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SALARIO MÍNIMO POR FIN AUMENTADO EN UN 12%; NO OBSTANTE, JAMÁS SATISFACTORIO…LA GANANCIA SIGUE PRIVANDO.

Por: Roger Hernán Gutiérrez. *

Según las necesidades reales de la gente que lo devenga, de manera legal y de acuerdo a la ocupación informal que tenga como ingresos mínimos. Y a sus grupos familiares que lo esperan ansiosamente para cubrir las múltiples actividades vitales para poder vivir con una existencia decente.

El salario mínimo se incrementará a partir de junio/25; lo curioso del asunto es que se hace bajo el silencio más sepulcral—será acaso un motivo de vergüenza—por la pantomima gubernamental de las muchas que a diario se suscitan en la sociedad salvadoreña. Todos sabemos lo que la legislación laboral define, el salario mínimo deberá revisarse cada tres años, es decir que ha ocurrido con un desfase de 10 meses, sin tomar en cuenta lo que significa, que dicho salario viene siendo revisado sin alcanzar nunca la pérdida de su valor actualizado—que denominamos como costo de vida, de acuerdo con análisis del CDC se puede cubrir en la actualidad en un monto de 903.00 usd. Nosotros pedíamos un 25% de aumento.

Los períodos para su revisión han sido muy largos—es claro que ello al único que beneficia es a aquéllos que lo pagan en una clara explotación de la clase laboral; acá es importante saber que bien puede el análisis contemplar el nivel de ganancia de las empresas, y de acuerdo con ello hacer un salario mínimo de conformidad con la ganancia empresarial—grupos corporativos, transnacionales, pequeñas, medianas y grandes empresas—en lugar de hacerlo en urbano y rural y de conformidad a la actividad económica.

En todo caso es falso que sea por vergüenza que los representantes laborales y patronales, no hayan querido informar los pro y contra, de un debate que claramente estaba con los dados cargados por la imposición del presidente Bukele. Lo importante acá del silencio es la clásica—ley mordaza—que ha caracterizado al régimen bukelista. La pantomima ha llevado a que el CNSM, tenga brotes de estar vivo, cuando lo ordena la presidencia.

Los representantes no han querido dar declaraciones, ni hablar del supuesto debate al interior, en el sentido que todos sabemos que ya estaba cocinado, donde el “manda más” envió la misiva al seno del ministro de Trabajo, luego del anuncio público presidencial; el ridículo acá es que la pantomima no es la primera vez que lo hacen así, por cuanto el anterior aumento de agosto 2021 se hizo de similar forma. ¿Por qué entonces hacerlo de nuevo de la misma forma? Es claramente para que condiciones anómalas en cuanto a la arbitrariedad e incumplimiento a la legislación laboral, no den motivos para quejas ante la OIT.

Dónde radica nuestra insatisfacción, es claro que un salario mínimo en mucho de los tiempos de neoliberalismo a ultranza ha sido pretendidamente flexibilizado y hasta con intentos de suprimirlo, bajo la base que cualquiera persona trabajadora es suficientemente capaz de aumentar sus devengos, a partir del trabajo individual que realice. Ello sabemos que no es así, las diferencias en la formación profesional y experiencia que la masa laboral posee hacen que no todos son capaces e idóneos de laborar en una economía que produce bienes y servicios, con normas y organización del trabajo bajo una alta explotación y con intereses sesgados hacia la consecución de mayor plusvalía y concentración de la riqueza por los grupos económicos.

Un salario mínimo, debemos entenderlo como aquel ingreso que logre condiciones mínimas de existencia—es claro que esto no cuadra en tanto que los grupos familiares son muy diferentes y por ello el principio de a cada cual según su capacidad y a cada quien de acuerdo a su necesidad. Pues claramente algunos no verán compensados sus esfuerzos, como tampoco satisfacer a cabalidad sus necesidades similares.

Todos sabemos que los derechos humanos, ahora menoscabados por el régimen, dan señales que el salario mínimo fijado no cubre un mínimo de satisfactores diversos, hablando de alimentación, educación, vivienda, logística (transportación, energía eléctrica, telefonía, agua potable, etc), y es totalmente falso que se pueda vivir con el mínimo de 365.00 usd, ahora con el 12%, tendríamos un salario mínimo de 408.80 usd que representaría un déficit de satisfactores importante al compararlo con la realidad económica que todos vivenciamos.

Es claro que no cumplimos con un costo de vida de conformidad a la realidad—con una alta subida de los precios de los satisfactores básicos, sin que las políticas públicas en la materia social y económica tengan alguna incidencia al respecto. Seguiremos con un nivel abajo del costo de vida, lo que significa problemas de ingresos, si sumamos las poblaciones que subsisten en el sub empleo, en ocupaciones informales, que hoy se ven azotadas por desalojos, por la pretensión del usufructo en propiedades colectivas como cooperativas y activos como la tierra y las zonas donde radican las comunidades, hoy arrebatadas por los grupos económicos, para un supuesto desarrollo de modernidad y mejor futuro ¿del país, de las personas pobres, ja ja?.

*Sindicalista salvadoreño.

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