
Libro: ARREGLEMOS LOS ESTADOS UNIDOS.
POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.
Alan B. Jones es un ingeniero retirado y autor estadounidense, publica “¡Arreglemos los Estados Unidos!” en mil novecientos noventa y cuatro. En dicha obra presenta soluciones correctas, pero algo estériles, mientras no se entienda que muchos de esos problemas, han sido deliberadamente creados para debilitar a los estadounidenses.
En el capítulo número dos, trata la abolición del Sistema de la Reserva Federal para volver a un sistema bancario respaldado con oro. Piensa que el Sistema de la Reserva Federal, fue creado por agentes de las élites. Cree que el Sistema no es otra cosa que un cártel de banqueros que actúan en forma concertada con bancos centrales, para beneficio de las mismas élites.
En el capítulo tres se propone la elaboración de presupuestos equilibrados que, impedirán al gobierno federal incurrir en déficit. En el capítulo cuatro sostiene que, los contribuyentes notan que un porcentaje cada vez mayor de los frutos de su trabajo, son expropiados por distintos niveles del gobierno. Los cuales normalmente son gastados en actividades no productivas.
El capítulo cinco se ocupa del impuesto federal a los ingresos netos. Manifiesta que hay que suprimirlo, junto con el Servicio de Impuestos Internos (IRS) y toda la industria impositiva. En el capítulo sexto, propone reemplazar el sistema de seguridad social existente, que es un plan piramidal y juego ponzi ilegal, cuando se práctica en el ámbito privado. A partir de ahí, se empezaron a prestar servicios a amplios sectores, por lo que ninguna entidad privada gozara hacerse responsable, únicamente el gobierno lo pagaba. Y a este no le interesa economizar.
El capítulo siete, ofrece abandonar la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Asociación Médica Norteamericana (AMA). Con lo cual se habrá eliminado un insoluble rubro del presupuesto federal, las personas recuperarán su independencia respecto al “hermano mayor”, los costos de las medicinas cesarán en su espiral ascendente, a medida que los consumidores paguen sus compras de medicinas. En el capítulo ocho, sostiene que los Estados cederán al gobierno federal únicamente aquello que figura en la constitución. Para saber si una ley es buena, hay que preguntarse si ¿Tiende a incrementar o disminuir la capacidad del gobierno para explotar a sus ciudadanos? Ayn Rand, filosofa ruso-estadounidense, sostiene que la única función legitima del gobierno es proteger a las personas, de los intentos, por parte de otros, de violar sus derechos individuales por la fuerza.
En el capítulo nueve, opina que la asistencia social es una malversación de dinero. Desde que Lyndon B. Johnson declaró su guerra a la pobreza, se han derrochado cerca de cinco trillones de dólares en asistencia social federal. Y hoy vive en la pobreza, aproximadamente la misma cantidad de ciudadanos que en mil novecientos sesenta y cuatro. La propuesta de Jones es, reducirla de manera considerable del presupuesto federal y devolver la responsabilidad de la asistencia social a la esfera municipal.
En el capítulo diez, propone eliminar un sinfín de programas gubernamentales poco coherentes, inconstitucionales y fiscalmente insostenibles. Tales como programas de seguros, de garantías de precios, préstamos y garantías de préstamos. En el capítulo once, opina que la droga tiene el propósito de hacer adictos a los norteamericanos. Lo cual es claramente un esfuerzo para producir un derroche solo superado por una guerra buena y justa. La solución propuesta es la “legalización”, a la que Jones propone llamarla “medicación”. Esto permitiría que la venta la realicen organismos estatales y otros con licencia, a adictos certificados legalmente por cada Estado. Hay dos importantes campos que pueden ser abordados: el lavado de dinero, al prestar atención a las “operaciones bancarias internacionales privadas”. Y el ataque general al sistema de la droga, aplicando leyes para combatir el crimen organizado. Es necesario que el público se dé cuenta del papel que representan los países del triángulo dorado, Afganistán, los laboratorios de heroína de Hong Kong, el CFR, el RIIA, el cartel de Cali, los Bronfman, las bandas estadounidenses empleadas por ellos y las instituciones británicas “delincuentes”.
El capítulo trece plantea que la educación se orientaba a la socialización que permitía una “fusión cómoda”. Eso requería la previa “idiotización” de la sociedad norteamericana, caracterizada por la supresión de la iniciativa y las responsabilidades individuales. Jones propone proveer a los padres bonos del Estado, que podrán presentar en cualquier escuela de su elección. Se negará al Estado autoridad para intervenir en las políticas educacionales, métodos, materiales o calificaciones de los docentes de esas escuelas que funcionan con bonos.
El capítulo doce analiza “como evitar el crecimiento de la delincuencia”. La asistencia social se manejará localmente, dando incentivos a los beneficiarios para que depongan su dependencia y adquieran aptitudes que los lleven a ser autosuficientes. El rol de adulto de padre y madre de familia, deberá ser el modelo que guie a los hijos a una vida adulta sana. La reforma educativa debe dar lugar, a alternativas a bandas y crímenes callejeros a los jóvenes. El autor propone reformas del sistema de justicia criminal tales como juzgamiento a criminales juveniles en juzgados de adultos, aumentar las condenas por reincidencia, revocar la autoridad del consejo de libertad condicional para reducir sentencias, ordenar la restitución de las pérdidas materiales en las sentencias criminales y permitir a los convictos a trabajar durante su encarcelamiento.
