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LIBRO: Zygmunt Bauman: Mi vida en fragmentos.

Por: Manuel Alcántara Sáez.

Zygmunt Bauman falleció en 2017 a la edad de 92 años. Su obra se inserta, en cierto sentido, en contra de la corriente algo más mayoritaria que en su generación apostó por un fuerte contenido empírico de la Sociología. Sus aportaciones a la conceptualización de la posmodernidad a la que él denominó «modernidad líquida» dominaron buena parte del debate académico a partir de finales del siglo XX. Su obra es extensa y obtuvo, entre otras distinciones, el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2010. Su labor docente la llevó a cabo en Polonia y en el Reino Unido. En este último país estuvo vinculado durante cuatro décadas a la Universidad de Leeds.

Isabela Wagner publicó la única biografía de Z. Bauman existente hasta la fecha en 2020 que fue traducida al español dos años más tarde y editada por Paidós en Barcelona. En este caso no se trata de la autobiografía de Z. Bauman aun cuando de los siete capítulos de la obra tres sean claramente autobiográficos centrándose sobre todo en su infancia en Polonia y en los años en que se refugió en la Unión Soviética con su familia desde 1939 hasta finalizada la Segunda Guerra Mundial. Los restantes capítulos, como se señala en la introducción, son páginas en las que no es un intelectual que habla sobre el mundo, sino una persona que está haciendo una confesión al modo típico en que lo hacen quienes ya han entrado en la recta final de su vida. Alguien que confiesa que «con la edad, uno va adquiriendo una tendencia creciente a experimentar epifanías… En la vejez, la identidad comp promesa del futuro ya no está disponible»».

Hay fundamentalmente tres aspectos de esta obra que han llamado mi atención por encima de todo. El primero tiene que ver con la idea de que «toda la vida es un exilio». Por ello, Bauman sostiene que narrar la vida propia es lo mismo que declararle la guerra a la alienación o proclamar con atrevimiento que el exilio nunca ocurrió. El peso de su ascendencia judía -que choca con la posición crítica que mantiene con respecto a Israel, la reivindicación de su carácter nacional polaco («la polonidad es mi hogar espiritual, la lengua polaca es mi mundo»), su militancia como comunista convencido de lo que más tarde se retractará («la producción en masa de hipocresía fue una característica inseparable del comunismo soviético») y su inmersión en el mundo anglosajón configuran contextos que lo definen en la complejidad más absoluta. De ahí que el asunto de la identidad sea algo central en sus reflexiones

El segundo aspecto se refiere a su inserción en el mundo de la Sociología («un amor a primera vista» como la Filosofía y la Historia Social) a la que se refiere como «un modesto participante secundario en la conspiración tecnológica». Si bien está lejos de acusar a la disciplina de haber causado el «sesgo tecnológico» que priva a la vida de su encanto y también de su no menos humano tormento y sufrimiento. Añade: «acusarla de ello se ría lo mismo que dar crédito (directo o indirecto) a sus pretensiones y restaurar el hundido pedestal sobre el que se ha colocado ella solita (¿o sobre el que la han colocado otros?)». Su escepticismo le llega a escribir: «Sociología; `ciencia social`; ¿cuándo se transformó en mentira aquella esperanza inicial con la que nació? ¿Se convirtió en una mentira practicada a conciencia? Y si es así, ¿cuándo?».

El tercer aspecto se refiere al cuestionado papel de la memoria tan presente en su propia vida porque no es lo mismo invalidar conocimientos que desacreditar recuerdos, máxime cuando el recuerdo de su vida no presenta agujeros y, añade, «si hubiera alguno, no correspondería a mi vida… si vuestra memoria hubiera retenido algo que la mía eludió, ese algo forma parte de vuestra vida, no de la mía». Además, «si en ocasiones faltan los hechos, la imaginación acude rauda a llenar el vacío». «Supongo que escribir memorias es un acto de desesperación».

Son aspectos que constituyen una mínima penetración en un libro que contiene numerosos recovecos de plena actualidad con relación al deterioro de la democracia, el sentido de la vida como búsqueda de la dignidad y de dejar rastro, el papel de la esperanza, la polarización entre el bien y el mal, la inadecuación personal, tan común en el mundo de la modernidad líquida, entre otros. Si los escritos de Z. Bauman continúan teniendo plena vigencia este libro contribuye en gran medida a la reivindicación de su relectura bajo el prisma de las preocupaciones, si no obsesiones, intelectuales del autor.

Zigmunt Bauman (2025). Mi vida en fragmentos. Paidós. Barcelona. 284 págs. ISBN: 978-84-493-4349-0

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