CREENCIAS. El supuesto hombre más inteligente del mundo declaró que Jesucristo es Dios y pronto regresará.
Por: Fabián Acosta Rico (Universidad de Guadalajara – México)
El surcoreano Young Hoon Kim se presenta en Internet como el hombre más inteligente del mundo, con un IQ de 275. De ser cierta esta cifra, estaríamos ante el mayor coeficiente intelectual registrado en la historia, por encima de mentes como Leonardo da Vinci, Albert Einstein o Isaac Newton. Sin embargo, no siempre los mejores cerebros piensan mejor. Kim no figura como un gran científico, filósofo o literato; no ha desarrollado ninguna teoría revolucionaria ni ha ganado premios académicos de renombre. Entonces, ¿por qué tanto revuelo?
Vivimos en una era saturada de fake news y teorías virales. Cualquiera puede hacerse pasar por genio, y muchos lo han intentado. En redes sociales como YouTube y Facebook, algunos creadores de contenido acusan a Kim de fraude. Alegan que se promociona como prodigio solo para ganar notoriedad y respaldar declaraciones que, en muchos casos, resultan tan llamativas como polémicas.
Kim, no obstante, ha hecho públicos diversos certificados y mediciones que supuestamente avalan su elevado IQ. Señala que ha sido evaluado por entidades como el World Memory Championships, el World Memory Sports Council y Official World Record. Además, asegura que su puntuación ha sido validada por organizaciones como GIGA Society (a la que solo ingresan personas con un IQ superior a 190), Mensa y Mega Society.
Sin embargo, Kim no es el único con un coeficiente fuera de serie. El estadounidense Chris Langan, por ejemplo, ha sido medido con un IQ estimado entre 190 y 210. Y el australiano Terence Tao, considerado uno de los mayores genios matemáticos contemporáneos, tiene un IQ que oscila entre 225 y 230. Si Kim no es único en su tipo, ¿qué lo hace diferente?
Lo que ha catapultado a Kim al centro del debate no es solo su supuesto intelecto, sino el mensaje que ahora difunde: Kim asegura que Dios existe, que Jesucristo es Dios y que pronto regresará. Este doctor en neurociencias con estudios en teología ha comenzado a usar su visibilidad para difundir afirmaciones religiosas que han captado la atención tanto de creyentes como de escépticos.
En su cuenta de X (antes Twitter), ha compartido videos y publicaciones en los que afirma que sus conclusiones sobre Dios provienen de su superior capacidad intelectual. Es decir, si el “hombre más inteligente del mundo” dice que Dios existe, entonces —según la lógica del principio de autoridad— habría que tomarlo en serio. Lo mismo ocurre con pensadores como Marx, Freud o Aristóteles: muchas de sus ideas siguen siendo aceptadas casi sin cuestionamientos por su estatura intelectual. Kim se apoya en esa misma lógica para sustentar su fe.
El 17 de junio publicó:
“Como poseedor del récord intelectual más alto del mundo, creo que Jesucristo es Dios, el camino, la verdad y la vida”.
Y apenas dos días después, continuó su discurso religioso afirmando que la Biblia es un libro perfecto y eterno:
“Es la palabra final de Dios. Por ello, no debe actualizarse”.
Más adelante añadió que las Sagradas Escrituras son una ley inmutable y deben tomarse como una guía para alcanzar la vida celestial.
Estas declaraciones han sido bien recibidas por círculos cristianos. Influencers evangélicos, páginas católicas como Infocatólica y creyentes en general han celebrado las palabras de Kim como una reivindicación. Muchos consideran que su voz ofrece una validación intelectual para una fe que ha sido constantemente puesta en duda por el pensamiento moderno.
Desde el siglo XIX, el auge del materialismo, el positivismo y el darwinismo ha llevado a que muchos crean que Dios ya no es necesario para explicar el origen del universo. Sin embargo, en años recientes ha resurgido un discurso científico que parece inclinarse hacia una perspectiva teísta. Ejemplo de ello es el libro Dios, la ciencia, las pruebas (2024), en el que se argumenta que campos como la cosmología y la astrofísica no solo no contradicen, sino que podrían respaldar una visión creacionista del mundo compatible con el cristianismo.
Así, para algunos creyentes, resulta significativo —y hasta esperanzador— que “el hombre más inteligente del mundo” respalde ideas religiosas y diga, sin ambages, que Dios existe, que la Biblia es verdadera y que esta generación será testigo del regreso de Jesucristo.
Por supuesto, no todos están convencidos. Voces laicas y escépticas han criticado las declaraciones de Kim, señalando que están basadas más en la fe que en argumentos verificables. Incluso algunos defensores de la racionalidad y el pensamiento crítico han acusado a Kim de caer en falacias, al usar su supuesta autoridad intelectual para imponer creencias personales.
A estas críticas, Kim responde sin titubear. Reconoce que su creencia en Dios proviene también de una revelación personal, aunque no la detalla. Con cierto aire profético, sostiene que su inteligencia es un don divino y que su misión es usarla para acercar a otros a la verdad y la redención.
