder necesita de un espacio donde habitar y moverse que lo afirme y legitime. Si el Yo del poderoso estuviera encerrado en sí mismo, podría conquistar la voluntad del otro solo por la violencia. El Yo del poderoso violenta al otro porque no tiene poder sobre él. La violencia es un síntoma de impotencia, no de poder. Cuando el Yo del poderoso se continua a sí mismo en el otro, es cuando aparece el poder. La continuidad de unos y otros procura el poder al poderoso. La fractura genera violencia.

    En una revolución también puede intervenir la violencia, esta violencia no surte efecto mientras se quede en violencia, mientras no se apoye en un poder. Sin poder, sin el consentimiento del otro, está condenada a fracasar.

    Según Hannah Arendt el poder tiene dos momentos. El primer momento surge por la capacidad del Hombre para la acción, nace para conectarse con otros y actuar de acuerdo a estos. Es la dimensión colectiva del poder, donde los Hombres actúan conjuntamente. El segundo momento es que esa actuación conjunta no genera poder alguno, si la comunidad no se acompaña de un nivel de organización, una planificación táctica y un fin determinado. La política real esta simulada de transigencias, cesiones, concesiones, negociaciones, etc. Aceptan las ideas y los actos de los otros, incluso, cuando están en contra de la propia perspectiva.

    La ubicación es ocupar un lugar, un espacio, una tierra, etc., es un acontecimiento del poder. A lo largo de la historia, el poder ha necesitado ocupar un territorio, formando los Estados Nacionales. En la actualidad globalizada, el poder ya no ocupa territorios, pero, eso no significa que no necesiten ubicación. Asistimos a una reubicación en los nuevos espacios digitales, en las luchas por las cuotas de mercado, etc.

    El poder tiende a la centralización, a succionar y arrastrarlo todo hacía su espacio propio. El poder es centrado en sí mismo por defecto propio. El poder se auto justifica y se centra en sí mismo. El poder aparece en presencia de libertad. La libertad es la condición de posibilidad del poder. Libertad es la capacidad del Hombre de elegir, decidir, asintiendo o negándose. Con pura violencia, el otro es una cosa pasiva, no tiene capacidad de elección.

    El poder encierra en sí mismo la posibilidad de resistencia. El otro puede elegir entre obedecer o decidir no hacerlo. El poder que no tiene resistencia alguna es aquel que, se las arregla para convencer a todos los otros que acojan la perspectiva del Yo del poderoso. Ejercer el poder es imponerse uno mismo a todos los otros, es continuarse a sí mismo en el otro. El poder arrastra a todos hacía sí mismo. Intenta someter a su propia voluntad todo lo que hay en la vida y apropiarse de todo ello.

    La justicia es prescindir de sí mismo, es poner en suspenso la propia convicción, la propia decisión, la propia perspectiva, es un abstenerse de sí mismo. Se opone al poder, ya que el poder será siempre colocarse uno mismo por delante y, antes que nada.

    En consecuencia, Han desecha la concepción del poder como violencia. Los elementos fundamentales del poder son la libertad y la intermediación. Solo así el poder del Yo del poderoso es estable, bien establecido y seguro de sí mismo. No teme al otro, ni su acción, si su decisión, ni su resistencia, porque ha construido los cauces necesarios y las conexiones indispensables, para que todo transcurra como estaba decidido.

  • PALESTINA. Gaza y sus alrededores están oficialmente bajo hambruna.

    PALESTINA. Gaza y sus alrededores están oficialmente bajo hambruna.

    Al menos medio millón de personas del enclave se enfrentan a las condiciones más graves medidas por expertos internacionales respaldados por la ONU: inanición, desnutrición aguda y muerte.

    La Ciudad de Gaza y el territorio circundante sufren oficialmente una hambruna, anunció el viernes un grupo mundial de expertos, tras casi dos años de una guerra implacable en la que Israel ha bloqueado la entrada en la franja de Gaza de la mayor parte de los alimentos y otra ayuda.

    El grupo, en el que se basan las Naciones Unidas y las agencias de ayuda para supervisar y clasificar las crisis mundiales de hambre, dijo que al menos medio millón de personas de la gobernación de Gaza se enfrentaban a las condiciones más graves que mide: inanición, desnutrición aguda y muerte.

