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Libro: NARCOTRÁFICO S.A.

POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.

Los editores de Revisión de Inteligencia Ejecutiva (EIR), revista semanal de noticias, publican “Narcotráfico S.A.: la guerra del opio de Gran Bretaña contra el mundo” en novecientos setenta y ocho. En dicha obra se proponen identificar a los personajes claves del negocio de la droga.

La obra inicia con el tráfico de cocaína que acompaño el asunto de los “Contras” de Nicaragua. El coronel Oliver North era el funcionario de operaciones, pero, quien tenía a cargo el programa integro de operaciones encubiertas en América Central era George Herbert Bush, con la anuencia del presidente Ronald Wilson Reagan. Se llevaron a cabo negociaciones con Mansur Al Kassar, contrabandista de armas y drogas. Además de proveedor de armas a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Y socio de Pablo Escobar Gaviria, jefe del Cartel de Medellín.

Hay un denominador común y recurrente del tráfico de drogas de Colombia y el Medio Oriente, la participación israelí. Para el lavado de dinero de organizaciones narcotraficantes del medio oriente e Iberoamérica se usa el Republic National Bank de Nueva York, cuyo dueño es el banquero judío Edmond Safra. Este forma parte de una red de dinero de la Compañía Comercial Shakarchi con sede en Zúrich.

En diciembre de mil novecientos ochenta y nueve, muere en un tiroteo José Gonzalo Rodríguez Gacha, jefe del Cartel de Medellín, le incautan grandes cantidades de armas de fabricación israelí. Luego, se determinó que el servicio de inteligencia israelí suministraba armas y adiestramiento a los asesinos del Cartel de Medellín, en colaboración con mercenarios británicos, a través de un programa dirigido por Elliot Abrams del Departamento de Estado de Estados Unidos.

El barco Sea Point entregó las armas israelíes a Rodríguez Gacha. Eran dueños del mismo, Guillermo Endara y varios de sus socios. En mil novecientos ochenta y seis, Manuel Antonio Noriega clausuró el First Interamericas Bank, propiedad del Cartel de Cali. El veinte diciembre de mil novecientos ochenta y nueve, Estados Unidos Invade Panamá. Las fuerzas de ocupación colocan a cuatro dueños del Sea Point en los cargos de presidente de Panamá, ministro de Justicia, presidente de la Corte Suprema y ministro de Economía. Como resultado, el Cartel de Cali dominó a los grupos narcotraficantes colombianos.

Los ingresos provenientes de la droga se han incrementado. La venta callejera aumento de ciento setenta y cinco billones de dólares en mil novecientos setenta y siete, a quinientos cincuenta y ocho billones de dólares en mil novecientos ochenta y nueve. Muy poco del dinero de las ventas callejeras vuelve a los países donde se cultiva la droga. Lavan una parte restaurantes y casinos, mientras que otra gran parte, se manda fuera del país en valijas y se depositan en bancos “off shore”. Lejos de combatir ese comercio, los bancos se pelean por obtener su tajada.

El costado vulnerable del narcotráfico es, la red internacional de bancos y otras instituciones financieras. Lavan quinientos cincuenta y ocho billones de dólares anuales de ganancia bruta. El meollo del problema es, que las acciones del gobierno jamás han acusado a ningún directivo, de alguna empresa importante, de la actividad criminal de lavar dinero.

La Liga Antidifamación (ADL) se presenta como una honorable institución, con inquietudes cívicas que apoyan al judaísmo. Pero, es la rama Rothstein-Lansky del crimen organizado norteamericano. Un presidente de la ADL, Kenneth Bialkin, participo en el saqueo de sesenta millones de dólares del Servicio Exterior de Inversiones, efectuado por el financista Robert Vesco. Luego, autoridades italianas lo acusaron de estafar a la Banca Privata italiana por veintisiete millones de dólares. Un vicepresidente de la ADL, Theodore H. Silbert, es identificado con el Banco Sterling National, testaferro de los gánsteres, ya que lo fundo un socio de Meyer Lansky, Frank Erickson. Otro vicepresidente de la ADL, Edgar Bronfman, ligado a la dinastía criminal que creo su padre Sam Brofman junto con Arnold Rothstein, cuyo negocio era el suministro de opio proveniente de Hong Kong. Los del IER señalan actividades de la ADL con grupos comprometidos con los derechos humanos tales como el Ku Klux Klan, los nazis, el movimiento antiguerra y la derecha paramilitar. También la ADL colaboraba con la División Cinco de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Los del IER señalan la participación de la ADL en los preparativos y encubrimientos antes y después de los asesinatos de la primer ministra hindú Indira Gandhi y del primer ministro sueco Olof Palme.

