¿En quién confían los salvadoreños?

Beatriz Perdomo


El 9 de enero del presente año los resultados de la más reciente encuesta llevada a cabo por el Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA) fueron publicados. Dicha investigación contó con un total de 1,265 encuestas válidas y un “muestreo nacional polietápico por cuotas departamentales, sexo y grupos de edad, aleatorio en la elección de hogares.

Se visitaron los catorce departamentos de la República; siguiendo una distribución proporcional al tamaño de la población (PPT), establecida por segmentos geográficos”. Realizada del 18 al 28 de noviembre bajo la dirección de Jeannette Aguilar, cuenta con un nivel de confianza del 95% y un error muestral de más o menos 2.7%.

En la encuesta, se les preguntó acerca del nivel de confianza que tiene hacia diversas instituciones, calificándolas entre “mucha”, “alguna”, “poca” o “ninguna”. Los datos mostraron que la población salvadoreña manifiesta mayor confianza tanto hacia la Iglesia Católica como a las Iglesias Evangélicas, evidenciado esto en el 32.2% y 30.6% respectivamente de las personas que expresaron tener mucha confianza en dichas instituciones. A su vez, el informe muestra que ha habido un debilitamiento en la confianza que se les otorga a organismos públicos, tales como la Fuerza Armada (con un 21.9%), las alcaldías (19.8%) y la Policía Nacional Civil (PNC) (16.3%). Por su parte, quienes tuvieron una menor confianza fueron los empresarios, el Tribunal Supremo Electoral, la Asamblea Legislativa y los partidos políticos.

Estos resultados pueden deberse a diversos factores. Uno de ellos puede ser la manera en la que la religión está tan arraigada a la cultura latinoamericana, jugando un papel de importancia en el entendimiento de la realidad nacional. Así, según la encuesta un 43.6% de los entrevistados se identifican como católicos y un 36.7% como evangélicos.

Otro factor –y que demuestra ser de gran relevancia en la coyuntura nacional- es la percepción que se tiene acerca del proceso electoral y la credibilidad que se les da a los funcionarios. Con las elecciones legislativa y municipal a la vuelta de la esquina, la opinión que la ciudadanía mantiene en estos momentos resulta crítica y merece ser destacada.

Con respecto al interés en ejercer su voto el próximo 4 de marzo, sólo el 40.1% indicó estar muy o algo interesado, mientras que el 59.9% de los encuestados dijo estar poco o nada interesado en asistir; de igual manera, el 77.3% reporta poca o ninguna confianza en el proceso electoral (cifra que para febrero del 2015 era de 59.7%, remarcando esto una significativa caída en la credibilidad adjudicada a estas instituciones en los últimos años).

Otro punto importante en cuanto a las próximas elecciones es que tres cuartos de la población consultada dijo no conocer quiénes eran los candidatos para diputados de los respectivos departamentos, así como la mitad desconoce a aquellos que están postulados para las alcaldías –datos que resultan desconcertantes a menos de dos meses para que llegue el momento de acudir a las urnas, mas resaltan la importancia que el pueblo le da al proceso electoral.

También, como lo evidencia el sondeo, una de las razones por las que se ha perdido confianza en organismos como la PNC y la FA es la opinión sobre la delincuencia: el 62.4% de las personas encuestadas consideran que ha habido un aumento en la delincuencia en comparación con el año pasado, el 25.6% que sigue igual y el 12% restante sostiene que ha disminuido.

Esto se ve reforzado con que el 23% de los encuestados reportó haber sido víctima de un acto delincuencial durante el 2017. Así, la imagen que se tiene de las fuerzas policiales no resulta satisfactoria: dicho fenómeno se ve corroborado en el 64.1% opinó que la PNC está respetando poco o nada los derechos humanos desde que las medidas extraordinarias iniciaron; de igual manera, el 58.5% dijo sentirse poco o nada seguro cuando ve pasar a algún policía.

Por su parte, cabe mencionar que un solo un 35.8% de los entrevistados respondieron tener mucha o alguna confianza en los medios de comunicación; por el otro lado, la mayoría (64.2%) se inclina a tener poca o nada de confianza en estos. El motivo de esto es la manera en la que la información circula, existiendo diversas fuentes que intencionalmente resaltan o deciden no mostrar cierta información dependiendo de los intereses a los que responden; con esto se puede agregar el amarillismo mostrado en los diferentes canales de comunicación.

Resulta lógico que se le tenga más confianza en instituciones de carácter religioso que al las de carácter gubernamental pues las primeras sí cumplen los papeles que suponen desempeñar. Los esfuerzos para mejorar la situación general del país realizados hasta ahora resultan débiles e insuficientes, y éste es un hecho que ya no pasa desapercibido por aquellos que al final son quienes tienen soportar las decisiones tomadas por personas en posiciones en quienes ya ni confían.

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