AJEDREZ: DIFUSIÓN MASIVA 1975

El Amigo


El año 1975 es clave para comprender el desarrollo del ajedrez salvadoreño. El 4 abril se juramentó una nueva Federación caracterizada por el entusiasmo y duro trabajo. Aspiraciones de entonces. Sus objetivos inmediatos fueron promover el ajedrez a nivel nacional popularizándolo. A largo plazo, buscar los primeros lugares en competencias regionales y a mayores niveles de ser posible. Es decir, escalar la cumbre hasta ver el paisaje desde lo alto del nivel ajedrecístico externo. El primer objetivo necesitó esfuerzo y arduo trabajo, espíritu de superación que gracias a Dios se había iniciado antes siendo evidente en la época de la nueva Federación. Esta fue integrada por Teniente Coronel Adolfo A. Majano Ramos, Presidente; Dr. Ramón Lucio Fernández, Secretario; don Carlos Armando Argueta, Tesorero; Arq. Valerio Montes Carranza y German Ruiz Cáceres, 1º. y 2º. Vocal. Más tarde modificada con otros no menos entusiastas, Ing. René Valle y Enrique S. Castro. También Sr. Guillermo Alfaro C. y Dr. René Meza S. Gente que en sus respectivas profesiones de médico, militar, ingeniería, comercio, Etc. tenían papeles relevantes. Sin embargo, la historia no termina aquí, es anecdótica la manera como se eligió esta Federación fuera de normas tradicionales.

Hay que considerar que la vigente generación de ajedrecistas simbolizada por nombres como Atilio Mojica, Benjamín Rojas y Leonardo Mena, entre otros, Campeones Nacionales con buen protagonismo, no se convencían del arribo de sangre joven que los desplazaba. Asunto comprensible naturalmente; tenía que ocurrir. Ellos eran los dioses del Olimpo y se resistían entre nubes a dejar el reino. Desde 1971, con el triunfo de Antonio Grimaldi, Campeón Nacional, la nueva oleada tomaba posiciones abruptamente. Su hermano René Grimaldi, Campeón 1974 y Boris Pineda de 16 años de edad, demasiado joven, Campeón 1975, posicionaron a esta horneada de jóvenes. A pesar, la postura tradicional se encasillada, no se abría al ascenso secundada por escritores de la prensa que opacaba a los nuevos valores. Fue así como en este ambiente de deseos, llegó la nueva Federación. ¿Cómo se eligió ésta? ¿Qué incidencias hubo y rasgos anecdóticos?

He aquí detalles. A principios de ese año 1975 se convocó la elección. Sería, como es lógico, bajo el auspicio del Comité Olímpico de El Salvador –COES-. Su Presidente era el Coronel José Larios Guerra, llamado “Chepe Larios”, figura estrella, antiguo atleta colegial quien presidía tal organismo desde 1967 imperando totalmente hasta 1982, largo período. Presidente saliente de la Federación Ajedrez era el Coronel Joaquín Zaldívar “Quincho Zaldívar”, a quien nos referimos en artículo precedente. Los ajedrecistas proponían al teniente Coronel Adolfo Majano Ramos, también militar. Tenía aceptación entre ellos. ¿Asunto entre hombres de uniforme? NO en absoluto. Era acción general de los jugadores que querían dar aires de Octubre renovadores al Ajedrez Nacional. Un tiempo antes, cuando el Coronel Larios Guerra era Instructor de la Escuela Militar, Majano de 16 años, llegó como Cadete recluta. Él lo instruyó. Los hacía correr de aquí para allá y de allá para acá. En 1975 durante la elección, Larios Guerra seguramente solo veía en Majano el “recluta” que conoció anteriormente. No significaría mucho para él, pensamos. Lo llamaba “el choco” con afecto porque este usaba anteojos desde cadete, cosa no fácil. Objetó su nombramiento. No por nada, dijo, sino para poner a alguien de mayor experiencia.

Por tanto, llamó a los ajedrecistas para hacerlos reflexionar y cambiar la decisión. No aceptaron, querían al Teniente Coronel Majano quien no era ajeno a ellos. “Era el candidato ideal. Tenía pedigrí ajedrecístico y como militar joven había demostrado que era accesible al diálogo, era pues sangre nueva.” Dice textualmente el ingeniero René Valle recordando esas fechas. La verdad es que el prestigio ganado por Majano no era regalado. Años antes había alzado invicto tres Campeonatos Nacionales: 3ª., 2ª y 1ª. Categorías. Ganó 3er. lugar en la Categoría Superior de Maestros motivo por el cual fue Seleccionado Nacional. Punto y aparte es decir que no representó al país porque la infausta Guerra 1969 con Honduras lo sacó de la jugada. Siendo Capitán de Infantería tuvo que ir al frente, Teatro Norte-Nueva Ocotepeque. Por tanto, no pudo jugar excepto en el tablero del campo de batalla. Sin embargo, mantenía estrecho contacto con la flor y nata del ajedrez nacional. Era uno de los suyos. Esta es la historia en pocas líneas.

“¡Queremos a Majano!” dijeron los ajedrecistas en nueva votación. “Piénsenlo –contestó Larios Guerra– mi Coronel Zaldívar tiene más experiencia; yo los apoyaré.” Él era su candidato. Siguió el forcejeo. “A mí me ha costado ser Presidente del Comité Olímpico, estoy en La Unión y me cuesta.” Reflexionó “Chepe” Larios y en efecto, él era Comandante Militar en La Unión y por ambos cargos gozaba de prestigio. Para no dar largas al asunto, quería batear a Majano a como diera lugar. ¿Recelaría del cadete recluta que había visto antes bajo sus órdenes? ¿Recelaría de qué fuera Presidente de la Federación? “Tan fácil –pensaría– a él le había costado.” Y que más tarde a él mismo los ajedrecistas le podrían dar vuelta de gato. ¿Recelaba de las promesas o líderes que surgían para regir el deporte nacional? “A mí me consta lo que pasó, lo que él dijo.” Afirma también el Ingeniero René Valle, uno de los federativos de 1976. Por fin se eligió a Majano y el Coronel José Larios Guerra, hay que reconocer, colaboró. Hizo las paces. Inclusive presidió actos de la nueva Federación de Ajedrez sin reservas. No era su costumbre. En el mismo Comité Olímpico, vale aclarar, él tenía una Quinta Columna. Quiero decir, simpatizantes del ajedrez y de los nuevos federativos. Lo calmaron. Razón tenía ya que fueron ajedrecistas los que en 1982, después de largo reinado, lo botaron. Es otra historia. Memoria póstuma para el Coronel José Larios Guerra –Q.D.D.G.-, asesinado absurdamente en la ola de violencia de los años 80 en El Salvador.

La actividad de esta Federación fue intensa, agotadora. Trabajaba hasta sábados y domingo sacrificando familias. “Será posible recaer en esa enfermedad.” Dice hoy en día el coronel Majano irónicamente; retirado pero siempre aficionado. Muchos colaboraron, muchísimos. A esto nos referiremos en próximo artículo pues no se alcanza a cubrir la bonita historia del ajedrez cuscatleco en tan corto espacio. Mientras tanto como es costumbre entreténgase resolviendo el siguiente problema que es más que interesante:

De Hawell, compositor alemán. Aunque la superioridad de las blancas es considerable, pueden mover solo dos piezas. El mate del blanco se produce en dos jugadas. (Tomado del libro, Viaje al Reino del Ajedrez de Averbach).

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