El narcotráfico S.A. revela vínculos con familias de banqueros, servicios secretos y crimen organizado. Los del IER se zambullen en cómo funciona el lado financiero de la droga. Se ha creado un conglomerado bancario y de operaciones financieras para manejar el dinero sucio. Hong Kong era el cuello de botella, por el gigantesco volumen de fondos que comprimían la actividad económica legitima. El centro operativo reside en Hong Kong y Shanghái (“HongSang”), creado por los ingleses después de la Segunda Guerra China del opio. Hong Kong depende para su abastecimiento, del pool de oro de Londres, conformada por cinco firmas: Sharps Pixley (propiedad del banco HongShang), Moratta Metals (propiedad del segundo banco de Hong Kong Standard and Chartered Bank), Samuel Montagu (propietario del Midland Bank), N.M. Rothschild (en operaciones en Hong Kong desde mil novecientos setenta y cinco) y Johnson Matthey (multinacional británica). El segundo producto que facilita el negocio del opio son los diamantes. El mercado de Hong Kong está bajo el control de la casa financiera israelí Banco Leumi. Este es controlado por el Barelays Bank. Harry Oppenheimer es miembro del directorio de Barelays Bank. Al mismo tiempo, dirige Anglo-American, la productora de oro más importante de Sudáfrica. Y es director de Boers Corporation, que es el frente del cartel de diamantes. El cartel de diamantes vende a tres cientos selectos clientes secretos las piedras en bruto. Posteriormente, se mandan a Antwep o Ashquelón en Israel, para ser talladas. El lavado de dinero se realiza a través de HongSang y cinco bancos más de Hong Kong. El Crocker National Bank de San Francisco, recibe grandes depósitos en efectivo de estos.

Los del IER aportan información y pruebas de la complicidad del servicio de inteligencia de la República Popular China, en la participación del mercado de oro de Hong Kong. Por otro lado, afirman que China nunca dejo de cultivar y distribuir opio. Puso la producción bajo el control monopólico del Estado. La creación de la República Popular Cina incluía, una alianza entre los narcotraficantes británicos y chinos. Negociaron esto Sir John Keswick y Chou En-Lai. Creando vínculos financieros entre la República Popular China, los chinos expatriados y los ingleses.

Los del IER han incluido un capítulo sobre la familia Bronfman, hombres claves del crimen. Yechiel Bronfman emigra a Canadá en mil ochocientos ochenta y nueve, patrocinado por el comité de colonización Moisés Mentefiore, creado por la comunidad judía en mil ocho cientos setenta y dos. Joe Kennedy recibía bebidas alcohólicas de los Bronfman y los ingleses. Ya presidente, John F. Kennedy empezó a realizar la tarea dispuesta por la sociedad Bronfman-británicos. A los Kennedy les fue bien, hasta que intervino su antisemitismo. Así, los ingleses se plegaron al deseo del primer ministro Ben Gurión de acabar con Kennedy.

Debajo de la élite oligárquica, existen tres niveles. El primer nivel empieza con los Hofjuden o judíos de la corte, que han estado al servicio de los monarcas ingleses y de los dogos venecianos. Los Montefiore, sirvientes de la nobleza genovesa. Los Goldsmids y Mocattas, renombrados mercaderes de lingotes de oro de la familia real inglesa. Los Oppenheimer, controladores de minas de oro y diamantes en Sudáfrica. Los Sassoon, quienes fueron los primeros hofjuden asentados en el India y se dedicaron a producir opio. Y las familias de banqueros Warburg, Schiff, Meyer, Loeb, Schroder, etc. El segundo nivel son las pseudo noblezas emigradas de Europa del este y del mediterráneo. Las familias Nagy, Menils, Di Spadafora. Y familias de nobleza menor como la Brzezinski. El tercero y más activo de los niveles son las organizaciones de la Internacional Socialista en América del Norte, Social Demócratas y Liga para la Democracia Industrial.

Los del IER concluyen que, la oligarquía ve a las poblaciones del mundo como “animales que hablan”, a los que hay que utilizar como mejor les parezca en beneficio propio. Para ellos, los narcóticos sirven como herramientas eficaces de control y ganancias. Las drogas debilitan las resistencias de las poblaciones a las que someten, a la vez, producen ingresos de varios cientos de billones de dólares anuales que les ayudan a desarrollar proyectos criminales. Actualmente, estos proyectos incluyen la despoblación global, la desaparición de la soberanía nacional, la cobranza de deudas, la destrucción de la alianza occidental y la reducción del poder de los Estados Unidos.

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