Donald Trump, una vergüenza para su pueblo y demás pueblos del mundo

Indignación y condena nacional e internacional ha causado el calificativo soez y ofensivo que el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, expresó el jueves 11 de enero contra los pueblos de los países beneficiados en el TPS, entre los que está El Salvador, durante una reunión bipartidista con senadores republicanos y demócratas, quienes le informaban de un proyecto de ley destinado a legalizar la permanencia de los beneficiarios del TPS y del DACA, que en conjunto abarca a más de un millón de inmigrantes de varias nacionalidades.

No vamos a reproducir la porquería verbal expresada por Trump, difundida inicialmente por el diario ‘The Washington Post’ y luego replicada por la mayoría de medios nacionales y de todo el planeta; en tanto es un insulto que no merece repetirse, pero por ser una agresión y vejación a la moral y dignidad de los pueblos, debe ser censurada por los Estados democráticos, organismos internacionales, líderes políticos, sociales y religiosos de todas las religiones de nuestro ámbito, en tanto es una expresión de violencia xenofóbica y racista que no debe quedar impune y requiere de una disculpa oficial.

La reacción casi inmediata de la Embajadora de los Estados Unidos en El Salvador, Jean Manes, al declarar en su cuenta oficial de Twitter que: “Estados Unidos valora la amistad y la relación con el pueblo Salvadoreño” que ella “ha tenido el privilegio de viajar alrededor de este hermoso país y conocer a miles de salvadoreños”, que “Es un honor vivir y trabajar aquí” y que “Seguiremos 100% comprometidos” puede interpretarse como un desagravio para el pueblo salvadoreño, que debe agradecerse pero que no limita o excluye un reclamo formal por parte del gobierno de El Salvador.
Consideramos esta ofensa a la dignidad humana del pueblo salvadoreño, tanto de los que estamos en El Salvador como de los que se encuentran en los Estados Unidos; injusta, abusiva y contraria a todo principio democrático, ético, moral y de convivencia pacífica y que por provenir del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, también irrespeta y degrada la alta investidura en él depositada, lo que constituye una vergüenza para el pueblo estadounidense y demás pueblos del mundo.

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