    Salvo inusuales excepciones, el resto de la población total de Gaza, de dos millones de personas, también luchaba contra el hambre grave, según el grupo Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria, formado por expertos en inseguridad alimentaria que vigilan el hambre en el mundo.

    Para muchas de esas personas, dijo el grupo, era probable que las condiciones empeoraran y que otras dos provincias situadas más al sur –Deir al-Balah y Jan Yunis– entraran en una hambruna oficial a finales de septiembre.

    El grupo dijo en un informe publicado el viernes que una combinación de varios factores había hecho que Gaza pasara de una crisis de hambre a una hambruna: la intensificación del conflicto, las estrictas restricciones israelíes a la ayuda, el colapso de los sistemas de atención médica, agua y saneamiento, la destrucción de la agricultura local y el creciente número de veces que la población se había visto obligada a huir en busca de nuevos refugios.

    Dijo que era probable que las condiciones en la parte más septentrional de Gaza fueran tan graves, o peores, que en la Ciudad de Gaza, pero que no disponía de datos suficientes para juzgar si allí se estaba produciendo una hambruna. Y dijo que no había analizado Rafah, la zona más meridional de Gaza, porque la mayoría de sus habitantes se habían visto obligados a marcharse.

    El informe decía que la hambruna en Gaza podía «detenerse y revertirse» porque era «totalmente provocada por el hombre».

    «El tiempo del debate y la vacilación ha pasado», añadía. «La hambruna está presente y se extiende rápidamente».

    Incluso un breve retraso en la inundación de Gaza con ayuda aumentaría «exponencialmente» las muertes evitables, dijo.

    A lo largo de la guerra, los funcionarios israelíes han minimizado o negado sistemáticamente la gravedad del hambre en Gaza. El viernes, la agencia de seguridad israelí que supervisa las entregas de ayuda al enclave rechazó las conclusiones del grupo, al afirmar que los expertos no habían tomado en cuenta los datos israelíes sobre las entregas de ayuda y habían pasado por alto los esfuerzos realizados por Israel en las últimas semanas para introducir más alimentos en el territorio, lo que, según dijo, había mejorado la situación.

    Sin embargo, los funcionarios de ayuda humanitaria afirman que esas medidas son insuficientes tras meses de escasez. El informe de los expertos, que utilizó datos de Gaza recogidos hasta el 15 de agosto, dijo que había tenido en cuenta las recientes medidas israelíes para suavizar las restricciones, que comenzaron el 27 de julio, pero dijo que fueron «insuficientes».

    El máximo responsable humanitario de la ONU, Tom Fletcher, declaró a los periodistas en Ginebra que la hambruna «podríamos haberla evitado si se nos hubiera permitido. Sin embargo, los alimentos se acumulan en las fronteras debido a la obstrucción sistemática de Israel».

    Pidiendo un alto al fuego que permita la entrada masiva de ayuda en Gaza, añadió: «Es una hambruna promovida abiertamente por algunos dirigentes israelíes como arma de guerra».

    La agencia israelí, conocida como COGAT, criticó al grupo de expertos, denominado CIF, por basarse en lo que calificó de especulaciones y en una metodología que calificó de cuestionable.

    «El informe del CIF se basa en fuentes parciales y poco fiables», dijo en un comunicado el general de división Ghassan Alian, jefe de la agencia, quien añadió que «ignora descaradamente los hechos y los amplios esfuerzos humanitarios» dirigidos por Israel.

    Las muertes por causas relacionadas con el hambre ya se habían acelerado rápidamente en Gaza este verano, decía el informe, mucho antes del anuncio del viernes.

    Pero para que el grupo de seguimiento llegara a la conclusión de que se producía una hambruna, tuvo que determinar que Gaza cumplía tres condiciones: que al menos uno de cada cinco hogares se enfrentara a una escasez extrema de alimentos; que una determinada proporción de niños sufriera desnutrición aguda, y que al menos dos adultos o cuatro niños de cada 10.000 personas murieran cada día, bien por inanición absoluta o por una combinación de enfermedad y desnutrición.

    El grupo dijo que la proporción de hogares de Gaza que declaraban padecer hambre muy grave se había duplicado de mayo a julio. Se había más que triplicado en la ciudad de Gaza, donde se confirmó la hambruna, pero Jan Yunis y Deir al-Balah también habían superado el umbral de la hambruna en ese sentido, dijo el grupo.

