
Libro: GOBERNAR A TRAVÉS DEL CAOS.
POR. JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.
El ciudadano francés Lucien Cerise, doctor en filosofía, es el autor de “Gobernar a través del caos: ingeniería social y globalización”, publicado en el dos mil nueve. En dicha obra explica que la ingeniería social es una modificación planificada, sostenida y solapada del comportamiento de un ser social, sea individuo o grupo. Esa modificación comportamental es subliminal y sutil.
Expone que la visión capitalista del mundo es numerológica y cabalística. Los valores numéricos superan a los valores éticos y la persona es transformable a una cuenta bancaria. Asimismo, la cábala consiste en adoptar el punto de vista de Dios: destruir el mundo dado, volverlo al caos y modelarlo en cifras.
La cábala persigue un programa de tabla rasa global, porque el dinero no está en el origen del mundo, por tanto, hay que destruirlo para reemplazarlo por un mundo que deberá su origen al capital. Por ende, el capitalismo no pretende promover un tipo de hombre, pretende el fin de lo humano por lo post humano: lo transhumano, en versión de quimeras o robots. Evidentemente para piratear al ser social utiliza la sensibilidad identitaria, a través de operaciones de infiltración cognitiva de masas. Así fenómenos y acontecimientos son puestos en escena, pero construidos de manera artificial: crisis económicas, guerras y golpes de Estado disfrazados de revoluciones.
Las revoluciones del siglo dieciocho eran disrupciones en la continuidad del orden instituido, pero hoy las revoluciones tienden a ser permanentes. El siglo veinte pasó de un control social a través del orden, a un control a través del desorden. La continuidad del orden ha sido siempre la norma. El anti tradicionalismo moderno es la anomalía.
Cerise afirma que el holly capitalismo (capitalismo sagrado), es la fase posterior del capitalismo, le apuesta al gobierno de las sociedades a través del caos. Se busca la destrucción a un nivel, similar a la reestructuración a otro nivel. Es decir, se busca la destrucción de la sociedad tradicional, en favor de una reestructuración mercantil-tecnológico-informacional. Para Cerise, levantar las dos prohibiciones en las que se fundaron las comunidades sanas, equivale a destruir todas las formas de familia o de clan tradicionales. Levantar las prohibiciones sobre la homosexualidad e incesto es exterminar al ser humano social y al ser humano individual.
La técnica para vendernos esta destrucción encubierta del ser humano es la defensa de las minorías. Se busca hacer de la transgresión la norma y para ello las figuras sociales, que lideran las agendas de esta ingeniería social son las estrellas de hollywood y las estrellas de la holly música. Ya que, en programas institucionales de control mental, como el MK Ultra o Monarca, el incesto y la homosexualidad ocupan un papel central.
Cerise señala que las élites atlantistas-sionistas están llevando a cabo un “demolición controlada”, de las estructuras existentes. Hay por tanto una desestructuración en la base y una reestructuración y cohesión en la cumbre de la estructura piramidal. Se intenta desestructurar a un nivel más natural, para reestructurar a un nivel más sistémico: intercambio mercantil, dinero, control del Estado, dispositivos educativos, mediáticos, tecnológicos, etc.
Todo el holly capitalismo, dirá, se sostiene sobre una estructura de producción de valor de cambio ficticia y vacía de contenido. Todas las producciones del sistema se mueven entre la realidad y la ficción, a las que estructura y articula flujos libidinosos y agresivos en todos los niveles. Por ejemplo, el terrorismo en occidente es un producto sintético del propio sistema, controlado por las agencias atlantistas-sionistas. La ficción fundamental permite que valores ficticios del sistema se carguen de valor real.
Cerise, reconoce dos tipos de ingeniería social. La negativa, que tiende a la disolución, en la cual el poder se usa para disolver la estructura social. La positiva, que tiende a la coagulación, donde el poder favorece una acción emancipadora, resistente, de protección y recuperación de soberanía. El poder “disuelve” las sociedades para resistirlo debemos “coagularlas”, afirma. Significa, recuperar los movimientos populares y su resistencia.
Cerise, estima que la destrucción es el verdadero motor del holly capitalismo, porque la destrucción es necesaria para la regeneración. La ingeniería social negativa, utiliza el “Triángulo de Karpman”, en la promoción de conflictos: el verdugo, la víctima y la tercera figura que orquesta el espectáculo, permanece oculta. En la escena aparecen solo dos de los tres integrantes. El que orquesta la operación, la tercera figura está por encima del nivel en el que se enfrentan las otras dos partes del triángulo.
Lucien Cerise declara que la producción del conflicto se basa en la exacerbación de las rivalidades identitarias. La cuestión de la identidad es de interés de militantes (individuos o grupos políticos), analistas (investigadores de las ciencias sociales) e ingenieros (consultores e inteligencia política y militar). Los analistas la describen objetivamente, los ingenieros no dudan en adaptarla y reconfigurarla a fin de influir sobre los militantes, por medio de operaciones psicológicas.
Las razones “naturales” para luchar no fueron orquestadas de manera triangular, en cambio las malas razones para luchar son trianguladas, inducidas artificialmente y “naturalizadas” a través de la suplantación de identidad. Por ende, la tendencia humana al conflicto identitario puede ser cultivada, estimulada, amplificada y manipulada.
La ingeniería social negativa trabaja con las percepciones. Es decir, entre el objeto real y el sujeto receptor. La percepción de un objeto o un sujeto puede ser alterada y modificada por una tercera persona. En los conflictos triangulados, dos actores se enfrentan bajo la mirada de un tercero, quien ha orquestado el problema. Este tercer actor ocupa el vértice del triángulo.
Cerise asevera que, la mayoría de los conflictos que ensangrientan el planeta, están bien triangulados. Han sido elaborados en el marco de la ingeniería estratégica de la tensión deliberada. La eficacia del conflicto triangulado reposa en que, el conflicto debe verse como un duelo con dos actores. Los dos sujetos en la base se perciben mutuamente como enemigos y no perciben al vértice instigador. El autor sustenta que la ingeniería social consiste, en jugar con la credulidad y confianza de los otros, para modificar su comportamiento. El vértice agitador debe tener éxito en difractar la focalización de la atención de la base multiplicando señuelos, distracciones, pistas falsas y tomando el control de las relaciones de confianza. Incluso puede darse el lujo de ser percibido, pero no entendido como el arquitecto del conflicto. Si logra generar indiferencia, desenfoca la atención y se vuelve invisible. El dominio de las relaciones de confianza y de desconfianza es la clave de la ingeniería social.
Cerise piensa que “estamos en guerra” multidimensional contra todos y en todos los frentes desde hace décadas. Sugiere que hay que librar esta guerra con racionalidad, frialdad, inteligencia y mesura. Propone formar una élite intelectual. Juntamente “cuidar” del país en que se vive cimentándose en el nacionalismo, soberanismo o patriotismo. Y organizar una fuerza política, capaz de desarrollar medidas contra el pillaje de la ingeniería social.