A Pepe Mujica: Semilla y ejemplo que deja frutos.

Por: Enrique Fernández *

Pepe Mujica: Semilla de Dignidad, Cosecha de Esperanza.
El 13 de mayo de 2025, el mundo despidió a José «Pepe» Mujica, el ex presidente de Uruguay que, a los 89 años, dejó un legado tan profundo como la tierra que cultivó en su modesta chacra. No fue solo un político, ni solo un exguerrillero, ni solo un filósofo de la vida sencilla. Fue un hombre que, con su coherencia entre palabras y actos, sembró semillas de esperanza, justicia y reflexión en un mundo sediento de autenticidad. A raíz de su partida, reflexionamos sobre los frutos de su gestión (2010-2015) en Uruguay, los datos económicos y sociales que dejó, su impacto en el sistema de pensiones —uno de los más justos de América Latina, y la inspiración de su vida ejemplar, y de un ejemplo mordaz a los «dictadorzuelos» latinoamericanos que, con sus lujos y caprichos, son la antítesis de su figura y estilo.
Una vida que enseña: La austeridad como revolución.
Pepe Mujica no vivía para que su presencia se notara, sino para que su ausencia se sintiera. Nacido en 1935 en Montevideo, hijo de una familia humilde, su vida fue un mosaico de lucha y redención. Como guerrillero tupamaro, enfrentó al Estado, pagando con 14 años de cárcel, siete de ellos en condiciones inhumanas, donde una pelela se convirtió en maceta. Sobrevivió torturas, seis balazos y la locura, pero emergió sin rencor, abrazando la democracia. Como presidente, vivió en su chacra (casa rural) de 45 metros cuadrados, donó el 90% de su salario ($12,000 mensuales) a causas sociales, y manejó un Volkswagen Escarabajo de 1987. «Pobres son los que quieren mucho,» decía, burlándose del consumismo. Su vida fue un manifiesto: la verdadera riqueza es la libertad de vivir con poco.
El legado de su gestión: Datos que hablan
Mujica gobernó Uruguay (2010-2015) bajo el Frente Amplio, en un contexto de bonanza exportadora, pero con retos como pobreza y desigualdad. Sus logros, pragmáticos y audaces, marcaron un antes y un después:
  1. Crecimiento y estabilidad:
    • PIB creció un 5.4% anual, impulsado por carne y soja.
    • Desempleo bajo (~7%), asegurando trabajo digno.
    • Deuda pública subió de 59% a 65% del PIB, pero manejable.
  2. Reducción de la pobreza:
    • Pobreza cayó de Del 18% al 9,7% (2004-2013, incluyendo su gestión), con programas como Plan Juntos (vivienda) y Plan de Equidad (apoyo a vulnerables).
    • Aunque la indigencia persistió, la pobreza se redujo casi a la mitad.
  3. Avances sociales:
    • Legalización de la marihuana (2013), pionera contra el narcotráfico, nombró a Uruguay «país del año» por El Economista.
    • Despenalización del aborto (2012) consolidaron derechos.
    • Gasto social creció de 60.9% a 75.5% del presupuesto (2004-2013).
  4. Fortalecimiento laboral:
    • Salario mínimo subió de 4,800 a 10,000 pesos, ajustado por inflación (~7%).
    • Salarios reales crecieron 87% en 15 años de Frente Amplio, contra 13% en 25 años conservadores.
    • Uruguay lideró en derechos laborales en las Américas, según la Confederación Sindical Internacional.
  5. Reforma estatal:
    • Buscó eficiencia en la administración pública, con resultados mixtos.
    • Fomentó diálogo multipartidista en educación y seguridad.
  6. Sistema de pensiones: Uno de los más justos de América Latina:
    • Uruguay, bajo el Frente Amplio y durante la gestión de Mujica, consolidó un sistema previsional mixto que combina un pilar de reparto (gestionado por el Banco de Previsión Social – BPS) con un pilar de capitalización individual (Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional – AFAP). Este modelo, ajustado en 1996 y fortalecido durante los gobiernos progresistas, ofrece múltiples ventajas para las personas en retiro:
      • Cobertura amplia: A diferencia de países como Perú, donde solo el 26.5% de la población económicamente activa está afiliada, Uruguay alcanzó una cobertura del 90% de los adultos mayores, una de las más altas de la región.
      • Tasa de reemplazo digna: El sistema uruguayo logra tasas de reemplazo superiores al 60%, comparado con el 27% en Perú. Esto significa que los jubilados reciben un porcentaje significativo de su salario activo, permitiendo una vida más digna.
