Conmemorando a un revolucionario

Miguel A. Saavedra

Cuando a Schafik le preguntaron cómo quería que lo recordaron, él respondió: “Quiero que me recuerden exactamente como lo que he sido. Como un luchador, que siempre empuñé la bandera de la democracia en el país, para abrir al pueblo salvadoreño la posibilidad de decidir por sí mismo. Ese ha sido el hilo conductor de toda mi lucha.”

En efecto de sus 75 años de vida, 61 años fueron de intensa, persistente y consecuente trabajo teórico práctico de lucha revolucionaria a favor de la democracia; lucha en las que destacó por su claridad ideológica, capacidad de interlocución y construcción de alianzas e identificación de las tareas principales que el momento y coyuntura política exigían.

En el décimo segundo aniversario de su partida física, ocurrida el 24 de enero de 2006, cuando regresaba de la toma de posesión del Presidente de Bolivia Evo Morales, que en estos días ha rendido un importante informe sobre los avances y logros populares de sus 12 años de gobierno; creemos muy oportuno reproducir ideas fundamentales expresadas por Schafik, hace 26 años, el 16 de enero de 1992, en el acto de la firma de los Acuerdos de Paz: que tienen una impresionante actualidad:

La firma del Acuerdo de Paz marca la culminación de una etapa decisiva en la larga y heroica lucha del pueblo salvadoreño por sus ideales de libertad, justicia, democracia, dignidad humana y progreso;…Lo principal de este logro es el fin de la hegemonía militar sobre la nación civil…

Durante muchísimo tiempo, una y otra vez, los salvadoreños intentamos cambiar esta situación por vías pacíficas, incluso electorales, pero estas puertas fueron cerradas. Fue necesario que nos alzáramos empuñando las armas para abrirlas y no nos arrepentimos de ello; la lucha armada revolucionaria en las condiciones de El Salvador ha sido necesaria y legítima;…

El FMLN ingresa a la paz abriendo su mano, que ha sido puño y extendiéndola amistosamente a quienes hemos combatido, como corresponde a un desenlace sin vencedores ni vencidos, con el firme propósito de dar comienzo a la unificación de la familia salvadoreña. Deseamos extender también nuestra mano al Gobierno de Estados Unidos en busca de una nueva relación basada en dignidad y cooperación.

Nos encaminamos por la ruta de los Acuerdos de Paz a modernizar el Estado y la economía, a conformar un país pluralista política, ideológica, económica y socialmente, como fundamento de una democracia participativa y representativa, de una paz estable y de una reinserción en el mundo, abierta y plural…
Deseamos vivir en paz entre los salvadoreños; deseamos vivir en paz con los hermanos países de Centroamérica y establecer con ellos una activa y estrecha cooperación. Estamos decididamente a favor de la total y pronta desmilitarización de Centroamérica, que la convierta en una zona de paz, integración y progreso constante”.

Sin ninguna duda, el pensamiento de Schafik expresado en estos fragmentos de su mensaje de hace 26 años trasciende los límites del siglo XX y recorre e ilumina la lucha revolucionaria del siglo XXI.

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