
Libro:LA CLASE MEDIA NO DEBE FALLAR.
POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.
Janet Miriam Holland Taylor Caldwell, fue una novelista británico-estadounidense conocida como Taylor Caldwell, publica en La Revisión de las Noticias del veintinueve de mayo de mil novecientos setenta y cuatro “La Clase Media no debe fallar”.
En dicho artículo sostiene que, con el surgimiento de la civilización industrial, hace doscientos años, nace la clase media. Antes, bajo el Sistema Feudal, los pueblos eran verdaderos esclavos de sus gobiernos. No existían entre ellos y los déspotas que ejercían el poder un amortiguador firme, ni seguridad para dedicarse al comercio y vivir con decoro.
Afirma que la clase media, hizo posible el sueño de la libertad. Fijo límites al gobierno, lucho por sus constituciones y elimino los privilegios y la tiranía de los gobernantes. Reclamó que, los que ejercían el poder, obedecieran leyes justas con el mismo rigor exigido al pueblo. Impusieron una moral cívica general.
Roma fue la primera en fomentar una clase media, una sólida y prospera república, amplia libertad para todos sus miembros y una constitución (Las Doce Tablas de La Ley). Con la caída de Roma, los gobiernos destruyeron en todas partes a la clase media y volvió el despotismo e ingreso el oscurantismo.
No es extraño, afirma la autora, que la élite odiara a la clase media ya que los desafiaba en nombre de la libertad. El odio a la clase media era tal en la medida que se hacía más fuerte e imponía restricciones. Mediante las cuales, todos tenían derecho a manejar sus vida y conservar la mayor parte de lo que ganaban. Estaba claro que, en cuanto la élite comenzara a gobernar, la clase media desaparecería. Las élites de distintas naciones convendrían en una única clase internacional y trabajarían juntas protegiéndose mutuamente.
Caldwell certifica que a principios del siglo diecinueve, la élite busco un camino para recuperar el poder y arrancarle atributos al pueblo, destruyendo a la clase media que empezaba a florecer. Colocando al pueblo en el papel que le correspondía, esclavo del gobierno de la élite. Para lo cual los conspiradores elitistas encontraron a Carlos Marx, quien odiaba a la clase media llamándola con desprecio burguesía. Este de ninguna manera atacaba a los déspotas, ya que estos coincidían con él. Marx propuso la vuelta al gobierno del poder absoluto, para imponer atributos al pueblo y permitir al gobierno dirigir cada fase de la vida de los ciudadanos. La élite, a la vez, controlarían a los gobiernos.
La autora sostiene que, a través del tributo forzoso, sería posible destrozar la libertad y reducir a la gente al trabajo obligatorio en beneficio de la élite. Solo así, se podría destruir a la clase media. Es decir, establecer un impuesto federal a la renta. Caldwell declara que Estados Unidos, no tenía un impuesto progresivo sobre la renta que drenara el capital de la industriosa clase media. La elite norteamericana, asesorada por sus hermanos conspiradores de otras naciones, propuso una enmienda a la Constitución. Esta consistía, en un impuesto progresivo sobre la renta.
El tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, señaló que cuando se gravaran las ganancias a través de alimentos y bebidas, por ir y venir y por propiedades, nos enfrentaríamos al retorno de la esclavitud y al restablecimiento de una élite todo poderosa y despótica.
Caldwell observa que, la única meta de la élites del mundo es nuestra esclavitud a través del impuesto. Estas se sirven de la guerras, utilizan las injusticias, el acoso, la intimidación, el capricho y la extorsión.
El sistema impositivo al que nos han atado es un tributo forzoso, arrancado a los que trabajan y especialmente a la clase media. La elite está empeñada en que nunca la clase media le haga frente, porque nunca podrá ahorrar dinero y acceder al poder, ni protestar contra la esclavitud que nos tienen preparada.
La autora considera que, hay una convergencia inexplicable entre la plutocracia internacional y el marxismo. Hay una coincidencia perfecta, entre el capitalismo liberal y el socialismo marxista. Sin embargo, la autora cierra diciendo que, hay muchos de la clase media que se animan a protestar y así seguirán haciéndolo mientras el creador les de aliento.