      • Sostenibilidad y equidad: Durante la gestión de Mujica, se mantuvo el equilibrio entre el sistema de reparto y la capitalización individual, con ajustes como el aumento de la edad de jubilación a 65 años (implementado en 2022, pero con bases sentadas antes), lo que ayudó a contener el gasto público mientras se protegía a los sectores vulnerables con pensiones mínimas.
      • Flexibilidad y beneficios: El sistema permite a los trabajadores elegir cómo distribuir sus aportes (7.5% al BPS y 7.5% a las AFAP), ofreciendo opciones adaptadas a sus necesidades. Además, las mujeres pueden jubilarse antes por cada hijo, hasta un máximo de tres, reconociendo las desigualdades de género en el mercado laboral.
      • Protección Social: Se fortalecieron las pensiones no contributivas para los más pobres, asegurando que incluso quienes no aportaron formalmente tengan un ingreso mínimo, alineado con la visión de justicia social de Mujica.
    • Este sistema contrasta con modelos como el chileno, donde las bajas tasas de reemplazo y la dependencia de la capitalización individual han generado protestas, o el peruano, que sufre de alta informalidad y baja cobertura. El modelo uruguayo, impulsado bajo el Frente Amplio y con el sello de Mujica, es un referente de equidad y sostenibilidad en América Latina.
Sombras: La educación no mejoró lo esperado, el déficit fiscal creció por el gasto público, y su pasado tupamaro tuvo choques polarizantes. Aún así, su legado es innegable.
Frutos sociales: Un Uruguay más justo con su «Agende de Derechos».
Mujica dejó un Uruguay inclusivo: la marihuana regulada debilitó carteles, el matrimonio igualitario empoderó minorías, y el aumento salarial dio respiro a trabajadores. Su sistema de pensiones garantizó una vejez más digna para miles, marcando un estándar en la región. Su abrazo con adversarios como Julio Sanguinetti simbolizó reconciliación postdictadura. Apoyó a Yamandú Orsi, electo en 2024, asegurando la continuidad del Frente Amplio. Su política mostró que la izquierda puede dialogar con empresarios sin traicionar a los pobres.
Inspiración Global: Vivir Liviano, Luchar Fuerte.
Mujica enseñó a vivir: “No se vive de recuerdos, sino de porvenir.” Criticó el consumismo—“tres planetas para vivir como americanos”—y alertó sobre el cambio climático desde su chacra de jazmines. En Río o Guatemala, lo recibían con “escarabajos” en su honor. Hasta su muerte, enfrentando un cáncer de esófago, militó por la esperanza, pidiendo “transformar la bronca en esperanza.” Sus cenizas, esparcidas en su chacra con su perra Manuela, sellaron una vida humilde.
¿Qué semilla nos deja pepe?
Mujica no cambió el mundo —»No cambié un, pero le di sentido a mi vida»—, pero sus frutos viven: un Uruguay más justo, una izquierda práctica, un sistema de pensiones equitativo, y una filosofía de sobriedad. Nos desafía: ¿triunfar es acumular cosas o vivir libres? Él eligió cultivar flores, compartir un whisky, pelear por los olvidados y despedirse sin rencores.
Crítica Mordaz: Los dictadorzuelos que ensombrecen su luz.
Y mientras Pepe regaba sus jazmines en una chacra sin lujos, América Latina se infesta de dictadorzuelos que se pavonean como jeques del tercer mundo, ahogándose en sus propios excesos. Estos «líderes» de pacotilla, con sus jets privados, mansiones blindadas y relojes que valen más que el salario de mil trabajadores, se creen estrellas de un reality show de ricos y famosos. Construyen palacios mientras sus pueblos mendigan migajas, compran yates mientras las escuelas se caen, y se auto titulan «salvadores» desde penthouses que harían sonrojar a un emir. Sus caprichos —estatua aquí, estadio allá, criptomonedas o mega-cárceles para la foto— son un insulto a la austeridad de Mujica, que manejaba un Escarabajo y donaba su sueldo. Estos caudillos de boutique, con sus discursos populistas y sus espejitos digitales, no lideran: saquean. Mientras Pepe nos enseñó que la política es «la lucha por la felicidad de todos», ellos la convierten en un circo de vanidades, donde el pueblo aplaude hambriento y ellos brindan con champagne. ¡Qué vergüenza! Mujica nos dejó una semilla; ellos, solo estiércol. Que su ejemplo los persiga como un espejo que no pueden romper.
. Pregúntate: ¿cómo puedes vivir más liviano, y más comprometido? Como dijo Pepe, «los únicos derrotados son los que bajan los brazos». Sigamos su lucha, y que los dictadorzuelos aprendan o se vayan. 
#GraciasPepe y tu gran legado.
* (Redactor Invitado)
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