¿QUÉ SUPONE CONSTRUIR UNA UNIDAD POLÍTICA INTEGRADORA QUE OFERTE UNA ALTERNATIVA REAL Y VIABLE PARA EL SALVADOR?
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández. Educador.
¿Unidad?, ¿Para qué es necesaria la unidad?
Es decir, digámoslo sin ambages, somos una sociedad disfuncional, donde las familias están desintegradas, al padecer el embate frontal neoliberal que por un lado desmonto el remedo de estado de bienestar impulsado por los militares para frenar las demandas por justicia social empujadas colectivamente desde los 60´s, para luego acabar con el empleo, promoviendo ese experimento económico fallido que a supuesto el mal manejado esquema de bienes y servicios en el país que jamás despegó, que ahora es apenas una fachada que encubre el entramado de tráfico tanto de drogas como de armas del que las élites y los EU se benefician a partes iguales, con para colmo ese variopinto abanico de seudo iglesias pentecostalistas que se disputan los territorios y el alma simple de los más y sus dineros, reduciendo a cada ciudadano, a desconfiar profundamente de sus vecinos, mientras en cambio, favorece a las élites sin cuestionar su pasado.
Esas contradicciones fundamentales aunadas al hecho de que la política partidaria tradicional se ha agotado, niegan la posibilidad de siquiera pensar en un proyecto político de unidad.
Y, sin embargo, es urgente.
Consideremos sólo dos hechos: primero, el que la seguridad alcanzada que ahora distingue y proyecta al país, implica que siempre fue posible construirla, pero era necesaria en primer lugar la voluntad política para lograrla, y en segundo el que las pandillas agotaran su interés político para las élites.
Por supuesto eso deja pendiente sus causales estructurales, que ahora como durante el martinato, cuando también se aplicó el mismo remedio, ha sido dejado en una suerte de pausa, mientras el régimen sigue tensando la excepcionalidad, dando lugar a que se manifieste con más virulencia.
Pues sus causas siguen ahí.
En segundo lugar, lo financiero.
Nunca en nuestra historia el país ha estado más sobrado de recursos financieros como ahora, y sin embargo, ¡no hay dinero!, y no hay, porque también nunca como ahora nos ha gobernado un régimen más corrupto como el que padecemos, al grado de haberse comido las reservas técnicas acumuladas en la anterior gestión, festejadas por la banca multilateral, en solo seis meses, caceroleado al completo estado, contratado más deuda nación que todos los gobiernos que le precedieron, y, el colmo de los colmos, hecho fiesta los ahorros pensionarios de los trabajadores, y, ¡no hay dinero!
Pero sí una deuda impagable por la que seguirán respondiendo los nietos de nuestros nietos, que solo ha beneficiado a apenas el 0,00002% de la población de acuerdo a la banca multilateral.
Por esas razones, y por el hecho incontestable de que, si el régimen ilegal que nos mal gobierna continúa nos conducirá nuevamente a otra guerra civil, debemos despojarnos de nuestras desconfianzas, construyendo esa unidad política que integre a todas las opciones, volviéndola tan viable como legítima, electoralmente.
Para edificar finalmente un futuro para todos.