    En toda Gaza, el número de niños con desnutrición aguda ha aumentado exponencialmente en los últimos tres meses, dijo el grupo. En el territorio hay alrededor de 1,1 millones de niños, según la ONU.

    Una determinación de hambruna por parte del grupo de vigilancia del hambre es poco frecuente. Desde su fundación en 2004, el grupo solo ha confirmado otras tres hambrunas: en Somalia en 2011, en Sudán del Sur en 2017 y en Sudán, que está devastado por la guerra, el año pasado. Más de 100.000 personas murieron en Somalia antes de que llegara la declaración oficial de hambruna.

    En esos casos, anunciar una hambruna ayudó a centrar la atención mundial en la crisis y galvanizó a los donantes.

    Ya existe una profunda indignación internacional por la hambruna en Gaza. Las imágenes de niños hambrientos, los informes de trabajadores humanitarios, personal médico y periodistas demasiado débiles para hacer su trabajo y las advertencias cada vez más urgentes de los grupos de ayuda han sacudido las conciencias de todo el mundo.

    A Gaza tampoco le faltan donativos. Las agencias de ayuda afirman que tienen suficientes suministros almacenados más allá de las fronteras del territorio para alimentar a toda su población durante al menos tres meses. Lo que Gaza no tiene, dicen, son los permisos o las condiciones necesarias para que los grupos de ayuda distribuyan esos suministros dentro del territorio.

    «No nos enfrentamos a un problema de logística, capacidad o recursos», dijo Tjada D’Oyen McKenna, directora de Mercy Corps, grupo de ayuda que opera en Gaza, en una declaración tras el anuncio del viernes. «Lo que falta no es la capacidad de responder, sino la voluntad política de permitirlo. No hacerlo costará innumerables vidas adicionales».

    Israel afirma que se ha exagerado el nivel de hambre en el enclave y que hace todo lo posible por reducirlo. El portavoz militar israelí había dicho anteriormente que no había hambre en Gaza.

    El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel arremetió contra el informe el viernes, al negar que hubiera hambruna en Gaza y afirmar que los expertos de la CIF habían cambiado sus criterios para fabricar una evaluación de la hambruna. Dijo que los expertos lo hicieron «únicamente para servir a la falsa campaña de Hamás».

    El ministerio acusó a los expertos de rebajar el umbral de uno de los tres criterios necesarios para determinar la hambruna –la proporción de niños con malnutrición aguda– del 30 por ciento al 15 por ciento.

    El informe ofrecía una explicación técnica. Para determinar las condiciones de hambruna «con evidencias razonables», decía, los expertos podían aplicar, según un protocolo antiguo, dos métodos para medir la desnutrición infantil. Uno utiliza la altura y el peso del niño; el otro, la circunferencia de la parte superior del brazo del niño. Para que una zona sufra hambruna, al menos el 30 por ciento de los niños menores de 5 años deben considerarse gravemente desnutridos según las medidas de altura y peso. Según dijo, con el método de la circunferencia del brazo utilizado en Gaza, el umbral aceptado se reduce al 15 por ciento.

    El grupo dijo que había utilizado los datos de la circunferencia del brazo en Gaza porque no se disponía de datos sobre la altura y el peso. Dijo que había empleado a menudo este método para determinar la hambruna, por ejemplo en Sudán del Sur en 2020 y en Sudán el año pasado, y que lo había aplicado sistemáticamente en Gaza durante toda la guerra.

    El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel también dijo, sin explicar cómo, que el grupo «ignoraba» un segundo criterio estándar, la tasa de mortalidad. Los expertos dijeron que, aunque no habían podido obtener un recuento completo de las muertes relacionadas con el hambre en Gaza porque el sistema de atención sanitaria y otros mecanismos de supervisión habían resultado gravemente dañados, las evidencias les hacían confiar en que la cifra había superado el umbral de la hambruna.

    En todo caso, decía el informe, creían que el verdadero número de muertes relacionadas con el hambre era «significativamente superior» al que habían comunicado los funcionarios de Gaza. El informe decía que habían basado la evaluación en varias fuentes, incluidas las cifras del Ministerio de Salud de Gaza, los centros de nutrición de la Organización Mundial de la Salud, una encuesta de Médicos Sin Fronteras y encuestas telefónicas.

    «La ausencia de datos no debe interpretarse como ausencia de mortalidad», decía el informe.