El capítulo catorce, trata de la tendencia a litigar de los norteamericanos. Propone el autor que, en caso de juicios por responsabilidad, limitar la autoridad de los jurados y establecer el porcentaje de culpa de cada uno de los litigantes. En el capítulo quince se trata el problema del aborto. Propone que el congreso ejerza su autoridad constitucional, para promulgar una resolución que niegue a la Corte Suprema la jurisdicción sobre juicios referidos al aborto. El asunto recaería sobre los Estados que legislarán según lo que cada cual considere oportuno.
El capítulo dieciséis analiza el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Los que practican la homosexualidad, utilizan habitualmente drogas para intensificar su respuesta sexual. El Congreso debería debatir sobre el asunto.
En el capítulo diecisiete, Jones se refiere a las grandes cantidades de personas que atraviesan las fronteras en forma ilegal y no se asimilan en la sociedad. Estas personas se han percatado que es fácil solicitar y obtener beneficios de asistencia social. Mujeres embarazadas que ingresan en forma ilegal, dan a luz a sus hijos, quienes se convierten en ciudadanos. Dando lugar al ingreso de toda la familia. La propuesta es negar servicios de asistencia a aquellas personas que no puedan exhibir su nacionalidad. Además, identificar, detener, retener y entregar a inmigrantes al Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) para su deportación. Y denegar la nacionalidad a los bebes nacidos en Estados Unidos, cuyos padres sean extranjeros.
El capítulo dieciocho analiza los programas creados por la elite para dominar y controlar a los Estados Unidos y demás países del mundo. Propone que los Estados Unidos abandonen las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial. Y caduque su calidad de socio del NAFTA, GATT y de la Organización Mundial del Comercio. Hay que dejar a los europeos la defensa de Europa. Traer a las tropas norteamericanas a Estados Unidos. Identificar al Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) como anexo del Instituto Real de Asuntos Internacionales (RIIA) y registrarlo como lobby extranjero. El capítulo diecinueve plantea que el error del Congreso ha sido, ignorar la décima enmienda y legislar sobre asuntos que la constitución prohibía. Plantea dos acciones correctivas: una, que reduzca las motivaciones para la corrupción que actúe sobre los legisladores. Y dos, que se reduzca el espectro de oportunidades que da lugar a la legislación explotadora.
POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO
Alan B. Jones es un ingeniero retirado y autor estadounidense, publica “¡Arreglemos los Estados Unidos!” en mil novecientos noventa y cuatro. En dicha obra presenta soluciones correctas, pero algo estériles, mientras no se entienda que muchos de esos problemas, han sido deliberadamente creados para debilitar a los estadounidenses.
En el capítulo número dos, trata la abolición del Sistema de la Reserva Federal para volver a un sistema bancario respaldado con oro. Piensa que el Sistema de la Reserva Federal, fue creado por agentes de las élites. Cree que el Sistema no es otra cosa que un cártel de banqueros que actúan en forma concertada con bancos centrales, para beneficio de las mismas élites.
En el capítulo tres se propone la elaboración de presupuestos equilibrados que, impedirán al gobierno federal incurrir en déficit. En el capítulo cuatro sostiene que, los contribuyentes notan que un porcentaje cada vez mayor de los frutos de su trabajo, son expropiados por distintos niveles del gobierno. Los cuales normalmente son gastados en actividades no productivas.
El capítulo cinco se ocupa del impuesto federal a los ingresos netos. Manifiesta que hay que suprimirlo, junto con el Servicio de Impuestos Internos (IRS) y toda la industria impositiva. En el capítulo sexto, propone reemplazar el sistema de seguridad social existente, que es un plan piramidal y juego ponzi ilegal, cuando se práctica en el ámbito privado. A partir de ahí, se empezaron a prestar servicios a amplios sectores, por lo que ninguna entidad privada gozara hacerse responsable, únicamente el gobierno lo pagaba. Y a este no le interesa economizar.
El capítulo siete, ofrece abandonar la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Asociación Médica Norteamericana (AMA). Con lo cual se habrá eliminado un insoluble rubro del presupuesto federal, las personas recuperarán su independencia respecto al “hermano mayor”, los costos de las medicinas cesarán en su espiral ascendente, a medida que los consumidores paguen sus compras de medicinas. En el capítulo ocho, sostiene que los Estados cederán al gobierno federal únicamente aquello que figura en la constitución. Para saber si una ley es buena, hay que preguntarse si ¿Tiende a incrementar o disminuir la capacidad del gobierno para explotar a sus ciudadanos? Ayn Rand, filosofa ruso-estadounidense, sostiene que la única función legitima del gobierno es proteger a las personas, de los intentos, por parte de otros, de violar sus derechos individuales por la fuerza.
