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El Salvador: PUBLICIDAD Y MÁS PUBLICIDAD PARA ENTERRAR LA VERDAD.

MOSTRAR UNA REALIDAD QUE NO ES LA VERDAD Y CONTINUAR ATADOS, SOMETIDOS Y ANULADOS EN NUESTRA MENTE Y ACCIONAR.

Por: Róger Hernán Gutiérrez. *

La verdad os hará libres, donde ha quedado la cita bíblica, para rescatar y usarla para promover la libertad de pensamiento y el aprendizaje. Sin embargo, la clase trabajadora y sindical, sigue prisionera de su falta de entereza, capaz de accionar como procuradores de justicia, ante una administración del trabajo dolosa, corrupta y de poca valía ante la justicia y el derecho que debe prevalecer ante lo sórdido que aleja más a la figura del sindicato de la rectitud y razón de ser.

Atosigados, pidiéndonos olvidar y dejar atrás la lucha por los derechos y libertades sindicales, en la defensa y promoción de la  verdad y la justicia social, la publicidad y más publicidad sigue atosigándonos para dejar de ser y convertirnos en fetiches, para idolatrar al objeto del culto a la personalidad—que sigue imponiéndose de manera autoritaria y autocrática, cual si fuera la verdad única, prevalente ante la realidad de violación artera a los derechos laborales y sociales en los centros de trabajo y en el organismo sindical.

La publicidad atosigante pretende anular nuestras mentes y dejar de pensar de manera autónoma e independiente al poder que domina y coarta, anulando la libertad de lucha por la verdad y la administración plena de justicia social. El deterioro constante y continuo de los derechos de ciudadanía, que pretenden acabar con la libertad en todo sentido, y dejar que las cosas no se hagan y pasen sin ninguna postura que aliente la verdad, Una clase trabajadora cual zombie, que dejó de representar una sociedad que se debate atrapada e incapaz de romper el patrón que le anula, quitándole la fuerza que da toda acción legítima contra lo que se impone a la voluntad de quienes luchan contra la mentira y la deshumanización.

Publicidad y más publicidad, con la que pretenden hacernos creer quien dirige la cartera de trabajo que está en favor de los intereses de las personas trabajadoras, pretendiendo poner barda sobre aparejo, cayendo en lo innecesario, lo redundante y molesto en cuanto a varias medidas como adelantar el aguinaldo, fijarlo, significa que algo que se hizo pretenda dársele el significado como lo más non plus ultra, pretendiendo que algo que no tiene nada, se vea como lo máximo. Sin embargo, impuso cobrar los servicios ministeriales, pagados por los impuestos que son cobrados a la clase trabajadora en demasía, es decir un doble pago por un servicio que no era gratuito y están cada vez más ineficientes.

Anulación de los derechos lgtbi+ y de género, desmontando los mínimos avances que la cartera de trabajo había logrado, y dejando de aplicar leyes progresistas que impiden la discriminación y trabajan en la no violencia de los patronos privados y públicos, en los diferentes escenarios laborales que el capitalismo va minando, imponiéndose a golpe de incrementar el desempleo y trabajo precario, desmejora sustancial de condiciones de trabajo que rescaten a la persona trabajadora como centro de desarrollo social y económico, hacia un bienestar común propio, familiar y de la comunidad.

Publicidad y más publicidad para trabajar la mentira para terminar, de tanto decirla, aceptándola como verdad, y pretender con ella decir que las cuestiones medulares están cambiando para beneficio, mas lo que significa es una alta concentración de la riqueza, el despojo de lo poco que disponen las personas trabajadoras empobrecidas para la subsistencia, por el régimen de abundancia para unos pocos cada vez menos, pero muy acumuladores de la ganancia que todos producimos sin parar y en mucho sin derechos, en total flexibilidad y desregulación laboral.

Nuestra sociedad se envanece con alguien que lucra en cada acción, a costa del sudor y sangre de muchos que siguen siendo empobrecidos por esas acciones que suponen un rebalse económico, una “espera” para que las cosas cambien, un aceptar elecciones que violentan las reglas constitucionales conservadoras que son cada vez más insostenibles, un suponer medidas supuestamente “sanas” que llevarán a un nuevo orden económico en el país, de beneficio para las mayorías.

Ahogados la clase trabajadora en una subcultura que no pretende ser más, y se conforma con un no ser, desechando el desarrollo económico y social para las mayorías, a cambio de un desarrollo económico de una argolla cada vez más reducida que constantemente va acaparando para si misma y, dejando sin nada a las poblaciones laborales que siguen justificando su pobreza como algo digno, y dejar de apuntar el dedo de la acusación a quienes con sus acciones se apropian de la ganancia impunemente, entre tanto la vida se termina por cuanto los servicios públicos como salud, educación, vivienda y condiciones ambientales se van terminando como si fueran cuestiones innecesarias, para imponer el nuevo orden económico concebido y pretendido.

*Sindicalista salvadoreño.