Relaciones laborales, en un ámbito cada vez más difícil de construcción social

Róger Hernán Gutiérrez*

La situación de predominancia de los factores económicos en una sociedad con un empobrecimiento acelerado y con pocas posibilidades de cambios estructurales en cuanto a la lógica productiva, nos hace estar a los sindicatos en una encrucijada sobre cómo hacer que las relaciones sociales de producción estén en la línea de los intereses mutuos que puedan coexistir entre las dos partes.

Los derechos humanos fundamentales son parte básica para crecer y desarrollar a la persona trabajadora, pero la lógica económica imperante del sector empresarial no lo permite, en tanto que la ganancia priva como el elemento básico de una sociedad dominante.
La discusión de los economistas sobre el crecimiento económico, sigue siendo poco comprensible para el común de la población, y la economía crece lentamente sin ser claramente suficiente para generar el empleo suficiente y determinar la riqueza que dinamice la oferta y la demanda—las necesidades de empleos decentes, son siempre mayores que lo ofrecido por el mercado. Manteniéndose una dominación por un modelo económico concentrador, excluyente y socialmente deshumanizado.

Los sectores económicos que concentran la riqueza, desarrollan su ideología dominante a través de medios de los comunicación, aunado además por el concurso de grupos académicos y de profesionales que se asocian para mantener en constante campaña, lo equivocado del manejo gubernamental, justificando que el actual gobierno no tiene rumbo y se crítica la asignación de recursos para las coberturas sociales de la gente; educación, salud, vivienda, recreación, transporte, seguridad; y martillan la incompetencia de quienes hoy dirigen el gobierno.

La economía está dividida, pues el actual gobierno no tiene la correlación de fuerzas, para aprobar leyes, acciones en pro de los sectores populares mayoritarios; la concentración de la riqueza es tal en tanto que unos son partidarios de impulsar un eje de acumulación determinado que potencie actividades económicas en el comercio y los servicios, de menor valor agregado—los sectores que apoyan al candidato Calleja; y otros son del parecer de potenciar una economía primaria y secundaria con más valor agregado, los que apoyan al candidato Simán.

La superestructura—iglesia, academia, medios de comunicación, partidos políticos, sindicatos, etc poco favorecen la correlación de fuerzas para un modelo económico diferente, en tanto que la sociedad continúa su acelerada despolitización; y aunque haya importantes posicionamientos respecto a los proyectos sociales como la defensa de los recursos hídricos, la alimentación y aspectos mejorados de protección social. No se logra mejorar la calidad y cantidad (mayor cobertura) de los recursos del crecimiento económico.

En ese marco las relaciones laborales, no son sanas y mantienen una esterilidad y estancamiento por la falta de diálogo social, capaz de entendimientos de la economía y hacer el proceso de construcción económica de beneficio para la población activa que crece en cada período.

Los conflictos laborales en el sector privado son sojuzgados por la fuerza del Estado—policía antimotines—que protegen fielmente la propiedad privada; una fiscalía, dispuesta a generar de forma sesgada acusaciones y demandas judiciales por reclamar los derechos humanos fundamentales, garantizando la ganancia.

Las empresas de maquila mantienen criterios de producción que violentan y lesionan condiciones laborales y derechos sociales al trabajo, hay presiones laborales y cargas de producción que abusan y van en detrimento de las relaciones laborales. El precario empleo en la maquila mantiene una situación de sumisión, y de irrespeto permanente a las interlocuciones sanas y constructivas de los representantes laborales con los representantes patronales.

Las prestaciones sociales como el aguinaldo—que la ley habla del período de su pago (12 al 20 de dic), es violentado, es en mucho atrasado, pagado parcialmente en cuotas, en fin mantiene hasta hoy una historia de arbitrariedades y de actos que afectan la economía nacional y los ingresos de las personas trabajadoras y las familias que dependen de esos ingresos. Las empresas en su plano más radical realizan sin mayores estudios técnicos el despido. Justificando los recortes de personal, cuando los representantes accionan en defensa laboral por tales acciones patronales y lo hacen para debilitar el derecho de afiliarse a la organización sindical.

*Sindicalista salvadoreño

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