    Israel cortó por primera vez la ayuda a Gaza en represalia por el ataque dirigido por Hamás en octubre de 2023 contra el sur de Israel, en el que murieron unas 1200 personas y unas 250 fueron tomadas como rehenes. Posteriormente se reanudaron las entregas limitadas de ayuda bajo un sistema dirigido por las Naciones Unidas.

    Bajo la presión mundial, Israel ha hecho concesiones en su bloqueo de ayuda, y ha permitido la entrada de más alimentos, agua, medicinas y otros suministros. Ha culpado a Naciones Unidas de no permitir la entrada de más alimentos. Pero la organización y otros grupos de ayuda afirman que Israel deniega o retrasa con frecuencia las peticiones de la ONU para recoger los suministros que esperan en la frontera y trasladarlos a Gaza de forma segura, entre otros problemas.

    Otro obstáculo importante, dicen, es que la gente de Gaza está tan desesperada por comer que habitualmente espera a lo largo de las rutas de los convoyes de ayuda para tomar lo que puedan de los camiones. La mayor parte de la ayuda se toma de esta forma, lo cual priva de alimentos a quienes no pueden buscarlos físicamente en los camiones, como mujeres, niños, ancianos y enfermos.

    En marzo, Israel impuso otro cerco total en un intento de presionar a Hamás para que liberara a los rehenes que seguían en Gaza.

    En mayo, Israel sustituyó en gran medida el sistema de ayuda de la ONU y respaldó una nueva y muy criticada operación dirigida principalmente por contratistas estadounidenses. Los funcionarios israelíes dijeron que era el único modo de garantizar que los alimentos no cayeran en manos de Hamás.

    Desde que el nuevo grupo empezó a distribuir alimentos a finales de mayo, cientos de palestinos han muerto cerca de sus emplazamientos, según funcionarios gazatíes y la oficina de derechos humanos de la ONU. El ejército israelí ha dicho que sus soldados han efectuado «disparos de advertencia» contra las multitudes que se arremolinan y que ya investigaba los episodios.

    El New York Times informó en julio de que el ejército israelí nunca había encontrado pruebas de que Hamás robara sistemáticamente ayuda de las Naciones Unidas, una afirmación que Israel había hecho con frecuencia para justificar la marginación del sistema de ayuda de la ONU. Los funcionarios israelíes dijeron que había evidencia de que Hamás sí sustraía ayuda de otros grupos de ayuda.

    El grupo de vigilancia del hambre ha advertido durante gran parte de la guerra que Gaza corría un alto riesgo de hambruna. Los responsables de la ayuda han dicho que, sin un alto al fuego que permita a las agencias de socorro distribuir grandes cantidades de ayuda por Gaza con seguridad y rapidez, el hambre y sus complicaciones matarán a muchas más personas allí.

    Mientras Hamás ha aceptado una nueva propuesta de alto al fuego de los mediadores, las fuerzas israelíes se preparan para una nueva ofensiva destinada a tomar la Ciudad de Gaza, la mayor del territorio y el corazón de la zona donde el viernes se confirmó la hambruna.

    El jueves, las tropas ya se concentraban en las afueras de la ciudad, mientras que las autoridades israelíes se preparaban para desplazar por la fuerza a la población al sur de Gaza por lo que dijeron que era su propia seguridad.

    Los planes de desplazamiento han suscitado acusaciones de palestinos y grupos de derechos de que Israel empuja a la población de Gaza a algo parecido a un campo de concentración.

    Adam Rasgon y Nick Cumming-Bruce colaboraron con reportería.

    Vivian Yee es una reportera del Times que cubre África del Norte y el Medio Oriente en general. Está radicada en El Cairo.

    Adam Rasgon y Nick Cumming-Bruce colaboraron con reportería.

  • Uno de cada cuatro jóvenes sin trabajo ni escuela. Cuando juventud rima con exclusión.

    Uno de cada cuatro jóvenes sin trabajo ni escuela. Cuando juventud rima con exclusión.

    Sergio Ferrari
    Journaliste RP/periodista RP
    Tel: (00 41) 078 859 02 44
    sergioechanger@yahoo.fr
  • Libro: ¡Al menos mis flores, al menos mis cantos!

    Libro: ¡Al menos mis flores, al menos mis cantos!

