HEGEMONÍA DE LA MENTIRA
Por: MELVIN MARTÍNEZ.
Con la mentira como arma han dominado siempre a nuestros pueblos.
Los poderosos, que casi siempre dominan los medios de comunicación, imponen sus intereses a través de falacias, que una vez posicionadas les facilitan el camino para adueñarse de los bienes comunes e imponer gobernantes que les garanticen usufructuar todo lo posible de los bienes y recursos del Estado.
La mentira también ha servido para maquillar la imagen de delincuentes que logran asumir las posiciones más altas de gobierno o nombrar en ellas a sus obedientes servidores.
Así ha sido desde tiempos de la colonia española y peor desde la llegada de las compañías transnacionales mineras, bananeras a nuestros países.
Hoy son las grandes empresas financieras y de comunicaciones las que ejercen la hegemonía de la mentira, para evitar sin escrúpulos el posicionamiento de gobiernos progresistas, de tendencia humanista o socialista en nuestras naciones.
La sociedad capitalista procura, permanentemente, mantener a la mayoría de la población en condiciones de pobreza y con niveles de escolaridad tan bajos, que no permiten a los empobrecidos la comprensión de su propia explotación, llevándolos al extremo de defender a sus mismos explotadores, a los corruptos que a través de sus partidos políticos, medios de comunicación o empresas, imponen sus intereses para seguir enriqueciéndose a costa de los más pobres o de la privatización de empresas estatales.
La precarización de las condiciones de trabajo, los salarios bajos, las jornadas laborales extenuantes, terminan siendo aceptadas sin protesta por los trabajadores, que lo único que quieren, en su indefensión, es conservar un mísero salario que les permita sobrevivir en una sociedad consumista que impone un altísimo costo de vida.
La explotación, la corrupción, el despojo de los bienes comunes, los intereses económicos de los banqueros se imponen a través de la hegemonía de la mentira.
