Libro: LA MENTE REACCIONARIA.
POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.
En el dos mil diecinueve, Corey Robin, estadounidense y profesor de ciencia política, publica en español “La Mente Reaccionaria: el conservadurismo desde Edmund Burke hasta Donald Trump”. El conservadurismo, opina, es una acción en contra de la emancipación de clases sociales y grupos oprimidos o inferiores. Es la defensa del poder y el privilegio, frente a la amenaza a ser disputados. Todos los conservadores de derecha, comparten este hilo conductor.
El punto de partida del conservadurismo moderno fue Edmund Burke, por su feroz reacción contra la Revolución Francesa. Burke argumentó que intentar desmantelar un orden social completo y reconstruirlo sobre bases puramente racionales o abstractas de «derechos del hombre» llevaría inevitablemente al caos y a la tiranía. Robin conecta a Burke con el reaccionario Joseph Maistre, el conservador moderado Alexis de Tocqueville, contemporáneos como Antonin Scalia y la escuela libertaria de Ayn Rand y Friedrich Hayek entre otros. Todas estas ideologías, son improvisaciones sobre la experiencia sentida de tener poder, verlo amenazado y tratar de restaurarlo.
El autor analiza el conservadurismo estadounidense, destacando su hostilidad a la autonomía y emancipación a grupos que desafían las jerarquías tradicionales. Donald Trump es la culminación lógica de la línea ideológica, adoptada por la derecha estadounidense desde la época de Richard Nixon. “Make America Great Again” (MAGA), es una amenaza a la nivelación social, su enfoque es restaurar la autoridad y la grandeza perdidas. El conservadurismo es una fuerza apasionada, visceral y radical, impulsada por el deseo de mantener y restablecer relaciones de dominación.
Robin expresa que las diferencias entre izquierda y derecha, entre revolución y contrarrevolución, entre reformadores y conservadores se encuentran tan vivas y persistentes por prevalecer. Sostiene que los ideólogos de la derecha, exhiben un hilo conductor ideológico y estratégico, que los une en un movimiento común a lo largo de la historia.
El autor hace un estudio analítico del fenómeno del conservadurismo y su pensamiento político. Presenta un análisis histórico agudo de sus ideas a partir de la descripción de su pensamiento. El libro comienza con una reseña de los elementos que cimentan y constituyen las bases de la ideología conservadora. La primera hipótesis es que, el conservadurismo, se encarga de aportar un argumento consistente que justifique porque debe impedirse que los estamentos más bajos, ejerzan su voluntad independiente y porque deben mantenerse sometidos al orden establecido.
El primer deber de quienes se encuentran marginados es la sumisión. Y nada genera más preocupación a los conservadores que, la vocación de los excluidos por participar de igual a igual dentro del ámbito público. Uno de los argumentos más claros los encontramos, en los argumentos de la igualación de la mujer con el hombre y el obrero con el patrón. Esto provoca la reacción de un amplio conjunto de elementos de la sociedad que, ven expuestos sus privilegios a disputa dentro de un universo considerado privado como la familia y la fábrica. El conservadurismo busca renovarse y renovar a las clases dirigentes, que se mantengan vitales para resistir los movimientos emancipadores.
La segunda hipótesis es que, el conservadurismo no está determinado por las castas o las ideologías religiosas de quienes se identifican como conservadores, sino, está constituido por aquellos que se oponen a que los individuos se emancipen de sus superiores, especialmente, en el ámbito privado. El conservadurismo nace, como reacción a la búsqueda de subvertir el orden establecido por movimientos de izquierda disruptivos del orden legitimado. El interés central del conservador es, la victoria en la esfera pública, como medio para conservar las ventajas que ya poseen. El conservador, en interés de conservar las jerarquías establecidas, estaría dispuesto a reconstruir el régimen imperante, con tal de lograr el mantenimiento del orden jerárquico.
El análisis y estudio, por parte de la derecha, de los conflictos entre el espectro político de izquierda y el espectro político de derecha, es para realizar acciones estratégicas y metodológicas, de cara a lograr su primacía en su lucha contra la izquierda. La derecha puede tomar elementos de la izquierda, como el lenguaje, para lograr que sus intereses sean vehiculizados en la sociedad.
El análisis histórico de Robin se centra en el estudio de figuras relevantes, compara sus ideologías y posicionamientos, luego, explica lo que cada uno aporta. Ubica momentos cronológicos de levantamientos contestatarios, contra los cuales actúa la contrarrevolución. En el análisis de figuras históricas conservadoras, el autor establece comparaciones entre ellas: las ideas que expresan y defienden, también, el ovillo conductor que comparten.
El trabajo finaliza llegando a la época moderna, centrándose en el pensamiento político anglosajón. Trump es un sujeto histórico interesante. El nuevo presidente, con sus propias políticas, se contradice a sí mismo una y otra vez. Pero, siempre es capaz de mantener una promesa populista en sus enunciados.
La visión occidentalista del modelo de Robin responde a las lógicas tradicionales de la democracia liberal. Pero, la pluralidad y la variedad de la historia mundial, brinda dificultad a la directa explicación de sucesos entre izquierdas y derechas. Especialmente, cuando se tienen en cuenta la compleja relación entre las élites establecidas y los estratos marginados.
La obra de Robin es un aporte interesante al análisis político vigente, en cuanto a los criterios del pensamiento teórico conservador y lo que constituye lo conservador desde una perspectiva de izquierda. Aunque, presenta limitaciones para explicar fenómenos históricos globales. Su teoría esta mejor adaptada a comprender sucesos históricos que responden al marco conservador en los países occidentales, especialmente, el movimiento conservador norteamericano. Se podría aplicar a otras realidades para entender la mente conservadora latinoamericana, asiática o africana, opción nada despreciable a los estudios faltantes del fenómeno de la derecha internacional.