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    La pandemia supuso un momento de insólita creatividad para académicos habitualmente enredados en tareas propias de su quehacer cotidiano vinculado con su especialización demandante. Los horarios rígidos, los plazos para la entrega de compromisos escritos, el tiempo dedicado a la preparación de conferencias, ya no digamos los desplazamientos para atender compromisos, se vieron afectados y de pronto se abrió una oportunidad para confrontar el desarrollo de proyectos soñados en los que vertir la pasión adormecida. Baste una idea añeja como es el descubrimiento azaroso en el centro histórico de la ciudad de un «infiernillo», que era el cuarto donde se colocaban los libros prohibidos de una biblioteca que tuviera la (excepcional) licencia de la Inquisición para resguardarlos, donde se encontraba un manojo de documentos para que el relato tenga su asidero. La imaginación entonces es fértil cuando la sabiduría le acompaña.

    La Ciudad de México es el lugar perfecto para llevar a cabo una introspección sobre una etapa fundamental en su historia como es el siglo XVI. Es una excusa también excelente para dialogar sobre un sin fin de temas abordados por diferentes autores a lo largo del tiempo en lo que puede constituir el canon del pensamiento occidental. Todo ello se puede llevar a cabo con la maestría del ingenio de quien está dotado de una gran capacidad analítica y de un bagaje intelectual indudable.

    José Luís Méndez Martínez, Profesor-investigador en el Colegio de México, A.C., y experto en políticas públicas, administración pública y liderazgo político, me sorprende con un volumen que, como él señala en el prólogo, «contribuye a que conozcamos mejor el pasado de la actual nación mexicana, a la vez que nos hace reflexionar sobre su presente y su futuro, algo especialmente importante en estos momentos». Un esfuerzo que articula de la mano de su némesis, Ernesto de María, que le hace llegar unos documentos que entrelazan las vidas de fray Bernardino de Sahagún y de Antonio Valeriano, dos personajes fundamentales de la Nueva España del siglo XVI. El primero un fraile, maestro y estudioso español y el segundo uno de sus alumnos y colaboradores indígenas quien además fue un importante gobernador.

    La transcripción de esos documentos, transcritos al español moderno con cierta libertad por el enigmático Ernesto de María y que según el autor anónimamente han sido depositados en su domicilio, se ve acompañado de un riquísimo glosario recogido en notas finales que en si mismo configuran una obra paralela dominada por la erudición y el espíritu crítico. Traer a colación la extraña metáfora del poeta griego Arquiloco que dará título al célebre ensayo de Isaiah Berlin del erizo y el zorro, con quienes simultáneamente se identifica el autor, es un acierto completo.

    Las memorias aquí recogidas, por el amplio abanico de temas abordados, permiten entender el empeño en hacer realidad la utopía de crear una «Nueva Roma» en la Ciudad de México pues se evidencia el «mundo altamente simbólico y sobrenatural en el que vivían los habitantes de esta ciudad» entonces. Pero también recoge la existencia del propósito de crear una institución de estudios superiores para los indígenas y un libro muy especial sobre ellos. Estos dos propósitos «constituyeron algunas de las primeras manifestaciones institucionales e intelectuales de las posturas liberales y multiculturales que han estado presentes en México a lo largo de su historia».

    De este excelente libro solamente es cuestionable su título, aunque solo se trate de un asunto menor que no desmerece el conjunto del trabajo.

    José Luís Méndez Martínez (2024). ¡Al menos mis flores, al menos mis cantos! Diarios, cartas y otros interesantes documentos encontrados (presuntamente) en el «infiernillo» del antiguo convento de San Francisco el Grande. Tirant humanidades. Ciudad de México. ISBN: 978-84-1183-169-7. 486 páginas.

  • RETOS PARA UN SINDICALISMO QUE SE DEBILITA EN CADA ACCIÓN DE SUS ADVERSARIOS.

    RETOS PARA UN SINDICALISMO QUE SE DEBILITA EN CADA ACCIÓN DE SUS ADVERSARIOS.

    Por: Róger Hernán Gutiérrez. *

    ¿Qué tendría que hacer un sindicalismo salvadoreño que se debilita en cada acción de sus adversarios—el gobierno y el capital—? ambos contendientes le son los contrincantes idóneos para una lucha por los intereses más sentidos en su sector y que la clase trabajadora necesita para su desarrollo propio.

