SITUACIÓN POLÍTICA-LABORAL LLENA DE AUTORITARISMOS QUE SE EVIDENCIAN, CON FINES CLARAMENTE POLÍTICOS.

Por: Róger Hernán Gutiérrez. *

Pareciera que la figura de Bukele en su período presidencial inconstitucional e ilegítimo, va cayendo en mayores contradicciones, que no se superan con un simple twit o la guerra comunicacional como antes, las cortinas de humo como estrategia funcional para que persista una imagen positiva, se va cada día deteriorando, y ya no tiene la fuerza de sus inicios—esta situación política que hoy vivimos, va siendo un tanto diferente; aspectos bastantes consustanciales en el ámbito autoritario que vivimos, las acciones van dejando claro que cuando hablamos y le sumamos el autocratismo, nos confirma que la persona de Bukele es claramente el que manda, ordena, resuelve, dispone de los recursos, y tiene como decimos “la cacerola y el mango también”.

Los actos que se han derivado de su ejercicio lleno de autoritarismo y además autocratismo del Presidente, no envidian a ninguna de las represiones hacia el pueblo de anteriores gobiernos, que cayeron en la represión por los cuerpos mal llamados de seguridad, cuando la organización popular y social va marcando eventos que van sumando hacia objetivos claros, en tanto que ésta represión sólo se ejerce para asegurar fines políticos de sustentación del poder político.

La gota que probablemente siempre rebalsa el vaso, es reprimir a los diferentes grupos sociales que claman por una justicia social, restaurativa, moral y de honor, cuando se ven afectados sus intereses por el poder autoritario y por personas o grupos dominantes, que en ámbitos de impunidad y de la aplicación indecente de la ley, se benefician a sus anchas, al arbitrio y cobijo del Presidente, quien aún parece no tener claro el asunto de acciones contra el pueblo trabajador, donde se ven despojados de su poca propiedad, y a través de desalojos, acciones ilegales y de otra índole dominante donde claramente desprotegen sus necesidades, pero son reprimidos ante su clara protesta en pro de sus intereses.

Muchas acciones presidenciales, usando su autocratismo (el poder en si mismo) se van acumulando, que va como respuesta declarando claramente un sentir popular que no lo acompaña y no está de acuerdo, lo sucedido en la cooperativa El Bosque, va manifestando que la manera de dirigir el país no consigue manipular a la población. Sabemos que unas acciones son más graves que otras, y ante tanta necesidad insatisfecha como perder el empleo, debilitamientos en materia de salud, educación, vivienda, no tener ingresos mínimos para alimentación y demás cuestiones vitales para las personas humanas; y ahora la represión directa a las vidas de personas que defienden una digna existencia, parece no ser en nada algo que fortalezca al presidente.

El poder dominante manifestado en la acumulación de la riqueza producida por las personas trabajadoras, ha sido la causal primordial para la explotación, y el grado de empobrecimiento de la población trabajadora, el despojo de los recursos como la tierra, ha sido un fenómeno de apropiación en mucho con acciones ilegales y/o con el mandato de gobiernos autoritarios—bajo

la manipulación de la ley— y en favor de los grupos oligárquicos existentes en el pasado y en el presente.

Pareciera que algo de esto se ha configurado en esta represión, que ha ido desarrollándose en diferentes momentos de la historia. Es claro que la figura del tal Palomo, no está ligado a la familia Palomo (ADOC y otras), pero la cooperativa no es funcional y está llena de dificultades en su operatividad y se le imputa una deuda alta, pero las razones son otras y el tal fulano no ha hecho el trabajo para el que fue contratado, pidiendo unos valores que se salen de lo contratado.

Las diferentes situaciones político-económicas que se suscitan en el país, tienen a la zaga la imposición de mucho de los poderes fácticos dominantes en contra de las poblaciones con menos recursos, inmersas en la pobreza estructural que se vive y que no logran salir de su miseria, en tanto los gobernantes de turno y el actual no escapa a ello, no ha sido su actuación en pro de la gente, sino de los grupos oligárquicos que siguen beneficiándose del despojo de tierras al igual o peor como se trató en 1880, para imponer el cultivo del café en lo que se denominó la acumulación originaria de capital en El Salvador.

La situación política económica, va dando un derrotero que las equivocaciones abusivas y arbitrarias por despojar de las tierras a aquellas organizaciones que se dedicaron al cooperativismo durante la reforma agraria de 1980, desde mucho de los vacíos legales como el 105 Cn. Se presentan como contradicción a esfuerzos económico-sociales de mucho del cooperativismo del país como en una acción autogestionaria.

*Sindicalista salvadoreño.

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