
El reinado de la misandria.
Por Fredis Pereira.
La misandria es la hermana siamesa de la misoginia. Su gestación comparte el odio como cordón umbilical en el vientre de la perversidad y la desdicha. Así representa una grave amenaza a la especie humana, y una enemiga a destruir para preservar la vida, la familia y la paz social; pero cuyo reinado lamentablemente se profundiza cada día más, bajo el patrocinio de grupos de intereses oscuros.
El reinado de la misandria se integra por una diversidad de funcionarios ociosos, incompetentes y siniestros. Sin importar la posición y grado de poder, estos coinciden en el tiempo para atentar contra la persona humana, solo por el hecho de ser hombre, a quién odian de manera prejuiciada, y le violentan de manera reiterada sus derechos, en su afán de venganza contra agresiones inexistentes, a las que se refieren con términos vagos para facilitar el abuso de poder y torcer la jurisdicción, con artimañas de falsas víctimas, abandonando el principio de la dignidad humana y la no discriminación.
En el reinado de la misandria se practica la discriminación y se estimula la mediocridad. Bajo los parámetros de este reinado, que han sido concebidos por mentes siniestras, se conviene en excluir del derecho a la legítima defensa al hombre, solo por ser hombre; y así también, le ponen en desventaja en relación con el goce de sus derechos y libertades, al grado que, aunque objetivamente demuestre mayores méritos para ocupar un cargo público, por ley se le excluye de la igualdad de oportunidades en el empleo, para favorecer a quien no ha demostrado méritos; contribuyendo a desmotivar la superación profesional, favorecer la mediocridad y obstruir el desarrollo humano.
El reinado de la misandria se ensancha contra la familia y la preservación de la especie. Así utiliza la escuela y el magisterio nacional para infestar con su germen de odio y promover su perverso adoctrinamiento contra la sana convivencia del hombre y la mujer en el seno de una familia, atentando contra la base de la sociedad, sembrando odio y discordia desde la niñez hasta grados universitarios, introduciendo esa doctrina en la literatura de las escuelas y obligando a los maestros a ser propagandistas de esa manera prejuiciosa de concebir las relaciones humanas. Como si esto fuera poco, se promueve la muerte sin tregua desde el vientre por medio del aborto, y lo defienden públicamente para facilitarlo por ley en las redes de servicios de salud.
El reinado de la misandria quiere cultivar una mente enfermiza entre la población. Así, procura trastornar el pensamiento y la capacidad cognitiva del ser humano, al grado impulsar la torcida idea de que un acto de cortesía, como el cederle el asiento a una mujer en un bus, puede ser interpretado como acoso, prepotencia y discriminación contra la mujer. Así también, insisten en cultivar la distorsión de la percepción para acusar de acoso hasta cuando un hombre está sentado a varios metros sin ningún contacto ni comunicación.
El reinado de la misandria trastorna la justicia para impulsar su agenda de odio. Así es común, que desde un juzgado, que fue creado con fines legítimos, en los peores casos se practique el prevaricato, se sucumba ante los grupos de poder aglutinado en ONG promotoras del aborto, solo porque una influyente misándriaca pida prisión contra un ciudadano, a quién se le despoja de la dignidad humana y se le desprestigia de manera sistemática, pero que al final de varios años de vituperio, desprestigio y violación a sus derechos, el desenlace de los procesos judiciales muestre, que solo se trataba de otra falsa acusación acostumbra desde el reinado de la misandria.
El reinado de la misandria usa el poder para perseguir a los disidentes. La libertad de expresión no es compatible con el reinado de la misandria, así es frecuente que, de manera siniestra, se califique la crítica como hostigamiento, burla y con otros apelativos ambiguos, dentro de esa vaga idea de violencia de género, que no es más que la estrategia ideológica para atacar a la disidencia contra el reinado de la misandria, y expresar el odio hacia la especie humana de manera sistemática y legalizada. Estos ataques son más feroces cuando se trata de críticas hacia la incompetencia, la mediocridad y las iniciativas para favorecer el aborto por parte de esas siniestras mentes impulsoras del reinado de la misandria.
*Máster en Administración y Gerencia Pública