    En la historia pasada y presente, la representación sindical como todo grupo humano con idoneidad e identidad propia, autónoma e independiente, ha cometido errores y ha tenido por momentos luces que le iluminen su camino hacia un derrotero de desarrollo y fortalecimiento de sus intereses de clase. Su campo de acción el mundo del trabajo—factor humano de vital importancia pues el trabajo remunerado y decente, es el elemento consustancial para una existencia digna, además de ser la base para una satisfacción plena de las condiciones materiales de existencia: alimentación, vestuario, vivienda, transporte, ocio-recreación, educación y formación profesional, salud, seguridad ciudadana, convivencia familiar y social.

    Los gobiernos han estado y lo siguen siendo, apéndices de intereses que no son del pueblo, sino en pro de grupos dominantes que concentran el poder social, económico y político para el crecimiento y sostenibilidad de sus sectarios intereses. Y ha sido un instrumento de uso exclusivo de grupos económicos que se sirven con la cuchara más grande, este factor es clave en la manifestación de la sociedad por intereses electorales y constitucionales que le traigan su beneficio a través de la representación democrática del denominado gobierno.

    Como parte del Estado, se requiere que el gobierno, sea totalmente representativo de los intereses más globales en una determinada población, de tal manera que la riqueza producida, sea capaz de distribuirse en formas iguales y equitativas, con el objetivo que los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y hoy medio ambientales se cumplan a cabalidad para todos y cada uno de los que integran individual y colectivamente el país.

    El sindicalismo salvadoreño ha enfrentado retos desde su existencia y desarrollo organizativos, mucha de su existencia inicial en base a la falta de legislación propia y acorde al disfrute de los intereses y derechos, lo que le trajo mucha marginación, exclusión y pobreza para sus miembros, siendo leyes dispersas que se fueron construyendo para rescatar los derechos per se que el contexto del trabajo implicaba. Siendo un marco jurídico deficiente y de poco o nulo desarrollo para los derechos positivos como son los laborales y su principio de primacía de la realidad—la total protección del sujeto en inferioridad, por los abusos y arbitrariedad de empleadores que maniobran con relaciones civiles que eluden las obligaciones laborales.

    Luego de esfuerzos en 1963 en la era del pcn y gobiernos militares, la anulación de derechos laborales se disfrazaron en la ley del servicio civil y el código del trabajo para trabajadores del sector privado, que fue reformado en 1972 con el golpe de estado a Molina, y que hasta la fecha subsiste con mínimas reformas, sin incorporar absolutamente y equitativamente las reglas del nuevo mundo del trabajo como las maquilas, los trabajos del cuidado, el teletrabajo, la incorporación de call center, el trabajo eventual, temporal, incorporación tecnológica avanzada como la robótica, el agro a través de monopolios y oligopolios que imponen formas de producción y comercialización interna y externa.

    Todo esto da pauta al cambio del mundo del trabajo y por consiguiente a los trabajos, empleos y ocupaciones, que moldean un tipo de trabajador(a) joven, con aversión a organizarse, despolitizado, ensimismado en subdesarrollos y en cualidades inculcadas individualistas, que lo alejan de la educación, de la formación profesional, del trabajo en equipo y del cumplimiento y responsabilidad ante la sociedad y sus congéneres.

    La lucha sindical contra el modelo de libre comercio ad hoc de arena (1989-2009), el contexto de ausencia de reconocimiento, de representación y diálogo social ante sus contrincantes el gobierno (menos y nada comprometidos con los intereses del pueblo) a través de la desinstitucionalización del Estado y los empleadores (más y menos organizados) concentradores de la riqueza producida y falta de cumplimiento en los Acuerdos de Paz (2009-2019). La reprivatización férrea del capital bancario y financiero en clara anulación y exterminio de la organización sindical, en los sectores de las comunicaciones, la energía eléctrica, la seguridad social (salud y previsión social), la educación universitaria y técnica, y otros sectores.

    La educación y la salud como derecho humano de la ciudadanía se pierde, se privatiza la formación profesional, los servicios del ISSS, la previsión social en favor del gobierno; y se anulan los derechos sindicales a través de la desarticulación de las organizaciones sindicales del sector público y privado, según el interés económico y político del gobierno y empresarial.

    El sindicalismo tiene retos, y actuando marginalmente, despolitizado, desunido, sin organización consecuente con los intereses de los sectores empobrecidos, será fácil presa de la acción de sus adversarios conocidos