En el capítulo nueve, opina que la asistencia social es una malversación de dinero. Desde que Lyndon B. Johnson declaró su guerra a la pobreza, se han derrochado cerca de cinco trillones de dólares en asistencia social federal. Y hoy vive en la pobreza, aproximadamente la misma cantidad de ciudadanos que en mil novecientos sesenta y cuatro. La propuesta de Jones es, reducirla de manera considerable del presupuesto federal y devolver la responsabilidad de la asistencia social a la esfera municipal.
En el capítulo diez, propone eliminar un sinfín de programas gubernamentales poco coherentes, inconstitucionales y fiscalmente insostenibles. Tales como programas de seguros, de garantías de precios, préstamos y garantías de préstamos. En el capítulo once, opina que la droga tiene el propósito de hacer adictos a los norteamericanos. Lo cual es claramente un esfuerzo para producir un derroche solo superado por una guerra buena y justa. La solución propuesta es la “legalización”, a la que Jones propone llamarla “medicación”. Esto permitiría que la venta la realicen organismos estatales y otros con licencia, a adictos certificados legalmente por cada Estado. Hay dos importantes campos que pueden ser abordados: el lavado de dinero, al prestar atención a las “operaciones bancarias internacionales privadas”. Y el ataque general al sistema de la droga, aplicando leyes para combatir el crimen organizado. Es necesario que el público se dé cuenta del papel que representan los países del triángulo dorado, Afganistán, los laboratorios de heroína de Hong Kong, el CFR, el RIIA, el cartel de Cali, los Bronfman, las bandas estadounidenses empleadas por ellos y las instituciones británicas “delincuentes”.
El capítulo trece plantea que la educación se orientaba a la socialización que permitía una “fusión cómoda”. Eso requería la previa “idiotización” de la sociedad norteamericana, caracterizada por la supresión de la iniciativa y las responsabilidades individuales. Jones propone proveer a los padres bonos del Estado, que podrán presentar en cualquier escuela de su elección. Se negará al Estado autoridad para intervenir en las políticas educacionales, métodos, materiales o calificaciones de los docentes de esas escuelas que funcionan con bonos.
El capítulo doce analiza “como evitar el crecimiento de la delincuencia”. La asistencia social se manejará localmente, dando incentivos a los beneficiarios para que depongan su dependencia y adquieran aptitudes que los lleven a ser autosuficientes. El rol de adulto de padre y madre de familia, deberá ser el modelo que guie a los hijos a una vida adulta sana. La reforma educativa debe dar lugar, a alternativas a bandas y crímenes callejeros a los jóvenes. El autor propone reformas del sistema de justicia criminal tales como juzgamiento a criminales juveniles en juzgados de adultos, aumentar las condenas por reincidencia, revocar la autoridad del consejo de libertad condicional para reducir sentencias, ordenar la restitución de las pérdidas materiales en las sentencias criminales y permitir a los convictos a trabajar durante su encarcelamiento.
El capítulo catorce, trata de la tendencia a litigar de los norteamericanos. Propone el autor que, en caso de juicios por responsabilidad, limitar la autoridad de los jurados y establecer el porcentaje de culpa de cada uno de los litigantes. En el capítulo quince se trata el problema del aborto. Propone que el congreso ejerza su autoridad constitucional, para promulgar una resolución que niegue a la Corte Suprema la jurisdicción sobre juicios referidos al aborto. El asunto recaería sobre los Estados que legislarán según lo que cada cual considere oportuno.
El capítulo dieciséis analiza el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Los que practican la homosexualidad, utilizan habitualmente drogas para intensificar su respuesta sexual. El Congreso debería debatir sobre el asunto.
En el capítulo diecisiete, Jones se refiere a las grandes cantidades de personas que atraviesan las fronteras en forma ilegal y no se asimilan en la sociedad. Estas personas se han percatado que es fácil solicitar y obtener beneficios de asistencia social. Mujeres embarazadas que ingresan en forma ilegal, dan a luz a sus hijos, quienes se convierten en ciudadanos. Dando lugar al ingreso de toda la familia. La propuesta es negar servicios de asistencia a aquellas personas que no puedan exhibir su nacionalidad. Además, identificar, detener, retener y entregar a inmigrantes al Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) para su deportación. Y denegar la nacionalidad a los bebes nacidos en Estados Unidos, cuyos padres sean extranjeros.
El capítulo dieciocho analiza los programas creados por la elite para dominar y controlar a los Estados Unidos y demás países del mundo. Propone que los Estados Unidos abandonen las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial. Y caduque su calidad de socio del NAFTA, GATT y de la Organización Mundial del Comercio. Hay que dejar a los europeos la defensa de Europa. Traer a las tropas norteamericanas a Estados Unidos. Identificar al Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) como anexo del Instituto Real de Asuntos Internacionales (RIIA) y registrarlo como lobby extranjero. El capítulo diecinueve plantea que el error del Congreso ha sido, ignorar la décima enmienda y legislar sobre asuntos que la constitución prohibía. Plantea dos acciones correctivas: una, que reduzca las motivaciones para la corrupción que actúe sobre los legisladores. Y dos, que se reduzca el espectro de oportunidades que da lugar a la legislación explotadora.